Entrevista a Daniel Raventós
En SinPermiso
Enero
10, 2016
En la
próxima sesión del ciclo de conferencias “Los lunes de los Derechos Humanos”
que tendrá lugar el próximo 11 de enero a las 19h en el salón de actos de Cristianisme
i Justícia (calle Roger de Llúria, 13 de Barcelona). Jaume
Botey, profesor de historia en la UAB, miembro del equipo de CJ y miembro del
grupo promotor de la ILP por la Renta Garantizada de Ciudadanía y Daniel
Raventós, profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la UB, editor de la
revista Sin Permiso y presidente de la Red Renta Básica, nos hablarán
precisamente sobre la renta básica universal, su viabilidad y sus objetivos. [La
versión de la entrevista que a continuación publicamos está ligeramente
ampliada. SP]
Antes hemos podido charlar con Daniel Raventós que nos ha hecho
un interesante adelanto de lo que podremos escuchar el próximo 11.
-
El paro se extiende en la sociedad occidental y, como muchos expertos apuntan,
parece que llega para quedarse. Pero la persona necesita el trabajo para
dignificarse y, tal como se articula el sistema económico, para sobrevivir…
¿De verdad que el trabajo dignifica? ¿Todo
trabajo? ¿Qué se quiere decir exactamente con esta frase hecha y repetida
incansablemente por académicos de derechas, algunos de izquierdas y
especialmente por políticos del establishment? ¿A qué nos referimos? ¿Al
trabajo con remuneración monetaria? ¿Al trabajo que muchas mujeres y algunos
hombres hacen en su casa y para cuidado de sus familiares? ¿Al trabajo
voluntario que millones de personas hacen de forma desinteresada militando en
movimientos sociales y otras asociaciones ciudadanas? ¿Dignifica estar horas y
horas haciendo trabajos repetitivos, con malas condiciones, controlados, mal
pagados…? Lo que dignifica es tener la existencia material socialmente
garantizada. Que es el viejo ideal, dicho en palabras muy diferentes de forma
pero similares en contenido, de todos los partidarios de la libertad
republicana democrática que ha habido a lo largo de los último dos mil
quinientos años: el dirigente de los pobres libres que más reformas radicales
introdujo en la democracia ática Ephialtes; los dirigentes de la revolución
francesa (los de la segunda fase: todo el mundo está de acuerdo en que la
primera parte de la gran revolución fue “positiva” contra el antiguo régimen,
pero cuando se radicaliza y el pueblo entra directamente en acción entonces ya
no cae tan “simpática” a tanta gente), los dirigentes que hablaron, escribieron
y lucharon por esta aparentemente simple idea: no hay democracia ni libertad
sin igualdad; Marx y tantos otros hombres y mujeres posteriores. Por cierto,
Marx escribió mucho sobre las condiciones del trabajo asalariado y no hubiera
puesto una cara muy amable si hubiera escuchado una tontería como que el
trabajo asalariado dignifica…
Por cierto, una Renta Básica Universal
(RBU) incrementa mucho el poder de negociación de la “parte débil” del contrato
laboral, la trabajadora, a fin de conseguir un empleo con mejores condiciones.
Es lo que algunos autores han calificado de “aumento del poder de negociación
de los trabajadores”. O sea, que además de otros factores sobre los que iremos entrando,
la RBU es un buen medio para hacer que algunas ocupaciones sean más atractivas
y dignas.
-
¿De qué se habla cuando se reivindica una Renta Básica Universal?
Una RBU es una asignación monetaria
incondicional a toda la población. Ateos y cristianos y musulmanes, hombres y
mujeres, ricos y pobres, viciosos y virtuosos… Como el sufragio universal donde
existe. Inmediatamente salen las preguntas habituales: ¿los ricos también deben
recibir una RBU? ¿Por qué no dirigirse sólo a los pobres?… En un proyecto de
financiación que estamos terminando, pero del que se puede encontrar un
adelanto en
Sin Permiso mostramos que es posible financiar una RBU para todas las
personas adultas que residen en el Reino de España de 7.500 euros al año y del
20% a los menores de edad.
Para el financiamiento de esta RBU, además
de lo recaudado hasta ahora, es decir, sin tocar ni un euro de ninguna otra
partida actual (sanidad y educación públicas no se tocarían, para despejar
cualquier duda) excepto las prestaciones monetarias que fueran redundantes con
la RBU, el dinero saldría de la reforma del IRPF. La gran mayoría de la
población declarante actual al IRPF y no declarante saldría ganando respecto a
la situación actual. Sólo el 20% más rico perdería con la reforma propuesta. El
resto, el 80% de la población saldría ganando. Quien realmente ganaría más de
forma proporcional sería quien no tiene nada absolutamente: 7.500 euros anuales
de renta básica que no quedarían sujetos al IRPF. Así que la reforma propuesta
significa una gran redistribución de la renta de los sectores más ricos al
resto de la población. Es decir, lo contrario de lo que se ha producido a lo
largo de las últimas décadas, especialmente en los últimos años.
