Peligra vida de Mauricio Hernández, prisionero político chileno en
Brasil
- Traslado imprevisto de cárcel de ex combatiente
antifascista, lo pone en limbo judicial, sin posibilidad de accionar de sus
abogados y sin pronunciamiento alguno de gobiernos de Chile y Brasil
- En tanto empeora su salud, se multiplica la solidaridad y
se intensifica la campaña por la libertad del ex dirigente del Frente
Patriótico Manuel Rodríguez
“La prisión me robó la libertad, pero no
los recuerdos” –Nelson Mandela
Por
Andrés Figueroa Cornejo
El traslado
carcelario sin aviso y arbitrario de Mauricio Hernández Norambuena, ex
combatiente chileno antifascista e internacionalista, y ex dirigente del Frente
Patriótico Manuel Rodríguez (destacamento político y militar que enfrentó a la
tiranía de Pinochet desde los años 80 del siglo XX), actualmente prisionero
político en Brasil, en los hechos significa que el luchador social se quedó de
golpe sin proceso judicial y, por tanto, carece de todo derecho en su condición
de reo por razones políticas e ideológicas.
Mauricio
Hernández o “Comandante Ramiro”, lleva más de 14 años deambulando por los
peores presidios de alta seguridad de Brasil, agravado por ser víctima del
feroz Régimen Disciplinar Diferencial (RDD), consistente en un
encierro y aislamiento extremos. De acuerdo a sus familiares directos, debido a
semejante régimen, en el último tiempo Mauricio Hernández ya presenta un
evidente empeoramiento físico y psicológico.
Hasta casi mediados de marzo de
2016, Hernández Norambuena permanecía prisionero en la Cárcel Federal
de Porto Velho, en Rondonia, Brasil, cerca de la frontera con Bolivia, pero
sorpresivamente fue llevado hasta la Prisión Federal de Mossoró, en el interior
de Rio Grande do Norte, a casi 6.000 kilómetros de Santiago de Chile. Esto es,
la justicia brasileña intensificó su castigo y, acaso más gravoso todavía, con
el cambio de cárcel está impidiendo que su abogado en Brasil, Fernando Moreira,
y su defensor en Chile, Alberto Espinoza, puedan realizar cualquier gestión
judicial a favor de Mauricio. En la realidad, el luchador social
internacionalista ahora mismo se encuentra en la más completa indefensión legal
y a expensas de los caprichos de sus carceleros.
EL
GOBIERNO CHILENO CALLA
Por
su parte, el gobierno chileno de la Nueva Mayoría, se comprometió por
iniciativa propia a responder a un conjunto de demandas sobre las condiciones
de presidio para esclavos en el que se encuentra Hernández Norambuena. Sin
embargo, esa respuesta que debió haberse efectuado hace un mes, se ha esfumado
en medio del silencio de La Moneda.
En
este sentido, la familia de Mauricio Hernández y la coordinadora nacional de
solidaridad por su libertad, se manifestaron altamente preocupadas por la vida
del imputado, esta vez, no sólo por el traslado intempestivo del que fue
objeto, sino también por el enrarecido clima político por el que atraviesa el
gobierno democrático de la Presidenta Dilma Rousseff ante la ofensiva golpista
que apremia a su administración y al pueblo brasileño, y a las inciertas
repercusiones que podrían afectar a Mauricio. No es un misterio para nadie que
de llegar a tener éxito un “golpe blando” por la derecha más dura de Brasil,
ello significará no únicamente un ajuste estructural en contra de la población
mayoritaria del gigante latinoamericano, sino también la represión y una
batería de medidas antipopulares de las cuales no están exentos los prisioneros
políticos, más todavía si su origen es extranjero. Al respecto, la solidaridad
chilena con Hernández Norambuena y su familia han redoblado su solicitud al
gobierno de Michelle Bachelet para que acelere los trámites de extradición al
país andino del cautivo luchador social.
LA
SOLIDARIDAD EN ACCIÓN
Mientras
tanto, en Chile la ampliación de la solidaridad con la causa de la libertad de
Mauricio Hernández no se ha hecho esperar. Es así que numerosas personalidades
y agrupaciones han firmado una carta de apoyo a la liberación del prisionero
político, y como mínimo su extradición inmediata a Chile. Entre los adherentes
se encuentra la Confederación de Estudiantes de las Universidades de Chile
(Confech); Tomás Moulian, Sociólogo, académico y Premio Nacional de Ciencias
Sociales 2015; Gabriel Salazar, Historiador y académico, Premio Nacional
de Historia 2006; Juan Pablo Cárdenas, Periodista, académico, Premio Nacional
de Periodismo 2005; Gabriel Boric, ex dirigente estudiantil y Presidente de la
Fech, actual Diputado de la República; Alberto Mayol, Sociólogo y académico;
Alicia Lira Matus, Presidenta Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos
(AFEP); Cristián Cuevas, dirigente social; Carmen Soria, de profesión
ciudadana; Pablo Salas, realizador audiovisual; Víctor Hugo Robles (El Ché de
los Gays), periodista y activista social; entre muchas y muchos otros.
