“La reforma de Trump: por
qué bajar impuestos no aumenta la inversión e incluso puede perjudicar el
crecimiento”
El
profesor Edmund Valpy, académico de la Universidad de Oxford, advierte que si
alguien cree que su país va a crecer imitando la rebaja tributaria aprobada en
Estados Unidos, se equivoca. Medidas como la impulsada por el presidente Donald
Trump, sostiene Valpy, solo hacen más ricos a los ricos, no impulsan la
inversión ni favorecen el crecimiento: “En general, la decisión de invertir no
se ve afectada por los impuestos, sino por la existencia o no de buenos
negocios. Y en eso influyen otras cosas, como la situación económica en
general, el tipo de garantías para la inversión extranjera, la demanda para los
productos que quiero producir, etc.” En Ciper Chile –public. 26/12/17
El presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, se anotó un triunfo político al conseguir la aprobación de la reforma tributaria más profunda de su país en tres décadas. Entre otras cosas, contempla una rebaja de las tasas de
impuesto a los hogares que rentan sobre US$500 mil al año (unos $25 millones
mensuales) y que verán bajar sus tributos de 39% a 37%. También resultaron
altamente beneficiadas las grandes compañías, cuya tasa tributaria baja de 35%
a 21%. En una suerte de “perdonazo”, parecido al chileno, se les ha ofrecido a quienes tengan
dineros offshore, repatriar esos recursos (mantenidos principalmente en
paraísos tributarios), pagando sólo una tasa de 12,5%.
Edmund Valpy Fitzgerald es profesor emérito de la Universidad de Oxford y miembro
de ICRICT (Independent Commission for the Reform of International Corporate
Taxation), una organización que integra el Nobel Joseph Stiglitz y que promueve
en el mundo reformas tributarias justas, efectivas y sostenibles con el
desarrollo. Valpy considera que muy poco de lo que ha hecho Trump con esta
reforma es compatible con esos principios. En conversación con CIPER, sostuvo
que esta reforma, como todas las reducciones de impuestos para los más ricos,
se basan en una idea falsa: que si la elite tiene más recursos los va a
invertir productivamente.
-La
evidencia es muy clara en que las bajas tasas de impuesto no tienen efecto
sobre la inversión. Las razones son muy sencillas. Si alguien quiere hacer una
inversión importante, por ejemplo una mina o una fábrica, se trata de un
proceso que puede demorar más de cinco años en llevarse adelante y hacer que
sea rentable. Entonces, que el gobierno ahora diga que los impuestos son estos,
no quiere decir que no vaya a venir otro que cambie el régimen en 5 años. En
general, la decisión de invertir no se ve afectada por los impuestos, sino por
la existencia o no de buenos negocios. Y en eso influyen otras cosas, como la
situación económica en general, el tipo de garantías para la inversión
extranjera, la demanda para los productos que quiero producir, etc. Eso impulsa
las inversiones. Ahora, una vez que han invertido, por supuesto las empresas
pelean por pagar menos impuestos. Pero eso no tiene que ver con generar más
inversión, sino con retener un pedazo más grande de las utilidades del negocio.
-¿Entonces
las esperanzas que depositan las personas en que menos impuestos hagan a los
más ricos crear más negocios y empleos, es un error?
-La
evidencia indica que eso no va a ocurrir. Hoy las empresas norteamericanas ya
tienen muchísimos recursos y los bancos tienen un exceso de liquidez, es decir,
no falta dinero para invertir. Lo que les faltan son buenos proyectos. Así que
la mayoría de los observadores estiman que el impacto de esta rebaja va a estar
en la demanda; pero como la mayoría de los nuevos ingresos va a parar a los más
ricos, tampoco se espera que ellos gasten mucho. En realidad, el alza del
crecimiento que se espera no viene de la rebaja tributaria, sino del aumento
del déficit fiscal, el cual se va a originar en un mayor gasto en armas. El
plan de hacer grandes gastos militares es lo que está generando las
proyecciones de un aumento de crecimiento en torno al 0,3% del PIB.
-Si
es cierto lo que sugiere el Fondo Monetario Internacional, que la
concentración de la riqueza perjudica el crecimiento, una reforma como la de
Trump, que da más dinero a los más ricos, ¿puede tener un efecto negativo sobre
el crecimiento, lo contrario de lo que las personas esperan?
-Sí.
La concentración de ingresos tiene tres efectos negativos sobre el crecimiento:
un efecto más inmediato es que al concentrar ingresos en pocas manos, los muy
ricos tienen una tendencia a consumir fuera de su país. Mientras el hombre de a
pie gasta su dinero a nivel local, los ricos gastan muy poco en bienes
nacionales. Sabemos, entonces, que la concentración tiene un efecto deprimente
en la demanda por la producción nacional. El segundo efecto negativo es a largo
plazo, en la formación de capital humano, porque en la medida en que hay
distribución, más personas invierten en formarse mejor, en alimentarse mejor y
todo eso hace que la productividad del país crezca más rápido. Por último,
diría que cuando la concentración de la riqueza crece sin freno, el contrato
social entre el capital y el trabajo, entre el empresario y la población, se
quiebra y conduce a inestabilidad política y desengaño.
