¿Hasta cuándo los trabajadores vamos a dejar que se rían de nosotros? |
Y la CUT se
dejó meter el ‘pico en el ojo’ respecto del “aumento” del salario ‘mínimo’. Eso
sí, como el sindicalismo más consecuente tampoco se pronuncia, simplemente nos metieron
la cosa en el ojal a todos/as los/as trabajadores/as. Lo replanteamos: el salario
mínimo en Chile no puede ser inferior a $ 422.101
El empresariado, la derecha y la Nueva
Mayoría (NM) lograron una nueva victoria a costillas de l@s trabajador@s: se han
puesto de acuerdo, en primera instancia, en “aumentar” (¡que buenos ellos!) el miserable
Salario Mínimo (SM) actual -$250.000- en apenas un 10,4% y en ¡2 años!, pudiendo
quedar en la pulenta cantidad de $276.000 mensuales. Y eso que los maracos del gobierno habían propuesto primero un ‘suculento’ incremento de un ¡4% bianual!; ¡qué
caras de raja todos, ¿no?!
La
CUT intentó mostrarse ofendida. Así, declaró que rechazaba la propuesta, indicando
que las condiciones económicas actuales no permiten la negociación de un monto
por más de un año. Bárbara Figueroa, presidenta de la multigremial, declaró que
inclusive “repudiaban” la oferta. No obstante, se olvidó de mencionar que su
oficina laboral del gobierno, hace dos años, igualmente estuvo de acuerdo con un incremento miserable y escalonado
del SM. Incluso más, hace sólo un par de semanas la CUT aspiraba a un incremento menor al que propone
ahora hacienda: un mínimo de un 7,1%, lo que se traduciría en la “gran”
cantidad de $17.800.
Como
no pueden faltar sus saltos y peos en las alturas para dar la imagen de real
preocupación por los pobrecitos proletarios, la tarde de éste miércoles 22 la cámara de los coimeros diputados rechazó el acuerdo mencionado más
arriba, el del ‘formidable’ 10,4%. Si hasta el corrupto UDI Felipe de Mussy
señaló: "no podíamos votar a favor de un proyecto que es malo para los
trabajadores", pero como estos fachos no pueden ocultar su cariño
pro-capital, metió la cuchufleta de la "mala economía" existente hoy
en Chile, no acordándose de su ingente sueldo y de las ganancias exorbitantes –e
intocables para ellos- del capital monopólico-financiero aliado
dependientemente del capital transnacional.
Este
circo va a continuar otro poco, para al final dejar la miserable cifra oficial sólo
un poco más alta, pero muy lejos del incremento que debiera corresponder para
un SM decente. En todo caso, para que otro gallo cantara, necesitamos que el
Movimiento de Trabajadores y el sindicalismo clasista y rupturista se pronuncie
ahora, se olvidé del hueveo de la copa futbolera yanqui de estos días, se
despercuda el miedo a organizarse y movilizarse y salgamos a las calles a
exigir lo nuestro. Con la CUT, mejor no contemos.
Cuánto Debiera Ser el Salario
Mínimo en Chile
Durante
2015, nos pudimos informar sobre las precarias condiciones de vida en que viven
millones de chilenos/as de la clase trabajadora, realidad que se profundiza y
extiende en una formación en la cual el capital monopólico-financiero se “hace
la América”.
En agosto de 2015, Fundación Sol mediante, supimos que uno de cada 4
trabajadores tienen un salario igual o menor al Sueldo Mínimo (SM). De
acuerdo con la fuente de tal reporte, del total de todas las categorías
ocupacionales (asalariados, cuenta propia y empleadores), 1.681.213 personas
ganan el SM o menos; es decir, un 24,5 % del total.
Para
realizar este estudio, se trabajó con los datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen) del año 2013, del
Ministerio de Desarrollo Social (MIDESO), con el respectivo SM de esa época, el
que alcanzaba los $ 210.000.
En
tanto, al considerar la totalidad de trabajadores dependientes que se
desempeñan en el sector privado (servicio doméstico y asalariados de empresas
externas en el sector público), se registran 1.086.162 personas que ganan el SM
o menos y, de ellos, 431.917 ni siquiera recibe la gratificación legal.
Desde
el 1° de enero pasado, el SM pasó a ser de $ 250 mil. Si comparamos tal valor
con el de 2013, cuando se efectuó el estudio mencionado, obtenemos que la
mejora salarial en el período se acerca al 19%. Si consideráramos el IPC como
único deflactor, concediéndole además el beneficio de la duda sobre lo acertado
de su cálculo, la inflación en estos tres años suma un 12%, con lo que nos quedaría al
menos un remanente de un 7% del mezquino incremento del SM. Pero, como nada en
nuestra formación puede ser tan fantástico para los ‘de abajo’, si nos atenemos
a lo ocurrido en dicho lapso con la inflación real, que debe bordear el 25%,
obviamente no sólo el famoso SM ha perdido todo su valor, sino que los salarios
de los/as chilenos/as en general. Sólo tómese en cuenta el pan, un artículo de
primera necesidad, el que pasó de costar $ 990 el kilo en septiembre de 2013 a $1.210 en noviembre pasado, incrementando su valor en un ¡22%! Claro,
se puede alegar que la inflación del bendito pan afecta sólo a los hogares de
menores ingresos, pero resulta que es en estos en donde se percibe y sufre el
miserable ‘costo salarial mínimo’ (y más allá).
