"La
prefieren loca que lesbiana": la deuda de Chile con Gabriela Mistral, la
latinoamericana que ganó el Premio Nobel de Literatura
La
Gabriela Mistral que se enseña en Chile es la madre y maestra, la poeta que
invita: "Dame la mano y danzaremos; dame la mano y me amarás
En BBC
Mundo –Public. 8/3/16
En las plazas –y
hasta el billete de 5.000 pesos chilenos– Mistral es la mujer con los labios
apretados y el ceño fruncido, vistiendo un traje de dos piezas y el pelo
recogido en un moño.
Y
en el ámbito literario, los mistralistas tradicionales han llegado a llamarle
"la divina" o "la santa", alimentando esta imagen
unidimensional y distante de la escritora, diplomática e intelectual más
importante de la historia de Chile.
Es
cierto que la autora nacida en 1889 en la comuna de Vicuña, al noreste de
Chile, defendió los derechos de los niños y la importancia de la educación,
escribió poesía sobre la infancia, el amor maternal y la naturaleza. Pero
también creó textos de una pasión ferviente, incluso de erotismo entre
mujeres.
En
la intimidad, en sus cartas, videos y audios personales, Gabriela Mistral
demuestra haber sido una persona más compleja de lo que indica el retrato
oficial.
Secreto
a voces
La
primera persona de América Latina en ganar el premio Nobel de Literatura –y la
única mujer de la región que ha conseguido dicha distinción hasta el día de
hoy– vivió en una época muy conservadora.
Mistral
"reunía todas las condiciones para ser discriminada", le dice
a BBC Mundo María Elena Wood, documentalista que ha estudiado principalmente
los últimos años de vida de la poeta, desde que recibió el Nobel en 1945 hasta
su muerte, en 1957.
En
primer lugar era mujer, un factor de discriminación socioeconómico hasta la
actualidad. No en vano este martes, en el que se celebra el Día
Internacional de la Mujer, el lema es "Por un planeta 50-50 en 2030:
Demos el paso para la igualdad de género".
Wood
explica que, además, Mistral provenía de una familia pobre del interior
chileno, no tenía padre, era más alta de lo común y de rasgos indígenas, y
tenía una personalidad conflictiva y fuerte. Por si todo esto fuera poco, dice,
era lesbiana.
En
2010 Wood estrenó "Locas mujeres", un documental sobre la relación
romántica entre Mistral y la estadounidense Doris Dana, basándose en 40.000
documentos personales de la escritora chilena.
Su
documental reveló lo que hasta entonces era un secreto a voces: Dana no era su
asistente o secretaria, como se ha repetido hasta el cansancio en las
biografías de la autora de "Los sonetos de la muerte" y
"Desolación". Dana era su pareja.
Esto,
según Wood, generó un conflicto en el mundo mistraliano tradicional. "La
preferían loca que lesbiana", dice la documentalista.
La
teoría de que Mistral "enloqueció" surge de la profunda tristeza y
soledad que sintió la escritora tras el suicidio en 1943 a los 17 años de su
sobrino, Juan Miguel Godoy, a quien ella crió como hijo y llamaba
cariñosamente Yin Yin.
"Mi
querida maestra"
Por
sus tareas como escritora, intelectual y cónsul chilena, Mistral pasaba más
tiempo afuera de su país que adentro. En 1946, tras ganar el Nobel, fue
invitada a dictar una conferencia en la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Dana
estaba entre el público.
"Mi
querida maestra",
dice la primera carta que Dana le escribió a Mistral, dos años después de
aquella conferencia. "En la profunda ternura contemplativa y la fuerza de
sus obras, el mundo ha encontrado en usted una maestra de sentido y una llama
viva del arte más puro".
Con
el escritor Thomas Mann como principal punto en común, ambas mujeres empezaron
una relación primero profesional y luego sentimental, según se desprende de su
apasionado intercambio epistolar publicado en 2012 por Penguin Random House
bajo el título "Niña errante".
Cuando
Dana se carteó por primera vez con Mistral tenía 28 años y estaba dando sus
primeros pasos como escritora. La chilena era una autora consagrada de 60
años, que ya empezaba a tener problemas de salud.
"Tú
no me conoces todavía bien, mi amor. Tú ignoras la profundidad de mi vínculo
contigo. Dame tiempo, dámelo, para hacerte un poco feliz", dice una de las
cartas de Mistral a Dana.
