Golpe blanco en Codelco: la soterrada privatización para las
transnacionales mineras
Las advertencias incluso surgen desde el
Congreso, criticando a los últimos gobiernos por acordar junto a las empresas
del sector la estrategia de hacer colapsar a la cuprífera estatal para que, con
el consentimiento ciudadano, termine en manos de poderosos privados, en
desmedro del país
Por Fernando Seymour
En Claves
–Public. 14/2/16
Mientras la
recaudación en 2015 disminuyó en alrededor de un 50 por ciento, este año las
proyecciones para la Corporación del Cobre de Chile (Codelco) incluso hablan de
cifras negativas.
“Los
aportes directos vía impuestos serán cercanos a 0 por ciento”, advirtió en
enero el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, apuntando a la caída del precio
internacional del cobre, el que de hecho podría seguir bajando, según lo
anticipado por las autoridades.
A
esto se suman anuncios desde la empresa estatal respecto de un nuevo plan de
ahorro para optimizar los recursos, tal como lo ha planteado su presidente
ejecutivo, Nelson Pizarro. Una estrategia de austeridad para “hacer lo mismo,
pero con menos”, al igual que el año pasado.
Proyecciones
poco alentadoras para el Gobierno, dada la cada vez menor recaudación de
utilidades. Sin embargo, no ocurre lo mismo en el caso de los ejecutivos de las
transnacionales que dan vida en el país a la gran minería privada del metal
rojo.
¿Qué
está pasando en Codelco? Algunos hablan de una privatización encubierta. Otros,
de un golpe blanco.
“A
partir de los años noventa se ha consolidado un escenario en el que se abrieron
de par en par las puertas para que las riquezas básicas de Chile fueran
explotadas por compañías privadas extranjeras y chilenas”.
Así
lo recuerda la periodista María Olivia Mönckeberg, Premio Nacional de
Periodismo 2009, en su último libro La máquina para defraudar. Los casos Penta
y Soquimich.
Esto,
a propósito de la preocupación que existe en distintos sectores de que Codelco
esté siendo destruida desde dentro con el objetivo de privatizarla y
entregársela a las transnacionales mineras.
“Eso
de reventar por dentro a las empresas públicas viene del tiempo de la
dictadura”, denuncia el economista Julián Alcayaga, director del Comité de
Defensa y Recuperación del Cobre.
Su
planteamiento radica en que “las reventaron y las dejaron perder. La previsión,
las universidades, la salud, para que después hubiera una justificación, lo que
fue inventado en Estados Unidos”.
La
propia María Olivia Mönckeberg detalla en su investigación que “la avalancha de
compañías extranjeras a la minería, y en especial al cobre, apareció con la
transición a la democracia. Este escenario daba más tranquilidad que la
dictadura a los grandes inversionistas foráneos”.
A
eso, Alcayaga agrega que “es a partir del año 2010 que se está intentando
sistemáticamente destruir a Codelco desde dentro, porque ahora es dirigido por
las transnacionales mineras”.
Pero
también en el Congreso existe preocupación, aunque claramente solo en algunos.
“El estado en el que se encuentra Codelco Chile da para pensar y sospechar que
efectivamente pudiera haber algo detrás y alguna mala intención de
características siniestras”.
Los
cuestionamientos del diputado independiente Gaspar Rivas, integrante de la
Comisión de Minería y Energía de la Cámara, apuntan a una estrategia “para
colocar a la principal empresa pública en un estado financiero tal, de
características insalvables, como para justificar una posterior privatización,
ya sea a través del sistema antiguo, derechamente vendiéndola, o a través de lo
que se podría llamar una privatización blanda”.
Esto,
agrega, en el contexto de “solicitarle a una empresa transnacional que se haga
cargo de la empresa de todos los chilenos, la más antigua, con más trayectoria
y con más prestigio en lo que son las empresas públicas chilenas”.
¿Errores
intencionales?
A
pesar de la dictadura cívico-militar, Codelco, la principal empresa del país,
logró permanecer en manos del Estado a partir de las exigencias que desde el
propio Ejército le plantearon a Augusto Pinochet, lo que incluso requería de
resguardos en la Nueva Constitución.
“Representaba
hasta hace 25 años más del 90 por ciento de la producción del cobre de Chile”,
constata en su libro María Olivia Mönckeberg.
