El compañero Eduardo León |
Colombia
y el Paro Agrario: “El mundo debe comprender que no hay paz posible sin
justicia social”
- Entrevista con el miembro de la Comisión Política del
Congreso de los Pueblos y delegado de esa agrupación en la Cumbre Agraria de
Colombia, Eduardo León
- La Minga de la
Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular inicia un paro nacional histórico e
indefinido desde el próximo 30 de mayo de 2016 por el cumplimiento de sus
demandas
“Lo más importante es conocer el momento
correcto para sembrar” –Masanobu Fukuoka
Por
Andrés Figueroa Cornejo
A lo largo y ancho del territorio de Colombia se realizará
el Paro general de la Cumbre Agraria Nacional, Campesina, Étnica y Popular
desde la mañana del 30 de mayo de 2016. Para conocer sus propósitos y
expectativas nos entrevistamos mediante una conexión en línea entre Santiago de
Chile y Bogotá con el miembro de la Comisión Política del Congreso de los
Pueblos y delegado de esa organización en la Cumbre Agraria colombiana, Eduardo
León.
-¿Qué es la Cumbre
Agraria? ¿Qué persiguen?
“La Cumbre Agraria, Campesina,
Étnica y Popular es un proceso relativamente nuevo donde se articulan
corrientes indígenas, de negros, campesinos y populares de una larga
trayectoria de historia de lucha social en Colombia. Surgió en las
movilizaciones agrarias de 2013 y 2014 que tuvieron como objetivo confrontar a
una serie de políticas públicas dirigidas a profundizar el modelo capitalista
actual que se expresa en el extractivismo agroexportador. Ese modelo despoja
los bienes comunes de la naturaleza en los territorios históricos y ancestrales
de nuestras comunidades negras e indígenas. Frente a nuestras movilizaciones,
el gobierno de Juan Manuel Santos respondió con una propuesta de ‘pacto
agrario’ que, en síntesis, no recogió las demandas planteadas por nuestras comunidades
y prosiguió la agenda del saqueo. Esto nos llevó a la necesidad de avanzar de
una manera más audaz y decidida en la unión y articulación popular que cuajó en
una Cumbre Agraria donde convergen los procesos más importantes y grandes del
país.”
-¿Cuáles son los
principales puntos que construyen la unidad de la Cumbre Agraria?
“Transformar la relación entre el
campo y la ciudad en la cual existe una asimetría feroz a favor de las urbes.
En nuestro campo sufrimos un atraso estructural en todos los aspectos: en la
participación política, en el desarrollo económico, en materia de exclusión
social. Esa brecha ha generado graves problemáticas sociales que podrían
resumirse en que existe una evidente subordinación del campo a la ciudad. La
fórmula extractivista y agroexportadora impuesta por la actual fase capitalista
tiene por objeto intentar resolver la disminución de su tasa de ganancia y
buscar nuevas fuentes de acumulación de capital. Estamos ante un escenario de
expoliación, expropiación y despojo de nuestras tierras y territorios, y de los
bienes que contienen, de tal manera que nuestras comunidades se encuentran al
borde de la desaparición. Hoy nuestros campos son utilizados para la
extracción intensiva de petróleo, carbón, gas, minerales metálicos (oro,
níquel, etc.). Para ello el gobierno implanta una infraestructura destinada a
la circulación del capital al servicio de la inversión transnacional. Asimismo,
se han promulgado leyes que favorecen la extranjerización de las tierras.
Incluso se han conculcado aquellas que la propia legislación agraria, que tiene
muy pocas cosas que benefician a nuestras comunidades, nos servían. En la
actualidad el campesinado ni siquiera puede acceder a los baldíos de la nación,
que eran la única posibilidad que teníamos para usar algunas tierras. Los
territorios colectivos de nuestras comunidades afrodescendientes han sido
invadidos por el gran capital financiero y agro-industrial. Igual cosa sucede
con los resguardos indígenas que, no obstante contar con una mayor protección
legal, no han dejado de sufrir el embate neoliberal. Todo ello configura un
conflicto que porta causas históricas y culturales que la administración de
Santos se niega a reconocer.”
