EL REGRESO DE LENIN A RUSIA LUEGO
DE DIEZ AÑOS DE EXILIO
En Bandera Roja
El 16 de abril de
1917 Lenin regresó a Rusia en una travesía espectacular. En el transcurso de la
semana que duró su viaje cambió su visión de la revolución.
Abril de 1917,
ciudad de Zúrich. El escritor Stefan Sweig camina por las calles de una de las
pocas ciudades neutrales de una Europa sumida en la guerra. Por allí
deambulaban personas de toda índole y procedencia, imperceptibles a la mirada
de sus habitantes los emigrados rusos, entre ellos Lenin.
El escritor
recuerda en sus Momentos estelares de la humanidad que al llegar las noticias
de la revolución de febrero (marzo en el calendario actual) en Petrogrado Lenin
inicia planes para retornar a Rusia. Cada minuto que pasaba y que se demoraba
en su retorno era tiempo perdido para la revolución, así lo creía él. En una
situación desesperada se animó al plan más audaz, atravesar Alemania en tren
hacia el Báltico y desde allí en ferry hacia Finlandia. Para realizar las
gestiones, escribe Sweig, envió al sindicalista suizo Fritz Platten a negociar
con el embajador alemán. Era una maniobra audaz pero la única que le permitió,
en una Europa dividida por trincheras, estar el 16 de abril por la noche en
Petrogrado, el corazón de la revolución.
No es la aventurada
travesía lo más interesante del asunto, sino lo que sucedió en esa estelar
semana. En el transcurso del viaje Lenin realizó un “viraje táctico” tal que al
llegar a Petrogrado y exponer oralmente y por escrito sus ideas los
bolcheviques lo catalogaron de delirante. Lo que Lenin planteó se contraponía
en parte a lo que había sostenido y batallado por más de 23 años y cientos de
escritos.
Por ejemplo, en
plena revolución de 1905 Lenin decía que el “desenlace” de la revolución
dependía de la posición que adoptara la clase obrera: como “auxiliar” de la
burguesía como proponían los mencheviques o como dirigente de la “revolución
popular” como proponían los bolcheviques. Decía que para conquistar su
hegemonía la clase obrera debía ponerse al frente de la “revolución popular”
conformando un “bloque de izquierda”, base del gobierno provisional
revolucionario. En este “bloque” de la clase obrera y la pequeña burguesía
estaba excluida la burguesía (ya que solo estaba dispuesta a negociar con el
zar). Sin embargo el objetivo de dicho gobierno era instaurar una república
democrática, o sea burguesa. Luego la contradicción entre ese gobierno y su
base capitalista se resolvería según cómo evolucionara la situación nacional y
la revolución socialista en Europa.
Cabe recordar que
en aquella primera década del siglo XX no sólo la socialdemocracia rusa luchaba
contra el atraso y el barbarismo levantando la lucha por la república
democrática contra la asfixia absolutista –los rusos no disfrutaban de derechos
mínimos tales como el sufragio universal y la libertad de reunión, organización
y prensa– también lo hacían las socialdemocracias de los países más avanzados
como Alemania, Bélgica o Austria. Una oleada reaccionaria se había producido en
la estructura política europea con la depresión de los precios de 1873-1895.
Como ilustra el
historiador Arno Mayer las viejas elites monárquicas y terratenientes se habían
fortalecido por las divisiones de las burguesías liberales y por la fuerza adquirida
por los sectores nacional-conservadores de la burguesía, imponiendo nuevos
ritmos a la política de proteccionismo, rearme y expansión imperialista.
Además, dice Mayer, lo que las burguesías temían era las consecuencias de la
ampliación del voto y de los derechos parlamentarios, temor que aceleró su
capitulación ante las elites tradicionales. Fue este reforzamiento reaccionario
el que aceleró el estallido de la Primera Guerra Mundial.
Frente a este giro
conservador de la estructura política los socialdemócratas se tensaron entre
los que desistían de las luchas democráticas y quienes las levantaban como
parte de la lucha socialista. En 1910 Kautsky, el padre del marxismo ortodoxo,
consideraba muy “peligrosa” la agitación por la república democrática en el
transcurso de una campaña de movilizaciones por el voto masculino universal en
Prusia. Sus detractores del ala izquierda sospecharon correctamente que la
dirección del partido se había pasado al conservadurismo, y no se equivocaba
Kautsky al identificar que la lucha de los obreros por la república democrática
era en definitiva una lucha preparatoria, la preparación de la lucha
socialista.
