Procesan a 4 militares (r) por torturar y ejecutar a ex Director y
funcionarios del Hospital de Temuco en 1973
Al terminar 2015, el
ministro en visita de la Corte de Apelaciones de Temuco, Álvaro Mesa Latorre,
sometió a proceso y prisión preventiva a cuatro funcionarios retiro del Ejército
por los homicidios calificados de Hernán Henríquez Aravena y Alejandro Flores
Rivera y los apremios ilegítimos a otras 3 personas, hechos ocurridos entre
septiembre y octubre de 1973.
Homicidios
El
magistrado encausó a Luis Raimundo Quezada Chandía como autor de los
homicidios calificados de HERNÁN
HENRÍQUEZ ARAVENA –ex director del hospital regional- y ALEJANDRO FLORES RIVERA – ex presidente
de la Fenats regional-, perpetrados el 5 de octubre de 1973 al interior de la
Base Aérea del Grupo N° 3 de Temuco. Como cómplice de los mismos ilícitos
fue encausado Hernán Jerónimo Ramírez Ramírez y como encubridores de los
hechos fueron procesados Víctor Manuel Volante Leonardi y a Xavier
Fernando Pérez Chávez.
Torturas
Asimismo
por los apremios ilegítimos de Jorge Silhi Zarzar, Víctor Hugo Painemal
Arriagada y Sergio Riquelme Inostroza, perpetrados durante los meses de
septiembre y octubre de 1973 al interior de la Base Aérea del Grupo N° 3,
Maquehue, de Temuco fueron encausados Hernán Jerónimo Ramírez Ramírez en
calidad de cómplice y en calidad de encubridores Víctor Manuel Volante Leonardi
y a Xavier Fernando Pérez Chávez.
En
causa (Rol número 113.969) el magistrado logró establecer:
“A.-
Que inmediatamente de ocurrido el pronunciamiento militar el día 11 de septiembre
de 1973, el Comandante del Grupo número 3 de Helicópteros de la Base Aérea
Maquehue, Coronel Andrés Pacheco Cárdenas, delegó el mando operativo de la base
al segundo Comandante Benjamín Fernández Hernández para poder asumir funciones
en el Comando de Acción Jurisdiccional ante Situación Interna (CAJSI), cuya
oficina se ubicaba en el Regimiento de Infantería número 8 “Tucapel” de la
ciudad de Temuco. Sin embargo, nunca dejó formalmente el mando de la unidad
antes indicada acudiendo diariamente a ese lugar para determinar las acciones a
seguir.
Cabe
señalar que gran parte de los oficiales de reserva de la Fuerza Aérea fueron
nombrados, además, como interventores en diferentes empresas estatales por lo
que tuvieron que compatibilizar ambas actividades durante el período antes
señalado, sin que dejaran de cumplir estas tareas, ya que cada rama de las
fuerzas armadas y de orden presentes en la ciudad designó un interventor por
empresa, por lo que las actividades en las empresas intervenidas siempre
estuvieron bien cubiertas.
B.-
Ante la necesidad de sistematizar y coordinar las actividades destinadas a la
detención de personas y su traslado a la base aérea Maquehue para su posterior
interrogatorio, el Segundo Comandante Benjamín Fernández Hernández organizó un
grupo especialmente seleccionado para tratar temas de inteligencia y de
detenidos políticos, grupo que estaba bajo su mando y que incluyó a los
Tenientes Ángel Campos Quiroga, Jorge Freygang Campaña, al Capitán Leonardo
Reyes Herrera, al Sargento Orlando Garrido Riquelme, a varios efectivos del
cuadro permanente de distinta graduación entre los que se cuentan entre otros a
Luis Arturo Soto Pinto, Heriberto Pereira Rojas, Luis Osmán Yáñez Silva, Jorge
Aliro Valdebenito Isler y Jorge Eduardo Soto Herrera; y a un empleado Civil que
tenía la especialidad de enfermería de nombre Crisóstomo Hugo Ferrada Carrasco.
Este grupo, a partir de esa fecha paulatinamente dejó de cumplir las funciones
propias de su especialidad para avocarse a las tareas que les eran asignadas
por el alto mando de la base Maquehue.
