Una
Propuesta Para la Evaluación de la Jornada de Unidad en la Acción del 11 de
Marzo de 2016
Compañeros
y Compañeras, la siguiente es una Propuesta (insistimos: una), de las muchas
que ya debiesen estar circulando para la Evaluación de lo avanzado el 11 de
marzo. El Colectivo Acción Directa CAD
opera sólo como facilitador de la Información.
Se está a la espera que la Comisión de Comunicación y Organización del
Comité de Iniciativa 11 de Marzo fije horas, lugar y fecha de la realización de
dicha evaluación.
La
presente propuesta fue realizada por el Compañero Ernesto Héctor Hernández
Hernández.
Estimado
compañero, le estoy copiando en su muro mi documento PROPUESTA. Pretendo
publicarlo en toda la red de mis amigos de Facebook. Pero estoy esperando la
reunión de evaluación de nuestra acción del 11 de Marzo. Pero, por lo pronto,
se lo envió exclusivamente a usted para saber su opinión. Hasta siempre
Estimados
conciudadano/as chileno/as:
Pido
su permiso para publicar en su muro y poner a su consideración, una PROPUESTA:
que realicemos una Convivencia democrática ciudadana, en que participen todas,
o la mayor cantidad posible de organizaciones sociales y agrupaciones
ciudadanas populares actualmente existentes en distintos territorios, comunas y
regiones de nuestro país, y de todos aquellos ciudadano/as independientes que
desean unirse a otros conciudadano/as para incorporarse, organizarse y
participar junto a todas y todos en esta común lucha por construir una moderna
democracia ciudadana para nuestra Patria.
Mi
propuesta es muy simple: que nos congreguemos como ciudadanos en algún sitio,
puede ser en algún recinto cerrado o al aire libre, onda día de campo ( o
picnic, para los amigos “gringos”) para, y amparados en nuestro derecho
democrático constitucional a la libre reunión pública, conversar, libre y
democráticamente entre todos los asistentes, respecto de que es lo que creemos
y opinamos que debemos hacer, como luchadores sociales, para lograr que nuestra
voz como ciudadanos luchadores del pueblo sea una sola y lograr así ser capaces
de tener la suficiente fuerza y poder social colectivo para demandar y exigir a
las autoridades del gobierno publico la plena e inmediata satisfacción de
nuestros derechos democráticos, republicanos, humanos, sociales y económicos.
En
mi opinión, es tiempo de ir avanzando en la conformación de una instancia
permanente de coordinación solidaria de organizaciones y luchadores sociales
democráticos y anticapitalistas independientes existentes a lo largo y ancho de
nuestro país. Y esta propuesta de convivencia democrática ciudadana tiene ese
espíritu: opinar, debatir, compartir democráticamente nuestras respectivas
inquietudes, deseos y voluntad de lucha, y buscar crear, intentar encontrar
entre todos, el modo más apropiado y conveniente para lograr ir construyendo un
necesario espacio de convergencia y solidaridad social popular nacional
permanente que nos permita aunar nuestras actuales, pero aun pequeñas y
dispersas fuerzas y voluntad de lucha particulares, con el propósito de ir
abriendo e iniciando el histórico camino hacia la coordinación democrática de
todas las luchas sociales populares, e ir configurando así una futura, amplia y
poderosa fuerza democrática social ciudadana que se vaya retroalimentando y
desarrollando solidariamente en la lucha misma de las respectivas demandas
sectoriales populares y vayamos potenciando nuestras luchas comunes por la
construcción y conquista de una moderna democracia ciudadana, de modo de ir
superando colectivamente, en la práctica misma de su contenido social y calidad
de participación política ciudadana directa, a la actual, decadente y corrupta
democracia representativa de contenido social burgués imperante en nuestra
patria.
No
se trata, en mi opinión, de constituirnos en esa oportunidad para hacer una
carta, o un programa o un calendario de movilización de protestas ciudadanas públicas.
