El Estado yanqui
se mete hasta lo más íntimo de las vidas de sus propios ciudadanos, descuidando
las libertades básicas que supuestamente defiende, con el fin de averiguar lo
que le interesa respecto de cualquier crimen que él defina como del ámbito de
la inefable ‘seguridad nacional’
El 2 de diciembre de 2015, en
la localidad de San Bernardino, a 100 km de Los Ángeles, ocurrió un tiroteo
donde resultaron 14 personas muertas y 21 heridas. Los tiradores atacaron un
banquete del Departamento de Salud Pública del condado, el cual se celebraba en
un auditorio. Los reportes iniciales indicaban que pudo ser un acto de tres
tiradores equipados con armas largas, los cuales huyeron en un vehículo
utilitario deportivo. Dos de los sospechosos, un matrimonio, fallecieron tras
un tiroteo con la policía: la mujer, Tashfeen Malik, y su esposo, identificado como
Syed Farook. Este último, laboraba
en el centro de salud.
La
pareja, él hijo de inmigrantes paquistaníes y ella inmigrante de ese mismo
país, utilizó rifles de asalto y existen pruebas de su radicalización religiosa
en los años previos a la matanza. Desde el primer momento, el FBI consideró los
hechos un atentado terrorista, el primero de corte islamista que se produce
en Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001.
Dentro
de la investigación, el FBI trató de reconstruir todo el entramado de
relaciones y movimientos de una pareja que vivía bastante recluida. Para ello,
se hizo fundamental tener acceso al contenido del teléfono de Farook, un modelo
iPhone 5, de Apple, obviando todos los reparos que ello pudiera entrañar. Sin
embargo, el FBI se encontró con que no podía entrar en el teléfono sin la contraseña
y tampoco le sería útil echar mano de un robot generador de contraseñas hasta
dar con la correcta precisamente por ese método de seguridad que lleva el
iPhone. Un error podría borrar toda la información del teléfono.
Las tecnológicas y
su celo
Entonces,
el FBI y el gobierno de la
primera potencia imperial comenzaron a presionar a Apple para que cooperase en
la apertura de los datos del móvil. Ante ello, una gran repulsa comenzó a
conformarse.
Sí
hasta el responsable de cuestiones de derechos humanos de la ONU señaló
que con tal acción se sentaría un precedente peligroso. "Con el fin de
resolver un tema de seguridad relativo a la encriptación en un caso, las
autoridades corren el riesgo de abrir una Caja de Pandora con implicaciones
extremadamente perjudiciales para los derechos humanos de millones de
personas", afirmó el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein. "Un caso exitoso contra Apple en los Estados
Unidos sentará un precedente que podría hacer imposible para Apple o cualquier
otra gran compañía informática internacional proteger la privacidad de sus
clientes en cualquier lugar del mundo", añadió.
La
policía federal de EE.UU. exigió a Apple, mediante una orden judicial, que lo
ayude a desbloquear el iPhone hallado en el domicilio de Syed Farook y Tashfeen
Malik. Según el organismo, el encriptado crea zonas de inviolabilidad que
favorecen las actividades criminales y amenazan la seguridad pública. Pero
Apple solicitó el 25 de febrero a un tribunal federal que desestime la orden,
alegando que solo podría acatarla
debilitando su sistema operativo y exponiendo con ello los datos de millones de
usuarios a la acción de piratas informáticos o a la indiscreción de los
gobiernos.
Zeid
estimó que "el FBI merece apoyo total en sus investigaciones" para
esclarecer un "crimen abominable", pero afirmó que "éste no es
un caso en el que una compañía -y sus seguidores- quieran proteger a
delincuentes y terroristas". Se trata, en cambio, de saber "dónde
debería establecerse el límite necesario para proteger a todos de los
criminales y de la represión", subraya. "Hay muchas formas de
investigar si los perpetradores tenían cómplices, en vez de forzar a Apple a
crear programas informáticos para debilitar los elementos de seguridad de sus
propios teléfonos", destaca. Zeid recordaba que la encriptación es un
instrumento de protección de defensores de derechos humanos, de la sociedad
civil, de periodistas, de lanzadores de alerta y de disidentes políticos
"que enfrentan persecución y acoso".
"Desafortunadamente,
no escasean en el mundo las fuerzas de seguridad que, si pueden, sacarán
ventaja de la capacidad de intervenir los teléfonos de las personas. Y tampoco
escasean los intentos criminales de cometer delitos económicos mediante el
acceso a la información de otras personas", advirtió el Alto Comisionado. "¿Cómo
se podrá proteger esa información sin sistemas de encriptación a prueba de
fallas?", se pregunta, reiterando que una victoria del FBI en los
tribunales "sería un regalo para regímenes autoritarios, así como para
delincuentes informáticos".
