Brasil: “El error de Dilma y Lula fue
proponer una fórmula de conciliación de clases”
El economista y líder del Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil,
Joao Pedro Stédile, aseguró que las fuerzas de izquierda no permitirán que se
establezcan las intenciones de la derecha parlamentaria de sacar de la
presidencia Dilma Rousseff para instaurar de nuevo el imperio del gran capital en
la nación
En LibreRed,
21/4/16
¿Cuál
será la reacción del pueblo brasileño y del Movimiento Sin Tierra en particular
si se concreta la destitución de la presidenta Dilma Rousseff?
Primero
estamos confiados de que es posible para el golpe en el proceso que ahora llegó
al Senado y tendremos ahí entre diez y quince días para que el Senado se
posicione. Nosotros creemos que el Gobierno tiene una representación mayor en
el senado que en la Cámara, los mismos senadores son más viejos, más experimentados
en la política y saben que un golpe parlamentario como se construyó en
Honduras, en Paraguay eso llevaría al país a una crisis aún mayor.
Pero
de consolidarse este golpe en el senado también nosotros no tenemos dudas como
movimientos populares que estamos articulados en el Frente Brasil Popular de
negar cualquier legitimidad a este gobierno Temer- Cuhna, es un gobierno
ilegítimo que está manchado de pura corrupción, ahora ya aparece en público el
costo financiero que eso tuvo para los empresarios que entraron con mucho
dinero para lograr los votos de los diputados y además de negar legitimidad, no
participar de ningún proceso, nosotros seguiremos en la calle para producir una
presión de masas que lleve a la gente a concienciarse de lo que va a pasar.
De
pronto ya el 29, el próximo viernes, en varias capitales habrá movilizaciones y
el primero de mayo queremos que sea un gran acto de protesta y seguramente
estamos haciendo varias articulaciones con las centrales sindicales que aquí
son ocho, solo una apoya el golpe, y entre las siete que están con el pueblo
estamos discutiendo la posibilidad de hacer un paro general antes de la
votación del Senado para señalar a los empresarios que a pesar de su dinero y a
pesar de su plan de imponer el regreso del capital financiero y la
subordinación de nuestra economía a los intereses de las empresas gringas
nosotros como pueblo somos los que producimos la riqueza y si entramos en un
plan de huelga general, de paro general es la señal que decimos a ellos:
ustedes pueden querer volver a ampliar sus ganancias y su explotación pero
quien produce la riqueza de ese país en la industria y en la agricultura somos
nosotros y nosotros no admitiremos que haya un golpe que rompa la democracia de
nuestro país.
Ahora
la derecha dice tanto en Brasil como en el resto del continente y del mundo que
no es un golpe sino que es la aplicación de normas constitucionales que se
están viendo digamos efectivamente aplicadas en el caso de la presidenta Dilma.
Claro,
eso es una trampa porque lo mismo dijeron en Honduras, lo mismo dijeron en
Paraguay. En la ley brasileña está prevista esa situación en que si un
presidente o mandatario comete un crimen contra la patria y de responsabilidad
o de corrupción el Parlamento puede penalizarlo y quitarlo del puesto, pero lo
que pasa es que la presidenta Dilma no cometió ningún crimen, la acusación que
le hicieron en el proceso instalado en el Parlamento es por un mecanismo de
contabilidad pública que el Gobierno para cumplir con obligaciones sociales en
salud, en educación, buscó otros fondos que estaban en los bancos públicos o en
la previsión de otros renglones, pero esta manipulación contable no es crimen,
es un artificio normal de cualquier Gobierno e incluso el mismo Michel Temer lo
practicó en algún tiempo cuando estuvo en la presidencia de la República
reemplazando a la presidenta y en los estados de Brasil hay 24 gobernadores,
varios de la derecha, de centro, de izquierda, de todos los renglones
ideológicos que también utilizan esa práctica contable.
