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domingo, 17 de mayo de 2015

MAYO DEL 68 Y AQUEL PARTIDO DE FUTBOL QUE NADIE PUDO VER


«Lo importante es que se haya producido cuando todo el mundo lo creía impensable y, si ocurrió una vez, puede volver a ocurrir» - Jean-Paul Sartre.

Hace 47 años, Francia entera se vio conmovida por una inmensa revuelta de estudiantes y trabajadores. Alguien dijo que ese Mayo del 68 francés “fue más que una simple protesta, pero menos que una revolución”[1]. Por lo demás, no era un hecho aislado en el mundo de entonces, donde millones se movilizaban contra la explotación, el colonialismo y la miseria  

Dicen que aquel movimiento de mayo de 1968 se inició en Nanterre, a las afueras de París, donde el 22 de marzo de ese año cerca de 150 intelectuales, artistas y estudiantes ocuparon el edificio principal de la Universidad. Protestaban por la división entre muchachos y chicas en los campus, en circunstancias que una muchedumbre quería ver un partido de fútbol y la única televisión estaba en una residencia femenina, además de manifestarse contra la detención de seis compañeros del Comité Nacional de Lucha Contra la Guerra de Vietnam (CNLCGV), arrestados por oponerse a la guerra imperial yanqui. El rector, entonces, llamó a la policía, exigió la evacuación y gatilló el conflicto.

Luego de la tormenta viene la calma y lo mismo sucede inmediatamente antes. El 14 de marzo de ese año, un periodista había escrito en Le Monde un artículo llamado “Cuando Francia se aburre”. Según él, los jóvenes se aburrían y los estudiantes eran apáticos, sumisos a las políticas autoritarias del presidente Charles de Gaulle, mientras fuera del país el mundo ardía. “La guerra de Vietnam emociona a los franceses, pero realmente no les afecta. Ni tampoco las guerrillas de Latinoamérica (…) o el ‘apartheid’ de Suráfrica. Los jóvenes se aburren. Los estudiantes se manifiestan y luchan en España, Japón, América (…). Tienen la impresión de que hay conquistas que deben emprenderse”. Pues bien, muy pronto esos ‘aburridos’ jóvenes franceses darían mucho que hablar.   

En todo caso, existían ciertos antecedentes[2] para lo que acontecería el 22 de marzo. Un año antes, el gobierno había impuesto unas reformas universitarias que no contentaron a nadie. El 8 de enero, el ministro de Juventud y Deportes es obligado por los estudiantes a abandonar la inauguración de una piscina en Nanterre; 26 de enero, duros enfrentamientos entre huelguistas y la policía en Caen; 7 de febrero, un grupo del CNLCGV organiza manifestaciones en contra de apoyadores de la política de EE.UU. en Vietnam y terminan enfrentados con la policía; 14 de febrero, estudiantes se manifiestan en las universidades de toda Francia exigiendo libertad de expresión y movilización; 19 de marzo, una convención de Amiens intenta presentar un esbozo de reforma educativa.

El polvorín político[3] del histórico movimiento fue una guerra ilegal e ilegítima como la de Vietnam, un Tercer Mundo recién nacido a la independencia y ahogado en la miseria, un sistema internacional partido en dos bloques enfrentados y basado en la amenaza del suicidio nuclear, y sociedades civiles embrionarias sin voz ni parte en las principales decisiones de sus gobernantes. El polvorín ideológico fue una amalgama de corrientes antiimperialistas, anticapitalistas, neomarxistas, troskistas, castristas, maoístas, estructuralistas y freudianas, la mayoría de las cuales tienen cabida en El hombre unidimensional de Herbert Marcuse (1964) y en la Teoría Crítica de Theodor Adorno. Si bien la mayor parte de los protagonistas del Mayo francés seguramente nunca habían leído a Galbraith, a Marcuse o a Adorno, eran una pradera madura para que prendiera la chispa de la rebelión.

