[El (muy posible) caso de l@s trabajador@s de EE.UU.]
“Elevar la edad de jubilación: una astuta
manera de reducir las prestaciones del Seguro Social”
Traducción
de “Raising the Retirement Age: A Sneaky Way to Reduce
Social Security Benefits”
Algunos
candidatos republicanos están promoviendo un cambio de política que afectaría a
los trabajadores disfrazándolo con una frase que suena agradable
A los estadounidenses
les gustan bastante sus prestaciones del Seguro Social: se oponen a los recortes
de ellos por un margen de dos a uno. Incluso los millennials*, quienes no se verían
beneficiados en el futuro, aprecian la protección de aquel servicio, según una
encuesta realizada por el Pew Research
Center.
Una
forma efectiva de recortar las prestaciones del Seguro Social es elevar la edad
a la cual ellos se retiran. Y sin embargo, cuando se les consultó
específicamente sobre el aumento de la edad de jubilación, los estadounidenses dividieron
sus opiniones.
Quizás
la confusión se presenta porque el "aumento de la edad de jubilación"
suena como un bonito programa de empleo para los estadounidenses de más edad, o
como un fin para la jubilación forzosa. Me solidarizo con esa posición: quien
quiera jubilarse más tarde y trabajar durante la tercera edad debería tener un
trabajo. Pero eso no es lo que el aumento de la edad de jubilación supondría. El
hecho es que, incrementar la edad de jubilación del Seguro Social, representa
una reducción en las prestaciones: porque los pagos mensuales que una persona percibe
crecen más en la parte más tardía de la vida en que él o ella se jubila, y
elevándose el límite de edad se reduce la cantidad total de dinero pagado.
Los
votantes no siempre se han confundido acerca de esto. En 2005, el 77 por ciento
de los encuestados por el Centro Roper –de la Universidad de Connecticut- se opuso a elevar la edad de jubilación. Pero en 2011, sólo el 48 por ciento lo
hizo y este año [2015
–nota del CAD]
una encuesta reveló que el 78 por ciento de los encuestados estaba a favor de
elevar la edad de jubilación a 68. Probablemente, este aumento -al menos en
parte- puede atribuirse a los candidatos presidenciales, incluido Jeb Bush y
Chris Christie, que están solicitando tal incremento.
Antes
de que podamos ver porqué el aumento de la edad de jubilación representa en
realidad un recorte en los beneficios, es necesario entender cómo se calculan
los pagos del Seguro Social. Los cotizantes pueden empezar a cobrar beneficios
a partir de los 62 años de edad, pero consiguen mejorar sus beneficios mensualmente
–en el equivalente a un 6% anual- a la espera de cumplir los 67 años (67 es la
edad de jubilación para toda persona nacida en 1960 o después, y esa es la
cifra que usaré en el ejemplo que sigue.) Después de los 67, esa bonificación aumenta
en 8% anual, hasta la edad de 70 años. Dicho todo esto, tales recompensas
anuales añaden hasta un 44 por ciento de aumento en los beneficios mensuales haciendo
la diferencia entre jubilarse a los 62 o a los 70 años. Retirarse a cualquier
edad antes de los 70 resulta en menores beneficios permanentemente y de por vida,
haciendo de los 70 la mejor edad para comenzar a percibirlos (a menos que una
persona esté en mal estado de salud y no espere vivir por mucho tiempo); una ganancia
de al menos 6 por ciento anual, garantizada, protegida de la inflación, es
insólita en los mercados bursátiles.
Elevar
la edad de jubilación del Seguro Social significa, entonces, que los futuros
jubilados recibirán pagos más pequeños que los anteriores luego de empezar a percibir
beneficios a la misma edad. Las diferencias pueden ser dramáticas, como lo
ilustra el siguiente ejemplo: Si, en virtud del actual punto de corte, usted es
elegible para obtener US$1.000 a la edad de 67, podría escoger recibir US$700
al mes jubilándose a los 62 o US$1.240 haciéndolo a los 70 años. Pero si la
edad de jubilación fuese elevada a 70, que es el número mencionado por John
Boehner, Jeb Bush, y Chris Christie, el beneficio de US$1,000 a los 67 se
convierte en US$800, los US$700 que se obtendrían a los 62 se convierten en US$565
y los US$1.240 a percibir a los 70 se reducen a US$1,000.
Estos
recortes impactan significativamente al nivel de lo individual. Pero, incluso
si el Seguro Social en su conjunto estuviese en crisis (que no lo está), la
reducción de los beneficios que la gente pueda recoger antes de los 70 años de
edad ni siquiera resultaría ser una manera particularmente eficaz para salvar
algunas brechas presupuestarias: incrementar la edad de jubilación desde los 67
a los 68 años podría borrar el 12 por ciento del déficit que el Seguro Social está
esperando enfrentar en un plazo de 75 años.
Si
de llegar a elevarse la edad de jubilación sólo se lograría reducir este
déficit en un 12 por ciento, entonces, ¿por qué algunos candidatos republicanos
se empecinan tanto en ello? La respuesta es que ello atrae a dos tipos de
personas: los empleadores, que podrían conseguir contratar desde una acrecentada
reserva de mano de obra, y los miembros de la línea dura de su partido, que
desean ardientemente cualquier recorte del gasto gubernamental.
Sin
embargo, un método mucho mejor para conseguir un Seguro Social en orden, aunque
resta probar que esté en crisis, sería cambiar la forma en que maneja las
contribuciones. A partir de ahora, los contribuyentes aportarán dinero al Seguro
Social, pero sólo por cada dólar que ellos ganen hasta los US$118.500; cualquier
dólar ganado más allá de eso no está sujeto a impuestos para el mismo.
Deshacerse de este tapón reduciría en un 70 por ciento ese déficit esperado en 75
años más. Pero eso no es de lo que los candidatos presidenciales están hablando;
ellos se están refiriendo a algo que lastimaría a los trabajadores, enmascarado
en una frase que lo hace parecer que les ayuda.
Por Teresa
Ghilarducci, escritora cooperadora con The Atlantic y docente de análisis de
política económica de la New School for Social Research en Nueva York. Es autora de How to Retire with Enough, How to Know What Enough Is, y
de When I’m Sixty Four: The Plot Against Pensions and the Plan to Save Them.
*Millenials:
así se conoce a las personas menores de 35 años (principalmente del centro del
Sistema Capitalista Mundial), complejos, muy listos y preparados
académicamente, que nacieron bajo el paraguas de la prosperidad capitalista de
fines de los “80s y comienzos de los “90s. Otros les llaman generación Y, Echo
o Baby Boomers (nota del CAD)
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