“Felipe Durán, fotógrafo de Wallmapu: ‘Estoy
preso porque mi trabajo confronta los intereses de latifundistas y
transnacionales’”
Diez meses lleva en la cárcel el reportero gráfico
Felipe Durán Ibañez, cuyo trabajo ha recorrido el planeta denunciando los
abusos de la policia chilena contra el pueblo mapuche. A pocas horas del Juicio
Oral que definirá su futuro, compartió con El Desconcierto su insólita
experiencia como preso político sin haber recibido aún el juicio
En El
Desconcierto –public. 28/7/16
Son las 9.20 de la
mañana, y al interior del gimnasio de la Cárcel de Temuco, de los mil
trescientos presos, solo cincuenta se aproximan a la cancha y desencajan las
sillas plásticas para recibir a sus familiares. Durante esta jornada, el
fotógrafo Felipe Durán es el encargado de la “cutufa”, es decir, que el
hervidor se mantenga funcionando para que corran los termos con agua caliente.
Abunda el mate y los cigarrillos. El frío es paralizante. “Desde que se quemó
la cárcel de San Miguel no dejan tener estufas ni calefactores”, explica Durán.
Lleva
diez meses en una pieza de 16 metros de largo por 6 de ancho, junto a otros
sesenta y cinco presos. Hay solo un baño para todos: un orificio que a la vez
sirve como ducha. Las literas son de a cuatro camas hacia arriba. Les dan la
luz a las siete, a las nueve pasan la cuenta en el patio, luego viene la
“choca” que consiste en tres panes con nada. Cada uno se debe gestionar el
mate. A las doce les entregan el “rancho”, que se resume en un plato de comida
del cual casi nadie come. “Es una cuestión indigna, un montón de fideos
apelmazados con un pedazo de mortadela encima”, agrega. Solo tienen una hora al
día para ocupar la cancha. El resto del tiempo deben estar encerrados en el
Módulo 1.
Desde
su ingreso, se unió al grupo de los diez peñi imputados por el Caso Luchsinger
McKay, con quienes ha logrado ganar ciertas condiciones más dignas para los
presos comunes como por ejemplo tener la visita de una machi dos veces por
semana. “Estamos con el espíritu firme y muy agradecidos por el apoyo de las
comunidades mapuche, colegas reporteros gráficos, medios alternativos,
abogados, estudiantes, nuestras familias. Muchos se han preocupado de apoyar a
mi madre, de hacer campañas por internet, de hacer marchas en Temuco y
Santiago”, dice y luego saluda a un estudiante de la Universidad Católica
de Temuco que ha llegado con piñones cocidos para compartir.
¿Cómo
aprovechan el tiempo acá?
Lo
que más se hace es conversar y agarrarnos pal hueveo entre todos. Por eso lo
primero que hice al llegar fue correr la voz para que las visitas nos trajeran
libros. Hoy tenemos armado un mueble grande donde funciona la primera
biblioteca popular de la cárcel.
¿Qué
tipo de libros maneja la biblioteca?
Juntamos
unos 400 libros. Hay muchos silabarios y de gramática. Otros de historia,
cuentos, poesía, literatura política.
¿Qué
libro te ha marcado durante estos meses de cárcel?
Me
leí entera una biografía de Nelson Mandela que tiene 900 páginas. ¡Para darme
ánimo! (se ríe). Ahora estoy leyendo “La montaña es algo más que una inmensa
estepa verde”, de Omar Cabezas sobre la revolución sandinista.
Los antecedentes del juicio
Hace
310 días Felipe se encontraba durmiendo en su casa ubicada en Chomío, sector
rural de la comuna de Padre Las Casas. En la sala principal estaba también su
amigo Cristian Levinao, quien lo había visitado para pedir alojamiento debido a
su condición de “clandestino”. A las 8.15 de la mañana, un grupo de 150
funcionarios armados de Carabineros ingresa de golpe al inmueble y se los lleva
a ambos detenidos. Una hora y media después, la Jueza del Tribunal, Caroline
Guzmán, recibe una llamada de parte de un funcionario del GOPE para darle a
conocer que habían encontrado armamento de guerra, granadas, municiones,
cartuchos de dinamita, material para fabricar explosivos, propaganda
anarquista, plantas y paquetes con marihuana en la casa del fotógrafo. Tras una
extensa audiencia, la Fiscalía de Temuco imputó a ambos por infracción a la
Ley de Control de Armas y Explosivos.