Este
grupo especial recibió la colaboración alternada y esporádica de oficiales de
línea y de reserva que, de motu proprio o por una orden recibida expresamente,
se integraron en algunas oportunidades a los patrullajes destinados a allanar
domicilios y detener personas o presenciaron y colaboraron en los
interrogatorios de los detenidos que permanecían al interior de la base.
Las
personas detenidas en los diversos operativos fueron mantenidos en dependencias
de la guardia, de la enfermería, en dos oficinas ubicadas en el edificio
Administrativo o de la Comandancia, en una antigua torre de madera que era
usada anteriormente para guardar material no usados, y que después del 11 de
septiembre fue habilitada para los fines señalados, y también en alguna
oportunidad se trasladaron hasta un hangar ubicado en el interior de la base.
Muchos
de estos detenidos permanecieron recluidos en la base Maquehue por un período
no inferior a una semana, tiempo durante el cual fueron interrogados y
torturados por los oficiales y suboficiales antes indicados, además de
habérseles suministrado, en ciertos casos, drogas como el Pentotal, para
que confesaran sus supuestos crímenes. Dicha droga era administrada por el
enfermero de la base. También durante ese tiempo los detenidos fueron sacados
al patio de la unidad durante el día para que descansaran un poco o fueron
trasladados hacia los baños existentes en la unidad, oportunidad en que fueron
vistos y atendidos por soldados conscriptos que pudieron comprobar el
deteriorado estado físico en el que se encontraban estas personas. Algunos de
estos conscriptos tuvieron que cumplir tareas de centinela para vigilar el
lugar donde los detenidos se encontraban.
Por
último, los operativos aéreos realizados en helicópteros en algunas ocasiones
consistieron en trasladar tropas de ejército hacia localidades de la IX región
cuya misión era detener personas contrarias al régimen militar. Estas personas
fueron trasladadas hacia la base aérea Maquehue y también al Regimiento de
Infantería número 8 “Tucapel” de esta ciudad, aterrizando los aparatos que los
transportaban en ambas unidades, según fuese el caso. De igual manera, se
efectuaron traslados de detenidos por tierra desde la base aérea Maquehue hasta
el regimiento Tucapel, los que fueron cumplidos por integrantes del grupo
especial descrito anteriormente y también en alguna ocasión por oficiales de
reserva que recibieron una orden para tales efectos.
C.-
Que Hernán Henríquez Aravena, Médico Cirujano y Director Zonal de Salud de
Temuco para septiembre de 1973, fue requerido por la autoridad militar de la
época para presentarse ante la Fiscalía Militar de esta ciudad, ubicada al
interior del Regimiento de Infantería número 8 “Tucapel”. El día 12 de
septiembre de 1973 compareció Henríquez ante la fiscalía siendo enviado a su
domicilio.
La
noche del 12 ó 13 de septiembre de 1973, Carabineros de la 2° Comisaría de Temuco
allanó el domicilio de Hernán Henríquez Aravena, a quien sacaron de este y los
trasladaron a la unidad antes mencionada. En ese lugar pasó la noche siendo
visto allí por varios testigos que han declarado en ese sentido en el proceso.
Al día siguiente fue nuevamente puesto a disposición de la Fiscalía Militar de
Temuco, donde se ordenó su traslado a la Cárcel de esta ciudad y posteriormente
se ordenó su arresto domiciliario total, quedando con la expresa orden de
presentarse a primera hora del día 25 de septiembre de 1973 en el tribunal
militar.
La
noche del 24 de septiembre de 1973 la casa de Hernán Henríquez Aravena fue
nuevamente allanada, esta vez por personal de la Policía de Investigaciones que
estaba agregado al regimiento Tucapel. Después de un rato la patrulla se retiró
del lugar. Sin embargo, más tarde se presentó otra patrulla, esta vez de
Carabineros de la 2° Comisaría, quienes sacaron de su domicilio al médico
Hernán Henríquez, llevándoselo sin dar ninguna explicación a su esposa.