A diferencia de
Rusia, el otro combate de la izquierda socialdemócrata occidental era el
rechazo a toda alianza con los partidos liberales, alianza que identificaban
como una concesión de los trabajadores a sus enemigos de clase. Ningún otro
país tenía una pequeño burguesía y un campesinado tan fuerte y con la tradición
revolucionaria de los narodnikis (populistas) rusos. Además el proletariado
ruso, joven y concentrado en las ciudades, era comparativamente más débil que
sus pares occidentales. A esto se sumaba el carácter mismo de la revolución,
que Lenin definía como democrático burguesa. Todos estos elementos eran la base
de la política de “bloque revolucionario” entre la clase obrera y la pequeña
burguesía para instaurar una “dictadura democrática de obreros y campesino” a
través de la insurrección y de una Asamblea Constituyente.
El bolchevismo se
definió durante años por esta posición, contra los mencheviques que incluían en
este bloque a la burguesía liberal, pero también contra aquellos que como
Trotsky pensaban que la revolución rusa no era democrático-burguesa sino
proletaria y socialista. Fue en el mes de abril de 1917 (frente a la
resistencia de los que como Stalin llamaron inicialmente a apoyar el gobierno
provisional burgués) que Lenin introdujo las palabras que generaron la revuelta
de sus camaradas y que lo llevó a confluir con Trotsky: “dar pasos hacia el socialismo”
en Rusia. Los bolcheviques lo atacaron por pretender “introducir” el socialismo
“inmediatamente”, “prematuramente” o también “saltarse” la etapa burguesa.
Lenin en sus Tesis responde que esa no es su propuesta, pero que la revolución
debe avanzar decididamente en un sentido anticapitalista y que la producción y
la distribución deben ponerse bajo control directo de los Soviets. Apuntaba así
a la transformación de la revolución democrática en socialista, a la transición
entre ambas, a hacerla ininterrumpida.
Para explicar las
contradicciones entre su visión previa y la que presentaba en abril Lenin
realiza varias volteretas, por ejemplo introduce el problema de la
“consumación” de la revolución burguesa. Es un problema complejo pero
aproximadamente esto: la revolución de febrero de 1917 había consumado la
revolución democrático-burguesa de una manera particular, había derribado a la
autocracia zarista y había depositado el poder en los Soviets de Diputados de
Obreros y Soldados, ergo se había concretado la perspectiva del “bloque
revolucionario” y de la “dictadura democrática”. Pero, como en este bloque eran
los campesinos los que imponían su dirección, le habían cedido el poder
“voluntariamente”, es decir, sin coerción –porque el poder armado lo tenía el
Soviet– a la burguesía. La perspectiva del “bloque revolucionario” y de la
“dictadura democrática” se había consumado.
De lo que se
trataba entonces era fortalecer la dirección de los obreros y del ala
revolucionaria, había que ganar a los campesinos pobres e imponer junto con
ellos un gobierno obrero, un gobierno de los Soviet, una república soviética,
pensar en el retroceso hacia una república parlamentaria era el suicidio de la
revolución. Solo esta república soviética podía poner fin a la guerra, repartir
la tierra a los campesinos y, último pero no menos importante, dar “pasos hacia
el socialismo”. El camino se iniciaba y abril y sus Tesis son un momento clave
para pensar lo que sucedió después con la emergencia de la primera experiencia
de una república soviética del siglo XX.
Cecilia
Feijoo
_________________________
LAS
TAREAS DEL PROLETARIADO EN LA PRESENTE REVOLUCIÓN
("Tesis de
abril")
V. I. Lenin
Escrito:
En ruso en Petrogrado el 4 y 5 de abril de 1917.
Primera
edición: En el número 26 de Pravda con la firma de "N.Lenin" el 7 de
abril de 1917. Por fallos en la imprenta, dos dias después de la fecha -el 5-
en que Lenin había ordenado que se publicaran las tesis. Los periódicos
bolcheviques de Moscú, Járkov, Krasnoyarsk, Ufá, Bakú, Tiflis y otros sitios
reprodujeron el artículo.
Fuente:
Biblioteca de Textos Marxistas.
Preparado
para el MIA: Por Juan Fajardo, abril de 2000.
Habiendo llegado a
Petrogrado únicamente el 3 de abril [calendario juliano] por la noche, es natural que sólo en nombre
propio y con las consiguientes reservas, debidas a mi insuficiente preparación,
pude pronunciar en la asamblea del 4 de abril un informe acerca de las tareas
del proletariado revolucionario.
Lo único que podía
hacer para facilitarme la labor -y facilitársela también a los opositores de
buena fe- era preparar unas tesis por escrito. Las leí y entregué el texto al
camarada Tsereteli. Las leí muy despacio y por dos veces: primero en la reunión
de bolcheviques y después en la de bolcheviques y mencheviques.
Publico estas tesis
personales mías acompañadas únicamente de brevísimas notas explicativas, que en
mi informe fueron desarrolladas con mucha mayor amplitud.
