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viernes, 25 de marzo de 2016

UNA PROPUESTA PARA LA EVALUACIÓN DE LA JORNADA DE UNIDAD EN LA ACCION DEL 11 DE MARZO DE 2016: UNA PRIMERA


Una Propuesta Para la Evaluación de la Jornada de Unidad en la Acción del 11 de Marzo de 2016

Compañeros y Compañeras, la siguiente es una Propuesta (insistimos: una), de las muchas que ya debiesen estar circulando para la Evaluación de lo avanzado el 11 de marzo.  El Colectivo Acción Directa CAD opera sólo como facilitador de la Información.  Se está a la espera que la Comisión de Comunicación y Organización del Comité de Iniciativa 11 de Marzo fije horas, lugar y fecha de la realización de dicha evaluación.
La presente propuesta fue realizada por el Compañero Ernesto Héctor Hernández Hernández.

Estimado compañero, le estoy copiando en su muro mi documento PROPUESTA. Pretendo publicarlo en toda la red de mis amigos de Facebook. Pero estoy esperando la reunión de evaluación de nuestra acción del 11 de Marzo. Pero, por lo pronto, se lo envió exclusivamente a usted para saber su opinión. Hasta siempre

Estimados conciudadano/as chileno/as:

Pido su permiso para publicar en su muro y poner a su consideración, una PROPUESTA: que realicemos una Convivencia democrática ciudadana, en que participen todas, o la mayor cantidad posible de organizaciones sociales y agrupaciones ciudadanas populares actualmente existentes en distintos territorios, comunas y regiones de nuestro país, y de todos aquellos ciudadano/as independientes que desean unirse a otros conciudadano/as para incorporarse, organizarse y participar junto a todas y todos en esta común lucha por construir una moderna democracia ciudadana para nuestra Patria.

Mi propuesta es muy simple: que nos congreguemos como ciudadanos en algún sitio, puede ser en algún recinto cerrado o al aire libre, onda día de campo ( o picnic, para los amigos “gringos”) para, y amparados en nuestro derecho democrático constitucional a la libre reunión pública, conversar, libre y democráticamente entre todos los asistentes, respecto de que es lo que creemos y opinamos que debemos hacer, como luchadores sociales, para lograr que nuestra voz como ciudadanos luchadores del pueblo sea una sola y lograr así ser capaces de tener la suficiente fuerza y poder social colectivo para demandar y exigir a las autoridades del gobierno publico la plena e inmediata satisfacción de nuestros derechos democráticos, republicanos, humanos, sociales y económicos.

En mi opinión, es tiempo de ir avanzando en la conformación de una instancia permanente de coordinación solidaria de organizaciones y luchadores sociales democráticos y anticapitalistas independientes existentes a lo largo y ancho de nuestro país. Y esta propuesta de convivencia democrática ciudadana tiene ese espíritu: opinar, debatir, compartir democráticamente nuestras respectivas inquietudes, deseos y voluntad de lucha, y buscar crear, intentar encontrar entre todos, el modo más apropiado y conveniente para lograr ir construyendo un necesario espacio de convergencia y solidaridad social popular nacional permanente que nos permita aunar nuestras actuales, pero aun pequeñas y dispersas fuerzas y voluntad de lucha particulares, con el propósito de ir abriendo e iniciando el histórico camino hacia la coordinación democrática de todas las luchas sociales populares, e ir configurando así una futura, amplia y poderosa fuerza democrática social ciudadana que se vaya retroalimentando y desarrollando solidariamente en la lucha misma de las respectivas demandas sectoriales populares y vayamos potenciando nuestras luchas comunes por la construcción y conquista de una moderna democracia ciudadana, de modo de ir superando colectivamente, en la práctica misma de su contenido social y calidad de participación política ciudadana directa, a la actual, decadente y corrupta democracia representativa de contenido social burgués imperante en nuestra patria.

No se trata, en mi opinión, de constituirnos en esa oportunidad para hacer una carta, o un programa o un calendario de movilización de protestas ciudadanas públicas. Sino que lo que propongo es juntarnos y sentarnos a conversar, debatir y opinar sobre la posibilidad (y necesidad, a mi juicio) de elaboración de una Carta, o un Programa, o una Declaración de demandas colectivas respecto de que es lo que queremos los ciudadanos que sea nuestro Chile futuro, y por las cuales nos comprometemos dignamente a trabajar para ello.

Por ejemplo: ¿Qué es lo que queremos y demandamos que sea el sistema de salud pública? No basta, ni se trata de protestar por la deficiencia de ese servicio público, eso ya lo tenemos más que claro, sino sobre que debemos demandar, con nuestra autoridad como pueblo soberano de la República Democrática de Chile, que se haga tal y cual cosa respecto a mejorar dicho servicio y según nuestras necesidades. Exigir, por ejemplo, y luchar conjuntamente que se cumpla con la entrega de medicamentos sin costo para los pacientes, que es como debe ser por ley. Las farmacias populares comunales son un gran alivio al bolsillo de los pacientes: pero siguen siendo parte de la estafa económica capitalista y una violación al respeto de los derechos humanos republicanos a la salud gratuita de los ciudadanos.