Desde
ese momento en adelante, doña Ruth Kries Saavedra, cónyuge de Hernán Henríquez,
comenzó a indagar respecto del paradero de su marido preguntando primero en la
2° Comisaría de Carabineros de Temuco, donde le dijeron que este había sido
llevado a la Fiscalía Militar es esta ciudad. Entrevistándose posteriormente
con la autoridad militar competente, o con su representante, en la Fiscalía
Militar fue informada de que su marido no había llegado a ese lugar y que allí
se ignoraba su paradero.
Durante
los días sucesivos doña Ruth Kries Saavedra recibió información de que su
marido se encontraba detenido en la Base Aérea del Grupo n.° 3 de helicópteros,
Maquehue, donde estaba siendo sometido a interrogatorios y apremios ilegítimos.
Se entrevistó entonces con el Comandante de esa unidad, don Andrés Pacheco
Cárdenas, quien negó el hecho.
Que
una noche del mes de octubre el piloto civil Arnoldo Van Weezel, que cumplía el
rol de oficial de guardia en esa oportunidad, entró a la sala de guardia de la
Base Maquehue donde pudo ver que en una pequeña habitación se encontraba
tendido en un camarote el Médico Hernán Henríquez Aravena, a quien casi no
reconoció porque presentaba múltiples lesiones corporales que hacían presumir
que había sido víctima de apremios ilegítimos. Tales eran sus lesiones que el
médico no presentaba ningún signo de conciencia, llegando incluso a pensar el
oficial de guardia que este se encontraba próximo a la muerte. Posteriormente,
cuando finalizó su turno en la mañana, volvió a entrar a la guardia de la
unidad comprobando que Hernán Henríquez Aravena ya no se encontraba en ese
lugar.
D.-
Que Alejandro Flores Rivera, Auxiliar de Enfermería del Departamento de
Psiquiatría del Hospital Regional de Temuco y Presidente de la Federación Nacional
de Trabajadores de la Salud (Fenats), fue requerido mediante el Bando n° 11 de
fecha 12 de septiembre de 1973 para presentarse ante la Fiscalía Militar de
esta ciudad, ubicada al interior del Regimiento de Infantería n.° 8 “Tucapel”.
Ese día compareció Flores ante la fiscalía siendo enviado a su domicilio.
Posteriormente, en una fecha indeterminada aún en el proceso, pero anterior al
5 de octubre de 1973, don Raúl Cerda Aguilef, conscripto del regimiento Tucapel
de Temuco, llegó de relevo en horas de la mañana a la guardia de la unidad
antes indicada, pudiendo ver en ese lugar a Alejandro Flores Rivera, a quien
conocía desde antes porque era su hermanastro. En ese momento le dio desayuno.
Durante la tarde de ese día o al día siguiente volvió a la guardia y aún Alejandro Flores estaba en ese lugar quien le pidió a Cerda Aguilef que si algo le sucedía se hiciera cargo de su esposa y de sus hijos. A la mañana siguiente, Cerda fue a la guardia, pero Alejandro Flores ya no estaba. Entonces comenzó a preguntar por su paradero, hasta que un conscripto que era Sargento de Reserva, le dijo que no buscara más a su hermano porque durante la noche anterior él y el Teniente Alejandro Rubio Balladares (Q.E.P.D.) lo habían llevado a la Base Aérea Maquehue, lugar en el que había sido ejecutado y enterrado en un terreno que estaba loteado. Este soldado Conscripto, según los antecedentes allegados al proceso, formaba parte de un grupo especialmente seleccionado por el Teniente Rubio Balladares para efectuar acciones relacionadas con detenidos políticos.
Durante la tarde de ese día o al día siguiente volvió a la guardia y aún Alejandro Flores estaba en ese lugar quien le pidió a Cerda Aguilef que si algo le sucedía se hiciera cargo de su esposa y de sus hijos. A la mañana siguiente, Cerda fue a la guardia, pero Alejandro Flores ya no estaba. Entonces comenzó a preguntar por su paradero, hasta que un conscripto que era Sargento de Reserva, le dijo que no buscara más a su hermano porque durante la noche anterior él y el Teniente Alejandro Rubio Balladares (Q.E.P.D.) lo habían llevado a la Base Aérea Maquehue, lugar en el que había sido ejecutado y enterrado en un terreno que estaba loteado. Este soldado Conscripto, según los antecedentes allegados al proceso, formaba parte de un grupo especialmente seleccionado por el Teniente Rubio Balladares para efectuar acciones relacionadas con detenidos políticos.