-En
su experiencia, ¿qué medidas tributarias impulsan la inversión?
-Una
buena idea es desgravar, con más rapidez, las inversiones que crean empleo. En
vez de bajar el impuesto a las utilidades que quizás se invertirán (pero no lo
sabemos), se puede premiar la inversión real y sobre todo la inversión que crea
empleos. Otro factor que influye mucho en políticas de inversión es distinguir
correctamente entre empresas grandes y pequeñas. Las transnacionales pueden
evadir los impuestos con mucha facilidad, no necesitan más rebajas tributarias.
Las pequeñas y medianas empresas tienen muchas más dificultades y sabemos que
son las que crean el empleo. En ese sentido hay que tener claro que cuando los
sistemas permiten la elusión y la evasión tributaria de las grandes
corporaciones, no solamente perjudican a los pobres, sino a la empresa pequeña
y mediana nacional que tiene que pagar todos los impuestos.
-Y
si no es a través de impuestos, ¿cómo se ayuda a que la economía se
recupere?
-Lo
que demandan los inversores es más certidumbre. Y eso es lo contrario de lo que
ocurre hoy en Estados Unidos. Y la segunda cosa que hace falta es
infraestructura. La capacidad productiva de la economía norteamericana está
casi completamente ocupada y aunque Trump habla mucho del plan de
infraestructura, no ha propuesto nada en serio en ese campo.
-¿A
qué sector específico ayuda esta rebaja?
-La
reforma tiene dos metas claras: beneficiar a las inmobiliarias, que es el
gremio de Trump. Y a empresarios que lo apoyan. El segundo objetivo es el de
beneficiar, si puede, a los empresarios en general y si es que es posible, a
los pequeños empresarios. Pero obviamente no va a beneficiar a la gente de
recursos modestos que son víctimas del desorden económico de los Estados Unidos
y que son su base electoral. A ellos lo único que les puede dar Trump –y se los
está dando en grandes cantidades– es alimento “cultural”, a través de
cuestiones de religión, de nacionalismo y de raza. Esa estrategia es muy clara
y no es la primera vez que gobiernos de este tipo juegan con los prejuicios y
los miedos.
Impacto internacional
Valpy
argumenta que la agresiva reforma se ha sostenido en una idea falsa: que
las empresas norteamericanas “pagan más impuestos que nadie”.
-Ese
es uno de los lemas más importantes del gobierno de Trump, pero no es cierto.
Primero, porque la tasa real que pagan las empresas depende, más que de la tasa
misma, de cuántas excepciones tienen. ¡Y tienen muchísimas! Por otra parte, la
carga que soportan en materia de seguro social es más baja que en cualquier
otro país occidental.
Valpy
advierte, además, que pese a que los efectos económicos no van a ser los
esperados, el ejemplo de Estados Unidos puede tener un efecto político en
Latinoamérica, pues animará a los que ideológicamente luchan siempre por
menores impuestos, a que sus países imiten a Trump. El tema es importante para
Chile, pues la reforma tributaria de Michelle Bachelet, que de acuerdo a al Banco Mundial se concentró en el 1% más rico, estuvo en el
foco de las críticas de Sebastián Piñera, quien llegó a prometer que esta reforma
sería uno de sus primeros cambios cuando llegara al gobierno.
Valpy
dijo a CIPER: “La rebaja le va a dar más ánimos y más respaldo a quienes
argumentan, en cada país, que la tasa sobre los impuestos debe ser lo más
baja posible. Y en ese sentido, creo que el efecto demostración, es decir el
efecto político, va a ser más importante que el efecto económico”.
-¿La
rebaja en Estados Unidos puede llevar a capitales norteamericanos invertidos en
América Latina a regresar a su país?
-Los
capitales que probablemente regresarán serán los que se encuentran en paraísos
tributarios. Probablemente, Panamá se verá perjudicada. Pero como señal, la que
da Estados Unidos es mala para la comunidad internacional, pues incita a
competir por rebajas de impuestos. En ese sentido me parece que se le
puso poca atención a una importante noticia de la semana pasada: la carta que
escribieron los ministros de finanzas de Inglaterra, Alemania, Francia,
España e Italia, al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Terner
Mnuchin, criticando abiertamente al gobierno norteamericanos por su reforma
fiscal. En mi experiencia, no recuerdo una carta como esa y demuestra la
importancia del asunto. Los gobiernos europeos están muy enfadados. Buscaban una
mayor cooperación internacional en cuestiones de impuestos y se había avanzado
bastante en los últimos años en la cooperación entre gobiernos. Esto lo ha
mandado al traste.
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