Presentamos a continuación una interesante propuesta del Colectivo La Savia, respecto de cómo salir del empantanamiento en el cuál ha caído el movimiento por No + AFP. Al final, anotamos algunas observaciones que nos merece el documento de los compañeros
“¿Cómo fortalecer la lucha contra las AFP
desde los territorios?”
Por Ivo Sandoval, Colectivo
La Savia, en Aurora
Roja –public. 12/6/17
Como parte del
movimiento opositor a las AFP, es necesario también realizar nuestras propias
reflexiones. El punto de partida tiene relación con el escenario al que nos
enfrentamos: se ha iniciado una ofensiva de parte de los dueños de las AFP y
sus beneficiarios (grandes grupos económicos y partidos políticos del
duopolio), luego de tres movilizaciones masivas a lo largo de todo el país y
una jornada de paro nacional con carácter de movilización y protesta social del
4 de noviembre. Movilizaciones que han visibilizado el papel activo de las
masas trabajadoras y la posibilidad de articulación de un sujeto que impugne el
dominio neoliberal. Se han prendido las alarmas del poder. Se ha modificado,
producto de la irrupción masiva y articulada de nuestro movimiento, las piezas
del tablero político y social. Y es que el bloque de fuerzas económicas y
políticas que ha dominado Chile los últimos 40 años no tenía previsto que en su
agenda irrumpiera el profundo cuestionamiento a uno de los principales pilares
para la acumulación capitalista. Ya no había vuelta atrás, debían actuar.
Esta
ofensiva se caracteriza por dos componentes: uno ideológico y otro
comunicacional, complementarios entre sí. El primero es la categórica defensa
al actual modelo de capitalización individual, desestimando de plano algún
cambio parcial al modelo y el absoluto rechazo a la alternativa de reparto. En
segundo término, la ofensiva comunicacional consistió en la censura al movimiento
social, el constante descredito a sus voceros, el ataque y demonización de las
campañas de desafiliación de CUPRUM y PROVIDA y el cambio al fondo E impulsadas
desde la CNT NO+AFP. Por el contrario, se han atrincherado en la promoción del
actual modelo de ahorro forzoso, acompañado de un deliberado intento de lavado
de imagen por parte del algunas AFPs, evidenciando su preocupación por los
crecientes cuestionamientos y pérdida de afiliados. Todo este despliegue fue
realizado para tener como punto de llegada una salida político-mediática,
presentada con pirotecnia y ambigüedad: el “Gran Acuerdo Nacional” en materia
de pensiones.
A
fines de marzo del presente año, el gobierno y la Nueva Mayoría mostraban
algunas luces del camino que seguirían: pomposidad discursiva pero escasa
profundidad de su propuesta. Seguramente para evitar tensiones con el
empresariado y al interior de su coalición. Sin embargo, los roces llegaron:
arrastrados ya desde mediados de 2015, se expresaron, por ejemplo, en el encontrón
entre la Ministra del Trabajo (DC) y su par de Hacienda (PPD), cuando la
primera anunciara públicamente que no se destinaría “ni un peso más para las
AFP”, aludiendo a que el 5% de cotización adicional a cargo del empleador no
iría a las cuentas individuales de los afiliados. Superado el impasse, el
ministro Rodrigo Valdés se vio en la obligación de salir a ratificar el destino
de aquel 5%. Además, agregando que sería administrado por un ente público,
próximo a ser creado, pero sin determinar con exactitud las características del
mismo, sus atribuciones y relación con las AFP, lo cual vendría a complicar aún
más la confección y tramitación de las modificaciones al actual modelo de
pensiones. Señales contradictorias y ambivalentes de un gobierno que opta por
una salida de carácter político y no técnico al conflicto en un año marcado por
las elecciones presidenciales y parlamentarias.
La
salida política que plantea el gobierno al conflicto se ratifica con la
escuálida cadena nacional realizada por la presidenta a mediados de abril. Sin
dar mayores detalles, explica a grandes rasgos de qué tratarán las
modificaciones: creación de un ente público que administrará el 5% y determinar
cómo se dividirá la cotización adicional a cargo del empleador. Se pueden
interpretar dos elementos de lo anunciado: por un lado, nula claridad e
improvisación, expresadas en la falta de consenso y tensiones que cruzarán la
confección y el trámite de las modificaciones. Por otro lado, se revela que el
tan bullado “Gran Acuerdo Nacional” finalmente no se logra.