Por
tanto, no hay crimen y si hubiera entonces habría que sacar también a Temer y
por eso nosotros decimos: no hay crimen, no se puede juzgar una persona que no
cometió nada y si hubiera tendría que ser a los dos, al presidente y al
vicepresidente. Pero al trasfondo no es un problema de quitar o no el
presidente, aparte que es un verdadero golpe a la democracia, el problema es
que nosotros vivimos una grave crisis económica y los capitalistas frente a esa
crisis necesitan recomponer su tasa de ganancia volviendo a los patrones del capitalismo
financiero, o sea, quitar derechos de los trabajadores, entregar nuestras
riquezas como el petróleo, la minería, el agua, la biodiversidad a las empresas
transnacionales y mantener las tasas de interés muy elevadas y la presidenta
Dilma era una traba a eso.
Temer
ya anunció su programa de gobierno que es totalmente pro-capital monopólico y
por eso desde los movimientos populares nosotros decimos que Temer es el Macri
brasileño, con la diferencia que Macri tuvo votos y él no tuvo votos, peor aún
el tipo es tan antipopular que en las encuestas de opinión públicas recientes
80 por ciento de la población no lo quiere y si él se lanzara a una propuesta
de candidatura en los próximos meses, según esas encuestas, él tendría solo el
uno por ciento de los votos de Brasil.
Esa
es la situación, es un golpe contra la democracia.
¿Cómo
es que la presidenta Dilma lo escogió como su vicepresidente?
Es
de esas jugadas que nosotros como Movimiento Sin Tierra y como movimiento
popular siempre criticamos. En realidad el Gobierno Lula en los dos mandatos y
después Dilma ellos proponían una fórmula para nuestro país de concertación de
clases como fue en Chile, una fórmula de conciliación de clases, entonces
siempre propusieron que parte de los cargos se designarían a sectores de la
burguesía brasileña.
Cuando
estaba Lula funcionó porque su vicepresidente era un empresario nacionalista
serio, honesto incluso del ramo de textil y dependía también del mercado
interno y le convenía la distribución de renta porque así vendía más camisas,
más pantalones pero ahora este señor Temer es un lumpen burgués. Él solo hace
el rol de defender a la burguesía pero a rigor no es un burgués neto y por eso,
por ser un lumpen es que ahora traicionó la confianza de la presidenta y cuando
la presidenta en esa semana que pasó vino al público para denunciar la trama,
la traición, la misma derecha entregó un proceso en el Supremo Tribunal Federal
e impidió que la presidenta utilizara la cadena nacional de televisión para denunciar
a este señor y todo el golpe que se estaba armando con esos más de cien
parlamentarios corruptos que están enrolados como reos en procesos del Supremo
Tribunal Federal y que no se sabe por qué hasta ahora el poder judicial no tuvo
el coraje de acelerar esos procesos porque tenemos entendido que la mayoría de
esos parlamentarios que votaron contra Dilma pueden inclusive ir a la cárcel de
tantos millones que se robaron de los cofres públicos y por vía de las propinas
de las empresas.
Usted
además de líder campesino es economista ¿qué tanto influyó la crisis económica
en la actual crisis política brasileña?
Es
la base de todo, la crisis económica que estamos involucrados es la raíz que
impidió seguir la conciliación de clases porque cuando estaba Lula, él hizo una
conciliación que se basaba en tres pilares: primero hacer la economía crecer
con base en la industria y lo logró, segundo recuperar el rol del estado para
hacer inversiones productivas y utilizar parte de la plusvalía social en
programas sociales como educación, salud, que pudiera recuperar las condiciones
de vida de la población y el tercer pilar era un programa de distribución de
renta por la valorización del sueldo mínimo. ¿Qué pasa? Que con la crisis
internacional del capitalismo la economía brasileña como está en la periferia
del capitalismo sufrió mucho y hace tres años que la economía no crece.
Hace
20 años la industria pesaba el 50 por ciento de nuestro PIB y ahora con la
desindustrialización, con la concurrencia de las empresas chinas y gringas la
industria nacional solo pesa un 9 por ciento sobre el producto nacional,
entonces hay una crisis económica profunda que solo se puede resolver
recuperando de nuevo el rol del estado, recuperando y controlando el capital
financiero para que en vez de acumular la riqueza en la forma de capital
financiero especulativo sobre control de los bancos, el estado se utilice de
ese dinero para hacer inversiones productivas en la industria, en la
agricultura y volcadas para el mercado interno. Con eso entonces la economía
volvería a crecer, tendríamos un nuevo rol para la mano de obra, que hay ahora
una tasa de desempleo cercana del 10 por ciento, y entonces se podría volver a
tener programas sociales.