Las
y los solidarios señalan en la carta dirigida a la Presidenta Dilma Rousseff
que “declaramos ante Usted y el mundo que somos personas de
reconocida trayectoria con el compromiso y defensa de los derechos humanos en
Chile y América Latina. Se trata de un deber superior que reafirmamos, tanto en
el oscuro pasado de las dictaduras militares que asolaron a Chile, Brasil y al
resto del Continente, como en la actualidad, ante cualquier vulneración de los
derechos y principios fundamentales que originaron la Declaración Universal de
los Derechos Humanos y demás Pactos y Convenciones regionales. Nuestra
convicción ética demanda la alerta y vigilancia permanente de los respectivos
Estados y sus ciudadanos. Sobre todo si en los hechos se transgreden y
naturalizan gravemente”.
Asimismo, añaden que “hoy nos
conmueve que Mauricio Hernández Norambuena (un compatriota y luchador social de
nacionalidad chilena, que en el pasado reciente fue un dirigente y luchador
consecuente con el ideario de la emancipación latinoamericana, la democracia y
la justicia social, y que combatió resueltamente a la dictadura de Pinochet en
Chile) ahora se encuentre privado de libertad en tierras lejanas. Y nos
resulta todavía más preocupante que Mauricio Hernández Norambuena sufra una
pena carcelaria, a nuestro juicio, absolutamente desproporcionada. (…) nos
sorprende el silencio cómplice de los sucesivos gobiernos democráticos, tanto
en Chile como en su país, Brasil, los que no han realizado ningún pronunciamiento
humanitario que vaya en el sentido de atenuar o anular el drástico castigo de
30 años de privación de libertad en contra de Mauricio. Esa pena salió de los
Tribunales de Justicia brasileños que jamás consideraron que el chileno era un
dirigente político asumiendo, por tanto, tareas políticas. Mauricio Hernández
Norambuena, de nacionalidad chilena, tiene 58 años de edad. Es un reconocido
militante de izquierda y ex combatiente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez
(FPMR), agrupación política y militar antifascista que desplegó su política
revolucionaria, sobre todo, en tiempos de la dictadura pinochetista (años ’80)
y hasta fines de los años ’90, período en que aún el dictador Pinochet
ostentaba muy campante el cargo de Comandante en Jefe del Ejército chileno.
Mauricio es un luchador político y social Internacionalista. Al igual que los
personajes independentistas del colonialismo y cuyos nombres llenan con
victoriosa justicia las calles y plazas de toda América Latina. Mauricio
Hernández fue detenido en Brasil en 2002 y condenado a 30 años de presidio.
Desde su detención ha sido confinado a distintos recintos carcelarios
brasileños, y mantenido bajo un “Régimen Disciplinar Diferenciado” (RDD).
Semejante cautiverio ha impactado significativamente en su salud y ya comienza
a manifestar secuelas y dolencias físicas, las cuales fueron constatadas en
visita por la Cónsul de Chile en Brasil en el 2015. Es por ello que
consideramos que el mencionado “Régimen Disciplinar Diferenciado” (RDD), al
cual ha sido sometido por 14 años, constituye una doble represalia, toda vez
que ese tipo de confinamiento significa sobrevivir en una virtual cárcel de
exterminio, con habituales tratos crueles e inhumanos, y constitutivos de
agravio a los derechos esenciales de su persona, a pesar de estar ya condenado”.
Frente a semejantes
circunstancias, las personalidades y organizaciones que suscriben la misiva a
la mandataria brasileña, indican que “consideramos respetuosamente su alta
magistratura, su sensibilidad social y humana demostrada hoy en su gobierno,
como en el pasado al comprometerse en la lucha inclaudicable en contra de la
dictadura militar que golpeó criminalmente al pueblo hermano de Brasil en los
años ‘60 y ‘70, y en donde Usted también sufrió la persecución política, la
tortura y el encarcelamiento. Que, el Gobierno Federativo del
Brasil ha rubricado los Tratados y Pactos Internacionales para rescatar,
fomentar y defender los derechos humanos en Brasil, Chile, Latinoamérica y el
mundo, tales como el Tratado de derechos individuales, colectivos y comerciales
del MERCOSUR, donde su país es actor fundamental y Chile es un país
asociado; el Pacto Interamericano de derechos humanos suscrito en San
José de Costa Rica; la Declaración de derechos humanos suscrita ante las
Naciones Unidas; y finalmente, los diversos tratados bilaterales y recíprocos
entre la República Federativa del Brasil y la República de Chile, donde se
señalan expresamente los derechos y deberes de los Estados cuando se trata de
proteger los derechos individuales e integridad física y psicológica de
todos(as) los ciudadanos de ambos países, sin discriminación de pensamiento,
raza y/o credo religioso, aun cuando uno de los suyos esté privado de libertad.
