Ya lo sabemos. Bachelet anunció la semana pasada que
había solicitado la renuncia a todos sus ministros. Lo hizo en un programa televisivo
del reaccionario canal católico, cuyo principal dueño es Andrónico Luksic
Craig, a quien correctamente se denomina el “gran titiritero de Chile”[1].
Han surgido
diversos análisis al respecto; desde la derecha a la izquierda revolucionaria,
pasando por las acomodaticias visiones de los diversos integrantes o cercanos
de la Nueva Mayoría (NM). Entre estos últimos, por ejemplo, tenemos al boletero
falso[2] y diputado
del PS Fulvio Rossi, quien, acertadamente, afirma[3]
que el nuevo gabinete muestra, “Claramente un giro hacia el centro”. Al hombre,
eso sí, le duelen dos cosas; una, la partida del ex de Hacienda y también
“socialista” Alberto Arenas; y la otra, cree que el principal escollo para el
desarrollo de las políticas de su coalición ha sido una canalla quinta columna.
Sobre lo primero,
señalemos que a ese ‘prohombre’ de Arenas, al menos le resulta difícil explicar
cómo dos de sus subordinados aparecen con boletas falsas por trabajos
inexistentes entre la consultora del financista de la NM Giorgio Martelli y SQM
(caso del director de SII Jorratt[4]).
Además, bajo su mandato se suponía que iba a ser ampliada una querella del SII
que involucraba al UDI Jovino Novoa[5], pero
tal trámite fue detenido dentro del SII, con seguridad por parte del PS Jorratt.
Esa querella también incluía al recaudador de Frei y Bachelet Giorgio Martelli,
quien, agreguemos, es dueño de la sociedad AyN que en 2012 recibió boletas del
ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, y de una docena de otros
funcionarios cercanos al jefe de gabinete y al buen ex ministro Arenas.[6] Sobre
lo segundo, aportemos lo que resulta evidente: la culpa de los pésimos resultados
exhibidos por esta 5º gobierno del grupo mantenedor y administrador del sistema
de dominación que es la NM, no son más que el fruto de la funesta, antipopular
y torcida conducción gobiernista y de las fuerzas que le apoyan. El haberse
granjeado la desaprobación del 70% de la población[7], simplemente
no es casualidad ni provocado por fuego amigo u otro factor indeterminado.
Con todo, sigamos
la hebra de ese giro hacia ‘el centro’ implícito en el recambio del gabinete y
que vemos refrendado por el reemplazante de Peñailillo en Interior, el DC Jorge
Burgos, un clásico de la ex Concertación. Este, incluso, agrega otro
ingrediente[8]:
en ese camino hacia la tierra prometida del centro, igualmente se pueden tomar
acuerdos para avanzar con el paquete de las famosas reformitas de la NM; es
decir, se puede caminar y masticar chicle. Pero, el mismo nos apunta el riesgo
que ello conlleva: se debe transigir, “buscar el mayor número de acuerdos y de
pactos”, así le llama él. Luego, uno debiera preguntarse: sí la rotación del
gobierno fue hacia el centro, ¿de dónde cabe esperar que vengan esos con los
que se debe llegar a acuerdos? Simple: de la derecha y el empresariado.
El caminito al
acuerdo con la derecha política y económica lo refrenda otro ministro nuevo, de
la Segegob en este caso, el ‘socialista’ Marcelo Díaz, quien luego del besamanos,
apuntaba que[9]:
“Para gobernar hay que dialogar, escuchar y tomar decisiones”. Como el gobierno,
los diversos ministerios del área económico-social y los parlamentarios de la
NM no se han detenido, hasta ahora, a escuchar a los pobladores, a los
estudiantes, a los profesores, a los funcionarios públicos, a los trabajadores
en general, ¿podremos esperar que los escuchen ahora, en un gobierno que ha
girado hacia el centro y, digámoslo francamente, más bien con vistas a la
derecha?
¡Y los están
esperando para dialogar! Manuel Ossandón, un dirigente de la derechista RN, lo
dice muy clarito en un twitter: “Con nombramiento de Min. Burgos y Valdés en
Hacienda esperemos se guarde la retroexcavadora y resurja el diálogo”[10].
A su vez, la jefa de bancada de los coimeados diputados de la UDI, María José Hoffmann,
asegura que: “Salidas d Arenas y Peñailillo reflejan el mal momento q está
viviendo el gobierno. Sale el corazón d la campaña. Ojalá sea el fin d la retro
[excavadora]”. Otro botón de muestra de la ansiada necesidad de diálogo por
parte de la derecha, lo encontramos en las palabras de il capo di tutti capi de
la UDI, Hernán Larraín, quien arriesga: “Esperamos que [el recambio de
ministros] sea un giro a la moderación” (sería interesante que nos dijera él que
hechos constituyeron, hasta aquí, una ‘inmoderación’, toda vez que nadie ha
visto acaecer una revuelta ni mucho menos) y agrega, muy esperanzado: “En los
próximos días podremos hablar más. Tengo el encargo de trabajar mucho” (claro, menuda
pega va a tener, agregamos nosotros, con lo de Novoa, Moreira, Zalaquett, von Baer
y de Mussy).