Tras
el operativo, tanto el Ministro como el Subsecretario de Interior emitieron
declaraciones celebrando la captura de Levinao. Desde muy temprana edad, este
joven había participado activamente en el proceso de recuperación de tierras
que lleva a cabo su comunidad Lof Chequenco en Ercilla. Felipe Durán lo conoció
mientras reporteaba estos sucesos para las Agencias EFE, UPI y el diario La
Tercera. “Durante años que hago fotografía sobre lo que pasa en la zona. La gente
ha visto el trabajo y me han agarrado confianza. Esto me ha llevado a tener
buena amistad con algunos peñi”, explica Felipe.
En
2012 la Forestal Mininco acusó a Cristian Levinao de robar 300 metros cúbicos
de madera en un solo día, lo que equivale a decir que tiene una fuerza superior
a la de cuatro máquinas retroexcavadoras. Por este hecho la Fiscalía lo condenó
a diez años de cárcel. Tras hacer una huelga de hambre junto a otros tres
jóvenes, obtiene el “beneficio” de ser trasladado al Centro de Estudio y
Trabajo de Gendarmería en Angol, lugar desde donde se fuga el 15 de julio de
2015. Luego, y en calidad de clandestino, publica un video en Internet. Y
en ese contexto Felipe Durán decide ayudarlo.
Pero
otro antecedente relevante para la investigación ocurre durante el paro de
camioneros de agosto de 2015, evento al cual Felipe fue a reportear para la
Agencia EFE. “Estábamos en la salida sur de Temuco, cuando un grupo de
camioneros se acerca con violencia, me empiezan a empujar y a decir que me
tienen identificado. Logré arrancar de eso. Pero unos días después un amigo me
muestra un sitio web donde un grupo llamado los Húsares
Antimarxistas me amenaza directamente, publicando fotos mías”, aclara
Durán. Este comunicado aún se mantienen en la red en el sitio
elaraucano.wordpress.com, en la publicación del 24
de agosto 2015. Luego en los comunicados del 22 y 24 de septiembre
reconocen ser los gestores del operativo de Carabineros para detener a ambos
jóvenes.
¿Por
qué no los denunciaste al recibir esas amenazas previas?
Ese
fue mi error. Dejé pasar las amenazas y no le di importancia a las
publicaciones. Luego supe que en octubre del 2015 también amenazaron por
teléfono a la Consejera CONADI, Ana María Llao. Un helicóptero de Carabineros
se posó sobre su casa para amedrentarla y en seguida la llamaron al celular. La
lamien puso un recurso de protección ante Tribunales y se supone que
ahora existe una investigación en curso para identificar a este grupo.
¿Qué
más saben acerca de ellos? ¿Dónde estarían operando?
En
sus propios comunicados reconocen ser militares y policías retirados con
ciertos niveles de influencia sobre Carabineros. Al parecer tienen contacto con
el alto mando y están alineados con los latifundistas. Se han dedicado por años
a entregar información malintencionada, hacen asociaciones con pistas falsas e
inventan montajes para amedrentar a los dirigentes sociales. Aunque en realidad
es difícil rastrearlos porque, como dicen nuestros abogados, la única evidencia
pública es que son un par de viejos que escriben en un blog.
El
próximo 2 de agosto es el Juicio Oral contra ti y Cristian Levinao, ¿cuál es el
mejor argumento que tienen ustedes a favor?
Las
acusaciones por las cuales allanan mi casa y nos encarcelan se les han ido
cayendo una tras otra. Al comienzo decían que nos tomaron por ser los culpables
del bombazo al Círculo de Gendarmería, eso quedó demostrado que era falso.
Ahora lo que nos acusan es por tenencia ilegal de armas y municiones. Las
investigaciones periciales han arrojado que ni los armamentos ni las municiones
tienen rastros de huellas digitales ni ADN nuestro. Otra cosa que evidencia el
montaje es que a nosotros nos sacan de la casa a las ocho de la mañana, y
recién cerca de las diez los Carabineros llaman a la jueza para avisar que
encontraron armas. Y mi casa es una mediagua, en diez minutos ya no te queda
más que revisar.
¿Y
dónde entra la fuga de Cristián Levinao?
Eso
no entra en ninguna parte, porque el peñi ejerció su derecho a la fuga. Toda
persona tiene el derecho a su libertad, porque es imposible entender que un
preso está privado de libertad por voluntad propia; y es la institución que
juzga, la que está obligada a mantener la custodia del preso. La necesidad de
libertad es por naturaleza.
“Quiero estar junto al río y quedarme ahí
en silencio”
¿Te
consideras víctima de un montaje policial?