Primeramente,
tres asociaciones de grupos tecnológicos, que representan a los principales
competidores de Apple -como Google, Facebook, Microsoft y Yahoo- expresaron su
apoyo a la firma de la manzana. "Si los argumentos del gobierno
prevalecen, el ecosistema de internet se verá debilitado y los usuarios de
internet serán más vulnerables a los hackers y otros actores nocivos del
sector", afirmaron las tres entidades. Luego, se
les sumarían cuatro decenas más, haciendo hincapié en los valores de
privacidad y transparencia en los servicios en línea.
El ataque del
imperio
El
gobierno de los Estados Unidos ha exigido a Apple tomar medidas sin precedentes
que amenazan la seguridad de nuestros clientes. Nos oponemos a esta orden, que
tiene implicaciones que van mucho más allá del caso legal [que la ha
provocado].
Así comenzaba
la durísima carta a sus clientes que Tim Cook escribió y publicó
en la web de Apple. El
caso al que se refiere Cook es el
atentado de San Bernardino, California, perpetrado en diciembre de 2015.
En el tiroteo fueron asesinadas doce personas y veintidós heridas de
distinta gravedad.
Aquí
es cuando entra en juego Apple. Las medidas
de cifrado que la compañía ha implementado desde iOS 8 y reforzado con
iOS 9 son una de sus mayores
armas para proteger la privacidad y seguridad de sus clientes.
Con las medidas creadas por Apple, se hace casi imposible entrar en un
dispositivo si no se tiene la forma de desbloquearlo.
En
el caso del iPhone de los terroristas de San Bernardino, al tratarse de un
iPhone 5c no existe la posibilidad de utilizar una huella para desbloquearlo.
El caso se complica cuando iOS también tiene la medida de seguridad adicional,
pero opcional para el usuario, de borrar el dispositivo por completo cuando se
introduce mal la contraseña un determinado número de veces.
Tampoco hay manera de saber si esta medida está
activada o no,
por lo que el FBI no puede averiguar la contraseña por fuerza bruta sin
arriesgarse a perder la información que contiene el terminal. ¿Cuál es la
solución que propone la agencia federal? Recurrir
a una orden judicial.
El verdadero poder del
FBI y el gobierno de EE.UU.
Sin
la cooperación intimada a Apple, éste
jueves 7 se supo que el director del FBI, James Comey, reveló que la
agencia de investigación estadounidense adquirió una “herramienta” para acceder
al contenido del teléfono empleado por el terrorista de San Bernardino. “El
litigio entre el gobierno y Apple sobre el teléfono de San Bernardino terminó porque
el gobierno ha comprado, a una tercera parte, la manera de entrar en el
dispositivo”, admitió Comey. El FBI anunció a finales de marzo que había
encontrado la manera de entrar en el teléfono, pero hasta ahora no se sabía
cómo.
La
revelación abre un nuevo episodio en la polémica causada por la petición del gobierno
yanqui a Apple para que revelara cómo ‘hackear’ el dispositivo, y la
consecuente negativa de la compañía. La pugna comenzó en los tribunales, pero
el FBI retiró la querella nada más revelar que había encontrado otra manera de
acceder al dispositivo.
Lo
más grave del asunto es que las palabras de Comey confirman las posibilidades
ciertas de hasta dónde puede llegar una agencia gubernamental en su acceso a la
información privada de los ciudadanos y si el FBI, la primera en comprar la
herramienta en este caso, podrá compartirlo con departamentos locales de
policía. La agencia Reuters adelantó la semana pasada que, según documentos
internos del FBI, la agencia federal sólo compartirá la herramienta “dentro de
los límites que le impone la ley”.
Con
todo, se comprobaron las palabras de Edward Snowden sobre el poder de la
inteligencia imperial, ya que según él el FBI no necesitaba a Apple
para desbloquear ese iPhone. Según sus declaraciones durante una
conferencia organizada por la ONG Common Cause, "el FBI ha dicho
que Apple tiene los medios técnicos en exclusiva para poder desbloquear el
iPhone, pero eso es mentira".
En
su perfil de Twitter ha compartido un artículo de Daniel K. Gillmor, un experto
en seguridad digital, publicado el pasado 1 de marzo. En él se especula con las
motivaciones que podría tener el FBI para estar requiriendo insistentemente la
colaboración de Apple, ya que a nivel técnico no la necesitaría para poder
obtener la información de dicho iPhone 5c sin que entre en funcionamiento la
función de autoborrado de datos que se activa cuando se introduce mal diez
veces seguidas el código.
The global technological consensus is against the FBI.
Why? Here's one example: https://t.co/t2JHOLK8iU #FBIvsApple https://t.co/mH1ZXOOQ1E
— Edward
Snowden (@Snowden) March 8, 2016
Colectivo Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Abril 7 de 2016
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