Tras
el anuncio de reforma por parte del gobierno, es factible diferenciar la
apariencia del debate, es decir, la tensión superficial gobierno-empresarios
acerca de la dirección, funciones, atribuciones y quiénes administrarían de
mejor manera el 5% de cotización adicional. En resumen: ente público o AFP. No
obstante, la esencia del debate es, en primer lugar, es que ambas posiciones
redundan en la legitimación irrestricta del actual modelo de capitalización
individual y ahorro forzoso, desechando de plano, una vez más, la alternativa
de reparto solidario. En segundo lugar, al no alcanzarse el “Gran Acuerdo
Nacional”, el gobierno busca una salida política al conflicto, es decir,
contener el descontento social por la vía institucional realizando cambios
cosméticos al actual modelo. En tercer lugar, ante un cambio superficial y
ambiguo que no beneficia directamente a los dueños y beneficiarios de las AFP,
estos concentran sus fuerzas en tensionar el debate utilizando todas las
tribunas mediáticas que tienen a su favor, dando un giro hacia posiciones mucho
más críticas hacia las medidas tomadas por el gobierno, no cediendo ningún
centímetro a la eventual modificación que trae consigo la propuesta de reforma.
Reaparece con un poco más de notoriedad aquel empresariado con tintes
confrontacionales, similar al que vimos durante el trámite de la reforma
tributaria y laboral de la actual administración.
En
la vereda de en frente estamos nosotros(as), el movimiento NO+AFP, a quienes deliberadamente
se nos intenta dejar fuera del debate mediático, sin éxito, en tanto no logran
marginarnos de la disputa real para avanzar hacia un sistema de seguridad
social robusto y serio. El 26 de marzo, día de la primera movilización masiva
del año, ratifica la voluntad activa de trabajadores y trabajadoras: dos
millones de personas exigiendo el fin de las AFP a lo largo de todo Chile,
volviendo a posicionar el debate sobre las pensiones de miseria. Un amargo
recuerdo para los empresarios y el gobierno de que no podrán esconder el
problema debajo de la alfombra. La denominada “Marcha Más Grande de la
Historia” irrumpe en el escenario político y repercute en los posteriores
anuncios del gobierno desde la cadena nacional hacia delante, incorporando en su
reforma elementos de la propuesta elaborada por la CNT-NO+AFP como la
solidaridad intergeneracional y el componente de reparto, pero distorsionando
su significado y orientación original como propuesta de seguridad social en
beneficio del pueblo trabajador.
En
un escenario como el descrito hubiese sido optimo hacer carne y trabajar desde
las bases los acuerdos tomados en la Conferencia Nacional NO+AFP realizada el
pasado 14 de enero. En la ocasión se fijó una hoja de ruta mínima para el año:
(i) realización de un Congreso Nacional que defina y ratifique los lineamientos
tácticos del movimiento; (ii) fijar fechas tentativas de movilización y; (iii)
convocatoria a paro y protesta nacional como expresión de lucha que condense
distintas formas de presión política y social y que a su vez sirva como
horizonte para un plan de acumulación de fuerzas. No obstante, durante una
sesión del Consejo Nacional acontecida el día 5 de abril, el Comité Ejecutivo
de la Coordinadora promueve una lógica con efectos desmovilizadores,
renunciando a fijar fechas de movilización, suspendiendo el Congreso Nacional
para el próximo año y desechando la alternativa de paro y protesta nacional. De
ahí en más, el único llamado ha sido a un plebiscito, el que si bien constituye
una forma más de manifestación, carece de sentido movilizador cuando no se
inscribe en un diseño de acumulación de fuerzas sociales y a un plan de presión
política para realizar los cambios que promovemos. Creemos que no podemos
evitar las discusiones al interior de la Coordinadora, la participación y
deliberación democrática son esenciales para fortalecernos. Tampoco podemos
renunciar a otras formas de lucha y acción directa, más aún cuando estas son
una opción que nace desde el seno de los territorios y desde allí se impulsan.
