Tímidamente
la CUT plantea un aumento del salario ‘mínimo’, mismo por el que no se la jugó
a fondo en su negociación con el gobierno hace un par de años y cuyo monto
acordado vence este mes. Eso sí, tampoco desde el sindicalismo más consecuente
hemos logrado poner los puntos sobre las íes. Con fundamentos y antecedentes
concretos, planteamos que el salario mínimo en Chile no puede ser menor a $ 422.101
El empresariado y la
derecha han realizado gran escándalo ante la muy limitada reforma laboral emprendida
por el gobierno; practican descaradamente la política del tejo pasado. Mientras
tanto, el grupo de mantenedores del sistema de dominación, que es lo que en
realidad es la Nueva Mayoría (NM), realiza la gatopardista práctica del que todo
cambie para que nada lo haga. De hecho, la titularidad sindical ya no está siendo
considerada por parte de los contertulios de la coalición gubernamental y
simplemente acordaron suspender la tramitación del veto presidencial.
No obstante, es en torno a la problemática
del aumento del sueldo mínimo -la
cantidad de dinero que debiera asegurar el mínimo de subsistencia para todo
explotado- que existe un claro acuerdo entre la derecha económica y política, y
los mequetrefes de la NM, en no soltar prenda alguna.
De esta manera, mientras la comisión
asesora salarial recomienda realizar un alza promedio ‘real’ de 2,2% al año,
la CUT pide como mínimo un 7,1%, que se traduciría en unos miserables 17 mil
800 pesos más. Es decir, la oficina sindical de la NM encuentra digno y decente
un salario mínimo de $ 267.800 (el monto del actual mínimo más ese 7,1%).
Desde la cueva de Alí Babá del congreso, los
corruptos pero bien pagados parlamentarios están planteando un aumento del 4 o
5 por ciento, que es como la media entre las raquíticas propuestas de la CUT y
del gobierno.
Cómo llegamos al Salario Mínimo Actual
A mediados de agosto
de 2014, la dirigencia de la CUT y el gobierno de la NM llegaron a un
acuerdo de reajuste del Salario Mínimo (SM) por dos años, hasta junio de 2016. También, se convino en crear una
Comisión Asesora Salarial del Mercado del Trabajo, la cual en un plazo de 18
meses entregaría un estudio sobre la situación. Segundo, dentro del período
existirán tres momentos de incremento de dicho ingreso: 1.- 225 mil el
01/07/14; 2.- 241 mil el 01/07/15: 3.- 250 mil el 01/01/16 y actualmente en
vigencia. El “histórico” reajuste significaba un 7,1% los primeros doce meses,
un segundo de 7,1% en los siguientes 6 meses y un tercero de 3,7% en los
últimos 6 meses. Habría dos instantes de incremento durante el año 2: 7,1% en
el 1er semestre y 11,1% en el segundo; es decir, se suponía que durante los
últimos 12 meses el promedio de la mejora alcanzaría un 9,13%. Tercero, los
cabecillas de la multigremial se solazaban afirmando que aquel reajuste era el
mayor de los otorgados en el primer bienio, comparado con los anteriores 4
gobiernos. Cuarto, la Figueroa y los suyos juraban que sólo bastaba con
descontar el IPC del período para que su supuestamente fantástico reajuste dejara
de ser nominal.
Pero la verdad sea dicha, lo que aquel pacto
significó y que no se puede volver a repetir, es: 1º, que al firmarlo, la
dirigente Figueroa hipotecó la demanda de los trabajadores por un reajuste
efectivo del SM hasta éste mes, cuando recién los de ‘arriba’ se avendrían nuevamente
a conversar sobre las migajas que estarán dispuestos a ‘regalar’. 2o, la mayor
parte de las confederaciones que integran la CUT no fueron inquiridas respecto
del acuerdo, en lo que representa un sesgo y una clara modalidad
anti-democrática que hacen pésimo al sindicalismo chileno. 3o, esta alza no
alcanza, ni con mucho, a resarcir el paupérrimo nivel de los sueldos en Chile,
donde, por ejemplo, si dividimos $250.000 entre 4 integrantes de un hogar
promedio cada uno percibe $62.500, lo que lo coloca por
debajo del nivel de pobreza ($72.098). 4o, ese acuerdo no contribuyó a
mejorar la desigualdad existente entre los ingresos de los trabajadores del
sector público (12%) y del privado (el otro 88%), brecha que se ha venido
profundizando bajo los gobiernos de los grupos mantenedores del sistema y donde
los privados (la gran mayoría) resienten mucho más sus ingresos y calidad de
vida con estos miserables incrementos del SM. 5º, no basta la sola aplicación
del IPC para decir que tenemos un “aumento real”, sino que debemos agregarle el
crecimiento económico y ello no se consideró en aquel espurio arreglo. 6º,
nadie podrá asegurar que la comisión que trabajará en el SM lo hará en favor de
los trabajadores, sino existe movilización desde las bases; 7º, cómo habrá sido
de rasca ese ‘histórico’ incremento, que la entonces derechista Alianza no
demoró un minuto en aprobarlo e inclusive lo alabó, mientras que los
empresarios asintieron.