E.-
Que con fecha 5 de octubre de 1973 la autoridad local emitió el Bando n.° 9 que
fue firmado por el Comandante de la Guarnición Militar de Temuco el cual en su
punto n.° 2 daba a conocer a la comunidad que “Ante el intento de fuga
planificado por ALEJANDRO FLORES RIVERA y en complicidad con HERNÁN HENRÍQUEZ
ARAVENA mientras se encontraban detenidos en el cuartel del Grupo n.° 3 de
Helicópteros y en connivencia con individuos que desde el exterior trataron de
ayudarlos, fueron eliminados por la Guardia. Los demás sujetos huyeron del
lugar sin obtenerse otras bajas. Estos elementos extremistas fueron
enterrados.” Dicho Bando fue publicado en el Diario “El Austral” de Temuco,
cuya tirada diaria era revisada previamente por un Capitán de Bandada de la
Base Aérea Maquehue de Temuco, quien era ayudante del Coronel Andrés Pacheco
Cárdenas y, además, encargado de Relaciones Públicas en la Intendencia de
Cautín.
Atendido
el mérito de los antecedentes que obran en este proceso hasta el momento que
sobre el particular se contraponen a lo expresado en el bando precitado, llevan
al Tribunal a formarse la convicción de que Henríquez Aravena y Flores Rivera
fueron ejecutados por el personal de la Base Aérea Maquehue y por personal de
Ejército del Regimiento Tucapel que estaba encargado de su custodia, en una
situación distinta a la señalada en el Bando, descartándose como motivo para
este hecho la fuga de ambos; teniendo en consideración, además, que hasta el
momento no consta en autos que los cuerpos hayan sido entregados efectivamente
a sus familiares.
F.-
Que Jorge Silhi Zarzar, estudiante de 4° año Medio en el Liceo de Hombres N° 1
de Temuco y militante del MIR, fue detenido a fines de octubre de 1973 desde su
domicilio por una patrulla de la Fuerza Aérea de Chile que dirigía el Empleado Civil
enfermero en la Base Maquehue, Crisóstomo Hugo Ferrada Carrasco, a quien
reconoció inmediatamente por haber sido la persona que en calidad de
practicante del doctor Antonio Said Yaar, le había realizado en tiempos
pretéritos algunas curaciones provenientes de una cirugía menor que le había
practicado dicho médico en su consulta particular.
Una
vez que se aproximaron a la Base Aérea Maquehue, uno de los integrantes de la
patrulla le ordenó taparse la cabeza con la chaqueta que vestía el detenido,
quien fue dejado en una sala, acostado en un catre con colchón y con la vista
vendada. Durante la noche Silhi Zarzar fue sacado de la referida sala y fue
llevado a otro edificio donde fue sometido a interrogatorios y apremios
ilegítimos como asfixias mediante introducción de la cabeza en bolsas de nylon,
aplicación de electricidad, golpes físicos con tablas y palos y otras técnicas
ya conocidas. En un momento determinado el enfermero que lo había detenido le proporcionó
Coramina en un vaso de agua. Esta persona, además, dirigía los interrogatorios
y cada vez que las respuestas de Silhi le parecían falsas quedaba en poder del
equipo de torturas. Esta situación se mantuvo por más de diez días y varias
veces en el día. Finalmente, Jorge Silhi fue dejado en libertad, siendo llevado
a su casa por Jorge Freygang Campaña.
G.-
Que Víctor Hugo Painemal Arriagada, para septiembre de 1973 trabajaba en
Socoagro como ayudante de Contador. El Interventor de esa empresa era un Capitán
de Bandada de la Fuerza Aérea de Chile. El 8 ó 9 de octubre de ese año, en
horas de la mañana, mientras se encontraba en su trabajo, en presencia del
interventor antes mencionado fue detenido por el Suboficial de la Base Aérea
Maquehue Orlando Garrido Riquelme (Q.E.P.D.), junto a quien abordó una patrulla
y fue llevado a la base antes indicada. Apenas abordó el jeep en el que se
movilizaban le pusieron una venda en la vista. Fue dejado en una sala donde
había dos o tres camas. Ese mismo día fue trasladado hacia algún lugar al aire
libre, donde le ordenaron mantener las manos alzadas por un período de casi una
hora. Producto del cansancio Painemal bajó las manos un momento, recibiendo un
culatazo. En todo instante, a pesar de estar con la vista vendada sentía que
había más personas detenidas a su alrededor. Luego de esto, volvíó junto a
otras personas hacia la habitación descrita anteriormente entre las que pudo
reconocer la voz de Sergio Riquelme Inostroza, tambíen contador.