Frente
a este panorama, nos planteamos las siguientes tareas para dinamizar y
fortalecer la lucha contra las AFP:
Democracia interna: Debemos profundizar la
democracia de la Coordinadora, multiplicar zonales y comunales en los
territorios donde actualmente no existen, que se incorporen y sean parte activa
de la vida orgánica del movimiento en el debate y toma de decisiones tanto a
nivel local, regional y nacional. Que hagan suya la propuesta de Sistema de
Reparto Solidario y Tripartito, y pongan en marcha un trabajo de articulación
con otros sectores organizados para ir incorporando más fuerzas al trabajo
territorial propio de zonales y comunales. La clase trabajadora también está en
los territorios y estamos seguros(as) de allí provienen activos contingentes
que se incorporan a la lucha. Todo este esfuerzo debe estar dirigido hacia el
Congreso Nacional de la CNT-No+AFP, el que debe realizarse sí o sí, por tanto
debemos impulsar esa posición desde las bases y no dar el brazo a torcer.
Debemos re-definir nuestra hoja de ruta, la táctica y el plan de lucha a
seguir. Hay que tener en consideración también que la algarabía electoralista
de algunos sectores al interior de la Coordinadora producto de la coyuntura ya
habrá pasado el próximo año, y la alta probabilidad que la derecha llegue al
gobierno, y junto a ella la contención de las luchas populares bajo una lógica
represiva, autoritaria y excluyente. Por eso creemos necesario debatir,
proyectar y acordar de forma democrática y orgánica, desde las bases hacia las
dirigencias. Hay experiencia de lucha y organización acumulada y claridad en
torno a un planteamiento programático en torno al sistema previsional que
queremos. Hace falta acordar las formas en que lucharemos para lograrlo.
Enraizamiento de la propuesta: Tenemos una
propuesta seria y técnicamente viable, pero debemos darle mucha más
visibilidad. Una tarea medular para zonales y comunales es difundir, educar,
explicar nuestra propuesta en asambleas de sindicatos, juntas de vecinos,
clubes deportivos, en jornadas de participación vecinal o en cualquier espacio
que congregue a nuestros pares. Tenemos que despejar y aclarar dudas, debatir y
salir a contrastar nuestra propuesta con la del gobierno-empresarios. Hacer
robusto y visible las razones de nuestro rechazo a cualquier cambio superfluo e
improvisado de la actual administración de Bachelet. Realizar un trabajo de
enraizamiento de la propuesta, supone a su vez la re-articulación del tejido
social y sindical, por tanto, está por encima de cualquier coyuntura electoral.
Revalidación
de los métodos tradicionales de lucha del movimiento popular: Nuestra
postura debe ser tajante y sin medias tintas: ante cualquier anuncio en materia
de pensiones que legitime el actual modelo y resguarde los intereses de las AFP
y sus beneficiarios, debe tener como respuesta la protesta y movilización de
masas. Salir a rechazar de forma pública la improvisación con la que el
gobierno busca darle respuesta a la miseria en la que se ven enfrentados
nuestros jubilados y jubiladas todos los meses. Debemos ir preparando el
terreno y concentrando nuestras fuerzas desde ya, de cara al paro nacional
acordado en la Conferencia Nacional de enero pasado.
Estos
son algunos lineamientos, sometidos a debate y modificación, para fortalecer
nuestro movimiento. Pensamos que el desarrollo político de la clase trabajadora
pasa necesariamente por profundizar la capacidad decisional de las
organizaciones con que nos enfrentamos a las fuerzas políticas y económicas que
han gobernado Chile y resguardamos nuestros intereses. Sabemos que esta lucha
toca uno de los pilares del neoliberalismo y, por lo mismo, entendemos que se
requieren aún más fuerzas de cambio para transformar el sistema previsional. La
oposición a las AFP debe clarificarse, robustecerse y potenciar la principal
organización que lucha por otro sistema previsional. Es tiempo de seguir en la calle,
pero también de proyectar los siguientes pasos que daremos.