A Cuánto Asciende el Salario Mínimo Ético de la Iglesia
En abril
pasado, el obispo de Rancagua y vicepresidente de la Conferencia, Alejandro
Goic, puso nuevamente el dedo en la llaga respecto de cuánto debiera ser el
monto que debiera tener el SM.
“Cinco kilos de arroz, algunos paquetes de tallarines,
dos litros de aceite y tres kilos de azúcar, además de otros productos para la
casa, pueden sumar, en el supermercado, una cuenta promedio de $ 150 mil al
mes, en la medida que se escojan las ofertas más convenientes. La lista sigue
con un gasto de entre $ 30 mil y $50 mil en transporte; cerca de $ 150 mil en
vivienda y otros costos asociados a salud, educación y eventuales emergencias,
que, en el mejor de los casos, podrían sumar alrededor de $ 80 mil.” Así comenzaba
la crónica de La
Tercera, del viernes 1º de abril, en donde se abordan los dichos de
Goic y su análisis sobre lo paupérrimo del SM actual que reciben millones de
trabajador@s chilen@s.
Goic consideraba aquel potencial escenario de una familia
de cuatro personas para sugerir un reajuste al salario ético -o SM- que
actualmente rige en Chile, fijado en unos míseros $ 250 mil. A su juicio, este
año la cifra debiera aumentar en un 60%, a $ 400 mil. Fue justamente Goic quien
en 2007
propuso que el mínimo fuera de $ 250 mil; es decir, el valor que sólo se
alcanzó 9 años después.
“Si uno aplica el IPC y todas las alzas, ya se quedaron
cortos los $ 250 mil”, señaló el prelado, en una entrevista que hoy publica el
periódico Encuentro, del Arzobispado de Santiago. En el artículo, Goic plantea
que, “cerca de $ 400 mil debería ser el nuevo sueldo ético, según el alza de la
vida en estos casi diez años”.
En 2007, su propuesta fue criticada por la mayor parte
del empresariado y por la derecha (¡era que no!), ya que en esa oportunidad la
discusión se vinculó a la posibilidad de reajustar el SM, el que apenas llegó a
rozar los $ 150 mil. Tampoco resultaba extraño que, entonces, nuevamente
esos reaccionarios sectores levanten sus críticas a la respetable idea del
obispo Goic. Existe demasiada codicia y exclusión en ellos como para soltar
prenda tan fácilmente.
Cuánto Debiera Ser el Salario Mínimo en Chile
Durante 2015, nos pudimos informar sobre las precarias
condiciones de vida en que viven millones de chilenos/as de la clase
trabajadora, realidad que se profundiza y extiende en una formación en la cual
el capital monopólico-financiero se “hace la América”.
En
agosto de 2015, Fundación Sol mediante, supimos que uno de cada 4
trabajadores tienen un salario igual o menor al Sueldo Mínimo (SM). De
acuerdo con la fuente de tal reporte, del total de todas las categorías
ocupacionales (asalariados, cuenta propia y empleadores), 1.681.213 personas
ganan el SM o menos; es decir, un 24,5 % del total.
Para realizar este estudio, se trabajó con los datos de
la Encuesta
de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) del año 2013, del
Ministerio de Desarrollo Social (MIDESO), con el respectivo SM de esa época, el
que alcanzaba los $ 210.000.
En tanto, al considerar la totalidad de trabajadores
dependientes que se desempeñan en el sector privado (servicio doméstico y
asalariados de empresas externas en el sector público), se registran 1.086.162
personas que ganan el SM o menos y, de ellos, 431.917 ni siquiera recibe la
gratificación legal.
Desde el 1° de enero pasado, el SM pasó a ser de $ 250
mil. Si comparamos tal valor con el de 2013, cuando se efectuó el estudio
mencionado, obtenemos que la mejora salarial en el período se acerca al 19%. Si
consideráramos el IPC como único deflactor, concediéndole además el beneficio
de la duda sobre lo acertado de su cálculo, la
inflación en estos tres años suma un 12%, con lo que nos quedaría al menos
un remanente de un 7% del mezquino incremento del SM. Pero, como nada en
nuestra formación puede ser tan fantástico para los ‘de abajo’, si nos atenemos
a lo ocurrido en dicho lapso con la inflación real, que debe bordear el 25%,
obviamente no sólo el famoso SM ha perdido todo su valor, sino que los salarios
de los/as chilenos/as en general. Sólo tómese en cuenta el pan, un artículo de
primera necesidad, el que pasó de costar $ 990 el kilo en
septiembre de 2013 a $1.210 en
noviembre pasado, incrementando su valor en un ¡22%! Claro, se puede
alegar que la inflación del bendito pan afecta sólo a los hogares de menores
ingresos, pero resulta que es en estos en donde se percibe y sufre el miserable
‘costo salarial mínimo’ (y más allá).