Durante
su cautiverio se acercaron a interrogarlo el interventor de Socoagro y Pablo
Alister Vega, Oficial de Reserva a quien conocía previamente, quienes le
propusieron que si les decía dónde estaban escondidas las armas ellos podían
darle la libertad inmediatamente. Painemal Arriagada estuvo detenido alrededor
de dos semanas, período en el que fue sometido a varios interrogatorios,
pudiendo recordar como a uno de sus interrogadores al Suboficial Garrido.
Además, que en una oportunidad fue sacado de la unidad para ir en busca del domicilio
de una persona de nombre Pedro Matus, quien vivía en la Población Lavandero. Le
permitieron quitarse la venda de los ojos para dar con el domicilio, pero no
pudo ubicarse. Producto de esto recibió apremios ilegítimos, siendo torturado
en varias oportunidades aplicándole la técnica del submarino seco, es decir,
una bolsa sobre la cabeza para cortarle la respiración, además de simulacros de
fusilamiento. Finalmente, fue liberado, siendo dejado frente a su casa por el
Suboficial Garrido.
H.-
Que Sergio Riquelme Inostroza, militante del Partido Comunista, Contador y
profesor del Instituto Superior de Comercio en la ciudad de Temuco para
septiembre de 1973, mientras hacia clases en ese lugar fue detenido por una
patrulla de la Fuerza Aérera de Chile entre cuyos integrantes reconoció a
Orlando Garrido Riquelme. Fue conducido a la Base Aérea Maquehue, pero antes de
entrar a la unidad le fue vendada la vista. En la guardia le sacaron los
zapatos y todos su efectos personales y lo tendieron en una camilla o litera.
Más tarde fue llevado a otro sector para ser interrogado. Al día siguiente,
durante la mañana comenzó otro interrogatorio, pero esta vez fue apremiado
físicamente mediante la aplicación de golpes en diferentes partes del cuerpo,
además de otros métodos de sufrimiento. Este procedimieto se repitió por diez
días, período durante el cual fue sacado al patio y a otras dependencias de la
unidad, siempre con la vista vendada.
Cierto
día fue sacado a la sala donde se le interrogaba y alguien le pidió que se
quitara la venda de los ojos. Entonces pudo reconocer a la persona que tenía
enfrente como el hermano de un compañero de curso que Riquelme tuvo. Esta
persona que lo interrogaba era Emilio Sandoval Poo, Oficial de Reserva que era
piloto civil, quien le señaló que venía a saber de su situación por orden del
Intendente de la IX región que en aquella época era el Coronel de Ejécito
Comandante del Regimiento “La Concepción” de Lautaro. Además, esta persona le
pasó un papel y un lápiz para que anotara todos los nombre de sus familiares y
conocidos, dándole diez minutos para hacerlo. Se retiró durante ese período y
regresó posteriormente para pedirle el papel. Como Riquelme no anotó ningún
nombre, el Oficial de Reserva se molestó, rompió el papel y el lápiz, lo insultó
y se fue del lugar.
Finalmente,
días más tarde Sergio Riquelme fue dejado en libertad siendo trasladado por el
Sargento Orlando Garrido a su domicilio, donde casi no fue reconocido por su
esposa, debido el estado fisico en el que se encontraba” sostiene el fallo.
Los
detenidos ingresaron a la Base Aérea Maquehue y al Regimiento de Infantería
Número 8 “Tucapel” de Temuco, y solicitó la extradición de Luis Quezada
Chandía, que reside en Sao Paulo, República de Brasil.
Fuente:
Poder Judicial
¡NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y
MEMORIA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
Colectivo Acción Directa - CHILE
Enero 4 de 2015
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