“Club Bilderberg, el poder por encima del poder”
Washington
(PL) La reunión anual del controvertido Club Bilderberg se celebró en la
localidad norteamericana de Chantilly sin que prácticamente ningún medio
estadounidense informara sobre un grupo criticado por su secretismo y sus
denunciadas intenciones de dominio mundial
Por Martha Andrés Román*
En Prensa Latina –public. 8/6/17
Fue la propia
organización la que dio a conocer en Internet que realizaría su encuentro del 1
al 4 de junio en esa ciudad del estado de Virginia, donde un hotel de la cadena
Marriot acogió el evento caracterizado por estar absolutamente cerrado a la
prensa.
En
total, 131 miembros de la élite política, económica y financiera a nivel
mundial estuvieron invitados a esta edición de las citas que se realizan desde
1954, cuando se iniciaron en el hotel Bilderberg de los Países Bajos, del cual
tomó su nombre.
Presidida
por el magnate francés Henri de Castries, presidente ejecutivo de la
corporación AXA, la 65 reunión anual contó con la presencia de figuras como el
ex titular norteamericano de Estado Henry Kissinger y el secretario general de
la Organización del Tratado del Atlántico Norte, Jens Stoltenberg.
También
asistieron Herbert McMaster, asesor de Seguridad Nacional del presidente
norteamericano, Donald Trump; Wilbur Ross, su secretario de Comercio; y
Christopher Liddell, su director de iniciativas estratégicas.
Más
allá de algunas informaciones aparecidas en pocos medios para anunciar que se
celebraría la reunión, como era de esperar no trascendió absolutamente nada
sobre los asuntos tratados.
Según
adelantó el club Bilderberg en su página digital, el primer tema de la agenda
era precisamente la administración del nuevo mandatario norteamericano, quien
llegó al poder el pasado 20 de enero, y cuyas ideas nacionalistas son vistas
como contrarias a los postulados globalizadores de la asociación.
Otras
cuestiones que ocuparían los debates, indicó la nota del club, serían las
relaciones transatlánticas, la dirección de la Unión Europea, Rusia, China, la
proliferación nuclear y eventos actuales.
Pero
diversas fuentes advirtieron que tales adelantos sobre los temas centrales no
eran confiables, sino que podían responder a estratagemas para ocultar las
intenciones reales de buscar estrategias para perpetuar su poder y control
sobre el planeta.
'No
hay un resultado deseado, no se miden minutos ni se escribe ningún informe.
Además, no se proponen resoluciones, no se vota y no se emiten declaraciones
políticas', indicó la polémica organización como argumento para esa falta de
transparencia que tanto se le cuestiona.
EL
DOMINIO SUPRANACIONAL
Inversores
internacionales, banqueros, dueños de grandes medios de información, políticos
y miembros de la realeza se incluyen en la lista de asistentes a las citas de
un grupo del cual se negó la existencia durante muchos años.
De
acuerdo con el propio club, sus reuniones comenzaron en 1954 'para fomentar el
diálogo entre Europa y América del Norte' y se llevan a cabo bajo la Regla de Chatham House.
Tal
norma establece que los participantes son libres de usar la información
recibida, pero no pueden revelar la identidad o la afiliación de los oradores
ni de ningún otro participante.
Quizás
una de las mejores caracterizaciones de los participantes de la reunión de este
año la dio el diario británico The
Guardian cuando criticó la ironía del grupo al calificarse de 'diverso' en
el comunicado.
Di
lo que quieras de Bilderberg, pero tienen sentido del humor. La agenda de la
cumbre secreta de este año de la élite mundial está llena de chistes. Consiguen
grandes risas directamente describiéndose a sí mismos como 'un grupo diverso de
líderes políticos y expertos', escribió recientemente el periodista Charlie
Skelton.
En
un artículo publicado en ese periódico manifestó que están difundiendo la
diversidad en una conferencia donde menos del 25 por ciento de los
participantes son mujeres y los altos de ejecutivos de Goldman Sachs superan en
número a los participantes que no son blancos.
Tal
vez por 'diversos' quieren decir que algunos de los participantes poseen fondos
de cobertura, mientras que otros tienen grandes conglomerados industriales.
Algunos son cabilderos, otros están siendo cabildeados. Ese tipo de cosas,
agregó con sarcasmo.
El
periodista y escritor ruso Daniel Estulin, quien ha dedicado décadas a
investigar la selecta asociación, es el autor de uno de los libros más
conocidos y citados sobe ella: La verdadera historia del Club Bilderberg.
De
acuerdo con su texto, el propósito final es crear una empresa mundial cuyo
poder esté por encima de los diferentes gobiernos nacionales, una especie de
poder fáctico supranacional que controle los intereses globales.
Los
socios del Club Bilderberg deciden cuándo deben empezar las guerras (no en vano
ganan dinero con todas ellas); cuánto deben durar (Nixon y Ford fueron
defenestrados por acabar la guerra de Vietnam demasiado pronto); cuándo deben
acabar (el Grupo había planificado el fin de las hostilidades para 1978) y
quién debe participar, aseguró Estulin.
El
investigador agregó que los miembros 'poseen' los bancos centrales y, por lo
tanto, están en posición de determinar los tipos de interés, la disponibilidad
del dinero, el precio del oro y qué países deben recibir qué préstamos. 'Su única
ideología es la del dólar y su mayor pasión, el poder'.
Las
tesis de este autor y la de otras personas que se han dedicado a estudiar el
tema han sido tildadas en ocasiones de teorías conspirativas, pero la mayoría
de estas tesis ganan cada vez más credibilidad, sobre todo entre medios y
fuentes alternativas.
Uno
de los principales problemas en torno a la asociación es que sus objetivos e,
incluso, su propia existencia, son desconocidos para muchas personas, pues los
grandes medios de comunicación permanecen casi completamente silenciados en
torno a ella.
Cualquier
encuentro que aglutine solo una pequeña parte de los participantes anunciados
para la más reciente reunión seguramente habría ocupado titulares en
periódicos, televisoras, páginas digitales y espacios periodísticos de otros
formatos.
Sin
embargo, una sencilla indagación en el buscador Google, por ejemplo, arrojó muy
pocas menciones en la prensa al evento celebrado en Chantilly, y el tema está
ausente de gigantes como CNN, NBC o The New York Times.
Quizás
la causa de eso se encuentra explicada en el propio libro de Estulin, en el
cual sostuvo que los medios de comunicación mundiales se incluyen dentro de la
élite globalizadora. 'Forman parte del grupo las personas que controlan todo lo
que se lee y se ve'.
Concluida
la cita más reciente, solo los participantes conocen qué se debatió y qué metas
se plantearon esos representantes del 0,1 por ciento más rico y poderoso del
mundo.
Las
especulaciones sobre tal cuestión pueden ser muchas, pero es probable que la
mayoría coincida en que no se habló de temas beneficiosos para el otro 99,9 por
ciento.
*Corresponsal
jefa de Prensa Latina en EE.UU.
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Colectivo
Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Junio 8 de 2017
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