Nos
podrían alegar que una cosa es el salario mínimo y otra son los ingresos en
general; o sea, ¡no seamos fijados! No obstante, debiéramos decirles que en el
apartado Trabajo de la mentada Casen 2013 se puede apreciar que el ingreso por
concepto del trabajo (cuadro 3.1), según promedio mensual de la ocupación
principal por decil, pasó de $1.113.735 a $1.258.684 entre 2011-2013 para el
decil más rico, mientras que el ingreso mensual del decil más pobre pasó apenas
de $92.947 a $107.871, en igual período. En resumen, los más pobres en
Chile ganan casi 12 veces menos que los más ricos.
Aportemos
que luego de 25 años (hasta 2014), en que la formación ha presentado una tasa de crecimiento económico
promedio anual por sobre el 5%, el 70% de los trabajadores chilenos gana menos
de $400.000, monto que bajo los estándares del Chile actual, donde el costo de
la vida se parece cada vez más a un país europeo, no sólo resulta insuficiente,
sino que también prohibitivo hasta para participar en la vida política nacional
(si no se es cercano a Penta, SQM u otras empresas rateras). Pero, en lo
principal, si consideramos que un trabajador lleva a su casa esos $400 mil, los
4 habitantes promedio de ese hogar tendrán un ingreso de $100 mil; es decir, en
palabras de los tecnócratas del MIDESO -que arriesgaron una nueva metodología para definir la línea de pobreza-, el 70% de los
hogares chilenos se encuentra malviviendo apenas un 9% por sobre la línea que
los sindicaría como de una moderna pobreza “multidimensional” ($361.310);
¿Qué tal? Dicha precariedad económica podría explicar el desastre que ocurre en
el común de las familias cuando deben enfrentarse a la cesantía, la enfermedad,
la educación de los hijos, el alza y los vencimientos de las deudas
comerciales, etc. De hecho, durante 2015 aumentaron en un 13% los morosos, con gran incidencia de nuevos
morosos y acrecentando su nivel de endeudamiento los adultos mayores. Sin
embargo, los áulicos del capital monopolista achacan esto “a la alicaída
actividad económica” y no a los bajos sueldos vigentes, escamoteando así una de
las principales formas de explotación indirecta de la clase trabajadora.
Si
de verdad el SM fuese lo ‘mínimo’ como para reproducir la fuerza de trabajo,
debiera tener un valor igual o superior a la actual línea de pobreza, que el
MIDESO, dentro de un modelo “multidimensional”, coloca en $ 361.310 para una familia de 4 integrantes (p 13). Creemos que
esta última estimación, con todo lo sesgada que pueda ser, representa un primer
acercamiento a la necesidad que el SM exprese de verdad unas condiciones
adecuadas de vida para los trabajadores.
De
hecho, en Europa y en línea con lograr cubrir socialmente las necesidades
básicas y de seguridad y protección, se está levantando una campaña por la
implementación de una Renta Básica. Esta es, en pocas palabras, “Una asignación monetaria incondicional
para toda la población. Un dinero que el Estado pagaría cada mes a todos los
ciudadanos y residentes acreditados, sólo por serlo.” No obstante, su financiamiento no es sencillo: “a través de una profunda reforma fiscal y
del ahorro derivado de la supresión de subvenciones y subsidios públicos que
pasarían a ser innecesarios, podría financiarse una Renta Básica para
toda la población adulta de España de unos 7.500 euros al año” (negritas en
el original). O sea, hablamos de unos $ 5,8 millones -al 24/01/16- anuales, o $
482.892 mensuales, lo cual nos parece más adecuado para empezar a hablar de SM
–que denominaremos SM1-.
Con
todo, a un nuevo y mejorado SM1, que creemos debe tener un valor entre la línea
de pobreza del MIDESO y la Renta Básica arriba aludida (a la espera que acá
realicemos un más acertado cálculo del umbral de la pobreza), se le debiera
agregar, anualmente, el nivel del crecimiento económico nacional, excedente del
que solamente ha venido echando mano el empresariado. Así, si la economía en
Chile, medida como PIB, creció un 290% entre 2001 y 2013 (INE-BCC), ese mismo monto debiera haberse
agregado al incremento del SM y debiera seguir haciéndose en lo porvenir (en
aquel período, el SM creció apenas un 35%).
Raya
para la suma, el salario mínimo en Chile debiera ser, al menos, de $
422.101 (promedio LP-MIDESO y RB) y a este se debiera, en adelante y
anualmente, sumar los porcentajes del costo de la vida y del crecimiento
económico.
Nuestro
llamado es a que juntos, los pueblos y los/as trabajadores/as de Chile,
avancemos por la senda de la lucha clasista y sin cuartel contra nuestro
enemigo común, lucha que también abarca la demanda económica y muy humana de un
Salario Mínimo digno para los millones de explotados/as. En esa perspectiva
cobran importancia los ejemplos heroicos de Rodrigo Cisterna, de Juan Pablo
Jiménez, de Marco Cuadra y de Nelson Quichillao, sin olvidar a todos/as los/as
caídos/as durante la lucha antidictatorial y a aquellos/as que lo han hecho en
estos 25 años de falsa democracia.
¡Ningún Acuerdo o Reforma a
Espaldas
de los Pueblos y l@s
Trabajador@s!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo Acción Directa CAD
-Equipo Sindical
Junio 22 de 2016
No hay comentarios :
Publicar un comentario