Sino que lo que propongo es juntarnos y sentarnos a conversar, debatir y opinar
sobre la posibilidad (y necesidad, a mi juicio) de elaboración de una Carta, o
un Programa, o una Declaración de demandas colectivas respecto de que es lo que
queremos los ciudadanos que sea nuestro Chile futuro, y por las cuales nos
comprometemos dignamente a trabajar para ello.
Por
ejemplo: ¿Qué es lo que queremos y demandamos que sea el sistema de salud
pública? No basta, ni se trata de protestar por la deficiencia de ese servicio
público, eso ya lo tenemos más que claro, sino sobre que debemos demandar, con
nuestra autoridad como pueblo soberano de la República Democrática de Chile,
que se haga tal y cual cosa respecto a mejorar dicho servicio y según nuestras
necesidades. Exigir, por ejemplo, y luchar conjuntamente que se cumpla con la
entrega de medicamentos sin costo para los pacientes, que es como debe ser por
ley. Las farmacias populares comunales son un gran alivio al bolsillo de los
pacientes: pero siguen siendo parte de la estafa económica capitalista y una
violación al respeto de los derechos humanos republicanos a la salud gratuita
de los ciudadanos.
Demandar
que se doten los hospitales públicos de su correspondiente plantel médico. El
Estado destina recursos financieros, en su actual condición constitucional
capitalista burguesa de “Estado subsidiario”, para “subsidiar” a empresarios
burgueses, cuando debiera destinar prioritariamente esos recursos, y de acuerdo
al principio republicano de velar por el bien común de la mayoría ciudadana)
para “subsidiar” preferencialmente la contratación de personal médico en los
hospitales públicos ¿Qué es lo que los ciudadanos demandamos que se legisle
respecto a la atención y protección de los adultos mayores que viven en nuestros
barrios y territorios populares proletarios? Podríamos demandar colectivamente,
por ejemplo, que se elabore, o elaborar por nosotros mismos territorialmente,
un catastro de adultos mayores de la comuna para que sean atendidos de forma
preferencial y permanentemente en sus hogares, a través de clínicas móviles. El
estado destina enormes recursos financieros para comprar costosos vehículos
policiales de combate y poderosamente artillados para aumentar su capacidad de
represión de las movilizaciones de protesta ciudadana. Demandemos pues, como
ciudadanos, que se privilegie el uso de esos recursos financieros del Estado,
en comprar más ambulancias y equipos médicos. ¿Qué programas sociales
demandamos que el Estado promueva en relación con el desarrollo cultural y
social de los niños y adolescentes directamente en nuestros barrios y comunas y
diseñados y supervisados por los propios vecinos de cada localidad? ¿Qué tipo
de viviendas sociales demandamos que el Estado construya, tanto en calidad,
espacios internos y exteriores que permitan una eventual y digna ampliación;
con cuantas hectáreas de plazas diseñadas y construidas con sus respectivas
aéreas verdes?
