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martes, 23 de febrero de 2016

VUELVEN A ENCERRARSE EN LA MINA SANTA ANA PIRQUINEROS DE CURANILAHUE


Ello, pues no ha existido una respuesta decente a sus legítimas demandas por parte del gobierno y de las autoridades regionales de minería, menos de los infelices dueños del yacimiento. Ya se habían enterrado a más de 600 metros en agosto del año pasado

Este lunes 22 y luego de seis meses de puras explicaciones, arreglos parches y de promesas incumplidas por parte del gobierno, aparte de desubicadas declaraciones por parte de la seremi del trabajo, Victoria Fariña (PC), se terminó de colmar la paciencia de los mineros de la Mina Santa Ana en Curanilahue. Un grupo de 29 de ellos descendió a 630 metros al interior del yacimiento, propiedad de la carbonífera SW Curanilahue S.A. Con esta sacrificada acción, los hombres del carbón protestan por la recuperación de lo que connotados empresarios les robaron.

En efecto, luego de seis meses transcurridos desde que debieron realizar una medida de presión similar, entre el 11 y el 25 de agosto pasado, los pirquineros decidieron reclamar por el incumplimiento del protocolo de acuerdo que alcanzaron con el gobierno en aquella oportunidad. Entonces, 73 mineros bajaron y se mantuvieron durante dos semanas en las profundidades de la mina debido al no pago de pago de remuneraciones y cotizaciones previsionales por parte de los propietarios del yacimiento.

En esta ocasión, previo a concretar la acción de protesta, los representantes de los mineros se reunieron con el Arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, el alcalde de Curanilahue, Luis Gengnagel, el dirigente sindical Pascual Sagredo y los parlamentarios Iván Norambuena (UDI) y Alejandro Navarro (MAS).

En declaraciones al medio “Chillan online”, el líder de los ex trabajadores de la mina Santa Ana, Luis Chandía, sostuvo que “con respecto de la continuidad de la mina el apoyo ha sido nulo, hoy estamos sin dinero, endeudados y sin saber a ciencia cierta qué pasará con nuestro futuro”, y añadió que “estamos elaborando una propuesta que pueda ser evaluada como técnicamente factible, para que los mismo trabajadores se hagan cargo del yacimiento, cuyas reservas permiten obtener carbón por muchas décadas más”. Asimismo, aseveró que el gobierno miente cuando dice que ha cumplido -en un ¡94%!- con lo comprometido. Ello, pues aparte del poco avance mencionado, el dirigente agregó que tampoco se ha entregado toda la ayuda social prometida, y que además la manutención de 400 mil pesos por los cursos de capacitación está atrasada.

Chandía manifestó que la protesta es de carácter indefinido y que demandaban la intervención de las autoridades del gobierno central, específicamente una reunión con el ministro del Interior, Jorge Burgos, el personaje de la mano dura que tiene todo el tiempo del mundo para entrevistarse con empresarios dueños de camiones y latifundistas.

Por su parte, el intendente del Biobío, Rodrigo Díaz, aseguró de guata que los acuerdos se estaban cumpliendo, -como decíamos- ¡“en un 94%”!, aduciendo que tampoco pueden meterse en un lío entre privados. Claro, afirma esto último cuando se trata de los trabajadores, pero si se trata de cuidarle las inmensas plantaciones forestales al gran capital, con policías 24 horas, equipos apaga incendios, exenciones tributarias, etc., entonces no existe ningún problema. 

Más encima, la mina en donde trabajaban los 170 mineros afectados le fue ‘regalada’ por Corfo en 5.352 UF el año 2008 a la empresa entonces dirigida por Rodrigo Danús y Paul Fontaine, entregándole a estos el ente estatal un fondo por $ 116 millones (5.555 UF de la época) bajo una ley de zona de reconversión de Arauco. Un lustro después, la empresa -supuestamente controlada por otro empresario- se ubicó en el ojo del huracán por adeudar sueldos y casi un año de cotizaciones, lo que llevó a los trabajadores a atrincherarse dos semanas en la mina para protestar. Aunque Fontaine y Danús se han desligado de la responsabilidad, una demanda de los trabajadores reclama la unidad económica del holding South World, para recuperar su dinero. Ya en diciembre de 2014, los trabajadores habían demandado a los zánganos por condiciones precarias, relatando que se trasladaban en los carros junto a los explosivos utilizados en la mina y que existía una plaga de ratones que hasta los mordían mientras trabajaban.

¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!

Colectivo Acción Directa -Equipo Sindical

Febrero 23 de 2016

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