“Chile: La lucha del pueblo de Putaendo por la recuperación del agua es
de vida o muerte”
-Entrevista con Luis
Manzano, vocero y arriero de la Asamblea
Popular de la comuna de Putaendo
“…arriba en la
cordillera no nos vio pasar ni el viento. ¡Con qué orgullo me querría (mi
padre) si ahora llegara a saberlo! Pero el viento no más sabe dónde se durmió
mi viejo, con su pena de hombre pobre y dos balas en el pecho”
De ‘Arriba en la cordillera’
de Patricio Manns
Por Andrés Figueroa Cornejo
Por ahí pasaron los incas. Por ahí pasó el invasor español
Diego de Almagro. Pero también por ahí pasó una de las columnas principales del
Ejército Libertador de José de San Martín, encabezada por el baqueano Justo
Estay, cuando Argentina y Chile eran uno y lo mismo, y apenas amanecían hacia
la primera independencia.
“Putaendo es la primera comuna
independiente de la Corona española de Chile”, dice el arriero cordillerano y
vocero de la actual Asamblea Popular de Putaendo, Luis Manzano. “El ejército
patriota libertó al pueblo en 1817”.
Hoy Putaendo (voz mapudungún,
Putraintú o Puthrayghentú, que significa ‘manantiales que brotan de pantanos’)
es una comuna perteneciente a la Provincia de San Felipe de Aconcagua, Región
de Valparaíso, anclada a 150 kilómetros de Santiago de Chile. Allí viven
alrededor de 15 mil personas. Es una comunidad campesina que trabaja en la
pequeña agricultura, minería y ganadería. No existen grandes industrias.
-¿Cuáles son los
antecedentes de la Asamblea Popular de Putaendo?
“En 1990 se reunieron todas las
agrupaciones sociales de la comuna (alrededor de una por cada 100 habitantes).
Ese fue el primer intento de la Asamblea de Putaendo que entonces se llamó
Unión Comunal de Organizaciones Sociales. Y surgió porque durante la dictadura
cívico-militar, al pueblo se le arrebató el hospital y hasta la posta, entre
tantas cosas. La tiranía centralizó todo en la ciudad de San Felipe, capital
provincial, a 15 kilómetros nuestro. Por eso, hasta hoy, los bebés nacen y
quedan inscritos en San Felipe. Así, Putaendo aumenta su población real, pero
permanece estancada para las estadísticas oficiales.”
-¿Y qué efectos tuvo
la Unión Comunal?
“Teníamos tanta fuerza que las
‘autoridades’ nos debieron escuchar. Sin embargo, con el tiempo y a eso del año
2000, la Unión Comunal fue cooptada y clientelizada electoralmente por la
alcaldía y en la actualidad no reúne más que a un puñado de juntas de vecinos.”
-¿Y después del 2000?
“Un conjunto de representantes de
distintas organizaciones independientes y autónomas de los poderes de turno,
comenzamos a desplazarnos para solidarizarnos con otros pueblos en lucha.
Estuvimos en el conflicto del pueblo de Freirina con la empresa Agrosuper;
y apoyando a las y los compañeros en Caimanes contra la minera
Los Pelambres del poderoso grupo Luksic. Esas experiencias originaron la
Asamblea Popular de Putaendo (APP).”
-¿Cuál es el objetivo
principal de la APP?
“En lo inmediato, recuperar el
agua y los cerros que nos saquean a diario para devolverlos al uso y usufructo de
nuestra comunidad, y lograr nuestra soberanía alimentaria. Y nuestra batalla
larga, que va necesariamente amarrada a la lucha por el agua, es la conquista
de una vida distinta y mejor, con todos/as y para todos/as. La APP tomó una
decisión definitiva: los populares de Putaendo vamos por una comuna digna,
feliz, solidaria. Esa es nuestra práctica y sentido de vida. Lo que queremos es
traer el futuro para acá, entrándole a las necesidades de ahora y
resolviéndolas entre todos/as nosotros/as para hacernos de relaciones firmes,
solidarias y útiles.”