Los acuerdos incluyen el intercambio de reos o prisioneros privados de libertad
con el fin de que sus penas sean cumplidas en el país natal. Al respecto,
existen precedentes jurídicos, como es el caso de la psicóloga brasileña Tania
Cordeiro en los años ‘90.”
Finalmente, la solidaridad humana
con Hernández Norambuena sintetizada en carta, apunta que “Solicitamos Sra.
Presidenta que se adopten las medidas humanitarias, políticas y administrativas
necesarias para la pronta libertad de nuestro familiar, amigo y
compañero Mauricio Hernández Norambuena, a través de cualquier figura jurídica
que vaya en su beneficio. Solicitamos Sra. Presidenta que se adopten de
inmediato las medidas humanitarias mínimas e indispensables que constaten “in
situ” las condiciones físicas y psicológicas en que se encuentra Mauricio,
tales como, permitir el ingreso de un Doctor(a) en Medicina de absoluta
confianza de la familia Hernández Norambuena. Desgraciadamente esta última
solicitud ha sido negada de manera sistemática por el recinto carcelario donde
permanece recluido Mauricio. Solicitamos Sra. Presidenta el término inmediato
del Régimen Disciplinar Diferencial (RDD) aplicado desde hace 14 años. Así
también, que se restituyan los derechos inherentes a su condición humana y se
le permita el acceso a los beneficios de cumplimiento alternativo de las penas
que debieron haberse aplicado al cumplir 1/6 de su condena (esto es, a los 5
años de presidio). Solicitamos Sra. Presidenta la transferencia inmediata (vía
extradición o mediante cualquier otra fórmula jurídica de derecho de los
prisioneros) de nuestro compatriota Mauricio Hernández Norambuena a su país
natal, Chile, para que así pueda cumplir el resto de su pena cerca de su
familia, amigos y demás compatriotas. O gestionar la “expulsión” de Mauricio
Hernández del territorio brasileño, contemplando la acogida, solidaridad, asilo
y/o refugio político en un tercer país que se abra a esa posibilidad, de común
acuerdo de las partes.”.
EL FUTURO ESTÁ LLENO
DE MEMORIA
La campaña de solidaridad
organizada por la coordinadora chilena por la libertad de Mauricio ha
contemplado colosales pintadas y murales, acciones públicas, conversatorios y
el video-testimonio del realizador audiovisual chileno, Antonio Vargas, llamado
“Fragmentos de una Injusticia”; y ya
están en diseño nuevas y diversas expresiones de apoyo, tanto en Santiago, como
en las principales ciudades de Chile.
La memoria de los pueblos es igual
y lo mismo que su historia. Y la historia consiste en el desenvolvimiento de la
realidad y la verdad. Por eso los carceleros de la memoria, los que silencian o
trastocan la historia a su amaño, lo que hacen es destruir la posibilidad de saber
la verdad. Mauricio Hernández Norambuena, hijo de los intereses históricos de
su pueblo, por voluntad y convicción, abrazó el peligro superior cuando fue la
hora de enfrentar a la dictadura más cruenta conocida en el devenir de toda la
vida de Chile.
Muchas/os son los que hoy se
acomodan en el mobiliario suntuoso del poder, vanagloriándose del retorno de
los gobiernos civiles y la democracia representativa en Chile. Mientras
ellas/os hacían la siesta cuando campeaba el espanto de la tiranía, Mauricio arriesgaba
la existencia junto a tantas/os que ya no están y otras/as que continúan
acariciando un país donde predominen la libertad, la igualdad y la fraternidad
entre los seres humanos. Mauricio honró y honra con su conducta lo más noble de
los pueblos que hay en Chile. Su nombre descompuso la sonrisa rabiosa e
inhumana del fascismo. ¿Su cautiverio infame es la venganza de los que anegaron
en sangre a Chile y, lo que es peor, también es producto del olvido conveniente
y cómplice de quienes hasta hace un cuarto de siglo hacían gárgaras en contra
de la dictadura y hoy gozan de las prebendas de una democracia secuestrada?
Aquí abajo, la inmensa mayoría,
los jóvenes, las mujeres, los empobrecidos, los mapuche y los trabajadores
asalariados, no hemos perdido ni un gramo de memoria. Con Mauricio somos la
historia que fue en el combate, que es en la solidaridad y resistencia
actuales, y que será el material sensible con que se forjará la madera
brillante del porvenir.
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