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miércoles, 6 de mayo de 2015

UNION EUROPEA CONTRA GOOGLE: CUANDO DOS GOLIATS SE ENCUENTRAN


Traducción de “EU vs. GOOGLE: WHEN TWO GOLIATHS MEET”

Por Matthew Crosston*,
En New Eastern Outlook[1], mayo 5 de 2015


UE vs. GOOGLE: CUANDO DOS GOLIATS SE ENCUENTRAN

La Comisión Europea (CE) ha abierto una investigación formal acerca de Google para indagar si el sistema operativo de la empresa, sus aplicaciones y servicios han incumplido las normas antimonopolio de la Unión Europea (UE). La Comisión está tratando de averiguar si Google se ha dedicado a actividades contrarias a la competencia en su filosofía corporativa y si ha intentado abusar de lo que es una posición comercial dominante en el mercado europeo. Esta investigación oficial en realidad abarca los pasados cinco años, cuando la UE estuvo preocupada principalmente por el dominio de Google sobre el mercado publicitario de búsqueda (en aquel momento controlaba el 95% de la UE). La encarnación actual de dicha investigación se centra en tres puntos principales: 1. Si Google ha obstaculizado ilegalmente el desarrollo y el acceso de las aplicaciones móviles de sus rivales. 2. Si Google ha impedido a los fabricantes de smartphone y tablet el desarrollo y la comercialización de versiones modificadas y potencialmente competitivas de Android. 3. Si Google ha obstaculizado ilegalmente el desarrollo de aplicaciones y servicios rivales mediante la ligazón o agrupación de ciertas aplicaciones y servicios con interfaces exclusivas de Google.

Google siempre ha negado tales acusaciones, declarando audazmente cosas como que "no es la puerta de entrada a internet" y que no es cierto que ella "promoviera sus propios productos a expensas de sus competidores." Es éste último aspecto el que aporta un poco de lo surreal en la situación y que debiera dejar a los cuerdos creyentes de la actividad comercial en Europa sacudiendo sus cabezas colectivas.

Las empresas basadas en la prevalencia del internet siempre se han aprovechado de lo que yo considero que es un poco de falsa celebridad. Si quieres llamarlas plataformas sociales multimedia, proveedoras de servicios de internet, abastecedoras de aplicaciones móviles o con cualquier otra frase elegante semi-técnica, la más simple de las realidades sobre todas esas entidades tipo Google es esto: son un negocio. La clave de los negocios es tener éxito. El mejor éxito es aquel que está maximizado y que resulta sostenido. Esto, por defecto, significa ganar una posición dominante, en la que puede haber rivales y competencia, pero en que tales desafíos nunca se convierten en problemas graves o en daños para los resultados de la compañía. "Las empresas de Internet" han ayudado ellas mismas a lo largo de los años en la creación de una imagen corporativa que destaca la libertad, el acceso, la información y la conectividad. De hecho, en Estados Unidos, a menudo llamamos a esto "beber el jugo en polvo"[2], lo cual significa que tú compras dentro de tu propia propaganda. Empresas como Google y Microsoft han sido siempre muy entusiastas acerca de beber su propio jugo en polvo, creyendo que ellas son, de alguna manera, no sólo negociantes, sino algo más, algo más valioso y más productivo para el crecimiento global y el funcionamiento de las sociedades libres a través de todo el mundo. De hecho, es una maravillosa imagen corporativa a desarrollar. Además, sucede que es imprecisa.

Mientras Google o Microsoft dominaban sus respectivos mercados, era fácil enfocarse y proclamar lo mucho "más que un negocio” que ellas eran. Investigaciones como la presente pesquisa de la UE ponen ésta mitología en cuestión. El primer instinto es siempre el de negación. Pero, examinemos las declaraciones hechas por Google más objetivamente: Google, una ‘empresa de internet’ especializada en ser el primer portal en que los consumidores piensen cuando se trata de acceso a internet, ¿no quiere ser "la puerta de entrada a internet”? Por supuesto que sí. Es casi ridículo considerar otra opción. En segundo lugar, como Google empezó a crecer, a tener éxito y a diversificar sus posesiones, servicios, productos y aplicaciones, ¿no quiere promover tales productos y servicios sobre los de los competidores? Una vez más, claro que sí. Porque si lo que el presidente de Google dice fuera cierto, significaría que Google está actuando literalmente contra el axioma fundamental de los negocios; de hecho, del mismo capitalismo. Ello, en consecuencia, significa que Google está actuando contra Google. ¿Cuál versión de la realidad parece más probable: Google actúa contra sí misma o contra todos los posibles rivales y la competencia? La más retórica de las preguntas nunca antes hecha.

Esto nos lleva a una fascinante cuestión filosófica comercial, que tiene respuestas diferentes a través del mundo: ¿QUIÉN EXACTAMENTE es el responsable de garantizar la mayor competencia y la elección dentro del mercado? ¿Debiera esa competencia ser "facilitada" por los organismos supervisores del gobierno, porque las empresas intrínsecamente no dan pie a confiar en que generen una verdadera competencia y elección por parte de los consumidores, o debe ser un proceso mucho más "orgánico", darwiniano incluso, donde sólo las mejores ideas, productos y organizaciones sobrevivan para proveer a los consumidores las mejores opciones? A menudo, Estados Unidos se precia a si mismo de estar en la segunda escuela de pensamiento (aunque alguien que observe estrechamente la política económica estadounidense sabe que esto no es totalmente cierto), mientras que Europa se ve a sí misma más firmemente en la primera. Estos son los dilemas duales secretamente ocultos bajo las capas de la investigación que la UE realiza acerca de Google. Por un lado, Google está tratando de mantener y reguardar su imagen comercial de un benevolente y benigno Goliat. No de un bandido infligiendo daños al mercado y a los consumidores, sino más bien de un gigante amigable que debe ser apreciado y dejado solo. De otra parte, la UE está tratando de pararse con su propia imagen de marca como protectora de la gente y garante de la verdadera libertad comercial. No una excesivamente entrometida burocracia, cuyas buenas intenciones sólo causen un retraso del mercado, sino que el marco para mantener el sistema funcionando más productiva y equitativamente.

La ironía final en todo este caso es que mientras es una verdadera batalla entre dos Goliats, uno comercial y el otro político, AMBOS intentarán presentarse a sí mismos como David luchando contra la injusticia. Tengan cuidado, europeos, cada vez que actores con bolsillos más profundos que las profundidades de los océanos se quejen ambos con un “pobre de mí". En estos casos, la única aflicción es generalmente la tuya.


* El Dr. Matthew Crosston es Profesor de Ciencia Política y Director del Programa de Estudios de la Seguridad e Inteligencia Internacional de la Universidad de Bellevue. Escrito exclusivo para la revista en línea "New Eastern Outlook"[3]


Equipo Internacional –CAD CHILE
Mayo 6 de 2015

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