TESIS
En nuestra actitud
ante la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo indiscutiblemente una
guerra imperialista, de rapiña, también bajo el nuevo gobierno de Lvov y Cía.,
en virtud del carácter capitalista de este gobierno, es intolerable la más
pequeña concesión al "defensismo revolucionario".
El proletariado
consciente sólo puede dar su asentimiento a una guerra revolucionaria, que
justifique verdaderamente el defensismo revolucionario, bajo las siguientes
condiciones: a) paso del poder a manos del proletariado y de los sectores más
pobres del campesinado a él adheridos; b) renuncia de hecho y no de palabra, a
todas las anexiones; c) ruptura completa de hecho con todos los intereses del
capital.
Dada la indudable
buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas, que
admiten la guerra sólo como una necesidad y no para fines de conquista, y dado
su engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo
singularmente minucioso, paciente y perseverante, explicarles la ligazón
indisoluble del capital con la guerra imperialista y demostrarles que sin derrocar
el capital es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente
democrática y no con una paz impuesta por la violencia.
Organizar la
propaganda más amplia de este punto de vista en el ejército de operaciones.
Confraternización
en el frente.
La peculiaridad del
momento actual en Rusia consiste en el paso de la primera etapa de la
revolución, que ha dado el poder a la burguesía por carecer el proletariado del
grado necesario de conciencia y de organización, a su segunda etapa, que debe
poner el poder en manos del proletariado y de las capas pobres del campesinado.
Este tránsito se
caracteriza, de una parte, por el máximo de legalidad (Rusia es hoy el más
libre de todos los países beligerantes); de otra parte, por la ausencia de
violencia contra las masas y, finalmente, por la confianza inconsciente de
éstas en el gobierno de los capitalistas, los peores enemigos de la paz y del
socialismo.
Esta peculiaridad
exige de nosotros habilidad para adaptarnos a las condiciones especiales de la
labor del partido entre masas inusitadamente amplias del proletariado que
acaban de despertar a la vida política.
Ningún apoyo al
Gobierno Provisional; explicar la completa falsedad de todas sus promesas,
sobre todo de la renuncia a las anexiones. Desenmascarar a este gobierno, que
es un gobierno de capitalistas, en vez de propugnar la inadmisible e ilusoria
"exigencia" de que deje de ser imperialista.
Reconocer que, en
la mayor parte de los Soviets de diputados obreros, nuestro partido está en
minoría y, por el momento, en una minoría reducida, frente al bloque de todos
los elementos pequeñoburgueses y oportunistas -sometidos a la influencia de la
burguesía y que llevan dicha influencia al seno del proletariado-, desde los
socialistas populares y los socialistas revolucionarios hasta el Comité de
Organización (Chjeídze, Tsereteli, etc), Steklov, etc, etc.
Explicar a las
masas que los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de
gobierno revolucionario y que, por ello, mientras este gobierno se someta a la
influencia de la burguesía, nuestra misión sólo puede consistir en explicar los
errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y adaptado
especialmente a las necesidades prácticas de las masas.
Mientras estemos en
minoría, desarrollaremos una labor de crítica y esclarecimiento de los errores,
propugnando al mismo tiempo, la necesidad de que todo el poder del Estado pase
a los Soviets de diputados obreros, a fin de que, sobre la base de la
experiencia, las masas corrijan sus errores.
No una república
parlamentaria -volver a ella desde los Soviets de diputados obreros sería dar
un paso atrás- sino una república de los Soviets de diputados obreros, braceros
y campesinos en todo el país, de abajo arriba.
Supresión de la
policía, del ejército y de la burocracia. (1)
La remuneración de
los funcionarios, todos ellos elegibles y amovibles en cualquier momento, no
deberá exceder del salario medio de un obrero calificado.
En el programa
agrario, trasladar el centro de gravedad a los Soviets de diputados braceros.
Confiscación de
todas las tierras de los latifundios.
Nacionalización de
todas las tierras del país, de las que dispondrán los Soviets locales de
diputados braceros y campesinos. Creación de Soviets especiales de diputados
campesinos pobres. Hacer de cada gran finca (con una extensión de 100 a 300
deciatinas, según las condiciones locales y de otro género y a juicio de las
instituciones locales) una hacienda modelo bajo el control de diputados
braceros y a cuenta de la administración local.
Fusión inmediata de
todos los bancos del país en un Banco Nacional único, sometido al control de
los Soviets de diputados obreros.
No "implantación"
del socialismo como nuestra tarea inmediata, sino pasar únicamente a la
instauración inmediata del control de la producción social y de la distribución
de los productos por los Soviets de diputados obreros.
Tareas del partido:
Celebración
inmediata de un congreso del partido;
Modificación
del programa del partido, principalmente: sobre el imperialismo y la guerra
imperialista, sobre la posición ante el Estado y nuestra reivindicación de un
"Estado-Comuna" (2)
Reforma
del programa mínimo, ya anticuado;
Cambio de
denominación del partido (3)
Renovación
de la Internacional.