Demandar que se doten los hospitales públicos de su correspondiente plantel médico. El Estado destina recursos financieros, en su actual condición constitucional capitalista burguesa de “Estado subsidiario”, para “subsidiar” a empresarios burgueses, cuando debiera destinar prioritariamente esos recursos, y de acuerdo al principio republicano de velar por el bien común de la mayoría ciudadana) para “subsidiar” preferencialmente la contratación de personal médico en los hospitales públicos ¿Qué es lo que los ciudadanos demandamos que se legisle respecto a la atención y protección de los adultos mayores que viven en nuestros barrios y territorios populares proletarios? Podríamos demandar colectivamente, por ejemplo, que se elabore, o elaborar por nosotros mismos territorialmente, un catastro de adultos mayores de la comuna para que sean atendidos de forma preferencial y permanentemente en sus hogares, a través de clínicas móviles. El estado destina enormes recursos financieros para comprar costosos vehículos policiales de combate y poderosamente artillados para aumentar su capacidad de represión de las movilizaciones de protesta ciudadana. Demandemos pues, como ciudadanos, que se privilegie el uso de esos recursos financieros del Estado, en comprar más ambulancias y equipos médicos. ¿Qué programas sociales demandamos que el Estado promueva en relación con el desarrollo cultural y social de los niños y adolescentes directamente en nuestros barrios y comunas y diseñados y supervisados por los propios vecinos de cada localidad? ¿Qué tipo de viviendas sociales demandamos que el Estado construya, tanto en calidad, espacios internos y exteriores que permitan una eventual y digna ampliación; con cuantas hectáreas de plazas diseñadas y construidas con sus respectivas aéreas verdes?

No debemos olvidar que hasta el año 1973, el Estado construía viviendas sociales en un sitio de 10 mt de frente, por 25 de fondo, con dos y tres amplios dormitorios, baño y cocina independientes, con un espacio adyacente, o patio trasero que permitía una amplia y digna ampliación habitacional, con amplias y bien pavimentadas e iluminadas calles y pasajes, con sus respectivas y amplias aéreas verdes comunitarias, colegios públicos, locales comerciales, etc. No está de más recordar también, que la tiranía militar fascista burguesa liderada por el General Pinochet, recorto tales espacios destinados para viviendas sociales, y desde entonces se han asignados misérrimos metros cuadrados para las viviendas sociales de familias proletarias obreras, en donde sus habitantes se ven sometidos ignominiosamente a convivir hacinados ¿Qué tipo de participación democrática social y que responsabilidades ciudadanas queremos que la nueva constitución contemple para cada uno de nosotros a nivel vecinal y comunal. ¿Qué función social democrática deberían tener las juntas de vecinos, los centros de madres, los centros juveniles, culturales y otras instancias orgánicas de base en sus propios barrios y territorios comunales? En la actualidad, los ciudadanos estamos completamente atomizados socialmente, sin organizaciones sociales en donde podamos asistir y participar y ejercer nuestra opinión cívica respecto a demandar la solución de nuestros problemas comunitarios, los que se arrastran y mantienen intacto en el tiempo sin solución y sin ninguna posibilidad de participación de la gente en las decisiones de los asuntos del gobierno público de nuestros barrios, ni de nuestras comunas ni de nuestro país. Ello ha sido la causa primera que ha permitido el florecimiento de la corrupción política y empresarial. Y ello también, es decir, la mantención de la dispersión y la desorganización social del pueblo, es el motivo principal que la corrupta elite de la clase política y empresarial burguesa gobernante tienen para oponerse a todo cambio y evolución democrática que crecientemente demandamos los ciudadano/as chileno/as, y para oponerse a la creciente demanda y movilización ciudadana por la realización de una Asamblea Nacional Constituyente que concluya en la redacción de una nueva y modernamente democrática Constitución Política de la República de Chile ¿Cómo queremos los ciudadanos que sea el sistema político de elección de candidatos al servicio público asalariado comunal y estatal, es decir, presidentes, alcaldes, concejales, diputados y senadores?