-
¿Es un derecho una Renta Básica Universal?
Si lo que quieres decir es si está
reconocido legalmente como lo está el sufragio universal, no. Es interesante
observar cómo gente que trabaja los derechos humanos cada vez se aproxima más a
la RBU cuando ya no la abraza directamente. Julie Wark ha hecho un precioso
librito sobre los derechos humanos a principios del siglo XXI, editado en
inglés y castellano, donde reivindica la RBU para posibilitar otros derechos
humanos. Y el año 2010, en Monterrey, se redactó la declaración universal de
derechos humanos emergentes, donde participó de forma importante el Instituto
de Derechos Humanos de Cataluña, donde en su artículo 1.3 podemos leer:
“El
derecho a la renta básica o ingreso ciudadano universal, que asegura a toda
persona, con independencia de su edad, sexo, orientación sexual, estado civil o
condición laboral, el derecho a vivir en condiciones materiales de dignidad.
Con este fin, se reconoce el derecho a un ingreso monetario periódico
incondicional sufragado con reformas fiscales y con cargo a los presupuestos
del estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro residente de la
sociedad, independientemente de sus otras fuentes de renta, que sea adecuado
para permitirle cubrir sus necesidades básicas”.
Poco añadiría más.
-
¿Es necesaria una renta mínima de inserción?
Es necesaria respecto a la alternativa de
no tener nada, es insuficiente, extremadamente insuficiente respecto a las
necesidades reales. Como se ha dicho más de una vez: las medidas dedicadas a la
pobreza son muy pobres. La RBU comparada con la RMI es como comparar la
nanotecnología aplicada a los ordenadores con los de primera generación que
ocupaban una habitación entera.
Las RMI son rentas condicionadas.
Condicionadas a ser pobre, a no llegar a determinado nivel de renta… Y las
rentas condicionadas, aunque entre ellas pueden haber muchas diferencias,
tienen unos problemas muy graves que ya hace bastantes años han sido
estudiados: trampa de la pobreza, estigmatización, enormes costes
administrativos…
Incluso
el mejor sistema de rentas condicionadas que hay en el Reino de
España, el de la Comunidad Autónoma Vasca, ya con 26 años de
experiencia, tiene enormes defectos. Hace poco, un miembro de la asociación Red
Renta Básica, Iñaki Uribarri, muy buen conocedor de aquel sistema de rentas
condicionadas, escribió un magistral artículo que explica con todo detalle porque
no es una buena idea extender el sistema de rentas condicionadas de Euskadi al
conjunto del Reino de España.
-
A efectos prácticos, ¿sería viable económicamente?
Por supuesto. Antes he mencionado el
estudio que estamos haciendo por el conjunto del Reino de España. Unos años
antes, lo hicimos para Cataluña. Y también lo habíamos hecho para Guipúzcoa.
Invito a quien esté interesado en los detalles, a mirar este adelanto
aludido. Para hacer un resumen muy breve:
El estudio se basó en tres criterios: 1)
una RB de 623 € mensuales (el umbral de la pobreza en aquellos momentos en el
Reino de España) que se debería autofinanciar y no afectar al resto del gasto
público, ni mucho menos en el dedicado a la sanidad, educación, etc .; 2) el
impacto distributivo debería ser muy progresivo de forma que beneficiara a la
gran mayoría de la población no estrictamente rica; y 3) que los tipos
efectivos de impuestos tras la reforma no deberían ser muy altos. La RB debe
ser igual o superior al umbral de la pobreza (la mencionada cantidad de 623 €).
No estaría sujeto al impuesto sobre la renta de las personas y reemplazaría a
todas las prestaciones sociales inferiores a 623 €, mientras que la gente que
recibe una mayor cantidad de prestación continuaría recibiendo su importe total.
La financiación de esta RB para todos los
adultos es posible con un único tipo impositivo del 49% que, combinado con una
RB exenta de impuestos, sería fuertemente progresivo. Para el decil más pobre,
por ejemplo, este 49% se convertiría efectivamente en un -209% (negativo
porque, en este caso, sería una transferencia neta). Aproximadamente el 80% de
la población saldría ganando y el importe total transferido de los ricos a los
no ricos sería de unos 35.000 millones de euros. La desigualdad quedaría notablemente
reducida. El actual IRPF es muy poco progresivo. Hay algunos datos
contundentes. El índice de Gini antes del IRPF se sitúa en el 0,4114. Después
de la declaración del IRPF sólo se reduce a 0,3664. Con la propuesta de
financiación que se propone, el citado índice bajaría hasta 0,2502. Es decir,
se produciría una gran redistribución progresiva de la renta. La distribución
funcional de la renta quedaría pareja a los niveles de los países escandinavos.
