Invocando diversos pretextos, la OTAN despliega
sur fuerzas en Europa. Oficialmente, se trata de enfrentar el empuje ruso y de
luchar contra el Emirato Islámico. En realidad, la alianza atlántica está
tratando por todos los medios de preservar un espacio para ese grupo terrorista
mientras se prepara para invadir Libia
Por
Manlio Dinucci,
En Red Voltaire
–Public. 17/02/16
Los ministros de
Defensa de la OTAN han decidido «reforzar la presencia avanzada en la parte
oriental de nuestra alianza». Eso sirve para «defendernos de las
grandes amenazas provenientes de Rusia», aclaró el secretario de
Defensa estadounidense, Ashton Carter.
Con
ese objetivo, Estados Unidos cuadruplica el financiamiento para la «Iniciativa
de Reaseguramiento de Europa». Con una rotación de fuerzas (unos
6 000 soldados), esa iniciativa permitirá hacer más ejercicios
militares de la OTAN (parece que no basta con los más de
300 ejercicios realizados en 2015), mejorar los aeropuertos,
así como el preposicionamiento de armamento pesado y el despliegue
permanente de unidades acorazadas en el este. Esto, subrayó Ashton Carter, «permitirá
a Estados Unidos formar en Europa una fuerza armada de alta capacidad
para desplegarla rápidamente en el teatro regional».
Acusando
a Rusia de «desestabilizar el orden de la seguridad europea»,
Estados Unidos y la OTAN han reabierto el frente oriental,
arrastrando así a Europa en una nueva guerra fría, que corresponde
fundamentalmente a los deseos de Washington de interrumpir las relaciones entre
Rusia y la Unión Europea, relaciones que no convienen a los intereses
estadounidenses.
Al
mismo tiempo, Estados Unidos y la OTAN están preparando otras operaciones
en el frente meridional. En Bruselas, el jefe del Pentágono «acogió»
(como si Europa fuese su propia casa) a los ministros de Defensa de
la «Coalición Global contra Daesh», entre los que se cuentan –bajo
el mando de Estados Unidos, junto a Italia– Arabia Saudita y otros
patrocinadores del terrorismo de «marca islamista».
La reunión
promovió un, tampoco bien precisado, «plan de la campaña militar»
en Siria e Irak, donde las cosas no están funcionando bien para
la coalición, no porque el Emirato Islámico esté ganando sino precisamente
porque está perdiendo. Con el respaldo de Rusia, las fuerzas gubernamentales
sirias están liberando partes cada vez más grandes del territorio que ocupaban
el Emirato Islámico y otras formaciones armadas, que también están perdiendo
terreno en Irak.
Después
de haber simulado durante años que estaban luchando contra el Emirato Islámico,
mientras lo abastecían secretamente desde Turquía, Estados Unidos y
sus aliados piden ahora en Siria un alto al fuego por «razones
humanitarias». Lo que que en realidad pretenden es que el
gobierno sirio pare de liberar su propio país del Emirato Islámico porque
–según ha declarado el secretario de Estado John Kerry, invirtiendo la realidad
de los hechos– «mientras más terreno conquista Assad, más terroristas logra
crear». Al mismo tiempo, la OTAN refuerza las «medidas de
reaseguramiento» de Turquía, que está tratando de ocupar una franja de
territorio sirio en la zona fronteriza.
En
el norte de África, la coalición dirigida por Estados Unidos se prepara,
afirmando que va a liberarlas del Emirato Islámico, para ocupar las zonas
costeras libias de mayor importancia económica y estratégica. La
intensificación de los vuelos desde el nudo aéreo de Pisa, limítrofe con la
base aérea de Camp Darby, indica que la operación «bajo conducción italiana»
ya se inició, con el transporte de armamento hacia las bases desde donde debe
desarrollarse.
En
el mismo marco estratégico se sitúa la decisión de los ministros de Defensa de
la OTAN, adoptada «a pedido conjunto de Alemania, Grecia y Turquía», de
desplegar en el Mar Egeo el Segundo Grupo Naval Permanente de la
OTAN, actualmente bajo el mando de Alemania y que acaba de terminar «amplias
operaciones con la marina turca».
La
misión oficial de esa flota de guerra «no es detener o rechazar
las embarcaciones de los refugiados sino proporcionar información contra el
tráfico de seres humanos» colaborando con la agencia Frontex de la Unión
Europea. Con el mismo objetivo «humanitario», también se envían,
a solicitud de Estados Unidos, varios aviones radar AWACS, verdaderos
puestos de mando volantes para el manejo del campo de batalla.
«La
movilización atlántica es una buena señal», comenta Il Fatto
Quotidiano (un diario italiano de izquierda), recordando que «no es
la primera vez que la alianza atlántica se implica en una acción humanitaria».
Exactamente como en Yugoslavia, Afganistán y Libia.
Fuente: Il Manifesto
Colectivo Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Febrero 23 de 2016
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