“El atentado a
Pinochet. La ‘Operación Siglo XX’”
En Alainet.org –public.
7/9/06
Problemas en la
utilización de lanzacohetes low, de fabricación estadounidense, y una “débil
contención” de retaguardia que posibilitó la salida de su auto, salvaron al
capitán general Augusto Pinochet la tarde del domingo 7 de septiembre de 1986,
cuando un grupo de 20 integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR)
emboscó su caravana de seis vehículos en la cuesta Achupallas, en el Cajón del
Maipo, zona precordillerana de Chile.
El
día de la emboscada, iniciada a las 18:45 horas, hubo lanzacohetes low que no
pudieron activarse por problemas en el disparador y otros mecanismos. Otros que
sí percutieron fueron usados a distancias menores de las requeridas, por lo que
no explosionaron.
Fue el caso de uno de los proyectiles que golpeó el auto del
propio Pinochet, pero no estalló. De haberlo hecho, el dictador habría muerto
en el instante. En todo caso, otros “low” funcionaron y dieron en “blancos”
dentro de la comitiva de escolta. Fuentes consultadas del FPMR explican que se
planeó utilizar los low porque eran plegables, de fácil transporte, livianos,
no era difícil ocultarlos y eran desechables. Eso facilitaba los pasos que se
debían cumplir en torno de la operación. Además, los “low” tenían la condición
de “muy fácil manejo en cuanto a los órganos de puntería” y habían mostrado su
eficacia en distintos terrenos de combate. “En realidad algunos de ellos no
tuvieron la efectividad requerida y el factor humano influyó, ya que nadie
puede obviar lo que significaba operar aquella tarde en esas condiciones”
indicaron las fuentes.
En
todo caso, algunos ex miembros del Frente tiene una visión crítica de los “low”
y habrían preferido que se usaran los lanzacohetes RPG-7. En una entrevista con
el periodista Luis Suárez, concedida poco después del ataque, el sociólogo
César Bunster, miembro del grupo rodriguista que preparó el tiranicidio,
explicó: “Consideramos que el intento de ajusticiamiento fracasa básicamente
por una falla técnica de uno de los medios que se utilizaron, concretamente de
los lanzacohetes, que no funcionaron. Son armas desechables, selladas, que no
se pueden abrir ni probar con anticipación. Es por eso que el intento de
ajusticiamiento fracasó”. César Quiroz, también ex miembro del Frente, entregó
antecedentes respecto al “problema del armamento utilizado”. En un testimonio
dado al periodista Francisco Herreros, Quiroz indicó: “En el tema de los
lanzacohetes, la pelea es total. El low tiene un coeficiente de 0,25 y el RPG-7
tiene un coeficiente de 0,50. Cuatro cohetes low para asegurar un objetivo,
contra dos de RPG-7, que además disponen de la ventaja de tener cuatro cargas
que uno se echa a la espalda; lo usa un hombre, no necesita servidor”. Sin
embargo, otros integrantes de la fuerza rodriguista piensan que “haber usado
los RPG-7 era casi imposible, muy dificultoso, ya que es difícil transportarlos
y ocultarlos, cargar cada uno con sus municiones y andar transitando por las
calles hubiera sido casi un suicidio. Los low se conocían y sus mecanismos
electrónicos se pueden comprobar y revisar testéandolos. Era un armamento bien
elegido”.
La
contención
Un
ex comandante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que pidió reserva de su
nombre, precisó que “los medios y el armamento para una operación se definen
por estudios operativos y en ese caso todo indicaba que lo apropiado eran los
low. Hay algo de mito con los RPG-7. Los compañeros no podían andar
transportando RPG-7 con la facilidad que daban los low. En todo caso, no son
los low los que fallan, lo que falla es su uso, su efectividad en una situación
específica bien determinada”. Pero para este antiguo comandante rodriguista hay
otro factor que fue determinante. La posibilidad que tuvo el chofer Oscar
Carvajal, cabo del Ejército y miembro de la escolta, de sacar el auto de
Pinochet desde el lugar de la emboscada. “En realidad –explicó- hubo una débil
contención en el lugar. Faltó la contención que hubiera impedido que el
dictador saliera de ese lugar y mantenerlo en la mira y con fuego permanente.
Son situaciones que se presentan en un escenario de combate”.
De
acuerdo al testimonio del Edecán Naval que iba en el auto con Pinochet y del
propio cabo Carvajal, así como el de fusileros que participaron en la
emboscada, los combatientes del Frente intentaron detener la huida por la
retaguardia y se fueron encima del auto del dictador abriendo fuego intenso.
Pero el blindaje del vehículo resistió. Y el dictador pudo salir hacia atrás.
En todo caso para antiguos jefes del Frente y algunos dirigentes del Partido
Comunista –del que dependían los rodriguistas- la operación tuvo una alta
calificación en su organización y ejecución, sin bajas ni heridos, con todo el
grupo replegado ordenadamente, algo muy raro en la historia de ataques a
caravanas de jefes de Estado.