Y hay que recordar que para esta
financiación no se tiene en cuenta el problema de la evasión de impuestos que
salen anualmente del Reino: unos 40.000 millones de euros. El fraude fiscal (de
2010 para hacer más homogéneos los datos) sólo en IVA e IRPF era del 5,5% del
PIB. El porcentaje es superior si sumamos el del impuesto sobre sociedades, por
ejemplo. Así, las empresas del IBEX han tributado, en este caso en el año 2012
aunque los años posteriores ofrecen porcentajes similares, el ¡5,3%! de su
resultado contable. De tener todo esto en cuenta, la financiación de la RB
sería todavía mucho más fácil.
-
Y, en una economía que no tiene el centro en las personas, ¿podría ser esta la
clave para empezar a valorar tareas que escapan de la ley de mercado como el
trabajo de cuidados, por ejemplo?
Una RBU lo que pretende no es sólo “valorar
tareas” como el trabajo doméstico o el voluntario. Esto sería un producto
derivado de garantizar la existencia material a toda la población.
Todavía hay gente que dice que “la RBU no
acabaría con todos los problemas sociales que tenemos que resolver”. No creo
que nadie lo pretenda. Es trivial, claro. Oponerse a la RBU porque “no
soluciona todos los problemas sociales” es como oponerse a los convenios
colectivos, a una buena ley de aborto, a un incremento del salario mínimo, a
unas pensiones dignas, a unas condiciones de trabajo no semiesclavas… porque…
“no soluciona todos los problemas sociales”. Y aquí hay que explicar también
otra dimensión del problema.
Aunque sea repetir verdades que
desgraciadamente se olvidan a menudo. Cualquier política económica favorece a
unos sectores sociales y perjudica a otros. Si pensamos en cualquier medida más
o menos importante de política económica, es difícil encontrar alguna que
perjudique o beneficie a toda la población. Siempre hay sectores que salen más
favorecidos y otros más perjudicados. Por ejemplo: rebajar los impuestos a los
más ricos, permitir las SICAV, recortar los gastos la sanidad pública, aumentar
las facilidades para los despidos laborales… Una política económica de
austeridad como la practicada a partir de mayo de 2010, cuando gobernaba el
PSOE y el presidente era Zapatero y acelerada después por el PP, lleva a
favorecer a unos sectores y a perjudicar a otros. Según los datos disponibles
hasta ahora, los ricos ganan, el resto pierde. Para que esta afirmación no
quede como algo simplemente declamatorio, ahí van algunos datos que la
constatan. En el Reino de España el índice de Gini en 2007 era de 31,9, en 2014
de 34,7. El porcentaje de las personas en riesgo de exclusión ha aumentado
desde 2008 a 2014 en un 5,7%. Las diferencias entre las remuneraciones entre
los directivos y los trabajadores han aumentado también significativamente. De
un resumen
interesante podemos leer: “Según los datos del estudio Indicadores de buen gobierno de las
empresas del Ibex35 durante 2014 , los primeros ejecutivos de cada
empresa elevaron sus retribuciones totales un 80% en 2014, los consejeros
un 30%, el conjunto de los directivos un 14,3% y los accionistas elevaron sus
dividendos un 72,4%. Por el contrario, los trabajadores vieron disminuir sus
salarios en un 1,5%. Así, el año pasado, la media de las retribuciones de los
ejecutivos de las empresas del Ibex fue de 90 veces el salario medio de sus
trabajadores; la de los consejeros delegados, 158 veces más.”
En palabras del no hace mucho elegido jefe
del Partido Laborista del Reino Unido, Jeremy Corbyn: “la austeridad es una
elección política, no una necesidad”. También lo decía contundentemente el
veterano activista Noam Chomsky: “La austeridad no es una necesidad económica
en Europa (de hecho, no tiene sentido económico). Pero es una decisión política
tomada por sus diseñadores a favor de sus propios intereses. Básicamente, creo
que es una dimensión de la lucha de clases… “. La RBU sería un componente muy
importante para mí, pero sólo un componente, de una política económica y de una
política general que hiciera frente a “todos los problemas sociales”.
Más divertidos son los que dicen que la RBU
no termina con el capitalismo. No vale la pena detenerse demasiado en tan
brillante reflexión, pero salvo que se sea bastante extraño en la percepción de
la realidad social, cualquiera puede entender que el capitalismo con una RBU
seguiría siendo capitalismo, pero un capitalismo bastante diferente a lo que
hoy vemos por todas partes. El capitalismo posterior a la segunda guerra
mundial era bastante diferente al capitalismo de la contrarreforma llamada
neoliberal de finales de los 70 del siglo pasado. Ambos eran capitalismos, sin
duda, pero quien no vea diferencias tiene un grave problema de percepción cognitiva
de la realidad.
Profesor de la Facultad de Economía y
Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de
SinPermiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité
científico de ATTAC. Su último libro es ¿Qué es la Renta Básica? Preguntas (y
respuestas) más frecuentes (El Viejo Topo, 2012).
Equipo Internacional – CAD CHILE
Enero 11 de 2016
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