Entonces
la crisis política que estamos viviendo es porque las élites quieren recuperar
el estado y ponerlo bajo un nuevo modelo del gran capital y eso la clase
trabajadora no lo va a aceptar. Por eso es que decimos que la crisis es
profunda y va a tardar muchos años salirnos de ella porque solo se sale de una
crisis histórica de esa magnitud cuando las clases sociales, y no solo
partidos, se ponen de acuerdo alrededor de un nuevo proyecto de país y con ese
nuevo proyecto logren la hegemonía en la mayoría de la sociedad.
Y
ahora, en este momento, no hay ningún proyecto en discusión en el país ni
siquiera ninguna de las clases, ni la burguesía ni la pequeña burguesía ni la
clase obrera tiene un proyecto claro de país y por eso estamos en esa confusión
y por eso es que la burguesía tontamente, porque es una lumpen burguesía
subordinada a los intereses gringos. Ella piensa que bastaría cambiar el
presidente de la República como si en un paso de magia los problemas de la
economía se resolvieran, pero no es así. Al contrario un cambio de presidente
en Brasil va a profundizar las contradicciones de la desigualdad, se va a
profundizar la crisis institucional y ojalá las masas vuelvan a la calle para
con su fuerza política debatir un nuevo proyecto de país.
¿Se
cierran las vías para buscar la Revolución en América Latina por caminos
electorales?
Eso
no es un problema que debemos resolverlo ahora, nosotros decimos que en
Latinoamérica hay tres proyectos en disputa. Un primer proyecto es el del capital
monopólico financiero, que es en realidad la recolonización de nuestros países
a los intereses del imperialismo; un segundo proyecto es este del
neodesarrollismo que intentó Argentina, Brasil, Uruguay, de cierta forma
incluso Ecuador y que preveía una conciliación de clases para desarrollar el
país y resolver parte de las males sociales y un tercer proyecto es lo que
nosotros llamamos el proyecto ALBA, que es un sueño del Comandante Chávez que
desde Venezuela construyó esa articulación con Cuba, Nicaragua, Ecuador,
Bolivia ahora quizás El Salvador para construir un proyecto que fuera antimonopolista;
por tanto, anticapital financiero, antimperialista por tanto contra las
empresas transnacionales y para eso tendría que haber una integración
continental no solo de la economía para haber una ayuda solidaria entre todos,
sino una integración social, política, energética, de comunicación y cultural.
Lo que pasa en este momento es grave porque los tres proyectos están en crisis
como parte de la crisis del modo de producción capitalista mundial.
Está
en crisis el proyecto del capital monopólico. Basta ver lo que ocurre en México,
que es una lástima, lo que ocurre en Chile, que son digamos los dos ejemplos más
clásicos de aquel; incluso Colombia. Y el neodesarrollismo que tenemos aquí en
Brasil que era el principal propagandista en una crisis tremenda y eso llevó a
la victoria de la derecha en Argentina y estamos en crisis con el proyecto ALBA
que también no depende de gobiernos ni de voluntades personales sino que los
dictámenes del capitalismo internacional, la presión de baja del precio del
petróleo y todas esas manipulaciones que hace el capital internacional llevó a
digamos bloquear la posibilidad de avances del proyecto del ALBA.
Entonces
más que discutir cuál va a ser la vía de aplicación de esos proyectos nosotros
decimos que incluso para salir de los límites del neodesarrollismo que estamos
en crisis aquí y para avanzar en el proyecto del ALBA, que es un proyecto más
generoso, más solidario como si fuera el camino hacia el socialismo XXI como
soñaba Chávez nosotros decimos que solo hay un camino que es la movilización de
masas, la gente tiene que disputar el proyecto en la calle, y la masa tiene que
tener formación política, o sea son las condiciones subjetivas que le den
conciencia de lo que ocurre en nuestros países y tiene que tener capacidad
organizativa e incluso lo decimos como autocrítica. Las formulas tradicionales
de organización solo en los barrios, en el sindicato y en el partido son
insuficientes para generarse grandes movimientos de masas en nuestros países
que puedan alterar la correlación de fuerzas e impulsar nuestros países y
Gobiernos hacia cambios estructurales de nuestra sociedad.
