Este lunes
24 se ha ido al infierno (si es que existe un lugar así) el testaferro del
imperio y alcahuete de la dictadura cívico-militar, Agustín Edwards Eastman
Agustín Edwards o el ‘Dunny’ –apodo
con el que le conocían sus amigotes de la siniestra CIA- era periodista y dueño
de la cadena de diarios de la empresa El Mercurio, heredero de
uno de los grupos económicos más antiguos y reaccionarios de Chile y presidente
de la Fundación Paz Ciudadana. Son famosas sus diversas y
reaccionarias actividades: contra la reforma universitaria de la Universidad
Católica (cuando los estudiantes de esa casa de estudios publicaron el famoso
lienzo: "El Mercurio" miente);
su coordinación con la CIA para derrocar el gobierno democrático del compañero Salvador
Allende Gossens; su despilfarro de la cuantiosa ayuda que le entregara la
agencia yanqui; su descarado apoyo a la oprobiosa dictadura cívico-militar.
Un
burgués y fiel aliado del imperio
El
susodicho nació en París, Francia. Estudió en el Heatherdown School de Londres,
posteriormente se fue a Chile y estudió en el Grange School, para luego irse a estudiar
periodismo a los States en la Universidad de Princenton. Una vez recibido viajó
nuevamente a Londres, donde realiza la práctica en el Herald Tribune y en The
Times. Regresa a Chile a El Mercurio y trabaja en la sección Cables y
posteriormente es nombrado subdirector de los vespertinos satélites La Segunda
y Las Últimas Noticias, de Santiago. A la muerte de su papito, asume como presidente
de la empresa; corría 1956.
El
libro "The Pinochet File", publicado en Estados Unidos aporta el dato
sobre 300 mil dólares "perdidos" de los casi dos millones que El
Mercurio recibió directamente de la CIA. Además, documenta otros cien mil de
cantidades mayores todavía no determinadas provenientes de corporaciones que
colaboraron con la agencia, como International Telegraph and Telephone, ITT.
Los
esfuerzos de Edwards por entusiasmar a EE.UU. para impedir que Allende asumiera
el mando de la nación el 3 de noviembre de 1970, y luego para derrocarlo, una
vez instalado en la Presidencia, absorben el capítulo "The El Mercurio
File" del libro "The Pinochet File", publicado en el país del
norte, contribución del académico Peter Kornbluh por desenmascarar las intrigas
y conspiraciones secretas de Nixon en Chile y América Latina.
En
el libro 'Chile inédito: el periodismo bajo democracia', el
periodista norteamericano Ken Dermota pasa revista al papel jugado por Edwards
Eastman y su diario durante el gobierno del presidente Allende. Edwards
encabezaba el tercer grupo económico más importante con intereses en la
industria forestal y maderera, empresas industriales, seguros y en el sector
bancario. El Mercurio se comprometió en la lucha contra Allende,
para lo cual fue ayudado por la CIA que le pasó a lo menos un
millón seiscientos mil dólares.
Pocos
días después que Allende triunfara en las elecciones presidenciales -el 4 de
septiembre de 1970-, Agustín Edwards viajó a Washington. Fue recibido por el
presidente Richard Nixon a quien solicitó una actuación enérgica para impedir
que Allende asumiera o para derrocarlo si lograba iniciar su gobierno. Edwards
no volvió a Chile hasta varios años después, cuando ya se había consolidado la
dictadura de Pinochet, pero a la distancia mantuvo férreo control
sobre el diario y el conjunto de su grupo económico.
