“La
nueva Estrategia de Estados Unidos: proyecciones hacia Nuestra América”
Presentada
por su presidente Donald Trump, defiende su plataforma electoral nacionalista de
«Estados Unidos Primero», que ha significado en la práctica «El Complejo
Militar-Industrial Primero» dirigido a retomar la hegemonía global
A menos de un año de
asumir la Casa Blanca, el presidente Donald Trump divulgó el 18 de
diciembre de 2017 la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Al presentar el documento, el mandatario estadounidense señaló que su país ha
entrado en una «nueva era de rivalidad», en la cual su liderazgo es amenazado
por Rusia y China, aunque «tratará de construir buenas relaciones de
cooperación con todos los países».
Este
documento constituye la guía estratégica de la política exterior y seguridad
que tendrá el gobierno estadounidense para los próximos años. Políticos,
analistas y académicos de todo el mundo tratan de evaluar su contenido de 68
páginas, con el propósito de determinar las implicaciones que tendrá para sus
países y regiones. La Ley de Seguridad Nacional de 1947 establece que estos
informes tienen una versión pública y otra «clasificada».
Desde
1986 comenzó a divulgarse sin restricciones de acceso la versión pública, por
lo que estamos en presencia de una Estrategia elaborada cuidadosamente que
expone la visión que el gobierno de Estados Unidos quiere imponer al resto de
las naciones. En esta ocasión se intenta definir una «doctrina Trump» para su
política exterior y de seguridad, la cual tiene un marcado carácter
imperialista. El documento presentado defiende su plataforma electoral
nacionalista de «Estados Unidos Primero», que ha significado en la práctica «El
Complejo Militar-Industrial Primero» dirigido a retomar la hegemonía global.
LOS «CUATRO PILARES» DE LA
ESTRATEGIA
Se
identifican cuatro intereses nacionales vitales o «cuatro pilares» que tendrá
Estados Unidos para los próximos años, que ratifican el rumbo militarista del
actual gobierno. Según el documento se resumen en:
I.
Proteger al pueblo, la patria y al estilo de vida estadounidense: Fortalecerán
el control de las fronteras y reformarán el sistema inmigratorio para proteger
al país y restablecer la soberanía. Confrontarán las amenazas antes de que
lleguen a la frontera o puedan causar daño a la población.
II.
Promover la prosperidad estadounidense: Renovarán la economía en beneficio de
los trabajadores y las empresas del país, lo cual es necesario para restablecer
el poder nacional. Trabajarán en pos de relaciones económicas libres, justas y
recíprocas. Utilizarán su dominio en el área energética para garantizar que los
mercados internacionales sigan estando abiertos.
Ambos
pilares lo presentan con un enfoque aparentemente noble, pero con una fuerte
carga demagógica. En su amplia argumentación en el documento, intentan
justificar las políticas discriminatorias contra las minorías que contribuyen a
la economía estadounidense, e instigan a las prácticas y sentimientos de
xenofobia que dividen a la sociedad de Estados Unidos.
III.
Preservar la paz mediante el uso de la fuerza: Reconstruirán la fortaleza
militar estadounidense para asegurar que no haya otra mayor. Emplearán todas
las herramientas estatales en una nueva era de competencia estratégica —en el
plano diplomático, de información, militar y económico— para proteger sus
intereses. Modernizarán las fuerzas nucleares y su infraestructura.
IV.
Impulsar la influencia estadounidense: Deberán seguir profundizando la
influencia en el extranjero para proteger al pueblo estadounidense e impulsar
la prosperidad. Las acciones diplomáticas y de desarrollo se esforzarán por
alcanzar mejores resultados en todos los ámbitos —bilaterales, multilaterales y
de la información— para defender sus intereses, encontrar nuevas oportunidades
económicas y enfrentar a sus competidores.
En
estos dos últimos intereses nacionales se reafirma que el uso de la fuerza
mantendrá la preeminencia, combinado con su estrategia de «diplomacia pública».
Resulta peligroso para la paz internacional el objetivo que se proponen de
modernizar las fuerzas nucleares y su infraestructura. En la introducción del
informe, Trump aseguró que «están haciendo inversiones históricas en el
ejército», en correspondencia con la ley que firmó hace solo una semana que
asigna 700 mil millones de dólares al presupuesto del Pentágono para el año
fiscal 2018.
