“EL RETORNO DE BIBI”
Por Gilad
Atzmon, la haine.org[1]
21/03/15
Admito que estoy encantado con el triunfo
de Netanyahu. Nos ahorra un montón de giros delirantes de los defensores de
Israel y de la izquierda judía
La
elección israelí de ayer [del martes 17 –N del CAD[2]]
demostró que Benjamin Netanyahu se ha recuperado milagrosamente de una supuesta
“caída”. Netanyahu resistió la intensa campaña en su contra, tanto en Israel
como internacionalmente, y ganó a pesar de la minúscula pero ruidosa izquierda
judía internacional que nos prometió que Bibi estaba a punto de ser aniquilado
políticamente. Este hombre excepcionalmente peligroso anotó ayer una victoria
política. Israel es una verdadera democracia judía. Tiene muchos problemas pero
representa genuinamente el espíritu y las aspiraciones de los israelíes.
En
el Knesset israelí en el 2015, no hay un solo partido judío que se preocupe por
los palestinos y su situación. No hay un solo miembro judío que ofrezca
cualquier plan para la paz y la reconciliación.
Meretz,
el único llamado partido de “izquierda” que solía ofrecer una visión de paz, se
ha reducido a un papel microscópico y está principalmente comprometido con
temas de la comunidad lesbiana, homosexual, bisexual y transexual (LGBT por sus
siglas en Ingles)
En
la democracia judía, el Partido de la Unidad Árabe es el tercer partido más
grande en el Knesset. Esto es de hecho muy buena noticia. Los llamados “anti”
sionistas deben encontrar esto algo vergonzoso. Mientras que en el Estado
Sionista racista, los árabes se han convertido en la tercera fuerza política en
el Parlamento, las organizaciones judías “progresistas” pro-palestinas como
JVP, JFJFP o IJAN, Goyim, sin mencionar las árabes, se mantienen fuera de los círculos
de toma de decisiones.
Aparentemente,
la Israel racista es ligeramente más avanzada que sus únicos opositores judíos
“progresistas”.
Nos
dijeron en las últimas semanas que el discurso de Netanyahu al Congreso fue el
último clavo en su ataúd. Hemos leído informes que sugieren que los israelíes
reaccionaron negativamente a su iniciativa de incitación a la guerra. Como
siempre, fuimos engañados. Los israelíes, como lo demuestran los resultados de
las elecciones, aman a Netanyahu y aprobaron su misión ante el Congreso de
EEUU. A los israelíes les encanta ver a su Primer Ministro hacer una reverencia
y ser apoyado por la élite política estadounidense mientras que los persuade a
enviar a sus hijos a morir por Zion.
Quienes
se oponen a Israel, a su cabildeo y a su Poder Judío deben estar felices por la
victoria política de Bibi de ayer. Admito ciertamente que estoy encantado. Nos
ahorra un montón de tiempo de los giros delirante de los defensores de Israel,
de los comerciantes de Hasbará y de la izquierda judía. La semana pasada
conocimos que la inmensa mayoría de los judíos británicos apoyan a Bibi y su
Partido Likud. Aparentemente el Estado Judío no es diferente. Israel es Bibi y
Bibi es Israel.
No hay comentarios :
Publicar un comentario