Iniciativa
de constituir una Internacional revolucionaria, una Internacional contra los
socialchovinistas y contra el "centro". (4)
Para que el lector
comprenda por qué hube de resaltar de manera especial, como rara excepción, el
"caso" de opositores de buena fe, le invito a comparar estas tesis
con la siguiente objeción del señor Goldenberg: Lenin -dice- "ha enarbolado
la bandera de la guerra civil en el seno de la democracia revolucionaria".
(Citado en el periódico Edinstvo, del señor Pléjanov, núm.5)
Una perla, ¿verdad?
Escribo, leo y
machaco: "Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas
revolucionarios de filas..., dado su engaño por la burguesía, es preciso
aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y
perseverante..."
Y esos señores de
la burguesía, que se llaman socialdemócratas, que no pertenecen ni a los
grandes sectores ni a los defensistas revolucionarios de filas, tienen la
osadía de reproducir sin escrúpulos mis opiniones, interpretándolas así:
"ha enarbolado (!) la bandera (!) de la guerra civil" (¡ni en las
tesis ni en el informe se habla de ella para nada!) "en el seno (!!) de la
democracia revolucionaria..."
¿Qué significa eso?
¿En qué se distingue de una incitación al pogromo?, ¿en qué se diferencia de
Rússkaya Volia?
Escribo, leo y
machaco: "Los Soviets de diputados obreros son la única forma posible de
gobierno revolucionario y, por ello, nuestra misión sólo puede consistir en
explicar los errores de su táctica de un modo paciente, sistemático, tenaz y
adaptado especialmente a las necesidades prácticas de las masas..."
Pero cierta clase
de opositores exponen mis puntos de vista ¡¡como un llamamiento a la
"guerra civil en el seno de la democracia revolucionaria"!!
He atacado al
Gobierno Provisional por no señalar un plazo, ni próximo ni remoto, para la
convocatoria de la Asamblea Constituyente y limitarse a simples promesas. Y he
demostrado que sin los Soviets de diputados obreros y soldados no está
garantizada la convocatoria de la Asamblea Constituyente ni es posible su
éxito.
¡¡¡Y se me imputa
que soy contrario a la convocatoria inmediata de la Asamblea Constituyente!!!
Calificaría todo
eso de expresiones "delirantes" si decenas de años de lucha política
no me hubiesen enseñado a considerar una rara excepción la buena fe de los
opositores.
En su periódico, el
señor Pléjanov ha calificado mi discurso de "delirante". ¡Muy bien,
señor Pléjanov! Pero fíjese cuán torpón, inhábil y poco perspicaz es usted en
su polémica. Si me pasé dos horas delirando, ¿por qué aguantaron cientos de oyentes
ese "delirio"? ¿Y para qué dedica su periódico toda una columna a
reseñar un "delirio"? Mal liga eso, señor Pléjanov, muy mal.
Es mucho más fácil,
naturalmente, gritar, insultar y vociferar que intentar exponer, explicar y
recordar cómo enjuiciaban Marx y Engels en 1871, 1872 y 1875 las experiencias
de la Comuna de París y qué decían acerca del tipo de Estado que necesita el
proletariado.
Por lo visto, el ex
marxista señor Pléjanov no desea recordar el marxismo.
He citado las
palabras de Rosa Luxemburgo, que el 4 de agosto de 1914 denominó a la
socialdemocracia alemana "cadáver maloliente". Y los señores
Pléjanov, Goldenberg y Cía. se sienten "ofendidos"... ¿en nombre de
quién? ¡En nombre de los chovinistas alemanes, calificados de chovinistas!
Los pobres socialchovinistas
rusos, socialistas de palabra y chovinistas de hecho, se han armado un lío.
N.
Lenin
1. Nota 1 de Lenin:
Es decir, sustitución del ejército permanente con el armamento general del
pueblo.
2. Nota de Lenin:
Es decir, de un Estado cuyo prototipo dio la Comuna de Paris.
3. Nota de Lenin:
En lugar de "socialdemocracia", cuyos líderes oficiales han
traicionado al socialismo en el mundo entero, pasándose a la burguesía (lo
mismo los "defensistas" que los vacilantes "kautskianos"),
debemos denominarnos Partido Comunista.
4. Nota Lenin: En
la socialdemocracia internacional se llama "centro" a la tendencia
que vacila entre los chovinistas (o "defensistas") y los
internacionalistas, es decir: Kautsky y Cía. en Alemania, Longuet y Cía. en
Francia, Chjeídze y Cía. en Rusia, Turati y Cía. en Italia, McDonald y Cía. en
Inglaterra, etc.
Colectivo
Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Abril 16 de 2017
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