¿Sectores
populares beneficiados por las políticas sociales de Lula y Dilma han sido
cooptados por la derecha en Brasil?
No
sería justo decir que fueron cooptados porque en ese proceso de movilización
hay un sector de la pequeña burguesía que fue a la calle por el neocapitalismo defendiendo
el golpe, pero ellos son el ocho por ciento de la población y nosotros de la
izquierda fuimos a la calle e incluso en un número superior a la pequeña
burguesía, pero fuimos todavía los militantes, los sectores organizados, las
mediaciones entre las masas y los dirigentes. Las masas están calladas,
quietas, asustadas pero no se movilizaron y ni tampoco fueron cooptadas por la
derecha.
¿Pero
por qué están así? ahí si nos cae una autocrítica, porque durante los ocho años
del Gobierno, Lula casi no hizo nada para elevar el nivel de conciencia
política y cultural de esas masas que mejoraron medidas, aumentaron sus sueldos
pero no afectó sus cabezas, además el Gobierno no hizo nada, al contrario de lo
que se hizo en Venezuela, Ecuador y Bolivia, acá no se hizo nada para romper el
monopolio de la comunicación de la televisión, entonces, la O Globo todos los
días pone basura en la cabeza de esos pobres y ellos se quedan atónicos
asistiendo al juego político como si fuera una novela más.
¿Cuál
ha sido el papel de O Globo y demás cadenas de medio de comunicación en la
creación de las condiciones para la actual crisis política en Brasil?
Como
he comentado antes, la derecha y el poder económico en Brasil tiene como
proyecto el capital monopólico financiero, pero ellos no tienen unidad porque
ciertos sectores de la burguesía nacional no lo quieren porque dependen del
mercado interno para vender carnes, camisas, calzados y estarían con el
proyecto neodesarrollista, pero, al no tener una unidad de la burguesía el
verdadero partido aquí en Brasil, el verdadero comité central ideológico como
diría Granchi es la televisión O Globo, ellos son el núcleo ideológico que
dirige la derecha y trata de coaptar ideológicamente a las masas o por lo menos
ilusionarlas, y por eso decimos acá que el principal enemigo político de la
clase trabajadora brasileña es la red de televisión O Globo porque además son
los que están más subordinados y vinculados ideológicamente a los intereses de
los Estados Unidos.
Entonces,
pase lo que pase en los próximos meses, este país va a vivir cambios y entre
los cambios que la gente va a reivindicar en la calle es una reforma política
para sacar del Parlamento a ese montón de corruptos que solo roban dinero
público en provecho personal y además una reforma de los medios de comunicación
que rompa ese monopolio de la O Globo aquí en Brasil y que pueda democratizar
la información para la gente, para que el pueblo pueda ser informado de lo que
es verdad y de lo que es manipulación y por esa razón también quiero informar a
todos los que nos escuchan que uno de las principales razones de las
manifestaciones juveniles de los jóvenes en las últimas semanas ha sido hacer
manifestaciones en las sedes la O Globo en todo el país y seguiremos haciendo
esas manifestaciones para demostrar justamente a la gente quién es su enemigo,
quién es la lengua del diablo como diría Chávez en este país.
¿Brasil
concluirá el año 2016 con un presidente de izquierda o un presidente de
derecha?
Buena
pregunta, nadie sabe ni el papa Francisco de quienes somos amigos, ni Dios ni
San Pedro, pero habrá cambios. Yo creo y esperamos que Dilma siga en el
Gobierno como una presidenta, pero los movimientos populares ya conversaron con
ella la semana que pasó. Yo personalmente tuve varias conversaciones y ella
está convencida de superar ese golpe. Ella tendrá que organizar un nuevo
ministerio bajo el control de Lula y entonces tendríamos políticamente en
realidad el Gobierno de Lula tres.
Armar
un nuevo ministerio que sobre todo dialogue con la sociedad que ponga en el
ministerio personajes de la sociedad, personajes sabios, personas que son
intelectuales reconocidos y sobre todo adoptar un programa de emergencia que
trate de frenar la crisis económica, para amenizar los prejuicios de la crisis
económica que afecta a la clase trabajadora que es el plan de Temer, jugar todo
el problema de la crisis económica sobre la clase trabajadora, y si gana Temer
tendremos un período de intensificación de la lucha de clase y estoy seguro que
la sociedad brasileña por todo lo que él y sus parlamentarios representan él no
llegaría al final del año 2016 y nosotros por todas las vías que se puedan lo
sacaríamos de ahí o para tener nuevas elecciones o para que se elija otro
presidente por la vía parlamentaria.
