“Convergencias y
divergencias de políticas petroleras de Trump y Peña”
Con
distancia de unos días, y mediante decretos o simples acuerdos administrativos,
los gobiernos de Estados Unidos y de México han promulgado disposiciones en
materia petrolera. Algunas coinciden en suavizar las regulaciones y facilitar
la actividad de las empresas para acelerar la extracción petrolera
Por Fabio Barbosa*, en Red Voltaire –public. 9/6/17
Los jefes del
Ejecutivo de México y de Estados Unidos desafían a amplios sectores de sus
poblaciones afectadas por problemas ambientales, y ambos actúan en el contexto
de una crisis mundial de sobreproducción petrolera, que amenaza con mantener
los precios en un nivel que no garantiza suficientes retornos.
Acaso
es una paradoja que, en el contexto actual, el triunfo de uno implica el
debilitamiento del otro, es decir: si la producción shale se incrementa en
Estados Unidos, el eventual desarrollo de esa misma producción en shales, al
sur del Río Bravo, se verá imposibilitada para desplegarse. Desde luego podría
ser que ya tienen considerado que, agotados los recursos gringos, trasladen los
equipos a este país para continuar aquí la fiesta.
Pretende Trump perforar en el
Atlántico, el Pacífico y en Alaska
El
hombre de la peluca color naranja, deslizándose por una pendiente demencial, en
el marco de los 100 primeros días de su gobierno, ha girado una serie de
“órdenes ejecutivas” que instruyen a su secretario del Interior, Ryan Zinke, a
levantar las moratorias establecidas, algunas desde la presidencia de Clinton y
otras por Obama, a fin de eliminar las restricciones y permitir extender la
perforación de pozos petroleros al Círculo Polar del océano Ártico, el norte de
Alaska y frente a las costas estadounidenses de los océanos Atlántico y
Pacífico.
Todavía
no han definido si abrirán también todas o una parte de las aguas que rodean la
península de Florida, en las zonas Central y Oriental del Golfo de México, un
vasto espacio marino en moratoria y en cuyas costas se ha desarrollado una
vigorosa zona de pesca, turismo y deportes acuáticos, acompañada de fabricación
de instrumentos de navegación de veleros, que ha sido defendida no sólo por la
población y los hoteleros, sino por los propios gobiernos locales, y finalmente
respetada incluso por la petrocracia de los Bush (para ampliar la información
sobre las zonas central y oriental del Golfo de México profundo, véase:
“Presionan en EE.UU. por perforaciones en el este del golfo de México (http://www.prensa-latina.cu/index.p...)
01 de mayo de 2017, Washington, 1 may (PL).
Suavizan regulaciones sobre
seguridad industrial
Con
el planteamiento de impulsar la creación de empleo, Donald Trump ha instruido a
Zinke para considerar la posibilidad de derogar o modificar, con el propósito
de hacerlas más sencillas y ágiles, las normas de seguridad establecidas como
consecuencia de la explosión, hundimiento y alarmante derrame de petróleo por
parte de la plataforma de la British Petroleum “Deepwater Horizon” en 2010, en
el Golfo de México, considerada la mayor catástrofe ecológica en la historia de
Estados Unidos.
Las
nuevas disposiciones también ordenan al secretario del Interior que instrumente
un enfoque de permisos simplificados para la recolección de datos sísmicos con
fondos privados para determinar el potencial de recursos energéticos en alta
mar.
Todo
lo anterior supone un contratiempo para el movimiento internacional que reclama
mayores protecciones al medio ambiente por parte de Estados Unidos, país considerado
como uno de los principales contaminadores y responsable de más del 25 por
ciento de las emisiones de gases con efecto invernadero en el planeta.
EE.UU. se reinserta en modelo
extractivista de nuevo tipo
Parece
una locura que ante la caída de la tasa de ganancia industrial, Trump empuja
una reconversión de su país al extrativismo basado, en tierra, en la
masificación del fracking y, costa afuera, en sus recursos en aguas profundas.