Y
añade: “Eso se había logrado después de los procesos de chilenización en
tiempos de Eduardo Frei Montalva, quien se refería al cobre como ‘la viga
maestra’ de la economía, y la nacionalización que aprobó el Congreso Pleno en
el Gobierno de Salvador Allende. Para él era ‘el sueldo de Chile’ y la gran
minería del cobre, como se la llamaba, quedó en manos de la Corporación del
Cobre de Chile (Codelco)”.
La
misma profesora de la Universidad de Chile revela que “a partir de los noventa,
la situación cambió. La producción de Codelco representa cerca del 30 por
ciento de la producción cuprífera. El resto, es decir, el 70 por ciento
aproximadamente, está en manos de compañías privadas, aunque en algunas de
ellas la estatal conserva cierta participación”.
Datos
que se suman a lo que no pocos consideran cuestionables decisiones al interior
de la empresa.
“En
los últimos años, la cantidad de despropósitos, de desinteligencias y de
chambonadas que se han hecho con Codelco no caben en la mente de nadie como
errores involuntarios, circunstanciales, faltas de cálculo, de prospección a
futuro”, critica el diputado Rivas.
Por
ello, insiste en que “aquí da para pensar que esto pudiera ser una maniobra
calculada y premeditada, que está cumpliendo etapas, que hasta el momento han
ido certificando, como pudiera estarse esperando”.
En
ese contexto de incertidumbres, Julián Alcayaga, quien también se desempeña
como presidente de la ONG Chile Cobre, asegura que “para abrir el camino es que
tienen que destruir, pensando en que nadie se pueda oponer en el Parlamento y
la reforma constitucional se hace y se vende Codelco”.
Para
el economista, solo se trata de esperar que pase el tiempo. “Si para el próximo
año anuncian que Codelco no tendrá excedentes, el año siguiente será que tendrá
pérdidas y el subsiguiente también, entonces ahí está preparada la cancha para
que todos aceptemos el sometimiento a la privatización”.
Aunque
con una clara advertencia: “Para que Codelco pueda ser privatizada, a pesar de
que la destruyan económicamente, de todas maneras necesitan una reforma
constitucional”.
Entre la legalidad
y la voluntad política
Como
parte de la dictadura, fueron varias las leyes y reglamentos que se promulgaron
respecto de la minería.
“El
Estatuto de Inversiones Extranjeras en 1974, la Ley Orgánica Constitucional de
Concesiones Mineras de enero de 1982 que dio a las concesiones un carácter
similar a la propiedad privada, y el nuevo Código de Minería de 1983. Pero los
inversionistas extranjeros se resistían a llegar”, detalla el libro La máquina
para defraudar. Los casos Penta y Soquimich.
Sin
embargo, para Rivas, más que temas legales o de iniciativas legislativas, esto
podría responder a una voluntad política y a un plan diseñado por parte de las
autoridades.
“Y
no me refiero solo a un gobierno, porque esto se viene generando incluso desde
el gobierno anterior, como un plan para desmantelar de una manera más digerible
frente a la opinión pública a la principal empresa del Estado, para
presentársela a la ciudadanía como una empresa que ya no tiene vuelta atrás”.
Según
el parlamentario, la idea sería “presentar a Codelco como un enfermo terminal
que, a pesar de hacer todo lo posible para salvarlo, debe desconectarse del
respirador mecánico al que ha estado conectado y entregárselo a una empresa
privada”.
En
ese sentido, se detiene en la necesidad de generar un cambio de mentalidad
política. “Entender que la empresa más importante del sector público y que más
le entrega al erario nacional, debe ser salvada, rescatada y mantenida como lo
que siempre ha sido. Y no inventar estos chanchullos para hacerla desaparecer
de una manera más aceptable para la opinión pública”.
Injerencia
internacional y poder del grupo Luksic
Luego
de dos años como presidente ejecutivo de Codelco, Diego Hernández, con pasos
previos en BHP Billiton y Anglo American, renuncia sorpresivamente en mayo de
2012 para desempeñarse, en el mismo cargo, en Antofagasta Minerals, de
propiedad del grupo Luksic.
En
su reemplazo asume el entonces vicepresidente de administración y finanzas,
Thomas Keller, quien sería destituido por el directorio en junio de 2014. Desde
septiembre de ese año, el cargo lo detenta Nelson Pizarro.
“Diego
Hernández ahora es de Antofagasta Minerals, pero antes perteneció a BHP
Billiton y Anglo American, los grandes grupos mineros. Nelson Pizarro es de los
Luksic. Trajo a Codelco una serie de personas de Antofagasta Minerals”,
cuestiona Alcayaga.