Noticias
del MIR
Pero
hubo otros episodios que también pudieron afectar el resultado final de la
emboscada que planeó el FPMR en contra de Pinochet. Cuando la veintena de
combatientes ya estaba instalada en la casa desde donde debían salir al lugar
del ataque, llegaron noticias obtenidas de una labor de Inteligencia entre los
lugareños de Las Vertientes. Había un grupo de jóvenes en una casa cercana;
eran muy serios, salían poco, eran sanos, no hacían fiestas, se veía que
estaban muy organizados. Es decir, un perfil prácticamente igual al que tenía
el grupo de rodriguistas. Hechos los análisis, se pensó que “el otro grupo de
jóvenes” podían ser militantes del MIR ubicados allí con el mismo objetivo:
matar a Pinochet. Si era así, ambas operaciones estaban en riesgo.
Pero,
finalmente, el Frente contó con información que le permitió saber que el MIR no
estaba en eso. De hecho, según revelaron hace un par de años miembros de su
dirección, el MIR organizó un atentado contra el dictador entre 1980 y 1983,
que básicamente consistía en colocar un autobomba en calle Presidente
Errázuriz, donde vía Pinochet y por donde se desplazaba a diario. Lo que sí
produjo cambios de planes fue la muerte del ex presidente conservador Jorge
Alessandri.
La
fecha de la emboscada era el 1 de septiembre de 1986. Pero el 30 de agosto
falleció Alessandri, un político de la derecha que apoyó el golpe de Estado y
de reconocida postura anticomunista, que gozaba de simpatías en los círculos de
la dictadura. Pinochet decidió entonces salir raudo hacia Santiago para estar
en el velorio y el comando no pudo actuar. Hubo que esperar una semana más.
Los
protagonistas
El
grupo de ataque del FPMR se dividió en cuatro unidades. La 501 de Choque, la
502 de Asalto, la 503 de Asalto y la 504 de Retaguardia. Los jefes de la
operación fueron Cecilia Magni
(Comandante Tamara) a cargo de Logística, Joaquín Valenzuela (Comandante Ernesto) como Jefe Militar de la
emboscada y Raúl Pellegrin (Comandante
José Miguel) Jefe de la Operación y organizador de todo el plan. La gran
mayoría eran hombres y hubo un pequeño grupo de mujeres. Todos con instrucción
militar y varios con experiencia de combate o entrenamiento más prolijo. Fueron
elegidos por sus condiciones políticas y su destreza militar. A todos se les
dijo que era alta la posibilidad de salir muertos de la emboscada.
Según
informes, algunos de los miembros del grupo que emboscó a Augusto Pinochet
fueron: 1.- Isabel Mayoraz. Prófuga. 2.- Juan Moreno. Detenido y Fugado. 3.-
Jorge Angulo. Detenido y Fugado. 4.- Lenin Peralta. Detenido y Fugado. 5.-
Víctor Díaz. Detenido y Fugado. 6.- Arnaldo Arenas. Detenido y Fugado. 7.-
Mauricio Arenas. Fallecido. 8.- Juan Ordenes. Fallecido. 9.- José Joaquín
Valenzuela Levy. Asesinado. 10.- Julio Guerra. Asesinado. 11.- Héctor Maturana.
Detenido e Indultado. 12.- Héctor Figueroa. Detenido e Indultado. 13.- Ricardo
Contreras. 14.- Cristian Acevedo. 15.- Adriana del Carmen Mendoza. 16.- Alexis
Soto. 17.- Patricio Acosta. Asesinado.
Emboscada
para la historia
Nadie
duda a estas alturas que desde el punto de vista político y militar, la
emboscada del 7 de septiembre de 1986 en el Cajón del Maipo quedó en la
historia, al menos, de la lucha en contra de la dictadura y de las acciones de
mayor envergadura efectuadas por agrupaciones de la izquierda armada en Chile.
De acuerdo a versiones extraoficiales, el hecho fue analizado durante algún
tiempo por el Grupo Cobra y la Dirección de Inteligencia del Ejército, por el
OS-4 de Carabineros, por equipos del Ministerio del Interior de Cuba y por la
Estación CIA en Chile.
La
operación fue planeada en el contexto de un álgido movimiento social y político
antidictatorial, de desarrollo de acciones armadas de distinta intensidad
efectuadas a esas alturas principalmente por el Frente y cuando el PC había
definido a 1986 como “el año decisivo”. El entonces jefe militar del PC,
Guillermo Teillier, explicó que “el atentado a Pinochet fue preparado con
precisión”. Contó que, “el mando militar de la operación decidió realizar la
acción cuando estimó que tenía pertrechos, el personal y los datos de
Inteligencia suficientes para hacerlo”. El combate duró entre ocho y diez
minutos.
Las
cuatro unidades del Frente se colocaron al lado nororiente de la cuesta y
atacaron con los low y fusiles M-16. En el lugar murieron los cabo de Ejército
Miguel Ángel Guerrero, Cardenio Hernández, Gerardo Rebolledo y Roberto Rosales
y el Cabo de Carabineros Pablo Silva, todos escoltas de Pinochet. Pese a la
intensidad de fuego, el chofer del auto del dictador logró retroceder y salir
del lugar bajo disparos de fusiles que no lograron traspasar el blindaje. Todos
los integrantes del grupo rodriguista salieron ilesos y se desplazaron hacia Santiago.
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