José Aldunate, a la izq., en una manifestación del Mov. Sebastián Acevedo |
Aldunate
recibió este reconocimiento, otorgado por el INDH, a causa de su importante
labor en la protección y denuncia de las violaciones a los derechos
fundamentales durante la dictadura. El próximo domingo cumplirá 99 años
El sacerdote jesuita
José Aldunate Lyon recibió el
miércoles 1º el Premio Nacional de Derechos Humanos, galardón que es entregado
en nuestro país por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). Tal
distinción se le entregó en reconocimiento a su larga trayectoria como defensor
y activista de los derechos fundamentales, especialmente durante la dictadura,
cuando fundara el Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, instancia que promovió el rechazo y la
denuncia pública a los crímenes cometidos bajo la dictadura cívico-militar
(1973-1990).
Este
mismo año, el 23 de mayo, recibió en Osorno el Premio a los Derechos Humanos “Winfredo Van Den Berg”,
otorgado por la Corporación de Derechos Humanos Pilmaiquén. En el
comunicado emitido por la Corporación se indica que, “reconocemos en él a una
persona que ha dedicado gran parte de su vida a la defensa y promoción de los
derechos humanos. Su labor en los años de dictadura militar permitió salvar
muchas vidas, y a mitigar el dolor de miles de compatriotas. José Aldunate, a
sus 98 años, sigue clamando por verdad y justicia, por el respecto a los
derechos de nuestros Pueblos Originarios, denunciando este sistema social y
político, como causante de la cosificación y miseria de nuestra sociedad, y
alentando las luchas de todos quienes pensamos que otro Chile, que otro mundo
es posible”.
Desde
el inicio de su vida sacerdotal, se inclinó hacia la causa obrera -como algunos
otros cristianos comprometidos-, trabajando con el padre Alberto Hurtado en la
Acción Sindical Chilena. De hecho, Aldunate forma parte de los denominados Curas Obreros que lucharon por la defensa de los Derechos Humanos en dictadura,
entre ellos Pierre Dubois (fallecido en 2012), Mariano Puga, Padre Bolton (fallecido en 2014),
la religiosa Dolores Cruzat, fallecida este año. De
estos, los últimos tres participantes de la Iglesia Cristo Liberador de Villa
Francia.
En
octubre de 2014, Ezzati envió al Vaticano una carpeta con antecedentes sobre los dichos en la
prensa de los curas Berríos, Puga y Aldunate respecto a temas de la
contingencia, “por contravenir los preceptos de la Iglesia”. Claro, el representante
del Papa en Chile y otros como él, son de los peores tuertos que existen;
aquellos que miran con ojo avizor e inquina hacia los justos, pero usan el ojo
ciego para evitar ver a los criminales y a los pecadores que les rodean en su
misma grey.
Es
contra ese tipo de malas personas, civiles y uniformadas, que la más que
merecida distinción al cura José Aldunate viene a ser una suerte de ‘castigo
divino’.
¡Ni Olvido Ni Perdón: Verdad, Justicia y
Memoria!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo Acción Directa CAD –Chile
Junio 3 de 2016
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