"Yo
me pongo en el viento y en la lluvia tierna, para que estos, viento y lluvia,
puedan abrazarte y besarte para mí", le responde la estadounidense, que
luego se convertiría en la albacea de los bienes materiales e intelectuales de
Mistral.
Su
relación epistolar abarca 9 años e incluye fragmentos de amor y pasión como
estos, pero también hay dolor, reproches y pormenores de la vida cotidiana.
Negado
hasta la muerte
Mistral
nunca tuvo interés de que se conociera su vida íntima. Era discreta, como
indicaba la etiqueta de la época. Tuvo numerosas secretarias, mujeres educadas
que la ayudaban en lo doméstico y financiero, pero también con el caos de sus
poemas y textos escritos por doquier en pequeños papeles.
De
hecho, fue la propia Mistral quien inició el rumor de que Dana era su
asistente.
Dana,
en cambio, negó directamente cualquier vínculo romántico entre ellas
hasta la fecha de su muerte, en 2006. Sin embargo, como escribió en el epílogo
de "Niña errante" su sobrina Doris Atkinson, la estadounidense
"no hizo esfuerzo alguno por restringir el uso de las cartas ni dejó
instrucciones al respecto".
Sólo
había indicado que la totalidad del legado de la poeta debía entregarse a
"instituciones apropiadas".
Atkinson
decidió que dichas instituciones estaban en el Chile natal de Mistral y por eso
en 2007 entregó al estado 40.000 manuscritos, cartas, fotografías y objetos,
entre otras pertenencias.
Entre
el pudor y la censura
A
fines del año pasado, el programa periodístico "Chile en Llamas"
emitió en dicho país un capítulo llamado "Censura por razones de
género", que dedicaba 10 minutos a Mistral.
Allí,
el escritor Juan Pablo Sutherland cuenta que en 2002 intentó incluir tres
poemas de Mistral en la compilación "A corazón abierto. Geografía
literaria de la homosexualidad en Chile", de editorial Sudamericana. Sin
embargo, la Fundación Premio Nobel Gabriela Mistral no lo permitió.
"Es
una censura que está ordenándole a la gente cómo leer los textos y eso lo
encuentro más feroz", dice Sutherland.
Una
década y media después, Jaime Quezada, escritor y director de la Fundación
Premio Nobel Gabriela Mistral, le dice a BBC Mundo: "Incluso todavía no
me atrevería a decir enfáticamente que era lesbiana".
En
su opinión, afirmarlo sería un "atrevimiento" y denotaría
"cierta irresponsabilidad".
Por
eso el año pasado Quezada criticó públicamente a la presidenta de Chile,
Michelle Bachelet, cuando ella citó una carta de Mistral a Dana en el contexto
de la promulgación de la ley de matrimonio gay en dicho país.
"Nuestra
Gabriela Mistral escribió a su querida Doris Dana: 'Hay que cuidar esto
Doris, es una cosa delicada el amor'. Y lo recuerdo hoy porque a través de
esta ley lo que hacemos es reconocer desde el Estado el cuidado de las parejas
y de las familias y dar un soporte material y jurídico a esa vinculación nacida
en el amor", dijo entonces Bachelet.
La
Gabriela Mistral Foundation tiene una postura más tajante. "Como fundación
nos dedicamos únicamente a su legado", dice Gloria Garafulich-Grabois,
integrante de la junta directiva de la institución con sede en Nueva York.
"La
importancia que tiene es por su obra literaria", agrega
Garafulich-Grabois. "La respetamos, pero no tocamos ese tema".
El
problema de infantilizar a Mistral
En
2012, Pedro Pablo Zegers, editor de "Niña errante", dijo al presentar
el libro que su intención era bajar a Mistral del pedestal en el que ha estado
durante 50 años, para así acercarla a la gente e incitar una lectura menos
reduccionista de la autora.
En
este sentido, Quezada reconoce el problema de que "se sigue enseñando a
Mistral como la autora de poemas escolares". La ternura de su poesía
prevalece frente a la amplitud plural de su trabajo intelectual, afirma.
Por
su parte, Wood cuenta que en su momento, durante la realización de "Locas
mujeres", se preguntó si debía o no dar a conocer la vida íntima de
Mistral. "El documental no admite dudas porque incluye una grabación de
ellas diciendo que están juntas y se aman", dice.
La
falta de conocimiento de "la verdadera artista" fue lo que la llevó a
seguir con el proyecto audiovisual: "Es imposible entender la pasión de su
poesía sin conocer las fuerzas internas que la movían".
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