Por Jaime
Galarza
En enero de 1995 la
camarilla Fujimori-Montesinos que gobernaba el Perú, provocó un nuevo conflicto
bélico con Ecuador, conocido como “la Guerra del Cenepa”. Esta guerra de corta
duración que la ganó nuestro país, terminó con nuestra derrota diplomática mediante
los acuerdos de paz patrocinados directamente por el gobierno norteamericano, a
quien le interesaba, como lo dijeron descaradamente sus voceros (por ejemplo,
Peter Romero), que las fuerzas militares ecuatorianas abandonaran la frontera sur como destino principal y se trasladaran
al norte, donde el Pentágono interesaba convertir a nuestros soldados en carne
de cañón dentro del Plan Colombia.
Para
entonces, como lo revelaron propios medios peruanos, los invasores contaron con
el apoyo satelital de Estados Unidos. Este espionaje de primera mano estuvo
acompañado – y esto es lo más indignante y grave- por la labor de espías
ecuatorianos ubicados en los planos militares. Esto se desprende de los
“vladivideos” que se hicieron públicos en Perú cuando Vladimiro Montesinos, el
superagente de la CIA, cayó en desgracia y fue a prisión, donde todavía se
encuentra. En efecto, en los videos números 1347 y 1348 de 26 de febrero de
1999, se vé cómo se vanagloria Montesinos, quien expresa:
“Yo
tenía mi sistema de alerta, que despegaban los aviones ecuatorianos y en dos
minutos yo tenía el informe acerca del despegue…y yo puedo estar dormido, pero
tú ya sabes que es Manta. Entonces me dice el Coronel: Habla Cóndor. Despegaron
aves en vuelo, y yo ya sé que despegaron (aviones ecuatorianos)…..Llamo al
Comando Conjunto…al minuto ya estamos saliendo al aire…”
Es
decir que gracias a espías ecuatorianos,
la aviación militar peruana podía movilizarse enseguida para atacar nuestro
territorio y matar a nuestros soldados, que fueron los verdaderos héroes del
Cenepa. El autor de esta nota periodística difundió hace años, por varios
medios, el texto de estos vladivideos tan comprometedores, con la esperanza de
que se investigara quién o quiénes eran los espías ubicados detrás del alias de
“Cóndor”. No sabemos hasta hoy si los generales José Gallardo Román y Paco
Moncayo, directamente comprometidos en ese conflicto, ordenaron alguna vez la
investigación de este caso clamoroso de espionaje a favor del enemigo que
invadió nuestra patria.
Conocerlo
ahora es importante, cuando Telesur y El
Telégrafo han abierto las puertas de la verdad sobre la red de espías,
periodistas y políticos ecuatorianos envueltos en una nauseabunda maraña
financiada por ONGs norteamericanas, vinculadas a la CIA, dentro del mismo plan
de restauración neoconservadora y neocapitalista que azota a los países
latinoamericanos como Argentina, Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador mismo,
dentro de la operación de reconquista del “patio trasero” del imperio
norteamericano, que fuimos desde que se frustró nuestra primera Independencia,
y cuando buscamos la Segunda y Definitiva Independencia.
Colectivo Acción Directa Chile –Equipo
Internacional
Junio 16 de 2016
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