-¿Qué es lo que ocurre
específicamente con el agua?
“En Putaendo existe una
organización que administra arbitrariamente tanto el agua de riego, coma la
potable. Se llama Junta de Vigilancia del Río Putaendo, el cual proviene del
cordillerano Río Rocín, y la dirige el concejal Miguel Vega del Partido
Socialista de la Nueva Mayoría. Aquí están los Agua Potable Rural (APR).
Entonces, por ejemplo, la Junta de Vigilancia le vende agua de todos nosotros a
la compañía privada Esval a 60 pesos el metro cúbico (USD 0,08), y después
Esval nos la vende a nosotros mucho más cara. Es un negocio redondo para unos
pocos.”
-¿Y quién elige a la
Junta de Vigilancia?
“En Putaendo existen 37 de
comunidades de regantes y canaleros. En consecuencia, hay un presidente por
cada canal de regadío que es elegido por los regantes de cada uno de los
sectores. Y, a su vez, el presidente de la Junta de Vigilancia es elegido por
los presidentes de cada uno de los 37 canales. Pero aquí está el problema: hay
un reglamento que dice que cada uno de los regantes vota por acción y no de
manera igualitaria. Una acción depende de la magnitud de agua y de hectáreas de
cada regante. En concreto, la Junta de Vigilancia y el agua están controladas
por los señores Carter, Jarufe, de Blasi y Cabrini. Carter, por sí solo, junta
de mil a mil quinientas acciones. De hecho, Carter es el presidente de los
canales y siempre vota por él mismo. Ellos, por las extensiones de terreno que
poseen, son los dueños de la tierra y el agua. Ellos cuatro concentran el 90%
de las acciones y producen para la exportación frutícola, cuando en Putaendo
hay más de 6 mil regantes.”
-¿Cuál es la posición
de la inmensa mayoría de los que precisan el agua de regadío?
“Simple y democrática: un regante,
un voto. Independientemente de que uno riegue cinco minutos y Carter 50 horas.”
-¿Qué medidas
concretas ha adoptado la APP para la recuperación del agua saqueada?
“En una oportunidad tuvimos un
problema porque la Junta de Vigilancia trabaja con un señor que es el que
regula los 37 canales y que su cargo es de Juez de Río de la Junta de
Vigilancia. Ese señor vendía a los regueros más poderosos el agua que les
robaba a algunos agricultores. Nosotros lo descubrimos y lo denunciamos a
través de una pega de carteles en todo el pueblo. Junto a otro campesino,
partimos a declarar a la Junta de Vigilancia porque la cosa no puede seguir
así. Logramos que echaran al juez de riego ladrón.
Hemos estado luchando juntos con
los APR de Casablanca y Los Patos (hacia el norte de Putaendo), porque el
Municipio debe comprarle agua a la empresa Esval para enviarles camiones aljibe
y que logren llenar sus estanques. Esos campesinos y compañeros de lucha están
a menos de 50 metros del Río Putaendo ¡y no tienen agua! De sed no nos podemos
morir.”
“Hoy estamos en el
momento de la articulación, la acumulación de fuerzas, la organización y la
propaganda de nuestra causa común”
-En Putaendo se está
construyendo un embalse actualmente…
“Se trata de un embalse de 37
millones de metros cúbicos de agua, bajo la cuota de su cortina. Por eso
también estamos batallando para que a la gente se le asegure el agua de consumo
humano. La administración del embalse la tendrá la Junta de Vigilancia, ‘para
variar’, y entonces el riego tendrá un costo. Es decir, el que tenga plata
podrá regar y aquel que no tenga, no. Es un monopolio. Los cuatro ricos de aquí
serán los ganadores.”
-¿Quién paga la
construcción del embalse?