Desde
luego, el neo extractivismo de Trump es distinto al de Peña, que se limita a
entregar espacios marinos y terrestres. En el discurso gringo hay una
insistencia en la recuperación del empleo. Por ejemplo, citan el caso de
Alaska, donde un segmento de su plataforma marina ha estado en moratoria, con
la consecuencia, dicen, que ahora esa entidad tiene el segundo mayor desempleo
del país… las restricciones a la perforación han ocasionado pérdida de miles de
empleos, lamenta Zinke.
Argumenta
el gobierno de EE.UU. que dispone de un total de mil 700 millones de acres en sus
aguas territoriales, pero, de ellos, apenas el 94 por ciento, sólo 16 millones,
están bajo arrendamiento para el desarrollo de petróleo y gas.
Conviene
recordar que ello se debe a que los bloques que Estados Unidos subasta son de
apenas 5 por 4 cinco kilómetros, en total 20 kilómetros cuadrados, en tanto
Peña licita bloques 100 veces mayores.
Trump quiere incrementar ingresos
del gobierno federal
Aduce
Trump que en 2008, los ingresos que el gobierno federal obtenía por los
arrendamientos en su zona marítima ascendían a casi 18 mil millones de dólares
y que para 2016, este mismo renglón había caído, aproximadamente, a 2.8
millones. Es también muy interesante que Trump ha iniciado una disputa con los
estados que cuentan con petróleo en sus costas, en busca de redefinir las
participaciones en las regalías para el gobierno federal.
En
la etapa presente de la industria petrolera se desarrolla un debate sobre sus
impactos ambientales y la necesidad de limitar su expansión, incluso apurar el
abandono del “modelo fósil” por razones de salud pública, conservación del agua
y otros recursos naturales.
En
contraste, en el nuevo gobierno de Estados Unidos hay una oleada de políticos
que pregonan sus amplias bases sociales de apoyo, como el propio Zinke,
exgobernador de Montana, un estado productor importante de shale oil, en la
cuenca Bakken, sostiene que los recursos fósiles son una bendición.
“Los hidrocarburos fósiles son
una bendición”
La
producción de energía es una “bendición absoluta para la economía”, dice el
secretario del Interior, y enumera las razones: 1) apoya la creación de más de
9 millones de puestos de trabajo, 2) suministra energía para la industria
manufacturera 3) permite la calefacción doméstica y 4) apoya el transporte.
Pregona
el propio Trump: “voy a levantar las restricciones sobre la energía
estadounidense y permitir que esta riqueza se derrame en nuestras comunidades”,
pero esta derrama requiere acentuar tendencias en curso: 1) el consumo
doméstico de hidrocarburos está disminuyendo, 2) las exportaciones de gasolinas
aumentando, 3) se ha iniciado una reconversión de plantas de gas licuado para
exportación.
En
una situación nueva, por lo menos en el corto plazo, consideran a México como
mercado de consumidores de sus derivados. Veamos cómo lo explica Zinke:
“En
primer lugar, es mejor para el medio ambiente que los Estados Unidos produzcan
energía; he pasado mucho tiempo en países de todo el mundo y puedo decirles,
con el 100 por ciento de certeza, que es mejor desarrollar nuestra energía
aquí, bajo regulaciones razonables, en lugar de tener la producida en el
extranjero bajo poca o ninguna regulación” (“First, it’s better for the
environment that the U.S. produces energy. I’ve spent a lot of time in countries across the world, and I can tell
you with 100 percent certainty it is better to develop our energy here under
reasonable regulations, rather than have it produced overseas under little or
no regulations”. SOURCE: U.S. Department Of The Interior, https://www.doi.gov/press releases).
