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sábado, 2 de mayo de 2015

LA MUJER, “EN SENTIDO GENÉRICO”


Por Nelson Villagra Garrido[1]

LA MUJER, “EN SENTIDO GENÉRICO”

¿Qué tal ese título, ah? Extraño, ¿verdad? ¡Ni que estuviéramos en el día de la Mujer!

Porque si titulara EL HOMBRE, “EN SENTIDO GENÉRICO”, nadie se extrañaría. Quizás ni las mujeres.

A propósito, la disminución social de la Mujer ante el Hombre, me parece similar a la disminución social que el trabajador (a) sufre ante el empresario.

Aunque este último hoy en día se diluye en la expresión “emprendedor”. Una pillería más del neoliberalismo. Emprendedor podemos ser potencialmente todos: Yo, tú, él, ella, nosotros, nosotras, vosotros, vosotras, ellos, ellas (¿?). 

Los Listócratas pretenden convencer a mis compatriotas que si deciden tomar una hipoteca, o un crédito para comprar un celular, un televisor, un ordenador, etc., es porque poseen espíritu emprendedor. Si usted adquiere deudas, es un ciudadano emprendedor.

Y muchos Tontócratas, se lo creen. Con el crédito, se han llenado de chucherías de “última gama”, hasta el punto que al parecer las chucherías les han matado, o al menos adormecido, el derecho a reclamar un reparto social más equitativo, un mínimo de honestidad social, económica, religiosa, política, etc.

“El Crédito” es la cadena más inteligente que han creado los Neo Esclavistas del neoliberalismo, nacional e internacionalmente. Sin el crédito, el capitalismo actual moriría de muerte natural en 48 horas. Y, claro, entonces nos veríamos todos ante la verdadera realidad: el que tiene tiene y el que no, se jode”. ¿Cool, verdad?

Por lo tanto, no dejan de tener razón los Tontócratas: prefieren vivir con ilusión, con la ilusión que participan plenamente de su hermoso modelo. Al parecer no se dan cuenta, o tal vez les resulta entretenido el hecho que los hayan montado en una cinta rodante sobre la cual caminan o corren tras el éxito. El éxito, que es como un cascabel de bebé.

Con el crédito los Tontócratas se sienten capaces de tener acceso a toda la maravillosa capacidad creadora de bienes de la mujer, “en sentido genérico”.

Los Listócratas (su existencia cruza transversalmente la sociedad) se distinguen por su soberbia, es decir por la satisfacción y envanecimiento ante la contemplación de sus propias prendas con menosprecio de los demás.

En tanto que los Tontócratas  (también existen transversalmente) se distinguen por su docilidad, obediencia, son fáciles de enseñar.

La sociedad humana, todos los sabemos, durante su evolución se ha dividido en diversas formas a través de los tiempos: amos y esclavos; señores y ciervos; ricos y pobres; burgueses y proletarios.

Lamentablemente ninguna de esas formas ha sido superada radicalmente, y más lamentable aún, de manera pacífica.

Con todo respeto, mirado mi país desde el exterior, y echando mano a mi bola – de cristal, se entiende -, pareciera que Chile se divide hoy en dos grandes bloques: Listócratas y Tontócratas. Las próximas elecciones –si las hay-, o el posible pronunciamiento de una Asamblea Constituyente, nos mostrarán el porcentaje.

Sin embargo pese a todo, no sólo el magma suele hacer erupción en Chile. Sucede que entre Listócratas y Tontócratas, hay un interesante sector intermedio, sector que le otorga “suspense” a la farsa, comedia o tragedia que allí podría vivirse en un futuro más o menos próximo.
  
Quizás sea este último sector quien defina el género y estilo de la “mis en scène”.

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