Ello,
pues no ha existido una respuesta decente a sus legítimas demandas por parte
del gobierno y de las autoridades regionales de minería, menos de los infelices
dueños del yacimiento. Ya se habían enterrado a más de 600 metros en agosto del
año pasado
Este lunes 22 y luego de seis meses de puras
explicaciones, arreglos parches y de promesas incumplidas por parte del gobierno,
aparte de desubicadas declaraciones por parte de la seremi del trabajo,
Victoria Fariña (PC), se terminó de colmar la paciencia de los mineros de la
Mina Santa Ana en Curanilahue. Un grupo de 29 de ellos descendió a 630 metros al
interior del yacimiento, propiedad de la carbonífera SW Curanilahue S.A. Con
esta sacrificada acción, los hombres del carbón protestan por la recuperación
de lo que connotados empresarios les robaron.
En
efecto, luego de seis meses transcurridos desde que debieron realizar una
medida de presión similar, entre
el 11 y el 25 de agosto pasado, los pirquineros decidieron reclamar por el incumplimiento
del protocolo de acuerdo que alcanzaron con el gobierno en aquella oportunidad.
Entonces, 73 mineros bajaron y se mantuvieron durante dos semanas en las
profundidades de la mina debido al no pago de pago de remuneraciones y
cotizaciones previsionales por parte de los propietarios del yacimiento.
En
esta ocasión, previo a concretar la acción de protesta, los representantes de
los mineros se reunieron con el Arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, el
alcalde de Curanilahue, Luis Gengnagel, el dirigente sindical Pascual Sagredo y
los parlamentarios Iván Norambuena (UDI) y Alejandro Navarro (MAS).
En
declaraciones al medio “Chillan online”, el líder de los ex trabajadores de la
mina Santa Ana, Luis Chandía, sostuvo que “con respecto de la continuidad de la
mina el apoyo ha sido nulo, hoy estamos sin dinero, endeudados y sin saber a
ciencia cierta qué pasará con nuestro futuro”, y añadió que “estamos elaborando
una propuesta que pueda ser evaluada como técnicamente factible, para que los
mismo trabajadores se hagan cargo del yacimiento, cuyas reservas permiten
obtener carbón por muchas décadas más”. Asimismo, aseveró que el gobierno
miente cuando dice que ha cumplido -en un ¡94%!- con lo comprometido. Ello,
pues aparte del poco avance mencionado, el dirigente agregó que tampoco se ha
entregado toda la ayuda social prometida, y que además la manutención de 400
mil pesos por los cursos de capacitación está atrasada.
Chandía
manifestó que la protesta es de carácter indefinido y que demandaban la
intervención de las autoridades del gobierno central, específicamente una
reunión con el ministro del Interior, Jorge Burgos, el personaje de la mano
dura que tiene todo el tiempo del mundo para entrevistarse con empresarios
dueños de camiones y latifundistas.
Por
su parte, el intendente del Biobío, Rodrigo Díaz,
aseguró de guata que los acuerdos se estaban cumpliendo, -como decíamos- ¡“en
un 94%”!, aduciendo que tampoco pueden meterse en un lío entre privados. Claro,
afirma esto último cuando se trata de los trabajadores, pero si se trata de
cuidarle las inmensas plantaciones forestales al gran capital, con policías 24
horas, equipos apaga incendios, exenciones tributarias, etc., entonces no existe
ningún problema.
Más
encima, la mina en donde trabajaban los 170 mineros afectados le fue ‘regalada’
por Corfo en 5.352 UF el año 2008 a la empresa entonces dirigida por Rodrigo
Danús y Paul Fontaine, entregándole a estos el ente estatal un fondo por $ 116
millones (5.555 UF de la época) bajo una ley de zona de reconversión de Arauco.
Un lustro después, la empresa -supuestamente controlada por otro empresario- se
ubicó en el ojo del huracán por adeudar sueldos y casi un año de cotizaciones,
lo que llevó a los trabajadores a atrincherarse dos semanas en la mina para
protestar. Aunque Fontaine y Danús se han desligado de la responsabilidad, una
demanda de los trabajadores reclama la unidad económica del holding South
World, para recuperar su dinero. Ya en diciembre de 2014, los trabajadores habían
demandado a los zánganos por condiciones precarias, relatando que se
trasladaban en los carros junto a los explosivos utilizados en la mina y que
existía una plaga de ratones que hasta los mordían mientras trabajaban.
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
Colectivo Acción Directa -Equipo Sindical
Febrero 23 de 2016
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