Apologista
y colaborador de la dictadura militar
Beatriz Undurraga está sentada en un sillón. De polera rosada, mirada inquieta o
mejor dicho, nerviosa intenta dar explicaciones frente a una cámara que la
graba, sobre el montaje que ayudó a construir para ocultar el asesinato de la
dirigenta comunista Marta Ugarte. Con el título: "Asesinada hermosa
joven", la mítica periodista policial de "El Mercurio", quien
fue "funada" en varias ocasiones y retratada por Fuguet en el libro
"Tinta roja", relataba en septiembre de 1976 un crimen pasional que
habría dado muerte a una "atractiva joven de 23 años". Con esta nota,
"El Mercurio" ayudó a la DINA a tapar un error operativo. Marta
Ugarte había sido asesinada en Villa Grimaldi y lanzada al mar dentro de un
saco amarrado a su cuello con un alambre. A pesar de todas las precauciones de
los militares, el cadáver fue devuelto a la playa La Ballena, en Los Molles.
Todavía conservaba el alambre en su cuello cuando Beatriz Undurraga lo vio.
Entonces, Marta Ugarte tenía 42 años, no 23, y había muerto producto de las
torturas, no de un crimen pasional, pero el diario de Agustín Edwards contó
otra historia. Pablo Honorato publicó lo mismo en "Las Últimas
Noticias", a pesar de que también vio el cuerpo. Beatriz Undurraga dice
que pensó que era más joven por su delgadez, quizás producto de que no había
comido mientras estaba presa. Cómo "El Mercurio" y el Gobierno
militar fraguaron éste y otros montajes es parte del relato presentado por el
director Ignacio Agüero en el documental "El diario de Agustín", que
verá la luz en Buenos Aires el próximo 19 de octubre en el marco del Festival
DocBsAs, donde el 2005 la historia de esta cinta se ganó el premio para
desarrollo de proyectos. En 80 minutos, la película relata cómo Agustín Edwards
Eastman, el sexto Agustín de la influyente dinastía mercurial, ayudó a provocar
el golpe de Estado junto a la CIA y después a callar, ocultar o justificar los
crímenes de la dictadura, incluso mediante mentiras. A pesar de las evidencias,
Hermógenes Pérez de Arce tiene una visión distinta sobre el rol del
"decano" en esos años. "El Mercurio" desempeñó su función
periodística perfectamente e informó todo lo que se conocía y se sabía, e
incluso contenía muchas críticas al Gobierno militar, porque reproducía lo que
se decía en el extranjero en su sección de cable ["Chile en el
exterior"]. Sólo en los primeros días después del golpe, el diario tuvo
más control, pero después de eso hubo completa libertad para informar",
asegura Hermógenes, que aunque no aparece en el documental, fue entrevistado
durante la investigación previa.
"Matar
comunistas en una época determinada era una necesidad biológica, prácticamente,
de los militares", decía Álvaro Puga frente a las cámaras. Este
periodista, que entonces escribía columnas en "La Segunda" bajo el
nombre de Alexis, fue el encargado de orquestar en Chile la difusión de la
información falsa de la Operación Colombo. Hoy tiene un sitio web llamado
"Despierta Chile", que intenta mantener despierto un pinochetismo
acérrimo.
Iván
Barra y Jorge Jaña eran veinteañeros cuando fueron detenidos violentamente por
la CNI el 9 de abril de 1987. Seis días antes, el Papa Juan Pablo II había dado
un discurso en el Parque O`Higgins, donde recibió a Carmen Gloria Quintana y
grupos de izquierda protestaron con quema de neumáticos y gritos. Los
incidentes provocaron la alerta de la CNI, que comenzó a buscarlos. "El
Mercurio" hizo lo mismo que la central de inteligencia y el 9 de abril
publicó en su portada: "Identificados los violentistas del PC en el
parque". El artículo incluía las fotografías de ambos jóvenes y había sido
ordenado por el mismísimo Agustín Edwards. Los jóvenes fueron torturados en un
cuartel de la CNI durante diez días, hasta que los dejaron en libertad, porque
se comprobó que ellos ni siquiera habían ido al parque ese día, por lo que era
físicamente imposible que hubieran participado en disturbios o manifestaciones.