Yo
no me considero víctima. Esto es parte del proceso no más y punto. Es evidente
que estoy preso porque mi trabajo confronta los intereses de los latifundistas
y las transnacionales. Yo nunca me he escondido. Sí me andaban persiguiendo
para extorsionarme, me encontraron rápido porque tengo un arriendo a mi nombre,
doy mi nombre y mis datos en cada tramite que realizo, porque no tengo nada que
esconder. Desde que me vine a trabajar al Wallmapu he dicho que mi cámara
fotográfica está al servicio de los peñi, no solo al momento de los
allanamientos, sino también cuando llevan a cabo la recuperación de tierras. Es
un derecho fundamental que todos debiésemos estar orgullosos de defender. Un
mapuche nunca actúa oculto, siempre da la cara y va de frente. Eso te lo puede
asegurar cualquier persona de la región.
Has
convivido con los imputados por el caso Luchsinger-Mackay, ¿qué has podido
hablar con ellos acerca de su proceso judicial tan enredado y confuso?
Actualmente
hay doce personas de tres comunidades diferentes que han sido acusadas de un
mismo crimen. Está demostrado que el joven Peralino tiene ciertas deficiencias
psicológicas, y es el único testigo que usa la Fiscalía para acusarlos.
Peralino reconoció que fue extorsionado sistemáticamente por Carabineros. Está
grabado y demostrado que recibió tortura y dinero de parte de los policías a
cambio de dar un falso testimonio. Además si revisas quienes son los imputados,
son todos líderes de comunidades mapuche -entre los cuales hay autoridades
ancestrales-, que se encuentran en proceso de recuperación territorial. Ellos
están presos por que hacen algo que le incomoda a los ricos.
¿Cómo
es la relación entre los presos políticos mapuche y los presos comunes?
Los
presos políticos han traído un poco más de conocimiento acerca del ejercicio de
los derechos humanos en la cárcel. Enseñan a los demás para que no se dejen
tratar mal por los gendarmes. Es el caso de un colombiano que llegó hace poco.
¡Imagínate el trato discriminatorio que recibía! El apoyo de los peñi a
fomentar el buen trato entre la gente ha ayudado mucho.
Al
momento en que Felipe menciona esto, se acerca un hombre mayor con su silla de
plástico en la mano. Felipe le sirve un mate, lo mira de frente y dice: “¡Oiga,
cuéntele al periodista cómo ha sido la relación con los peñi!”. El aludido, que
se presenta como Celín Salazar, levanta las cejas, toma mate y se lanza: “Para
mí como preso común ha sido chocante conocerlos. Porque la tele dice que son
terroristas. Uno los conoce un poco y se da cuenta que son gente solidaria,
gente respetuosa. La prensa no tiene ningún derecho a decir que esta gente es
terrorista.” Felipe se para repentinamente de su silla. Pide disculpas, toma
una bolsa y se va hacia la puerta de ingreso de las visitas. Celín me mira y
remata: “Incluso yo votaría por uno de ellos si se presentara a candidato”.
Al
volver, nuestro entrevistado explica que acaba de entregarle una bolsa con ropa
a la machi que vino a ver a los peñi. Al igual que en su propia formalización y
en los procedimientos judiciales que han vivido los presos por el Caso
Luchsinger-McKay, una semana antes del juicio le pasan la vestimenta a la machi
para que “haga su trabajo con ellas”, explica.
Felipe,
¿qué llamado haces a tus colegas de la prensa, a los reporteros gráficos y
periodistas que se dedican a cubrir estos temas?
Me
da pena ver a los comunicadores sociales trabajar a la cola de los pacos.
Incluso hay algunos colegas que miran feo cuando uno se pone de frente y no
atrás de los policías. Les digo de corazón que tienen una herramienta tan
poderosa en sus manos. Aprovéchenla para contar la verdad. Acérquense a la
gente que está en las cárceles. Somos unos cuarenta presos políticos desde
Valdivia a Concepción. Vayan a conocer la realidad de las zonas rurales del
territorio, hablen largo y tendido con la gente para que vean el lado humano de
un conflicto social donde la prensa y los políticos tratan a gente trabajadora
como delincuentes. Reconozcamos que existe un pueblo que se ha organizado para
reconstruir su territorio ancestral, su cosmovisión, su lengua, haciendo
talleres masivos, ceremonias masivas, cuidando el medioambiente, recuperando
conocimiento muy importante que es abierto para todos.
¿Qué
harás cuando estés libre?
Quiero
estar junto al río y quedarme ahí tranquilo en silencio. Luego ir a visitar a
la gente que me ha apoyado en este proceso, y en eso puedo estar mucho tiempo
(sonríe).
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