Traducción de “What Would You Do If Your Wealth Were $28 Billion?”
Por Adnan
Al-Daini
El último informe
de Oxfam sobre pobreza y desigualdad en nuestro disfuncional mundo hace una
lectura deprimente. En él se demuestra que el abismo entre el 1% más rico y el
resto de la humanidad se ha ampliado considerablemente en los últimos años. Una
estadística que es verdaderamente impactante es el número de personas cuya riqueza
es igual a la de la mitad más pobre de la población mundial (3.600 millones de
personas); este número ha disminuido de 388 en 2010 a 62 en 2015.
Estas
62 personas tienen una riqueza combinada que alcanza la astronómica cifra de
US$ 1.760 millones, con un promedio de US$ 28.387 millones de dólares por individuo.
¿Cuál es el punto respecto de poseer tanta riqueza? Si estas personas utilizaran
el 95% de su riqueza para levantar a miles de millones de personas sumidas en la
pobreza opresiva, aún seguirían siendo multimillonarias.
Su
estilo de vida material apenas necesita cambiar, pero se verá reforzado al
contar con la satisfacción interior y la felicidad que provienen del saber que
han hecho una diferencia positiva en las vidas de tantas personas. Me gustaría
pensar que esto es lo que haría si yo estuviera en su posición. Pero, esperen; ¿hay
algo en nuestra psique que nos hace comportarnos de manera diferente una vez
que empezamos a acumular riqueza? ¿Nuestro amor por la riqueza adormece nuestra
compasión y empatía con nuestros semejantes humanos? La respuesta a estas
preguntas probablemente sea que sí, y en ese caso, ¿necesitamos ayuda
psiquiátrica una vez que obtenemos tal riqueza?
Estas
personas se han convertido en miembros del club de los súper-ricos, compitiendo
unos con otros sobre quién ha subido más y quien ha pasado a la mesa de los
ultra-ricos. Esto causa en muchos de ellos ansiedad y neurosis. Tal auto-obsesión
les enceguece frente a las necesidades y sufrimientos de los seres humanos en
sus propios países y más allá.
Imagina
el deleite y la felicidad que sentirías al ser saludado por las sonrisas de
niños y adultos al visitar lugares, sabiendo que tu dinero les ha traído tanta
alegría y gozo: los niños van a la escuela en lugar de trabajar para mantener a
una familia simplemente para tener suficiente para comer; clínicas de salud
para tratar condiciones simples y así aliviar el dolor y el sufrimiento; agua
limpia para beber y en consecuencia evitar enfermedades y muertes resultantes
de la ingesta de agua contaminada; refugio para proteger a las familias del
calor, las inundaciones y el frío. La necesidad es grande, y el remedio estaría
a nuestro alcance sí sólo los recursos fuesen puestos a disposición.
Otra
cuestión destacada por Oxfam
es la utilización de los paraísos fiscales. Dice:
Como una prioridad, [OXFAM] hace un llamado
a poner fin a la era de los paraísos fiscales, dentro de la cual se ha visto un
incremento en el uso de los centros extraterritoriales por parte de individuos
ricos y de las empresas para evitar el pago de su justa parte a la sociedad.
Esto ha negado a los gobiernos valiosos recursos necesarios para abordar la
pobreza y la desigualdad. Son tres los años desde que David Cameron dijera en Davos
que él lideraría un esfuerzo mundial contra la agresiva evasión en el Reino
Unido y en los países pobres; inclusive, prometió medidas para aumentar la
transparencia en los Territorios Británicos de Ultramar y en dependencias de la
corona, como las Islas Caimán y las Islas Vírgenes Británicas, las que aún no
han sido implementadas.
Realmente
me resulta difícil de entender cómo los gobiernos democráticos pueden tolerar
la existencia de los paraísos fiscales. Estos no responden a ningún otro
propósito que el de ayudar a los poderosos, ya sean individuos o corporaciones,
para ocultar su riqueza, evitando así contribuir a sus sociedades cuyos
recursos utilizaron para crear su riqueza. Los paraísos fiscales también ayudan
a un surtido de déspotas, nobles y corruptas elites del mundo en desarrollo
para ocultar la riqueza que saquearon de sus propios países. Oxfam informa que:
"se estima que el 30 por ciento de toda la riqueza financiera de África se
aloja en centros costa afuera, con un costo aproximado a los $ 14 mil millones
de dólares en ingresos tributarios perdidos cada año". Permítasenos acabar
con estas reliquias de una era pasada que despoja la riqueza de los
empobrecidos en beneficio de unos pocos ya abultados.
Estamos
teniendo un referéndum acerca de la integración de Gran Bretaña como miembro de
la Unión Europea; he aquí una sugerencia para otra consulta: ¿debiera Gran
Bretaña continuar permitiendo la existencia de paraísos fiscales en sus
territorios de ultramar y dependencias de la corona? Dejemos que las personas
decidan.
¿Qué
tipo de sistema hemos creado que drena implacablemente la riqueza de los pobres
al 1% de los más ricos, y en el proceso priva a la humanidad de los recursos
que pudieran traer felicidad, satisfacción y alegría a miles de millones de
personas? ¿Cuándo, oh cuando, serán los líderes mundiales tomen medidas
concretas para remediar esta injusticia e iniquidad?
Adnan Al-Daini (PhD, Universidad de
Birmingham, Reino Unido) es un jubilado profesor universitario de Ingeniería. Es
un ciudadano británico nacido en Iraq. Escribe regularmente sobre cuestiones de
justicia social y el Medio Oriente. Lea otros artículos de
Adnan.
Equipo Internacional – CAD CHILE
Enero 26 de 2016
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