En 2013, se supo que la
Fundación de Bill Gates y su esposa, la USAID y la organización Planned
Parenthood buscaban terminar con los pobres antes que fuesen fecundados.
Recientemente, la Conferencia Episcopal de Kenia agrega a la lista de los que embaucan
a las mujeres pobres con vacunas cargadas con anticonceptivos nada menos que a
la OMS y a UNICEF
A fines de 2013, un informe[1]
de un organismo de Derechos Humanos alertaba que a cientos de miles de mujeres y
chicas pobres, tanto de EEUU como de África, no se les informaba acerca de los
efectos peligrosos asociados con un contraceptivo inyectable, el cual era
fuertemente promovido por la Fundación de Bill & Melinda Gates, la USAID,
la organización Planned Parenthood y otras entidades de planificación familiar del
tipo “racista”.
El
crítico informe del Proyecto Rebecca para
los Derechos Humanos[2],
un grupo con base en Washington que aboga por mujeres y muchachas vulnerables en
EEUU y África, acusaba a la Fundación Gates de coludirse con organizaciones de
planificación familiar a fin de ocultar deliberadamente los riesgos conocidos
del contraceptivo hormonal inyectable Depo-Provera, manufacturado por la
transnacional farmacéutica Pfizer, a fin de promover una “ideología del control
poblacional”.
Y
resulta que coincidiendo con ésta malsana “ideología”, la Organización Mundial
de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia UNICEF) habrían
utilizado en su programa de vacunación anti-tetánica en población joven y
mujeres de Kenia, durante 2014, dosis del suero emponzoñadas con una substancia
anticonceptiva, según nos informó el pasado 13 de febrero la Conferencia
Episcopal Católica de Kenia.[3]
Ya existían escándalos al respecto registrados en México, Nicaragua y
Filipinas, que implicaban a la OMS y UNICEF. Ahora, están siendo nuevamente
acusadas en Kenia por haber administrado productos esterilizantes a pacientes
haciéndoles creer que los estaban vacunando contra el tétanos.
La
iglesia católica de Kenia, que administra la mayor parte de los hospitales en
ese país africano, participó en la campaña de vacunación contra el tétanos
organizada por la OMS y la UNICEF entre marzo y octubre de 2014, dirigida a la
población infantil y femenina de 14 a 49 años. Ante los insistentes rumores que
circulaban en el país, la Conferencia Episcopal solicitó al ministro kenyano de
la Salud, James Wainaina Macharia, una verificación de la composición de las
vacunas.
Ante
la negativa del ministro, la Conferencia Episcopal recurrió al laboratorio
AgriQ Quest Ltd para que realizara la investigación y los expertos pudieron
comprobar que las vacunas contenían entre un 24 y un 37,5% de βhCG (gonadotrofina
coriónica humana o human chorionic gonadotropin), hormona producida por el
embrión humano durante el embarazo así como por la placenta. El hecho es que un
producto portador de esa hormona humana en la concentración mencionada es
ampliamente capaz de esterilizar a las personas inoculadas.
El
ministro keniano de la Salud rechazó los resultados de la investigación
afirmando que era imposible introducir dicha hormona en las vacunas utilizadas.
La
comisión parlamentaria a cargo de los temas de salud invitó entonces el
ministerio de la Salud y la Conferencia Episcopal de Kenia a presentarle sus
respectivos trabajos. Y, contrariamente a las anteriores declaraciones del
gobierno, resultó que las autoridades nunca habían verificado las vacunas antes
de utilizarlas.
Finalmente
las autoridades presentaron 10 muestras cuyo análisis resultó negativo,
mientras que la Conferencia Episcopal presentó 9, de las que 3 dieron positivo;
es decir, que una tercera parte de las dosis estaba adulterada con βhCG. Así
que el ministerio de Salud se retiró del debate. Recordemos que la vacuna contra
el tétanos se administra en 3 etapas.
Monseñor
Paul Kariuki Njiru, obispo de Embu y presidente de la Comisión de Salud de la
Conferencia Episcopal católica de Kenia, acudió entonces a los medios acusando
a la OMS, la UNICEF y el gobierno keniano de haber inoculado βhCG a pacientes,
de forma deliberada y sin que esto lo supiesen, para esterilizarlos.
La
OMS ha preferido abstenerse de toda reacción al respecto.
Equipo Internacional –CAD CHILE
Marzo 2 de 2015
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