Usted
que se inició en las luchas campesinas y políticas con mucha influencia
católica de la teología de la liberación ¿Qué piensa de los diputados que
votaron en nombre de Dios y sus familias contra la presidenta Dilma?
Como
en toda Latinoamérica uno de los mecanismos de los gringos para influenciar en
los partidos y en la sociedad en general, como diría Granchi, en la hegemonía
de nuestra sociedad ellos han infiltrado esas sectas pentecostales que están
ahí en los barrios incluso para ocupar un cierto espacio que en el período del
papado de Juan Pablo II y del viejo Ratzinger la Iglesia católica se volvió más
conservadora y se aisló de los sectores populares, entonces las iglesias
pentecostales asumieron ese espacio y formaron sus partidos y eligieron sus
diputados, entonces tenemos en Brasil como 60 o 70 diputados muy conservadores
muy reaccionarios que hablan de Dios pero tendrán el infierno por delante
porque están contra cualquier avance civilizatorio y usurpan el nombre de Dios
cuando se manifiestan en el Parlamento como si solo ellos fueran hijos de Dios,
pero con esos los aceptaremos en el infierno. El principal es que en la reforma
política de Brasil y espero de otros países hay que hacer una separación clara
entre la libertad religiosa. Uno puede pensar y tener la creencia que le dé la
gana pero ahí en la Iglesia, no en los partidos.
Los
partidos son para disputar proyectos en el Estado, son para disputar proyectos
en el Gobierno. Siempre que se mezcla religión con Estado nunca termina bien
esa novela y por eso ustedes pudieron haberse quedado sorprendidos con esas
manifestaciones de votos de esos diputados pentecostales que recurrieron a Dios
y muchos de ellos son reos como corruptos, porque incluso se escudan de las
entidades de Iglesia y no pagan impuestos para recaudar propinas de las grandes
empresas. Así roban doblemente al recaudar dinero y segundo al no pagar
impuestos sobre esa recaudación, entonces es parte de nuestros problemas, pero
esperamos que en el futuro se pueda haber esa separación, tener un Estado laico
y a la vez los partidos desvinculados de las sectas religiosas.
Terminemos
João Pedro con un mensaje suyo para los pueblos de América Latina.
Particularmente ¿qué les dice?
Los
tiempos son difíciles pero no debemos desanimarnos ni ser pesimistas como nos
ayudaron los grandes pensadores de Latinoamérica. Tenemos que ser pesimistas en
el análisis de la realidad pero optimistas con el futuro. Es cierto que nuestro
continente como en todo está en crisis pero no es culpa de un mandatario, de un
Gobierno o de un partido.
La
culpa es del capitalismo, la forma capitalista de organizar la producción y la
vida en sociedad es que está en crisis todo el mundo y como nosotros
Latinoamérica somos periferia del capitalismo mundial, los capitalistas vienen
a nuestro continente con una ganancia aún mayor para dominar nuestras riquezas
naturales, para dominar nuestro mercado para aumentar la explotación de nuestra
mano de obra, entonces son tiempos difíciles que tenemos que enfrentar la
ganancia del imperio pero eso trae contradicciones.
Son
tiempos de poner más energía para concienciar a la gente, organizar la gente
que en los años venideros tendremos un nuevo movimiento de re-ascenso del
movimiento de masas en todo nuestro continente y de ese movimiento de re-ascenso
de masas surgirán nuevos proyectos de liberación, nuevos liderazgos y
seguramente veremos el sueño de Chávez empezar a realizarse que fue también el
sueño de Martí, del Che, de tantos próceres de nuestro continente que tengamos
un proyecto que pueda unificar todos los sueños de Latinoamérica. Un gran
abrazo y que la esperanza no nos falte porque todos los días tenemos que
luchar, pero quien lucha siempre vence, un gran abrazo a todos.
Colectivo Acción Directa Chile –Equipo Internacional
Abril 26 de 2016
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