Bratislava:
la cumbre de la mezquindad”
Los 27 países que aún quieren mantenerse en la Unión
Europea acaban de realizar en Bratislava (Eslovaquia) una reunión cumbre sin la
participación del Reino Unido. Supuestamente iban a reflexionar juntos sobre su
proyecto común, pero se limitaron a retomar las mismas cantinelas que todo el
mundo conoce. El mundo está cambiando. El Reino Unido se adapta a ese proceso
de cambio. La Unión Europea opta por el estancamiento
Por
Thierry Meyssan
En Red Voltaire
–public. 19/9/16
Tres meses después de la decisión de los electores
británicos de salir de la Unión Europea, los jefes de Estado y de gobierno de
esa entidad –con excepción del primer ministro del Reino Unido– acaban de
reunirse en Bratislava con intenciones de dar un nuevo impulso a la UE.
Se esperaba de ellos una reflexión sobre los factores que
condujeron al Brexit y sobre lo que habría que hacer con la Unión Europea.
Pero no fue eso lo que sucedió en Bratislava. Los 27 países
miembros de la UE se limitaron a mencionar lo que pudiera acelerar la
disolución de esa entidad regional mientras que se hablaba del terrorismo
sin entender que ese peligro es de carácter interno, mientras
que Alemania y Francia desenterraban nuevamente el proyecto de creación de un
ejército común y mientras que Jean-Claude Juncker defendía los intereses de los
banqueros de Luxemburgo.
En el momento del Brexit, explicamos en estas columnas
que Buckingham Palace y un sector influyente de la clase dirigente británica
deseaban distanciarse de Washington y acercarse a China en el plano
económico y a Rusia en el plano militar [1]. Pero Downing Street
no ha mostrado ninguna de sus cartas y mantiene en secreto
sus intenciones hasta la apertura de las negociaciones con vista
a la salida de la Unión Europea.
Sin embargo, Londres ha dado dos pasos importantes
en materia de política internacional. Primeramente, la publicación del
informe de la comisión Chilcot sobre la guerra contra Irak y del informe
de la comisión de la Cámara de los Comunes sobre la guerra contra Libia.
El informe de la comisión Chilcot sobre la guerra contra Irak,
redactado en 2009-2010, dormía desde hace años en una gaveta.
El informe de la Cámara de los Comunes sobre la guerra contra Libia
data de este verano. Ambos informes critican el alineamiento de Downing
Street con la política de la Casa Blanca, primeramente bajo el
mandato del laborista Tony Blair y después bajo el mandato del conservador
David Cameron. En un estilo netamente británico, los autores de ambos informes
ponen de relieve la inutilidad de ambas guerras y resaltan las mentiras
que permitieron justificarlas. Pero no dicen ni una palabra sobre los
acuerdos secretos entre Londres y Washington, ni sobre el papel del
MI6 en la fabricación de esas mentiras. Los secretos deben seguir siendo
secretos. En todo caso, esos informes ponen fin a la actual
versión de la «relación especial» entre Gran Bretaña y
Estados Unidos.
Pero los jefes de Estado y de gobierno de la Unión
Europea parece que no han leído esos informes y no se plantearon
por tanto la interrogante de saber lo que planea Londres. Algunos
incluso aseguraron que los británicos acabarán renunciando a salir de la Unión
Europea si los presionan lo suficiente durante las negociaciones del
Brexit.
Todos advirtieron a Angela Merkel contra la organización
de una segunda oleada de migrantes y repitieron que están dispuestos a aplicar
las medidas ya tomadas para impedirla. Pero nadie preguntó si la primera
ola de migrantes bastará para resolver el problema demográfico de Alemania
o si Berlín cree que tendrá que organizar un segundo acto, como había
anunciado anteriormente.
Lo cierto es que si Berlín reedita la operación de
los migrantes, las amenazas de los otros 26 miembros de
la Unión Europea contra Alemania no serán más que palabras
al viento. El primer ministro de Luxemburgo –o sea,
el sucesor de Jean-Claude Juncker en ese cargo– propuso la exclusión
de Hungría, que se niega a aceptar su cuota de refugiados.
¡Curiosa manera de evitar la disolución de la UE!
Los participantes en la cumbre de Bratislava se plantean
3 proyectos [2]:
En definitiva, la cumbre de Bratislava mostró la voluntad
de los 27 miembros de la Unión Europea de no cambiar absolutamente
nada. Según ellos, todo puede seguir como antes, con tal
de que Alemania no traiga más migrantes. Así que Europa puede
continuar su «lucha contra el terrorismo» viéndolo desarrollarse, puede
seguir preparándose para seguir dócilmente las órdenes de Estados Unidos
en la próxima guerra que Washington decida convocar y dejar que los banqueros
decidan sobre nuestras inversiones.
Notas:
[1]
«El Brexit redistribuye las cartas de la geopolítica mundial»; «La nueva política exterior
británica», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 27 de junio y 4
de julio de 2016.
[2]
«Declaración de Bratislava», Red Voltaire, 16 de septiembre de 2016.
Colectivo Acción
Directa Chile -Equipo Internacional
Septiembre 23 de 2016
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