Pero, estimadas y
estimados, resultaría relativamente sencillo poder emborronar muchas más
cuartillas exponiendo las insuficiencias, faltas de coraje, errores, delitos de
los miembros del gobierno, de los ministros y cargos de confianza en el aparato
del Estado, de los congresales, de los dirigentes de las fuerzas políticas de
la NM y afines, etc. Sobre las derechas política y económica, ni que decir.
Lo que nos lleva
a una profunda preocupación y desánimo es la acrítica e ilusa postura de la
mayoría de las bases de dos partidos en particular; el Partido Comunista –PC- y
el Socialista –PS. Ese amplio conjunto de compañeras y compañeros, que se
identifican con los símbolos y el legado político de la izquierda histórica
chilena, no han sido capaces de criticar, como corresponde, tanta desgraciada práctica
de sus respectivas dirigencias.
Nos parece poco
consistente decirse de izquierda y apoyar las políticas antipopulares y contra los
trabajadores llevadas a cabo por la coalición gobernante; bueno, no sólo aplicadas
ahora, sino hace varias décadas. Porque, ¿cómo se pueden catalogar las
condiciones actuales en que mantienen a los pueblos y los trabajadores de Chile?
¿Qué se puede decir del miserable salario mínimo; de las miserables pensiones
merced al fatídico sistema de AFP; del trato al pueblo Mapuche; de la justa reparación
a los/as presos/as políticos/as de la dictadura (entre los/as cuales se cuentan
la mayoría de los ‘viejos/as’ comunistas y socialistas); sobre la efectiva verdad,
reivindicación y justicia en todos los casos de atropellos a los DDHH cometidos
bajo la dictadura cívico-militar? Alguna de las, a estas alturas, manoseadas
reformas de la administración de la NM, ¿ha cumplido, cumple o cumplirá con dar
cuenta de las necesidades de las grandes mayorías nacionales?; ¿alguna de ellas
renacionalizará el cobre y todos los recursos naturales que ya no son más chilenos?;
¿nos brindarán salud y educación gratuitas y de calidad, viviendas dignas y un
largo etcétera?
Sobre éste último
punto, el de las ofertadas reformas, nos sorprende a estas alturas del partido
que las bases comunistas y socialistas se compren su supuesto carácter
renovador y liberador de las rémoras del oscuro pasado dictatorial. Sobre todo
porque basta echarles una mirada somera para saber que sus alcances son más que
limitados y toda vez que en su discusión no han participado –y no se ha dejado
participar- a los legítimos representantes de los pueblos y los trabajadores de
Chile.
Por favor,
convengamos en que este cambio de gabinete realizado por la administración Bachelet
sólo busca dar vuelta la página a tanto delito y entuerto político-judicial que
hoy salpica a muchas figuras gubernativas y que con ello se intenta decir “aquí
no ha pasado nada”. Los partidos integrantes de la NM, en específico sus
dirigencias, nuevamente impusieron sus mezquinos intereses y cuotearon un secretariado
que acompañará a la prima donna hasta
donde alcancen en éste zarandeado gobierno en que se embarcaron y donde supieron
engatusar a tantas y tantos con la promesa de llevar a efecto unas vanas pero
bien adornadas reformas.
Con todo,
compañeros y compañeras socialistas y comunistas, es tiempo de dar vuelta la
espalda a aquellos que sólo se sirven del apoyo popular para solventar unos intereses
que no tienen nada que ver con las aspiraciones del pueblo trabajador. Nos
parece, humildemente, que todo/a buen/a militante de base de aquellos que fueran
el Partido Socialista y Comunista de Chile debiera preguntarse, con un ánimo
revolucionario, cómo un lote de encorbatados pro-capital y aprovechados
funcionarios a pago de las tristemente célebres SQM, Penta y Caval se hicieron
de los partidos en que militaran hombres y mujeres dignos, como Salvador Allende
y su hija Tati, Arnoldo Camú, Carlos Lorca, los Palestro, Elmo Catalán,
Exequiel Ponce, la Negra Lazo, Víctor Jara, Horacio Cepeda, Víctor Díaz, Marta
Ugarte, Lincoyán Berríos, Reinalda Pereira, Gladys Marín, y tant@s otr@s
identificables inequívocamente como socialistas y comunistas. Les pedimos, por
favor, que prontamente hagan ese cuestionamiento. Esta y las próximas
generaciones populares se lo agradecerán.
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
Colectivo Acción Directa –Chile
Mayo 12 de 2015
[4]
http://www.t13.cl/noticia/politica/arenas-y-gestion-de-jorrat-en-casos-de-corrupcion-ha-sido-totalmente-transparente
La empresa del turbio operador era AyN y habría funcionado entre 2012 y 2013,
plena campaña parlamentaria, Cores y
presidencial –nota del CAD
[6] La
sociedad de Martelli recibió dinero de la empresa SQM Salar, controlada por el
ex yerno de Augusto Pinochet, Julio Ponce Lerou, y se sospecha que sirvió como
caja pagadora de un equipo que operó en la precampaña presidencial de Michelle
Bachelet.
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