"Yo no sé quién entregó la información a quién", responde el ex
vocero del régimen militar, Francisco Javier Cuadra, en la cinta. Luego de que
Barra y Jaña fueron liberados, interpusieron una demanda por injurias y
calumnias contra "El Mercurio". Durante el juicio, Edwards dijo que
Cuadra le había entregado la información con las fotos, pero Cuadra lo niega
hasta el día de hoy y durante el juicio dijo que la CNI le entregó la
información al dueño del "decano". Edwards fue encargado reo y no
pudo salir del país durante un año, pero la Corte de Apelaciones le concedió la
libertad y el caso se cerró.
El
año 2000 el "decano" cumplió 100 años y la periodista Raquel Correa
tuvo que entrevistar a su jefe para la edición especial. En esa oportunidad le
preguntó por el silencio de "El Mercurio" con respecto a las
violaciones de los derechos humanos durante la dictadura de Pinochet. "El
apasionamiento político de la época hizo que la violencia de los primeros meses
del Gobierno fuera considerada por muchos, no sólo por el diario, como una
consecuencia dolorosa, pero ineludible en el estado de enfrentamiento que reinaba
en el país. Las cosas hay que juzgarlas en su contexto", respondió. Y unas
líneas más abajo, agregó: "No fue por temor ni por presiones que
publicáramos poco de lo que ahora sabemos, sino porque no teníamos información
seria sobre las acusaciones que en ese tiempo circulaban como rumores
imposibles de confirmar". La relación de los periodistas de "El
Mercurio", así como la de su dueño, con la DINA y la CNI era clara. Los
casos que se han logrado develar tienen que ver con muertes, tienen resultados
criminales. Se conoce cómo ocultaron información, como cuando no informaron
sobre la detención de toda la cúpula del PC, cuando evidentemente era un trágico
hecho noticioso.
Chaito
desde el Colegio de Periodistas
El
21 de abril de 2015, el Tribunal de Ética del Colegio de Periodistas informó
que por fin se había decidido expulsar de la entidad al dueño de la cadena
periodística monopólica, ello tras un requerimiento realizado por un grupo de
periodistas en septiembre de 2014.
Había
sido denunciado sobre la base de “los últimos documentos secretos
desclasificados en EEUU, en donde Edwards Eastman aparece colaborando en
operaciones de la CIA y obteniendo fondos de la administración Nixon para
sustentar una política editorial de desinformación y de ese modo contribuir a
socavar la democracia, para facilitar el Golpe de Estado contra el Presidente
Salvador Allende”.
“El
Tribunal de Ética Metropolitano del Colegio de Periodistas ha anunciado que ha
acogido el requerimiento de expulsión de nuestro colegiado Agustín Edwards
Eastman, porque no estaría cumpliendo el código de ética que es parte fundante
de nuestro colegio, que implica la defensa de los DD.HH, la democracia y los
derechos de las personas”, aseguró Javiera Olivares, presidenta del colegio.
El
Colegio de Periodistas indicó que “las publicaciones que dio en las portadas el
diario El Mercurio en el momento en que se produjeron algunos disturbios a
propósito de la visita del Papa en el Parque O’Higgins, donde ciudadanos
comunes fueron sindicados como culpables y que después quedó abiertamente
demostrado que ellos ni siquiera habían estado allí”. En esta línea, Javiera
Olivares recalcó que “Junto a eso está también el haberse hecho partícipe del
proceso de desestabilización en Chile que provocó el golpe de Estado de 1973“.
Edwards
fue notificado en la misma jornada del fallo condenatorio unánime por
intermedio de su abogado, Miguel Schweitzer Walters (el que en su momento defendiese
al chacal Pinochet). Dispuso de 10 días para recurrir ante el Tribunal de Ética
del Colegio de Periodistas, más no se sintió capaz de apelar a una sentencia
tan contundente, por lo que finalmente fue eliminado de los registros de la orden.
¡Qué la Historia Nos Aclare el Pensamiento!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo
Acción Directa CAD –Chile
Abril 24 de 2017
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