“EN COLOMBIA EXISTE UN
CONFLICTO INTEGRAL”
-El gobierno de Santos
habla de paz para Colombia…
“Que la paz es sólo la terminación
de la guerra es la idea que el gobierno insiste en vender internacionalmente,
cuando el conflicto armado en Colombia tiene orígenes sociales, políticos y
económicos.
Nosotros queremos avanzar en la
paz con justicia social y ambiental y en un país con una vida digna. Esa es la
paz que requerimos desde el mundo social.”
-Paz con justicia
social, desde Chile por ejemplo, no tiene relación con el relato gubernamental
colombiano y el discurso del poder que pareciera dibujar una suerte de larga
guerra civil restringida exclusivamente entre el Estado y las insurgencias
(Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – EP (1) y el Ejército de
Liberación Nacional de Colombia (2)), como si no existiera un pueblo y una
sociedad organizada distinta a las fuerzas político-militares de las FARC-EP y
el ELN…
“Efectivamente, el movimiento
social y popular colombiano caracteriza el conflicto en nuestro país como
social, político y económico. Esto es, un combate estructural e histórico. Las
insurgencias armadas sólo son una expresión de ese conflicto, más allá de que
las causas que provocaron las insurgencias sean las mismas que nos movilizan a
nosotros/as. A partir de esa consideración profunda, pensamos que el modelo de
paz planteado por el gobierno de turno se trata de una paz ideada para crear
las condiciones propicias sólo para una superior inversión extranjera y
facilitar la depredación de nuestros recursos.”
-¿Cómo describe la
Cumbre Agraria y el Congreso de los Pueblos a la forma y el contenido del
Estado colombiano?
“Como a un Estado corporativo, un
Estado al servicio del gran capital y de las gigantes multinacionales que están
presentes en el país. En consecuencia, aunque respaldamos las negociaciones y
los diálogos entre la insurgencia y el gobierno que se desarrollan en La
Habana, Cuba, con las FARC-EP, y con las que se iniciarán en su fase pública en
Quito, Ecuador, con el ELN, nosotros consideramos que la paz no es simplemente
la terminación de la guerra.”
LA FÓRMULA DE LA PAZ
CON JUSTICIA SOCIAL DE LOS PUEBLOS
-¿Qué significa la paz
para ustedes, entonces?
“Reconocer que en Colombia existe
un conflicto integral y que, por tanto, los movimientos sociales y populares
somos un sujeto social y político que es preciso tomar en cuenta a la hora de
construir una solución política a la crisis. Por eso varias organizaciones de
la Cumbre Agraria estamos exigiendo nuestra participación directa, vinculante y
decisoria con el gobierno.”
-¿Como una tercera
mesa de negociación y diálogo con la administración-Santos?
“No nos gusta mucho que se hable
de una ‘tercera mesa’, porque pareciera que hubiera una especie de
jerarquización. Preferimos hablar de un espacio complementario al de las mesas
que se están adelantando entre las insurgencias y el gobierno. Nosotros nos
referimos a una complementariedad autónoma respecto de las mesas de diálogo y
negociación ya en curso. O sea, esa complementariedad no implica mutua
dependencia.”
-¿Y cómo han prefigurado
ese espacio complementario independiente?
“Como una Mesa Social para la Paz
donde se pueda instalar una agenda que permita debatir y arribar a acuerdos en
torno a aspectos estructurales.”
-¿Qué significa
precisamente justicia social para la Cumbre Agraria y el Congreso de los
Pueblos?
“Paz con Justicia Social significa
que no es posible pensar en una paz por la que hemos luchado siempre, si no hay
cambios sustanciales que nos emprendan hacia la democratización del país. Ello
quiere decir varias cuestiones. Significa que se reconozca que las comunidades
agrarias, campesinas, indígenas, afrodescendientes y urbanas podemos tomar y
poner en la práctica nuestras propias visiones alternativas al sistema
capitalista. En ese sentido, tenemos nuestros propios planes de vida y nuestras
propias relaciones sociales, ambientales y económicas en nuestros territorios.