“El Estado lo costea en un 75% y
el otro 25% directamente nosotros. En realidad, el embalse lo pagamos todos/as.
De nuevo el Estado, con los recursos de todos los chilenos/as, subsidia a los
capitalistas.”
-Ustedes han
denunciado la eventual instalación de una gran minera en el pueblo…
“Es la Andes Copper, (‘compañía
canadiense de exploración y desarrollo enfocada en la adquisición, exploración
y desarrollo de depósitos de cobre en etapa avanzada en Latinoamérica’), donde
el ex ministro de la Concertación, Enrique Correa, hace
de lobbista de esa empresa. Según el Boletín Minero, cuando se establezca la
cuprífera tendría la capacidad de extraer 65 mil toneladas diarias de material
bruto. Para hacer una comparación, en la minera Los Pelambres del pueblo de
Caimanes, trabajaban 50 mil toneladas diarias, y a la comunidad de Caimanes la
hicieron mierda. En consecuencia, en cuanto a la producción agrícola de
subsistencia, Putaendo moriría. Sin contar el envenenamiento de las aguas y la
contaminación ambiental provocada por el tipo de trasporte y vías que usa la
gran minería. Debido a lo anterior, la APP considera que el embalse que están
haciendo, en verdad no es para regadío, sino que para la minera. De acuerdo a
lo que ha declarado la Andes Copper, la explotación minera estaría en pleno
funcionamiento el 2019-2020.
Por otra parte, mientras se hace
el embalse, un equipo de ingenieros, una vez terminada su cortina, descubrieron
que el embalse y el cerro tienen filtraciones a causa de las grietas. Por lo
tanto, la Andes Copper contrató a la empresa externa
española OHL, cuya investigación arrojó, ¡qué coincidencia!, que el embalse
se terminaría el 2019-2020. Ello confirma definitivamente que el embalse es
para la gran minera con la que nos destruirían.”
-Todo resulta
evidente…
“Además, en la comuna vecina de
Llay Llay está prácticamente lista la construcción de una hidroeléctrica,
arriba en la cordillera, muy cerca de donde estará la minera.”
-¿Cómo lo averiguaron?
“Por la Dirección General de Aguas
de Chile. Hoy existe una escritura en el Conservador de Bienes Raíces de la
comuna de Putaendo que afirma que toda el agua de nuestro río se la venden a la
hidroeléctrica en la miseria de 500 mil pesos (USD680) para alimentar a la
minera. Eso, mediante la figura legal de derechos no consultivos. ¿Qué quiere
decir derechos no consultivos? Que la hidroeléctrica ocupa el agua del Río
Putaendo y luego lo retorna al mismo río, haciendo lucro al 100%. Hasta ahora
sabemos que la hidroeléctrica abastecería de luz a Putaendo, San Felipe y Los
Andes. Ahora bien, aquí es donde surgen las contradicciones entre capitalistas,
porque la Junta de Vigilancia tiene su propio proyecto hidroeléctrico para
hacer el negocio ella, ubicando la hidroeléctrica bajo el embalse; mientras que
la minera tiene otro proyecto similar, pero para su objetivo de ganancia
privada, situando la hidroeléctrica mucho más arriba del embalse. Por eso hoy,
de manera oportunista y según sus intereses, la Junta de Vigilancia,
engañosamente, dice que está en contra de la minera.
Después
de todo, independientemente de las disputas intercapitalistas, la lucha del
pueblo de Putaendo por la recuperación del agua es de vida o muerte. Por eso
estamos condenados colectivamente a expulsar a la minera y a construir
coordinaciones estratégicas con otras comunidades de la zona que abrevan de las
napas subterráneas que nos permiten vivir. Hoy estamos en el momento de la
articulación, la acumulación de fuerzas, la organización y la propaganda de
nuestra causa común. Mañana, cuando corresponda, ya sabremos enfrentar un
momento superior de la lucha por el agua.”
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