Nos podrían alegar que una cosa es el salario mínimo y
otra son los ingresos en general; o sea, ¡no seamos fijados! No obstante,
debiéramos decirles que en el apartado Trabajo de la mentada Casen 2013 se
puede apreciar que el ingreso por concepto del trabajo (cuadro 3.1), según
promedio mensual de la ocupación principal por decil, pasó de $1.113.735 a
$1.258.684 entre 2011-2013 para el decil más rico, mientras que el ingreso
mensual del decil más pobre pasó apenas de $92.947 a $107.871, en igual
período. En resumen, los más pobres en Chile ganan casi 12 veces menos que
los más ricos.
Aportemos que luego de 25 años (hasta
2014), en que la formación ha presentado una tasa de crecimiento económico
promedio anual por sobre el 5%, el 70% de los trabajadores chilenos gana menos
de $400.000, monto que bajo los estándares del Chile actual, donde el costo de
la vida se parece cada vez más a un país europeo, no sólo resulta insuficiente,
sino que también prohibitivo hasta para participar en la vida política nacional
(si no se es cercano a Penta, SQM u otras empresas rateras). Pero, en lo principal,
si consideramos que un trabajador lleva a su casa esos $400 mil, los 4
habitantes promedio de ese hogar tendrán un ingreso de $100 mil; es decir, en
palabras de los tecnócratas del MIDESO -que arriesgaron una nueva
metodología para definir la línea de pobreza-, el 70% de los hogares
chilenos se encuentra malviviendo apenas un 9% por sobre la línea que los
sindicaría como de una moderna pobreza “multidimensional” ($361.310); ¿Qué
tal? Dicha precariedad económica podría explicar el desastre que ocurre en el
común de las familias cuando deben enfrentarse a la cesantía, la enfermedad, la
educación de los hijos, el alza y los vencimientos de las deudas comerciales,
etc. De hecho, durante
2015 aumentaron en un 13% los morosos, con gran incidencia de nuevos
morosos y acrecentando su nivel de endeudamiento los adultos mayores. Sin
embargo, los áulicos del capital monopolista achacan esto “a la alicaída
actividad económica” y no a los bajos sueldos vigentes, escamoteando así una de
las principales formas de explotación indirecta de la clase trabajadora.
Si de verdad el SM fuese lo ‘mínimo’ como para reproducir
la fuerza de trabajo, debiera tener un valor igual o superior a la actual línea
de pobreza, que el MIDESO, dentro de un modelo “multidimensional”, coloca
en $ 361.310 para una familia de 4 integrantes (p 13). Creemos que esta
última estimación, con todo lo sesgada que pueda ser, representa un primer
acercamiento a la necesidad que el SM exprese de verdad unas condiciones
adecuadas de vida para los trabajadores.
De hecho, en Europa y en línea con lograr cubrir
socialmente las necesidades básicas y de seguridad y protección, se está
levantando una campaña por la implementación de una Renta
Básica. Esta es, en pocas palabras, “Una asignación monetaria incondicional
para toda la población. Un dinero que el Estado pagaría cada mes a todos los
ciudadanos y residentes acreditados, sólo por serlo.” No obstante, su
financiamiento no es sencillo: “a través de una profunda reforma fiscal y
del ahorro derivado de la supresión de subvenciones y subsidios públicos que
pasarían a ser innecesarios, podría financiarse una Renta Básica para toda
la población adulta de España de unos 7.500 euros al año” (negritas en el
original). O sea, hablamos de unos $ 5,8 millones -al 24/01/16- anuales, o $
482.892 mensuales, lo cual nos parece más adecuado para empezar a hablar de SM
–que denominaremos SM1-.
Con todo, a un nuevo y mejorado SM1, que creemos debe
tener un valor entre la línea de pobreza del MIDESO y la Renta Básica arriba
aludida (a la espera que acá realicemos un más acertado cálculo del umbral de
la pobreza), se le debiera agregar, anualmente, el nivel del crecimiento
económico nacional, excedente del que solamente ha venido echando mano el
empresariado. Así, si la economía en Chile, medida como PIB, creció un
290% entre 2001 y 2013 (INE-BCC), ese mismo monto debiera haberse agregado
al incremento del SM y debiera seguir haciéndose en lo porvenir (en aquel
período, el SM creció apenas un 35%).
Raya para la suma, el salario mínimo en Chile debiera
ser, al menos, de $ 422.101 (promedio LP-MIDESO y RB) y a este se debiera,
en adelante y anualmente, sumar los porcentajes del costo de la vida y del
crecimiento económico.
Nuestro llamado es a que juntos, los
pueblos y los/as trabajadores/as de Chile, avancemos por la senda de la lucha
clasista y sin cuartel contra nuestro enemigo común, lucha que también abarca
la demanda económica y muy humana de un Salario Mínimo digno para los millones
de explotados/as. En esa perspectiva cobran importancia los ejemplos heroicos
de Rodrigo Cisterna, de Juan Pablo Jiménez, de Marco Cuadra y de Nelson
Quichillao, sin olvidar a todos/as los/as caídos/as durante la lucha
antidictatorial y a aquellos/as que lo han hecho en estos 25 años de falsa democracia.
¡Ningún Acuerdo o Reforma a
Espaldas
de los Pueblos y l@s Trabajador@s!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán
Libres!
Colectivo Acción Directa CAD -Equipo
Sindical
Junio 13 de 2016
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