Por Matthew Crosston*,
UE vs.
GOOGLE: CUANDO DOS GOLIATS SE ENCUENTRAN
La
Comisión Europea (CE) ha abierto una investigación formal acerca de Google para
indagar si el sistema operativo de la empresa, sus aplicaciones y servicios han
incumplido las normas antimonopolio de la Unión Europea (UE). La Comisión está
tratando de averiguar si Google se ha dedicado a actividades contrarias a la
competencia en su filosofía corporativa y si ha intentado abusar de lo que es
una posición comercial dominante en el mercado europeo. Esta investigación
oficial en realidad abarca los pasados cinco años, cuando la UE estuvo preocupada
principalmente por el dominio de Google sobre el mercado publicitario de búsqueda
(en aquel momento controlaba el 95% de la UE). La encarnación actual de dicha investigación
se centra en tres puntos principales: 1. Si Google ha obstaculizado ilegalmente
el desarrollo y el acceso de las aplicaciones móviles de sus rivales. 2. Si
Google ha impedido a los fabricantes de smartphone y tablet el desarrollo y la comercialización
de versiones modificadas y potencialmente competitivas de Android. 3. Si Google
ha obstaculizado ilegalmente el desarrollo de aplicaciones y servicios rivales mediante
la ligazón o agrupación de ciertas aplicaciones y servicios con interfaces exclusivas
de Google.
Google
siempre ha negado tales acusaciones, declarando audazmente cosas como que "no
es la puerta de entrada a internet" y que no es cierto que ella "promoviera
sus propios productos a expensas de sus competidores." Es éste último
aspecto el que aporta un poco de lo surreal en la situación y que debiera dejar
a los cuerdos creyentes de la actividad comercial en Europa sacudiendo sus
cabezas colectivas.
Las
empresas basadas en la prevalencia del internet siempre se han aprovechado de lo
que yo considero que es un poco de falsa celebridad. Si quieres llamarlas plataformas
sociales multimedia, proveedoras de servicios de internet, abastecedoras de aplicaciones
móviles o con cualquier otra frase elegante semi-técnica, la más simple de las realidades
sobre todas esas entidades tipo Google es esto: son un negocio. La clave de los
negocios es tener éxito. El mejor éxito es aquel que está maximizado y que resulta
sostenido. Esto, por defecto, significa ganar una posición dominante, en la que
puede haber rivales y competencia, pero en que tales desafíos nunca se
convierten en problemas graves o en daños para los resultados de la compañía.
"Las empresas de Internet" han ayudado ellas mismas a lo largo de los
años en la creación de una imagen corporativa que destaca la libertad, el acceso,
la información y la conectividad. De hecho, en Estados Unidos, a menudo llamamos
a esto "beber el jugo en polvo"[2], lo cual
significa que tú compras dentro de tu propia propaganda. Empresas como Google y
Microsoft han sido siempre muy entusiastas acerca de beber su propio jugo en
polvo, creyendo que ellas son, de alguna manera, no sólo negociantes, sino algo
más, algo más valioso y más productivo para el crecimiento global y el
funcionamiento de las sociedades libres a través de todo el mundo. De hecho, es
una maravillosa imagen corporativa a desarrollar. Además, sucede que es
imprecisa.
Mientras
Google o Microsoft dominaban sus respectivos mercados, era fácil enfocarse y proclamar
lo mucho "más que un negocio” que ellas eran. Investigaciones como la
presente pesquisa de la UE ponen ésta mitología en cuestión. El primer instinto
es siempre el de negación. Pero, examinemos las declaraciones hechas por Google
más objetivamente: Google, una ‘empresa de internet’ especializada en ser el
primer portal en que los consumidores piensen cuando se trata de acceso a
internet, ¿no quiere ser "la puerta de entrada a internet”? Por supuesto
que sí. Es casi ridículo considerar otra opción. En segundo lugar, como Google
empezó a crecer, a tener éxito y a diversificar sus posesiones, servicios,
productos y aplicaciones, ¿no quiere promover tales productos y servicios sobre
los de los competidores? Una vez más, claro que sí. Porque si lo que el presidente
de Google dice fuera cierto, significaría que Google está actuando literalmente
contra el axioma fundamental de los negocios; de hecho, del mismo capitalismo. Ello,
en consecuencia, significa que Google está actuando contra Google. ¿Cuál
versión de la realidad parece más probable: Google actúa contra sí misma o
contra todos los posibles rivales y la competencia? La más retórica de las
preguntas nunca antes hecha.
Esto
nos lleva a una fascinante cuestión filosófica comercial, que tiene respuestas
diferentes a través del mundo: ¿QUIÉN EXACTAMENTE es el responsable de
garantizar la mayor competencia y la elección dentro del mercado? ¿Debiera esa competencia
ser "facilitada" por los organismos supervisores del gobierno, porque
las empresas intrínsecamente no dan pie a confiar en que generen una verdadera competencia
y elección por parte de los consumidores, o debe ser un proceso mucho más
"orgánico", darwiniano incluso, donde sólo las mejores ideas,
productos y organizaciones sobrevivan para proveer a los consumidores las
mejores opciones? A menudo, Estados Unidos se precia a si mismo de estar en la
segunda escuela de pensamiento (aunque alguien que observe estrechamente la política
económica estadounidense sabe que esto no es totalmente cierto), mientras que Europa
se ve a sí misma más firmemente en la primera. Estos son los dilemas duales secretamente
ocultos bajo las capas de la investigación que la UE realiza acerca de Google.
Por un lado, Google está tratando de mantener y reguardar su imagen comercial de
un benevolente y benigno Goliat. No de un bandido infligiendo daños al mercado
y a los consumidores, sino más bien de un gigante amigable que debe ser
apreciado y dejado solo. De otra parte, la UE está tratando de pararse con su
propia imagen de marca como protectora de la gente y garante de la verdadera
libertad comercial. No una excesivamente entrometida burocracia, cuyas buenas
intenciones sólo causen un retraso del mercado, sino que el marco para mantener
el sistema funcionando más productiva y equitativamente.
La
ironía final en todo este caso es que mientras es una verdadera batalla entre
dos Goliats, uno comercial y el otro político, AMBOS intentarán presentarse a
sí mismos como David luchando contra la injusticia. Tengan cuidado, europeos,
cada vez que actores con bolsillos más profundos que las profundidades de los
océanos se quejen ambos con un “pobre de mí". En estos casos, la única aflicción es generalmente la tuya.
* El Dr. Matthew Crosston es Profesor de Ciencia Política y Director del Programa
de Estudios de la Seguridad e Inteligencia Internacional de la Universidad de Bellevue.
Escrito exclusivo para la revista en línea "New Eastern Outlook"[3]
Equipo Internacional –CAD CHILE
Mayo 6 de 2015
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