Relaciones económicas que hoy están subordinadas al imperio del capital.
Significa que abogamos y exigimos una democracia participativa y directa, donde
se reconozcan nuestras propias formas de gobierno y nuestras propias
autoridades. En la actualidad hay decisiones que se toman a nivel gubernamental
que impactan en contra de nuestras comunidades. Por ejemplo, no se respeta el
derecho a la consulta previa (Convenio 169 de la OIT) ni los mecanismos de
participación ciudadana y consultas populares contemplados en la Constitución.”
-¿Qué ocurre con la
soberanía alimentaria?
“No obstante, que nuestras
economías propias están bastante diezmadas, podrían garantizar la mayoría de
los alimentos para el país. O sea que Colombia está en condiciones de
auto-alimentarse. Pero del 60 al 80 % de los alimentos son importados en el
marco de los tratados de libre comercio. Una de nuestras reivindicaciones fundamentales
es la soberanía alimentaria y no solamente la seguridad alimentaria. Al
respecto, uno de nuestros objetivos es que los alimentos sean producidos por
nuestras propias comunidades. Colombia tiene una geografía y biodiversidad tan
ricas, que es capaz no sólo de producir el alimento para todos/as los
colombianos, sino que incluso podríamos contribuir en la alimentación de otros
países, empezando por los pueblos hermanos de NuestraAmérica. Lo anterior se
transforma en una disputa de proyectos de desarrollo en torno a cómo se
organiza el territorio. El gobierno privilegia el extractivismo y los
agro-negocios, mientras que nosotros postulamos un ordenamiento territorial
fundado en la agro-ecología, la protección del medioambiente y de los recursos
vitales para la humanidad como el agua. Colombia todavía es uno de los grandes
productores de agua y cuenta con cuencas hidrográficas extraordinarias, aunque
hoy están en grave riesgo de desaparecer debido a la explotación minera.”
“EL ESTADO COLOMBIANO
EN VEZ DE CAMINAR HACIA LA PAZ, MUY POR EL CONTRARIO, ESTÁ PROFUNDIZANDO LAS
CAUSAS DEL CONFLICTO”
-¿Cuáles han sido las
respuestas que han recibido por parte del Estado corporativo colombiano
respecto de sus demandas centrales?
“Desde el 2014 hemos presentado un
pliego y acordado una agenda con el gobierno nacional, en el contexto de una
Mesa Étnica Nacional (lugar de interlocución y negociación). Allí también
pusimos un punto ligado a la construcción de confianzas alrededor de la
financiación de algunas obras de infraestructura y proyectos productivos para
el fortalecimiento de nuestras organizaciones, entre otros temas. Se trata de
aspectos que si el Gobierno Nacional hubiera tenido la voluntad política, ya se
habrían cumplido. Por ejemplo, acordamos la dotación de $1.500 millones de
pesos (600 mil dólares) por año desde el 2014, pero al 2016 ni siquiera ha sido
aprobado el presupuesto del 2014. Ello ilustra claramente cómo el gobierno
incumple sus compromisos. De hecho, nosotros nos movilizamos y paramos desde el
30 de mayo próximo por 8 puntos bien definidos (3), y que consideran temas
sustantivos que han sido sistemáticamente no cumplidos.”
-He visto las imágenes
de la implacable represión policíaco-militar en contra de las movilizaciones
que ustedes han desarrollado en los últimos años (4)…
“El gobierno, al igual que lo hace
con las insurgencias, ha implementado una estrategia de invasión y desgaste
para hacerle el vacío a la Mesa Étnica Nacional. Asimismo, el gobierno no está
dispuesto a discutir ninguna de nuestras demandas que toquen siquiera de manera
mínima las estructuras del modelo neoliberal. Por ello es que hemos resuelto
efectuar el Paro Agrario.”
-¿Cuáles son las
características del Paro Agrario que se inicia el 30 de mayo?