ENFOQUE HACIA AMÉRICA LATINA Y EL
CARIBE
La
región se evalúa en la sección dedicada al «Hemisferio Occidental»,
concentrándose en las supuestas amenazas a la seguridad y atacar a Cuba y
Venezuela. Se afirma que Estados «democráticos» vinculados por valores e
intereses económicos compartidos lograrán «reducir la violencia, narcotráfico e
inmigración ilegal que amenazan nuestra seguridad común, y limitarán
oportunidades de adversarios para operar desde áreas de proximidad a nosotros»,
en referencia a Rusia y China, identificados en la Estrategia como las
principales amenazas de Estados Unidos.
Precisan
que permanecen desafíos como las organizaciones criminales transnacionales, que
«perpetúan la violencia y la corrupción y amenazan la estabilidad de Estados
centroamericanos, incluidos Guatemala, Honduras y El Salvador».
Referente
a Cuba y Venezuela señalan que «los gobiernos se aferran a modelos autoritarios
de izquierda anacrónicos que continúan fallando a sus pueblos». Añaden
que Rusia continúa apoyando a sus «aliados cubanos radicales, mientras Cuba
continúa reprimiendo a sus ciudadanos» y que China y Rusia apoyan a la
«dictadura» en Venezuela, en franca manipulación a las relaciones respetuosas y
de colaboración que existen entre nuestros países.
Invitan
además a construir junto a Estados Unidos, «un hemisferio estable y pacífico
que aumente las oportunidades económicas para todos, mejore la gobernabilidad,
reduzca el poder de las organizaciones criminales y limite la influencia
maligna de las fuerzas no hemisféricas». También proyectan un grupo de acciones
a priorizar en lo político, económico, militar y de seguridad en la región.
Proponen
«aislar a los gobiernos que rehúsan actuar como socios responsables en avanzar
la paz y prosperidad hemisférica», agregando el deseo de ver a Cuba y a
Venezuela sumarse a «la libertad y prosperidad compartida» del resto del
hemisferio. Refieren que Estados Unidos promoverá más reformas económicas
basadas en el «libre mercado» y se continuarán apoyando esfuerzos para combatir
la delincuencia.
Nuevamente
tratan a sus países vecinos con desprecio, desconociendo los valores y cultura
de sus pueblos. El documento es un verdadero recetario de «humildad» imperial
al estilo de la época de la Doctrina Monroe y de la etapa de confrontación de
la Guerra Fría. También se demuestra la poca prioridad que aparentemente le
conceden a nuestra región, al dedicarle una sola página del informe. Sin
embargo, no se puede subestimar la retórica agresiva e irrespetuosa contra Cuba
y Venezuela, sin reconocer en lo más mínimo su contribución a garantizar la paz
y seguridad regional, y mucho menos sus logros sociales.
Ante
los riesgos y amenazas contemplados en la Estrategia, el pueblo cubano
mantendrá su rumbo socialista y continuará defendiendo el pensamiento martiano
y fidelista de una «América Nuestra» unida. Así lo señaló el General de
Ejército Raúl Castro Ruz, el 21 de diciembre de 2017, en la clausura del X
Período Ordinario de Sesiones de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional
del Poder Popular: «los países de la América Latina y el Caribe tenemos el
deber de avanzar hacia la integración política, económica y social de Nuestra
América. Como he afirmado en diversos foros, trabajar por la “unidad dentro de
la diversidad” es una necesidad impostergable».
En
cuanto al retroceso de las relaciones con Estados Unidos, el Primer Secretario
del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos
de Estado y de Ministros, dejó bien claro que nuestro país no es el responsable
y ratificó que «Cuba tiene la voluntad de continuar negociando los asuntos
bilaterales pendientes con los Estados Unidos, sobre la base de la igualdad y
el respeto a la soberanía y la independencia de nuestro país, y proseguir el
diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés común con el gobierno
estadounidense». No obstante, afirmó una realidad incuestionable: «La
Revolución Cubana ha resistido los embates de 11 administraciones de los
Estados Unidos de distinto signo y aquí estamos y estaremos, libres, soberanos
e independientes».
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Colectivo
Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Diciembre 31 de 2017
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