El 1° de Mayo de 1968, Día del Trabajador, decenas de miles de trabajadores y estudiantes se manifiestan desde la Bastilla; 2, las aulas de la Universidad de Nanterre son ocupadas; 3, la policía cierra las puertas de la Sorbona y detiene a más de 600 estudiantes; 4, el gobierno derechista confía en que la prensa guarde silencio sobre los tumultos, pero todos los periódicos los comentan; 5, cuatro estudiantes son condenados a dos meses de cárcel; 6, cinco mil estudiantes se dirigen a la Sorbona gritando "liberen a nuestros camaradas"; 7, nace Action, periódico de la insurrección estudiantil, que agota sus 6.000 ejemplares en dos horas. 30 mil estudiantes entonan la Marsellesa frente a la Tumba del Soldado Desconocido; 8, desfile pacífico por el Barrio Latino, que se disuelve a las 21:00. Parece que la revolución perece; 9, Cohn-Bendit: "No es momento para disputas de camarillas, sino para averiguar si queremos luchar o no"; 10, huelga general de estudiantes de secundaria. El Barrio Latino es un campo de batalla. La policía realiza un impresionante operativo en el centro de París para recuperar el control. A las 5:30 cae la última barricada; 11, Pompidou, primer ministro, habla: "El Tribunal de apelación podrá, conforme a la ley, estatuir sobre las peticiones de liberación presentadas por los estudiantes"; 12, día de reposo; 13, ¡la Sorbona ha sido ocupada! "¡La imaginación al poder!"; 14, de Gaulle se va a Rumania (volvería apurado el 18). Mitterrand dirige el debate de moción de censura: "¿Qué han hecho por la Universidad?"; 15, los estudiantes, unos 2.500, toman el Teatro Odeón; 16, obreros de la Renault ocupan la fábrica y secuestran al director; 17, la Huelga se extiende por toda Francia; 18, se ocupan los astilleros del Sena y se anuncian dos millones de huelguistas. Se suspende el Festival de Cannes; 19, una multitud recibe a Sartre: "Creía que estaban hartos de clases magistrales". Son ya seis millones los huelguistas; 20, se raciona la gasolina y no hay correo, trenes, aviones, metro... ¿Diez millones de huelguistas?; 21,... ¡Sabe dios!; 22, otra manifestación por el Barrio Latino: "Todos somos judíos alemanes"; 23, la Sorbona decide manifestarse. Comienza la lucha; 24, muere un estudiante. Diez millones de huelguistas. De Gaulle plantea la reforma de la Universidad. Se talan más de ciento treinta árboles para barricadas. Los cócteles molotov llueven sobre las comisarías; 25, Pompidou negocia un aumento del 35% del salario mínimo y el 10% del conjunto de los salarios; 26, el Nobel Jacques Monod intercede otra vez en favor de los estudiantes; 27, el Secretario General de la CGT ratifica el acuerdo. Algunos de los trabajadores abuchean a sus representantes; 28, dimite el Ministro de Educación; 29, de Gaulle huye de Francia, pero acaba regresando. 30, de Gaulle disuelve las Cortes. "Hoy disuelvo la Asamblea. La República no abdicará. El pueblo se recobrará. El progreso, la independencia y la paz triunfarán junto a la libertad".

Como motor del movimiento tenemos a varios estudiantes de la Facultad de Letras de Nanterre, en las afueras de París, que dirigidos por Daniel Cohn-Bendit, o “Dany el Rojo” (de hecho, era pelirrojo), forman una organización —el Movimiento 22 de marzo—, la cual convoca a la movilización y aprueba un programa de reformas educativas y de exigencias políticas radicales. Cerrada su universidad y detenidos algunos de sus dirigentes, se trasladan a la Sorbona. Allí cuaja una gran fuerza estudiantil de combate, que se enfrenta a la policía en el Barrio Latino y que pide ayuda a todos los sindicatos estudiantiles y obreros. Las protestas se multiplican. Como decíamos arriba, hacia el día 10 el centro de París se ha llenado de barricadas y esa noche la policía lanza un asalto masivo para intentar recuperar el control. Fracasa, pero en los choques resultan heridas más de mil personas, cuatrocientas de ellas graves. Será en respuesta a ésta cruenta represión que los principales sindicatos convocan una huelga general para el día 13. El seguimiento fue desigual, pero a la manifestación de París acudió el mismo día más de un millón de franceses. Las reivindicaciones estudiantiles se supeditan al movimiento social general y los sindicatos convocan nueva huelga general e indefinida a partir del 17 que, esta vez sí, paraliza el país. De nueve a diez millones se sumaron a ella.

El declive del movimiento viene precedido por la conciliación de los dirigentes sindicales del PC y PS con el gobierno. El 27, se alcanza un acuerdo entre los dirigentes de las principales centrales de trabajadores, asociaciones empresariales y el gobierno. Se aumentará el salario mínimo un 14%, se reducirá la jornada laboral y la edad de jubilación. Aun así, los trabajadores de la Renault y de otras empresas se niegan a volver al trabajo.

El 29 de mayo, de Gaulle realizó una visita secreta al general Massu, quien dirige las tropas francesas estacionadas en Baden-Wurttemberg, con claras intenciones de coordinar un probable aplastamiento militar de la revuelta. No obstante, al día siguiente, el presidente acomete su mejor rol dramático, cuando, por radio y TV, anuncia la disolución de la Asamblea Nacional y que las elecciones se llevarán a cabo en un plazo breve. Pide apoyo a los franceses “contra la amenaza del comunismo totalitario”. Georges Pompidou, premier, hace alusión al uso de la fuerza para mantener el orden, en caso de ser necesario.  

El show electoral, los ofrecimientos de mejoras laborales, las amenazas sobre una posible utilización del ejército a fin de coartar la revuelta, hace que la mayoría de las huelgas se deponga y que los trabajadores abandonen sus puestos en los combates. Los estudiantes aun pelearían por otro mes.

En la primera ronda de las elecciones (23/06/68), el eje PC-PS pierde terreno. En la segunda, una semana después, los partidos de la derecha obtienen una contundente mayoría.

Una elección extraordinaria se lleva a cabo en abril de 1969. El aún presidente de Gaulle pide a los votantes decidir si continua o no frente al ejecutivo. El 27 de abril, pierde el plebiscito. Le sucedería Pompidou, electo el 1 de junio del mismo año.   


Equipo Internacional –CAD CHILE
Mayo 17 de 2015

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