“Es de carácter indefinido y con
fines políticos muy concretos. Queremos reponer nuevamente sobre la mesa las
reivindicaciones que llevan incumplidas más de dos años. La administración de
Santos lo único que nos ha dicho es que el modelo no va a cambiar hasta que no
se cambie el gobierno. Y así pasa que los pocos bienes públicos que quedan ya
están en la lista para ser privatizados; la educación dejó de ser un derecho y
se convirtió en mercancía. Lo mismo ocurre con la salud y otros derechos
sociales y económicos. En consecuencia, el desenvolvimiento del proyecto
capitalista del Estado colombiano en vez de caminar hacia la paz, muy por el
contrario, está profundizando las causas del conflicto. En general, también
perseguimos concitar la solidaridad nacional e internacional con nuestra causa
para que la administración de Santos comprenda la urgencia de abrir canales de
negociación, diálogo y participación con el movimiento social y popular.”
-Y los Derechos
Humanos en Colombia…
“Todo arranca desde la concepción
‘por arriba’ de la ausencia de inclusión social, económica, política y
ambiental. Los efectos de la exclusión son devastadores en materia de Derechos
Humanos en el país. Por abajo hay asesinados, desaparecidos, perseguidos,
amenazados, judicializados por ejercer el derecho a la protesta. Muchos
dirigentes y dirigentas han sido acusados falsamente de ejercer terrorismo sólo
por haber impulsado los paros que realizamos el 2013 y el 2014. En este
sentido, la situación de los DDHH en Colombia bajo el gobierno de Santos no es
sustancialmente distinta a la que sufrimos durante los 12 años de la
administración del ex presidente Álvaro Uribe. Entonces Santos busca
desmovilizar la insurgencia no sólo armada, sino también al movimiento social a
través de su negación reiterada de acceder a un cese del fuego bilateral
solicitada tanto por el pueblo movilizado, como por la insurgencias armadas.
Esto contrae un grave problema para nuestras comunidades porque bajo el
supuesto del gobierno de combatir a las insurgencias armadas, se viola flagrantemente
por el lado de las fuerzas estatales el Derecho Internacional Humanitario. Por
eso, en tanto el relato oficial dice que estamos prácticamente al borde de un
momento de post-conflicto y de paz en Colombia, desde el 30 de mayo vamos a
salir a las carreteras y las calles miles y miles de campesinos y pueblo
urbano, demostrando que la realidad es completamente otra. Pondremos de
manifiesto la verdad del país: que aquí se violan los DDHH; que se profundiza
un modelo que somete a la pobreza estructural a nuestra gente; que se entregan
sin mayores requerimientos ni contraprestaciones nuestros recursos básicos al
capital extranjero. El gobierno tendrá que entender que la paz no es únicamente
el fin de la guerra.”
-La lucha del pueblo
colombiano se ofrece en medio de una ofensiva brutal del imperialismo
norteamericano en contra de otros pueblos de NuestraAmérica, como son los casos
de Venezuela, Brasil, Argentina, Paraguay, Honduras, Ecuador, sólo por nombrar
los más trágicamente visibles. ¿Cómo evalúan semejante coyuntura?
“Nuestra suerte como pueblos de
Colombia, es la misma suerte de varios países de NuestraAmérica. Sin duda que
los gobiernos progresistas y populares del continente están padeciendo una
embestida impresionante por parte del capital imperialista. Pero por otra parte
y por la misma causa, también la resistencia de los pueblos se multiplica. Sin
una pizca de pretensión, los pueblos colombianos estamos en pie de afirmar que
hoy podemos aportar en la resistencia popular a escala continental. Por eso
solicitamos la solidaridad internacional. Probablemente nuestra lucha y paro
serán bloqueados mediáticamente y sólo contaremos con la compañía de los medios
alternativos e independientes. Desde ya les aseguramos que la movilización que
comienza el 30 de mayo tendrá estatura histórica. Vamos a lograr varios de los
objetivos que nos hemos impuesto. El movimiento social y popular colombiano se
está reactivando y radicalizando, llegando al punto de poder exigir.”
Notas
4. http://kaosenlared.net/colombia-el-video-de-la-represion-estatal-contra-el-paro-agrario/
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