La política petrolera de Peña
En
lo que va del sexenio, Peña Nieto prácticamente ha sacado de operación la mayor
parte del sistema de refinación (su antecesor Felipe Calderón ya había
comprometido la petroquímica) y ha virtualmente detenido la perforación.
Su
tarea ha consistido sólo en entregar bloques, ahora lo llaman “la cuadrícula”
del territorio petrolífero nacional. En 2017 se difundió una nueva versión del
Plan Quinquenal de Licitaciones, que detalla la expectativa de entregar todo lo
que queda antes de culminar este gobierno.
La
más reciente expresión de este empeño por acelerar la entrada de capital
privado, es el primer reglamento mexicano para la exploración y extracción de
lutitas en este país.
La
Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente
(Asea) publicó el pasado 16 de marzo unas breves “disposiciones
administrativas” en materia de seguridad industrial, para realizar actividades
de exploración y extracción de hidrocarburos en yacimientos no convencionales
en tierra (disposiciones administrativas de carácter general que establecen los
lineamientos en materia de seguridad industrial, seguridad operativa y
protección al medio ambiente para realizar actividades de exploración y
extracción en yacimientos no convencionales en tierra”, Diario Oficial de la
Federación, 16 de marzo de 2017).
Desde
luego no lo consideramos un aviso de la inminencia de la exploración y menos
desarrollo de las lutitas, sino un incentivo más a las empresas contratistas de
que aprovechen los meses que le quedan a este gobierno para que inicien
actividades, ofreciéndoles facilidades que no van a encontrar en ningún otro
país.
Si
hoy un contratista pretende realizar fracking, los requisitos y el
procedimiento que establece la Asea, es el siguiente:
- Los
contratistas (la Asea los llama los regulados) deberán presentar a las
oficinas de la Agencia, 45 días antes de iniciar actividades
(deliberadamente omiten la noción fracking), una “evaluación y un
“dictamen técnico” (Artículo 23, del Capítulo V, de las “Disposiciones…”
citadas).
- La evaluación
y el dictamen certificará que el programa del contratista para la
realización del fracking ha sido diseñado ajustándose a la normatividad
aplicable y a las mejores prácticas internacionales y, si lo desea,
incluso puede mejorarlas.
Pero
esa evaluación y dictamen no los formulará personal de la Asea, sino un llamado
“tercero autorizado”, como a la fecha la Asea no cuenta con un listado de esos
peritos, “el mismo contratista podrá buscar a su dicatminador”. Los
dictaminadores podrán acreditar su capacidad de diversas maneras, incluyendo
simples constancias de cursos de actualización.
- “En tanto no
se cuente con Terceros Autorizados para realizar los Dictámenes Técnicos…
los regulados podrán someter a la consideración de la Agencia… la
documentación que demuestre la experiencia de una persona física o moral,
con reconocimiento nacional o internacional para que emitan una opinión en
materia de seguridad y protección al medio ambiente respecto al proyecto….
- “Para
demostrar su experiencia se deberán incluir al menos acreditaciones
profesionales, certificaciones, reconocimientos y cursos de
actualización…”.
La
Asea queda reducida a una oficinita que se limita a acusar de recibido un
llamado “dictamen” que, en los hechos, sería una simple opinión favorable de un
ingeniero aprobando los planes de trabajo.
Finalicemos
comentando que, como señalamos al principio, los problemas ambientales y la
crisis mundial de sobreproducción pueden convertirse en el límite del
expansionismo fósil y frustrar las ambiciones de los petroadictos enloquecidos,
aunque lograran algunos avances más aparentes que reales, y a la postre veremos
desmoronarse sus ilusiones, pero tenemos que librar una lucha cotidiana para
evitar las funestas consecuencias para el conjunto de la población que
intensificará la oposición, a uno y otro lado de la frontera, en la medida que
mejore la información y la organización social.
Economista y maestro en historia
de México; especialista en industria energética; investigador del Instituto de
Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
_________________________
Colectivo
Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Junio 13 de 2017
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