"Si no hay justicia para el pueblo, que no
haya paz para el gobierno” –Emiliano
Zapata
En forma
práctica, los sinvergüenzas del bloque en el poder han demostrado que carecen
de toda calidad moral para gobernar o para dárselas de representantes del
pueblo chileno. El más reciente corrupto en salir de escena, y que seguramente
no será el último, fue el mayordomo de palacio Cristián ‘Tira las manos’ Riquelme.
No obstante, se echa de menos la fuerza político-social del pueblo trabajador
que se las encache con estas sabandijas
Luego de muchos tiras y aflojas, finalmente
renunció el mayordomo palaciego Cristián
Riquelme. El sujeto está bastante comprometido
en los casos Caval y SQM, en el ilícito borrado del PC del hijito de Bachelet,
en múltiples contratos a dedo -en beneficio propio o de sus amiguis-, en la
vendida de pomada del documental gubernamental, en declaraciones patrimoniales
más falsas que chino crespo. O sea, el hombre era la personificación de los
gatos de campo elevados al poder que se han ido prohijando en estos años de
democracia gorila.
La
prensa oficial -y alguna alternativa-, además de variados ‘representantes’
populares –léase parlamentarios y dirigentes de los partidos políticos del
establishment- claman por las cabezas del llamado “G90”, sector al que pertenecería
el sr. Riquelme y el extinto Rodrigo Peñailillo, como si la corruptela de los de arriba sólo fuese una
excrecencia, un especie de tumor que, una vez extirpado, daría paso a la
sanación de la moribunda democradura vigente.
El
problema de fondo, creemos, es que el sistema político y de dominación actual
adolece de un pecado original, el que lo está terminando por corromper por
completo y sencillamente comienzan a quedar al descubierto las actuaciones
ilegales e ilegitimas de quienes conforman su eje: la casta político civil y los
representantes del capital monopólico-financiero; es decir, del bloque político
de Estado. Nos referimos al pacto ‘por arriba’ signado a fines de los “80s
entre la oposición burguesa a la dictadura, la junta militar encabezada por el
chacal Pinochet y el empresariado, acuerdo que contó con la venia de la iglesia
católica y de la embajada yanqui. En concreto, se aceptó y sancionó la refundación
capitalista emprendida con éxito por la dictadura cívico-militar, su modelo
económico monopólico y un ad hoc y restringido sistema político, ambos claramente
orientados a proteger y perpetuar los intereses de la fracción hegemónica
burguesa, la monopólica-financiera. Tal legado no pudo ser establecido sino
sobre la base de la aniquilación del tejido social y de toda forma de
participación popular, de la derrota de la izquierda anticapitalista. La
institucionalidad engendrada bajo aquel régimen de excepción burguesa no podía
menos que descartar ciertas formas y modalidades democráticas que por décadas
habían ensanchado hasta el límite la dictadura burguesa denominada “democracia
liberal”.
En
suma, los gobiernos de estos 25 años de falsa democracia –ya fueren los de la
Concertación o el actual de la Nueva Mayoría, que logró entrometer al
inveterado reformista PC- descansan su práctica política e ideológica en la
aceptación, mantención y reproducción de ese criminal, antipopular, ilegítimo e
ilegal legado dictatorial y que fuera modelado para la mayor gloria de la
burguesía monopólico-financiero aliada al capital transnacional.
Luego,
si durante 17 de dictadura se robó, engaño y reprimió, sólo cabe esperar que
sus sucesores aspirasen a hacer lo suyo. Estos últimos parecen tener como
excusa que lo que afanan es poco si se les compara con la orgía emprendida en
los años del oprobio: el saqueo de las empresas públicas; las fortunas amasadas
por los ‘nuevos ricos’, siendo todo un ejemplo Piñera; la venta de las riquezas
naturales del país al capital transnacional con suculentas coimas de por medio,
etc.
De
parte de la derecha los corruptos y coimeros no reciben ninguna pena ni
recriminación; ¡sí hasta parece que recibían el billete por una buena causa! El
empresariado, que se pone con las lucas para obtener favores o que se colude
para obtener aún mayores utilidades, pasa desapercibido y nadie se atreve a
molestarle. Pareciera, entonces, que los más corruptos fueran esos pobres diablos
de la G90, pero ¿es tan así? ¿No será que los viejos tercios
concertacionistas-nuevomayoristas son más zorros y están pasando piola? Bueno,
con algunas excepciones, como la del finado Rodolfo Zaldívar, que por muerto se
le puede sacar al sol sus trapitos sucios.
No
obstante, debemos constatar que hoy por hoy son pocos los sectores del campo
popular que se rebelan frente a tanta sinvergüenzura de los de ‘arriba’. Ante
ello, su franja de avanzada, más consciente y organizada debe llevar la batuta
en un accionar y un discurso en que se vayan amalgamando las demandas
inmediatas con aquellas más trascendentes, las reivindicaciones económicas con
las políticas, politizando todas las luchas, por pequeña que estas sean.
Ya
lo hemos dicho, pero vale repetirlo: “Sabemos cómo no queremos vivir, pero
también que para enfrentar a nuestros verdugos y poder construir un futuro
mejor para nosotros y nuestros hijos debemos avanzar por la senda de la lucha y
la organización de todo el Pueblo y los Trabajadores. Sólo así reconstruiremos
nuestra Dignidad y recuperaremos los derechos que nos pertenecen.”
Ante
ello, nos parece de vital importancia extender y multiplicar el llamado que, en
conjunto con variadas organizaciones político-sociales, así como no
organizados, estamos realizando con vistas al despliegue de una potente Protesta Nacional por Todos los Derechos y
Demandas Populares el próximo 11 de marzo. Dicha jornada, que se prepara en
varias ciudades y frentes sociales del país, debe convertirse en el puntapié
inicial del despertar del gigante popular, de aquel que le pondrá las peras a
cuatro a todo ese lumpen que, cual sanguijuela insaciable, se aferra al poder
político y económico para su total y completo beneficio. Es tiempo de
aprovechar todo ese gran descontento que la gran mayoría del país siente por
causa de esos cafiches de la Nueva Mayoría y de las derechas económica y
política.
Reiteramos
el llamado a los no organizados y a los organizados, a las organizaciones
sindicales, sociales, políticas, estudiantiles, de pobladores, de la diversidad
sexual, de los jubilados, de los inmigrantes y de los pueblos originarios, para
que entre tod@s conformemos de una buena vez un grande y poderoso Movimiento Social
y Político por la Lucha Popular. Ya es tiempo que no haya más paz para los de
arriba.
¡POR TODAS Y CADA UNA DE LAS DEMANDAS DE LOS
PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES DE CHILE!
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
Colectivo Acción Directa CAD –Chile
Febrero 19 de 2016
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