Por ejemplo, bien podríamos demandar que los candidatos al servicio público sean ciudadanos que vivan actualmente y sean habitantes originarios y nativos con por lo menos cinco años de antigüedad como habitantes permanentes de los respectivos distritos electorales por los cuales se postulan, y no como ocurre ahora, en que la mayoría de los candidatos son ciudadanos “afuerinos”, postulados por las cúpulas dirigentes de los partidos de la clase política dominante desde Santiago, y a los cuales la ciudadanía de las localidades territoriales comunales y regionales no conocen y nunca los han visto antes haciendo algún bien en sus comunidades territoriales. Es más; podríamos demandar que los candidatos al servicio público asalariado sean personas propuestas por las organizaciones sociales territoriales, y que, además, sean personas que los vecinos de los distritos electorales ya conozcan y reconozcan como trabajadores sociales en sus barrios y comunidades territoriales: dirigentes de juntas de vecinos, de centros culturales. Es más: podríamos demandar que en la nueva Constitución Política de la República de Chile, se establezca que en cada periodo de elecciones de autoridades políticas comunales o nacionales, se convoque públicamente a los ciudadanos, sean militantes de partidos políticos o independientes, a presentarse como candidatos a ocupar dichos cargos que requiere el servicio público, los cuales podrían re-seleccionarse después, de entre todos los ciudadanos postulantes, y de manera pública, abierta, democrática e igualitaria, a través de elecciones primarias territoriales. ¿Cómo queremos los ciudadanos que los beneficios de las riquezas naturales que se explotan y extraen de nuestros propios territorios nos beneficien primera y directamente a nosotros, los habitantes nativos de ellos? Se habla con mucha ligereza y se acepta livianamente y sin mucha inspección reflexiva, acerca de la existencia de “regiones pobres”, en circunstancias que de muchas de esas regiones supuestamente “pobres” se extrae un gran caudal de riquezas económicas que van a parar masivamente al bolsillo de 4 o 5 poderosos empresarios monopólicos burgueses forestales y mineros. ¿Queremos los ciudadanos que el vital recurso Agua sea considerado como una mercancía capitalista más que puede ser comprada y acumulada como otra propiedad privada más de empresarios especuladores capitalistas burgueses, o demandamos que el recurso Agua sea considerado un bien natural de propiedad colectiva y para el bien común de todo el pueblo ciudadano, como debe ser en un orden social democrático republicano?
Debemos siempre tener presentes que en una República Democrática, como es el caso de nuestra Patria, el pueblo ciudadano chileno es el supremo soberano y la máxima autoridad política del país. Eso es la Soberanía popular. Por lo mismo, tenemos el derecho, y más aún, tenemos el deber ético y moral como ciudadanos, de demandar, exigir y hacer respetar nuestros derechos humanos, sociales y políticos como pueblo soberano que constitucionalmente somos.

No me inquieta el número de participantes que puedan concurrir y participar de esta eventual e inicial convivencia democrática ciudadana. Solo imagino que esa concurrencia, cualquiera sea su masividad, puede optimistamente ser y constituirse como el comienzo de un importante proceso histórico de solidaria convergencia democrática popular futura significativamente mayor. La cuestión, según mi opinión, es que hay que comenzar a andar el camino de la construcción de un gran y masivo poder popular democrático ciudadano, y este camino, si es que decidimos comenzar a andarlo colectiva y solidariamente, consistirá en ir contactando, compartiendo y comunicando a todo aquellos ciudadanos y luchadores sociales, organizados e independientes que existen por todos los rincones de nuestro país, de mar a cordillera, de Norte a Sur que no hayan tenido la oportunidad de asistir a esa inicial convivencia democrática ciudadana, (que imagino también que no será la única y que organizaremos muchas más posteriormente) para explicarle, a cada uno de ellos, la naturaleza y fundamento social y político originario de nuestro propósito, e invitándoles, con mucho entusiasmo, respeto y convicción solidaria, a ser parte de este esfuerzo y a enriquecer nuestras demandas aportando las suyas propias, y a perfeccionarlas y potenciarlas entre todos, y a integrase, en plena igualdad de participación democrática, en la construcción social colectiva de una nueva patria chilena modernamente democrática y ciudadana, que garantice nuestro humano derecho a vivir una feliz y prospera vida a cada uno de nosotros en el aquí y ahora, y a nuestros hijos e hijas en el inmediato futuro.

Yo presento esta propuesta de realización de una convivencia democrática ciudadana, en mi calidad de simple ciudadano chileno independiente y no militante en ningún partido político, que solo anhela contribuir, uniéndome a todos mis conciudadanos chilenos y chilenas que tengan la misma voluntad y decisión de trabajar por la construcción de una moderna democracia ciudadana para nuestra patria chilena. Estoy cierto de que venceremos, pues todo pueblo que se une y lucha, gana.

Desde ya, someto, humilde, respetuosa, esperanzadora y revolucionariamente, y presento a su consideración la realización física de esta propuesta: es decir, la fecha, lugar y hora, según vayamos acordándola democráticamente entre todos aquellos y aquellas que estén de acuerdo con su realización, y conversándola a través de esta moderna y revolucionaria herramienta cibernética de comunicación social como es Facebook y correo electrónico, además de otras instancias de conversación personales. De todos nosotros depende contribuir a salvar y garantizar el futuro democrático ciudadano de nuestra patria chilena.

Desde ya, presento una moción: propongo que esta convivencia democrática ciudadana se realice al aire libre, en algún parque de la región metropolitana, para los que vivimos en ella: como puede ser el Parque Forestal, frente al Museo de Bellas Artes, una tarde de sábado o Domingo, onda picnic familiar. Y en las regiones, en algún sitio o lugar similar que más le acomode a ellos.

Quedo atentamente a escuchar la opinión que a todos vosotros merezca esta propuesta.

Como un ciudadano y luchador social más que apela a nuestra necesidad histórica de unidad y solidaridad popular en la lucha por una moderna patria democrática ciudadana, les presento y envío mi más fraternal saludo democrático y revolucionario. Hasta Siempre,

Ernesto Héctor Hernández Hernández

En Santiago de Chile, Febrero de 2016

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