Asimismo,
aclara que en este caso, a nivel nacional, el poder no existe. “Luksic no es
nacional. Luksic es de Inglaterra. Antofagasta Minerals es una sociedad
inglesa. Además está el poder de todas las transnacionales mineras”.
Por
su parte, para Rivas existen altas probabilidades de que el grupo Luksic esté
detrás de esto. “No me extrañaría para nada. Recordemos que son personas que
tienen puertas abiertas a nivel de La Moneda, lo que es de conocimiento
público”.
No
obstante, en opinión del legislador, aquello no sería suficiente. “También se
pueden agregar las transnacionales que operan en nuestro país, como Anglo
American y Barrick Gold, que podrían ver con ojos interesados la desaparición
de Codelco, que es una competencia para ellos y, además, como la posibilidad
para adueñarse de la misma”.
Sin
duda que se trata de varios sectores o conglomerados que estarían interesados
en ver desaparecer o en adueñarse de Codelco.
“Cerca
de una decena de empresas, la mayoría filiales de transnacionales, inició
actividades en el norte del país en yacimientos que pertenecían al Estado de
Chile”, explica en su libro María Olivia Mönckeberg.
“Entre
las que hoy obtienen mayores toneladas de producción al año están BHP Billiton,
que explota la minera Escondida en Antofagasta y otras minas de menor tamaño;
Anglo American Chile, en sociedad con Xstrata Cooper, que explota Doña Inés de
Collahuasi en el extremo norte. A su vez, Codelco ha intentado recuperar para
el Estado de Chile las minas que explota Anglo American Sur en la zona central,
cerca de Santiago -El Soldado y Los Bronces-, aunque por ahora solo alcanza a
un 25 por ciento de la propiedad”.
Pero
no solo eso. “Otra de las grandes es Freeport-McMoRan, que está asociada con
Codelco en proporción de 51 por ciento para la transnacional y 49 por ciento
para Codelco, que explota la mina El Abra en Calama, que antes era un ciento
por ciento de Codelco”.
¿Posibilidad
de replicar este modelo con otras empresas estatales? “El problema es que ya no
quedan”, advierte Julián Alcayaga. “Enami la han querido privatizar desde el
año 1994, pero siempre se encontraron con parlamentarios de la Concertación que
han estado en desacuerdo y también de aquellos que pertenecen a las zonas
involucradas que están totalmente en contra de su privatización. Entonces, como
no ha existido consenso, no lo han hecho”.
¿Resistencia desde
el Congreso?
No
es común entre los legisladores el discurso y la defensa de Codelco en contra
de la privatización. De hecho, se trata de un complejo y adverso escenario para
quienes lo promueven.
“Uno
trata de convencer a los y las colegas de que en el cobre reside el futuro
económico y financiero de Chile, pero desgraciadamente no todos, de uno y otro
sector, lo entienden así”, lamenta el diputado Rivas.
Precisamente
en ese escenario, recuerda que “en el contexto de la discusión de la iniciativa
de ley del Día de la Dignidad Nacional, solicité que mi proyecto de
renacionalización de la gran minería del cobre se trasladara desde la Comisión
de Constitución, Legislación y Justicia, donde está durmiendo el sueño de los
justos, a la Comisión de Minería, para que pudiera ser analizado, debatido y
luego votado y convertido en una ley de la República”. Petición que finalmente
fue rechazada en la Sala de la Cámara.
“Hay
quienes ponen obstáculos -denuncia el diputado- para impedir que este tipo de
iniciativas se concreten. Muchas veces esto conlleva a que la ciudadanía crea
que todos los parlamentarios no quieran avanzar. Desgraciadamente son algunos
agentes, de ambos sectores, que funcionan casi a sueldo para determinados
grupos económicos de poder, como hemos visto en los últimos meses, para hacerle
zancadillas y trampas a las iniciativas que buscan ir en beneficio de todos los
chilenos”.
Y
si bien Alcayaga se manifiesta en esa misma línea, no duda en advertir sobre el
complejo panorama. “En la actualidad aún hay resistencia, pero en la medida que
pase el tiempo y aparezcan periodos cada vez más difíciles, esa resistencia se
va a vencer”.
Incluso
surge la idea de una bancada por la defensa del cobre. “Pero si va a ser un
mero testimonio, como han sido otras bancadas, la verdad es que no tiene objeto
alguno”, reconoce Gaspar Rivas. “Lo he analizado, pero salvo honrosas
excepciones, terminan siendo solamente testimonios simbólicos, porque en
definitiva quien manda es el Ejecutivo a través de las urgencias”, concluye el
parlamentario.
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