No
debemos olvidar que hasta el año 1973, el Estado construía viviendas sociales
en un sitio de 10 mt de frente, por 25 de fondo, con dos y tres amplios
dormitorios, baño y cocina independientes, con un espacio adyacente, o patio
trasero que permitía una amplia y digna ampliación habitacional, con amplias y
bien pavimentadas e iluminadas calles y pasajes, con sus respectivas y amplias
aéreas verdes comunitarias, colegios públicos, locales comerciales, etc. No
está de más recordar también, que la tiranía militar fascista burguesa liderada
por el General Pinochet, recorto tales espacios destinados para viviendas
sociales, y desde entonces se han asignados misérrimos metros cuadrados para
las viviendas sociales de familias proletarias obreras, en donde sus habitantes
se ven sometidos ignominiosamente a convivir hacinados ¿Qué tipo de
participación democrática social y que responsabilidades ciudadanas queremos
que la nueva constitución contemple para cada uno de nosotros a nivel vecinal y
comunal. ¿Qué función social democrática deberían tener las juntas de vecinos,
los centros de madres, los centros juveniles, culturales y otras instancias
orgánicas de base en sus propios barrios y territorios comunales? En la
actualidad, los ciudadanos estamos completamente atomizados socialmente, sin
organizaciones sociales en donde podamos asistir y participar y ejercer nuestra
opinión cívica respecto a demandar la solución de nuestros problemas
comunitarios, los que se arrastran y mantienen intacto en el tiempo sin
solución y sin ninguna posibilidad de participación de la gente en las
decisiones de los asuntos del gobierno público de nuestros barrios, ni de
nuestras comunas ni de nuestro país. Ello ha sido la causa primera que ha
permitido el florecimiento de la corrupción política y empresarial. Y ello
también, es decir, la mantención de la dispersión y la desorganización social
del pueblo, es el motivo principal que la corrupta elite de la clase política y
empresarial burguesa gobernante tienen para oponerse a todo cambio y evolución
democrática que crecientemente demandamos los ciudadano/as chileno/as, y para oponerse
a la creciente demanda y movilización ciudadana por la realización de una
Asamblea Nacional Constituyente que concluya en la redacción de una nueva y
modernamente democrática Constitución Política de la República de Chile ¿Cómo
queremos los ciudadanos que sea el sistema político de elección de candidatos
al servicio público asalariado comunal y estatal, es decir, presidentes,
alcaldes, concejales, diputados y senadores?
Por
ejemplo, bien podríamos demandar que los candidatos al servicio público sean ciudadanos
que vivan actualmente y sean habitantes originarios y nativos con por lo menos
cinco años de antigüedad como habitantes permanentes de los respectivos
distritos electorales por los cuales se postulan, y no como ocurre ahora, en
que la mayoría de los candidatos son ciudadanos “afuerinos”, postulados por las
cúpulas dirigentes de los partidos de la clase política dominante desde
Santiago, y a los cuales la ciudadanía de las localidades territoriales
comunales y regionales no conocen y nunca los han visto antes haciendo algún
bien en sus comunidades territoriales. Es más; podríamos demandar que los
candidatos al servicio público asalariado sean personas propuestas por las
organizaciones sociales territoriales, y que, además, sean personas que los vecinos
de los distritos electorales ya conozcan y reconozcan como trabajadores
sociales en sus barrios y comunidades territoriales: dirigentes de juntas de
vecinos, de centros culturales. Es más: podríamos demandar que en la nueva
Constitución Política de la República de Chile, se establezca que en cada
periodo de elecciones de autoridades políticas comunales o nacionales, se
convoque públicamente a los ciudadanos, sean militantes de partidos políticos o
independientes, a presentarse como candidatos a ocupar dichos cargos que
requiere el servicio público, los cuales podrían re-seleccionarse después, de
entre todos los ciudadanos postulantes, y de manera pública, abierta,
democrática e igualitaria, a través de elecciones primarias territoriales.
¿Cómo queremos los ciudadanos que los beneficios de las riquezas naturales que
se explotan y extraen de nuestros propios territorios nos beneficien primera y
directamente a nosotros, los habitantes nativos de ellos? Se habla con mucha
ligereza y se acepta livianamente y sin mucha inspección reflexiva, acerca de
la existencia de “regiones pobres”, en circunstancias que de muchas de esas
regiones supuestamente “pobres” se extrae un gran caudal de riquezas económicas
que van a parar masivamente al bolsillo de 4 o 5 poderosos empresarios
monopólicos burgueses forestales y mineros. ¿Queremos los ciudadanos que el
vital recurso Agua sea considerado como una mercancía capitalista más que puede
ser comprada y acumulada como otra propiedad privada más de empresarios
especuladores capitalistas burgueses, o demandamos que el recurso Agua sea
considerado un bien natural de propiedad colectiva y para el bien común de todo
el pueblo ciudadano, como debe ser en un orden social democrático republicano?