________________________
Posición
del CAD frente a la propuesta del Colectivo La Savia
Estando
de acuerdo con gran parte del trabajo presentado por los cros de La Savia,
queremos aportar lo siguiente:
1.-
No se recoge allí el sentimiento de amplios sectores del pueblo trabajador en
relación a que, “luego de tres movilizaciones masivas a lo largo de todo el
país y una jornada de paro nacional con carácter de movilización y protesta
social del 4 de noviembre” es bien poco lo que ha quedado respecto de la construcción
de un sujeto que impugne el sistema de dominación. Antes bien, lo que es
posible ver y lo podemos constatar en el día a día, es un generalizado sentimiento
de rabia, de rechazo al sistema de ahorro forzoso de nuestros fondos
previsionales, pero de ahí a existir atisbos de una movimiento político-social
vertebrado nacional, regional, provincial y comunalmente, además de
permanentemente activado, resta mucho trecho. Y es frente a ésta debilidad e incapacidad
que no hemos visto una clara decisión por parte de la coordinación central de
la CNT No + AFP por enfrentar y mejorar dicha adversa situación;
2.-
La salida a la crisis del sistema previsional (entiéndase crisis para l@s
trabajador@s, pues nunca ha significado problemas para los dueños de las AFP)
no es técnica, es política. Este tipo de salida no provendrá de los mismos
sectores que, agrupados ayer en la Concertación y hoy en la NM, han mantenido,
reproducido y ampliado el patrón de acumulación capitalista y el modelo de
explotación. Como siempre, será tarea del pueblo trabajador dar la lucha hasta
el fin para lograr que se produzca ese tan anhelado fin del sistema capitalización
individual y ahorro forzoso vigente, dando paso a un régimen previsional
solidario, de reparto y con financiamiento tripartito, enmarcado en un
verdadero sistema de seguridad social para tod@s los trabajador@s y jubilad@s
del país;
3.-
Creemos necesarias las tareas que los cros plantean al final del texto. Sin
embargo, dichos desafíos deben ser enfrentados desde ahora, no aguardando a la
realización de ditirámbicas campañas electoreras ni a resultados eleccionarios
que no vendrán a cambiar nada. Por ejemplo, ese Congreso Nacional No + AFP
debiera convocarse para el segundo semestre de éste año; en el interludio se
podría acrecentar la conformación de coordinaciones regionales y locales,
presionando a la democratización del movimiento ‘desde abajo’; tod@s l@s
activ@s democrátic@s tendríamos que difundir y discutir en la base las
propuestas del movimiento, mediante todas las formas posibles; la movilización
y los métodos nuevos y antiguos de lucha deben estar a la orden del día, puesto
que guagua que no llora no mama. Si alguno/a de los/as muchos/as candidatos/as
que posan de populares se digna consignar en su propuesta la justa demanda de
No + AFP y por un sistema previsional como el que apoyamos, pues bienvenido
sea, pero ello no significa que tengamos que bajar en ningún caso y en ningún
momento nuestra legítima lucha por una sociedad mejor para nosotros y nuestros/as
hijo/as. Apostar al camino electoralista sólo nos hipoteca el futuro de nuestra
propuesta y de nuestras reclamaciones, desorganizando y desgastando de paso la
poca fuerza social que se ha logrado acumular en estos años de combate
político-social, a la par que cooperamos con los que nos dominan para confundir
y llevar a creer a los explotados y sus familias que la solución a sus
problemas se dan apoyando éste o aquel candidato, cuando de lo que se trata es
que nos organicemos y construyamos el poder que destruirá el orden de mierda en
que nos explotan, discriminan y humillan;
4.-
Por cierto que no nos es posible coincidir con los cros de La Savia en cuanto a
que el modelo de dominación y explotación hoy vigente sea “neoliberal”; no es ni
viejo ni nuevo-liberal. Si atendemos a la monstruosa centralización y concentración
del capital a la cual se ven sometidos todos los ámbitos de la infraestructura
de la formación económico-social, lo que desde allí determina, en última instancia, lo que suceda en la estructura jurídico-política, tendríamos que coincidir en que la mejor
definición del modelo es Monopolista, detentando el poder hoy por hoy la fracción
hegemónica de la burguesía, la Monopólico-Financiera, aliada dependientemente al
capital monopólico-transnacional.
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