La muerte de 12 mujeres
este año desvela un problema hasta ahora invisible y una legislación
insuficiente
En El
País –public. 2/4/16
Alison Calderón era
una escolar chilena, de 17 años, que vivía en una zona popular del poniente de
Santiago. El 20 de marzo salió de su casa y fue la última vez que su familia la
vio con vida. Cinco días después, su cuerpo apareció enterrado en el patio de
su colegio. El principal sospechoso es Julio Miranda, de 32 años, hijo de los
cuidadores del establecimiento donde estudiaba la muchacha.
“Aunque
es evidente la relación de poder que ejerció este hombre, con una probable
agresión sexual, la legislación chilena no considera que este caso sea un
feminicidio”, explica Lorena Astudillo, de la Red
Chilena Contra la Violencia Hacia las Mujeres.
En
2010 Chile tipificó el delito de feminicidio, con penas mayores cuando se
cumplen algunos agravantes. Pero existe consenso en que la legislación resulta
insuficiente. Entre otras razones, porque solo contempla los crímenes cometidos
por parejas, ex parejas o con quien la mujer haya tenido un hijo. Se quedan
fuera los novios, los que matan a menores y hombres que no tenían vinculación
con las asesinadas.
La
precariedad de la ley provoca que los crímenes contra las mujeres no se
castiguen con firmeza y afecta la contabilización efectiva de un fenómeno que
Chile no ha logrado ni dimensionar ni detener. “Carecemos de registros
unificados de información respecto de la violencia que viven las mujeres en
nuestro país”, señala Mitzi Figueroa, del Servicio Nacional de la Mujer
(SERNAM).
De
acuerdo a las estadísticas del Gobierno, en lo que va del año se han registrado
12 feminicidios. En 2015, también según los números oficiales, hubo 45. Pero
cifras de otros organismos, como la Red Chilena Contra la Violencia, indican
que el año pasado hubo 58. Porque al margen de que la ley chilena los tipifique
como feminicidios o no, existen agrupaciones que contabilizan todos los
asesinatos de mujeres en manos de hombres: una muerta cada semana, al menos.
“En 2011 y 2012 la cantidad disminuyó en comparación con años anteriores. Pero
en 2013 empezaron a aumentar hasta alcanzar las mismas cifras que se tenían
antes de la promulgación de la ley”, señala Astudillo.
Desde
enero se han producido crímenes de gran impacto contra las mujeres, como el
asesinato de Yuliana Andrea Acevedo. De 21 años y nacionalidad colombiana, el
pasado 5 de marzo su pareja la descuartizó y escondió su cadáver diseccionado
en el río Mapocho, en Santiago.
A
diferencia de años anteriores, parece haber mayor sensibilidad social sobre los
feminicidios, a los que hasta hace poco tiempo se les llamaba crímenes
pasionales. A través de las redes, los chilenos hace algunas semanas
reaccionaron indignados cuando un periódico tituló: “El amor y los celos la
mataron”. Según Camila Maturana, de Corporación Humanas, “la ciudadanía está
más consciente que las autoridades de la necesidad de avanzar en la protección
de los derechos de la mujer”.
El machismo es transversal y los feminicidios son
apenas la punta del iceberg de la violencia instalada contra las mujeres. Los
expertos piden poner atención en los intentos de feminicidios. De acuerdo al
SERNAM, que contabiliza solo los cometidos en el contexto intrafamiliar, el
2013 hubo 40 muertes consumadas y 78 frustradas. El 2014, 40 y 103,
respectivamente. En 2015, 45 y 112. Este año, junto con los 12 feminicidios se
han registrado 28 intentos. Fue el caso de Jeannette González Torres, de 33
años, que terminó con el 38% de su cuerpo quemado. Del municipio de
Chiguayante, en el sur del país, su pareja le prendió fuego a su cama, donde
dormía con su hijo de seis.
Cada
año, 100.000 mujeres denuncian a sus parejas por violencia intrafamiliar. El
aparato público, sin embargo, no parece ser suficiente para detectar a tiempo
situaciones amenazantes. En el caso de Jeannette González, ella había acudido
el mismo día a la policía para denunciar a su pareja por violencia, pero la
mandaron de vuelta a su hogar. “No tenemos modelos de atención adecuados para
acompañar, proteger y cuidar a mujeres que estén en riesgo de ser víctimas de
feminicidios. La respuesta del Estado es totalmente insuficiente”, señala
Teresa Valdés, coordinadora del Observatorio
Género y Equidad.
De
acuerdo a datos de 2013, más del 48% de las mujeres asesinadas había denunciado
violencia de su pareja.
De
acuerdo al Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), el Gobierno ahora prepara
una ley integral de violencia contra las mujeres. Con esta normativa, que se
encuentra recién en etapa de discusión dentro del Ejecutivo, se pretende
ampliar la legislación a otras formas de violencia tanto en lo público como
privado. "En Chile existe un retraso respecto de otros países de la región
que cuentan con leyes integrales de violencia contra la mujer. En esa línea han
ido, justamente, las recomendaciones de los organismos internacionales",
señala Camila Maturana, de Corporación Humanas.
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo Acción Directa CAD –Chile
Abril 5 de 2016
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