Debemos
siempre tener presentes que en una República Democrática, como es el caso de
nuestra Patria, el pueblo ciudadano chileno es el supremo soberano y la máxima
autoridad política del país. Eso es la Soberanía popular. Por lo mismo, tenemos
el derecho, y más aún, tenemos el deber ético y moral como ciudadanos, de
demandar, exigir y hacer respetar nuestros derechos humanos, sociales y
políticos como pueblo soberano que constitucionalmente somos.
No
me inquieta el número de participantes que puedan concurrir y participar de
esta eventual e inicial convivencia democrática ciudadana. Solo imagino que esa
concurrencia, cualquiera sea su masividad, puede optimistamente ser y
constituirse como el comienzo de un importante proceso histórico de solidaria
convergencia democrática popular futura significativamente mayor. La cuestión,
según mi opinión, es que hay que comenzar a andar el camino de la construcción
de un gran y masivo poder popular democrático ciudadano, y este camino, si es
que decidimos comenzar a andarlo colectiva y solidariamente, consistirá en ir
contactando, compartiendo y comunicando a todo aquellos ciudadanos y luchadores
sociales, organizados e independientes que existen por todos los rincones de
nuestro país, de mar a cordillera, de Norte a Sur que no hayan tenido la
oportunidad de asistir a esa inicial convivencia democrática ciudadana, (que
imagino también que no será la única y que organizaremos muchas más
posteriormente) para explicarle, a cada uno de ellos, la naturaleza y
fundamento social y político originario de nuestro propósito, e invitándoles,
con mucho entusiasmo, respeto y convicción solidaria, a ser parte de este
esfuerzo y a enriquecer nuestras demandas aportando las suyas propias, y a
perfeccionarlas y potenciarlas entre todos, y a integrase, en plena igualdad de
participación democrática, en la construcción social colectiva de una nueva
patria chilena modernamente democrática y ciudadana, que garantice nuestro
humano derecho a vivir una feliz y prospera vida a cada uno de nosotros en el
aquí y ahora, y a nuestros hijos e hijas en el inmediato futuro.
Yo
presento esta propuesta de realización de una convivencia democrática
ciudadana, en mi calidad de simple ciudadano chileno independiente y no
militante en ningún partido político, que solo anhela contribuir, uniéndome a todos
mis conciudadanos chilenos y chilenas que tengan la misma voluntad y decisión
de trabajar por la construcción de una moderna democracia ciudadana para
nuestra patria chilena. Estoy cierto de que venceremos, pues todo pueblo que se
une y lucha, gana.
Desde
ya, someto, humilde, respetuosa, esperanzadora y revolucionariamente, y
presento a su consideración la realización física de esta propuesta: es decir,
la fecha, lugar y hora, según vayamos acordándola democráticamente entre todos
aquellos y aquellas que estén de acuerdo con su realización, y conversándola a
través de esta moderna y revolucionaria herramienta cibernética de comunicación
social como es Facebook y correo electrónico, además de otras instancias de
conversación personales. De todos nosotros depende contribuir a salvar y
garantizar el futuro democrático ciudadano de nuestra patria chilena.
Desde
ya, presento una moción: propongo que esta convivencia democrática ciudadana se
realice al aire libre, en algún parque de la región metropolitana, para los que
vivimos en ella: como puede ser el Parque Forestal, frente al Museo de Bellas
Artes, una tarde de sábado o Domingo, onda picnic familiar. Y en las regiones,
en algún sitio o lugar similar que más le acomode a ellos.
Quedo
atentamente a escuchar la opinión que a todos vosotros merezca esta propuesta.
Como
un ciudadano y luchador social más que apela a nuestra necesidad histórica de
unidad y solidaridad popular en la lucha por una moderna patria democrática
ciudadana, les presento y envío mi más fraternal saludo democrático y
revolucionario. Hasta Siempre,
Ernesto Héctor Hernández
Hernández
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