Vuelve a estar en boga una temática que es un calvario para millones de
chilen@s: el salario o sueldo mínimo. El obispo de Rancagua afirmó que el
sueldo ético debiera acercarse a los $ 400 mil, pues los actuales $ 250 mil “se
quedaron cortos”. Ello va en línea con lo planteado por nuestro colectivo, que
calcula que desde éste año tal cifra debiera ser de, al menos, $ 422 mil
Hace rato que diversas personalidades e instancias
político-sociales -entre ellas la nuestra- vienen postulando que el Salario o
Sueldo Mínimo (SM) en Chile es una vergüenza y que requiere de una mejora
sustancial. El monto de dicho ingreso apenas alcanza los $ 250 mil desde el 1º
de enero pasado.
Por
lo anterior, no resulta extraño que el obispo de Rancagua y vicepresidente de
la Conferencia Episcopal, Alejandro
Goic, considerase que en el escenario de una familia de cuatro personas el
SM de Chile es paupérrimo y que, a su juicio, este año la cifra debiera
aumentar en un 60%, a $ 400 mil. Fue justamente Goic quien en 2007
propuso que el mínimo fuera de $ 250 mil; es decir, el valor que sólo se
alcanzó 9 años después.
A
su vez, nuestro
colectivo ha propuesto que el valor del SM en Chile, desde éste 2016, debiera
ser igual o superior a $ 422.101 mensuales.
Comparación de los
SM de América Latina
La
miseria y la codicia de nuestros explotadores no sólo son rasgos nacionales.
También se expresan en la bicoca que el empresariado en general paga en el conjunto
de las formaciones del capitalismo periférico latinoamericano.
La
comparación
del SM entre países de condiciones similares suele ser buena referencia
para entender el nivel de vida que se mantiene en las diferentes naciones de la
región.
Mientras
en Chile aquel ingreso es de 250.000
pesos (unos 373 dólares), en la
renovada Venezuela es de 2.973
bolívares mensuales (unos 599 dólares). En Perú,
desde el próximo 1º de mayo, alcanzará los 850 soles (unos 254 dólares). En Colombia sólo es de 689.454 pesos (unos
229 dólares).
Por
su parte, los ecuatorianos perciben
un salario básico de 366 dólares y los argentinos
cuentan con uno de 6.060 pesos (unos 413 dólares). En Bolivia ello es de 1.656 bolivianos (unos 244 dólares) y en Uruguay
de 11.150 pesos (unos 349 dólares). Paraguay dispone de un SM de 1.824.055
guaraníes (unos 324 dólares), en tanto que en Brasil es de 880 reales (unos 245
dólares).
En
los países de Centroamérica la cosa es algo mejor. En Panamá es donde
perciben el salario mínimo más alto: 677 dólares en la región uno y 529 dólares
en la región dos. Los costarricenses
también se encuentran entre quienes reciben los sueldos básicos más altos en
América Latina, donde asciende a 278.207 colones (unos 520 dólares).
Por
otra parte, en Honduras el salario mínimo promedio es de 7.419 lempiras
(unos 327 dólares) y en México se sitúa en los 2.220 pesos (unos 128
dólares). Los nicaragüenses perciben un sueldo básico de unas 4.000
córdobas (unos 169 dólares), los salvadoreños de 118 dólares (en el sector
agropecuario). Por último, en Guatemala remuneración básica alcanza
los 2.600 quetzales (unos 337 dólares).
Comparando el SM de
Chile con los más ricos
Si
en el ámbito latinoamericano el SM de Chile es mediocre, al compararlo con las
formaciones ricas del centro capitalista no queda duda de nuestra desigual
distribución del ingreso. Ello, por cuanto en estas tierras hay quienes ganan
más que la mayor parte de la población europea o norteamericana, por ejemplo.
Confrontado
con el SM de Australia, el mayor del mundo –equivalente a US$ 2.417-, el SM de
Chile corresponde apenas a un 15% de él; frente al de Reino Unido, US$ 1265, sólo
a un 21%; Holanda y Alemania, ambos con unos US$ 1.700, a cerca de un 22%; Estados
Unidos, con US$ 1.316, a un 28%; España, US$ 870,5, a un 42,8%.
Si
cotejamos el SM que nos han impuesto los patrones a l@s trabajador@s en Chile
con el valor promedio del
mismo de la opulenta OCDE, de la que formamos parte como una especie de
rémora, que alcanza los US$ 1.205 mensuales, nuestro sueldo básico corresponde
a menos de un tercio de él.
Por
cierto, un SM reducido es una herramienta útil para que nuestros enemigos de
clase aseguren la desigualdad en nuestra formación y contribuye a mantener paupérrimas
condiciones de vida para millones. Ello, si bien lo sabemos los pueblos y los trabajadores
de Chile, aún no logramos traducirlo en lucha y organización efectivas.
Sumando
y restando, sigue siendo válida nuestra invitación a luchar por un salario mínimo para Chile de, al menos, $
422.101, al cual se debiera ir sumando, anualmente, los porcentajes del
costo de la vida y del crecimiento económico.
¡NINGÚN ACUERDO O REFORMA A ESPALDAS
DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES!
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
Colectivo Acción Directa -Equipo Sindical
Abril 3 de 2016
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