El espurio trato entre el directorio de la estatal y la minera de Ponce Lerou permite a ésta última explotar litio en el Salar de Atacama hasta el año 2030, aumentando su cuota de extracción. Este verdadero regalo parece ser la forma de premiar a un aprovechado empresario que ha devenido en financista ilegal de candidaturas de politicastros, desde la UDI a la Nueva Mayoría. De paso, se hipoteca una fuente de recursos para todos los chilenos
En medio del
jolgorio producido por la visita del Papa alias ‘Francisco’, el pasado
miércoles 17 la Corporación de Fomento Fabril (Corfo) y SQM firmaron un acuerdo
de conciliación que zanjó sus disputas por la explotación de litio en el Salar
de Atacama, litigios ocasionados por las irregularidades e incumplimiento de
contrato por parte de la minera del ex yerno del chacal Pinochet. Dicho pacto permite
a ésta última expandir por 4 años su producción anual en 216 mil toneladas al
2025 y aumentar su cuota de extracción desde el inmenso salar hasta ¡2030!
Esto ocurrió no tan inopinadamente, luego
que el pasado 19 de diciembre ambas instituciones ya habían logrado un
principio de acuerdo tras aceptar las condiciones propuestas por la entidad
estatal, decisión que fuera ratificada por una instancia privada, el Centro de
Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago y reconocido por dos
públicas, el Consejo de Corfo y el Consejo de Defensa del Estado.
Las nuevas condiciones presentadas por Corfo a SQM son más bien de tipo
administrativo, medioambientales, relativas a aspectos de canon de arrendamiento,
las que no obstan a que SQM se haga de la mayor parte de la torta que significa
el floreciente mercado del ‘petróleo blanco’ tecnológico. Se reserva sólo un 25%
de producción del mineral para vender en Chile, destinados a “agregar valor al
litio” y se deja inmutable la fecha del contrato vigente hasta el año 2030.
Ahora bien, uno de los cambios
administrativos o gerenciales acaecidos en SQM fue l asalida oficial pero aparente de Julio Ponce Lerou de la gerencia de la minera.
Decimos aparente, pues seguirá como controlador tras bambalinas, pero su mutis
le permitirá salir del foco de la noticia que le sigue hace varios años y por
circunstancias para nada muy lícitas (otra vez el viejo Lampedusa redivivo: “Si
queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”).
Los requiebros del vicepresidente de CORFO por el acuerdo con SQM
Este gran acuerdo Corfo-SQM, todo un monumento
al patrón capitalista primario exportador con ventajas comparativas, impuesto
en Chile a golpe y raja en 1973, fue alabado por el vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran, quien
expresó que “los acuerdos suscritos con Albemarle y SQM permitirán a Chile
expandir significativamente la oferta de litio, facilitando el desarrollo
mundial de la electromovilidad, con el consiguiente efecto positivo en la
industria del cobre baja en emisiones de CO2″.
Y el vicepresidente de la Corfo sí que sabe de buenos negocios; para el gran capital, of
course. Como que ha llegado a desempeñarse de asesor del Banco Mundial, del
Banco Interamericano de Desarrollo, del FMI, de la OCDE y de Growth Dialogue en
temas de políticas de innovación, regulación, finanzas e inversión privada en
infraestructura. Es uno de los fundadores de Espacio Público, donde comparte
con Eduardo Engel, Alberto Arenas, José de Gregorio, Enrique Paris y Andrés
Velasco, entre otros. La vocación por el servicio público se le despertó temprano, porque en
1981-1983, en plena dictadura cívico-militar, asesoró a la subsecretaría de
Pesca en el borrador de una propuesta de licitación de cuotas de captura
transferibles. Cinco años después colaboró con el director de Presupuestos Pablo
Inhen en la promoción de otra ley de pesca que tampoco prosperó. La primera ley
que repartió la riqueza del mar entre los grandes grupos pesqueros se aprobó en
1999. Con los albores de la democracia -1990- se convirtió en asesor del
ministro de Hacienda Alejandro Foxley, hoy canciller. Entre 1992 y 1994 asesoró
las reformas financieras, previsional y de regulación de monopolios de recursos
naturales en México, Paraguay, Argentina y Bolivia. En 1994 asumió la gerencia
general de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), donde lo
despidieron en 1997 por excesos privatizadores. Llegó de vuelta a Corfo con
Bachelet II, en marzo de 2014.
A raíz del trato en cuestión y de la salida
simbólica de la otrora minera pública de Ponce Lerou, Bitrán afirmó que, "Nosotros llegamos a la convicción que un recurso
estratégico como el litio requería un cambio profundo en el gobierno
corporativo", añadiendo que, "desde el punto de vista del interés de
que a SQM le vaya bien como compañía, que tenga un nivel de cumplimiento de las
normas (...) pensamos que era clave sacar del control a quien había sido el
controlador por tantos años". No obstante, el vicepresidente de la estatal
confunde -a propósito- Quién tiene el poder con quien Es el poder, intentando
pasar inútilmente un gato por liebre a la opinión pública.
Resulta muy sospechoso que éste Bitrán haya
llegado a un acuerdo que considera tan “significativo” con una transnacional
químico-mineral yanqui (Albemarle) y con la muy cuestionada SQM, toda vez que
eran nada menos que 12 las compañías con las que estaba en conversaciones –a julio pasado- para poder convenir una producción conjunta de productos de
litio con un mayor valor agregado.
El litio, esquivo y vital “petróleo blanco”
El pacto acordado entre Corfo-SQM, entre
otros aspectos, aumenta la cuota de extracción a un total de 350 mil toneladas
de litio, lo que podría quintuplicar la actual producción de SQM en el Salar de
Atacama.
Si bien Bolivia está más identificado como
fuente de litio que otros países, comercialmente se la ve como, “quitada de en
medio por un extenso período”, afirma Jon Hykawy, presidente de Stormcrow, una consultora de capitales
transnacionales. Chile, en cambio, es muy popular entre los inversionistas del
gran empresariado minero debido a sus credenciales como un mercado
extremadamente ‘libre’, en tanto que el clima seco desértico es “perfecto” para
la producción del mineral, como lo ha señalado Brian Jaskula, un especialista
en materias primas minerales del Servicio Geológico de EE.UU. El principal yacimiento
de litio en Chile es el vasto Salar de Atacama, donde SQM y la empresa de
capitales norteamericanos Albemarle Corp realizan operaciones. SQM fue
privatizada en los “80s, durante la dictadura del chacal Augusto Pinochet y su
ex yerno, Ponce Lerou, pasó a hacerse dueño de la misma.
La empresa química norteamericana mencionada
ya había firmado un acuerdo con la Corfo, en su idea de dirigir una producción
a 3 bandas del blanco mineral. Como no, el gobierno de la NM informó que veía
la asociación público-privada como la forma de avanzar y que planeaba poner más
depósitos en oferta. “Chile está deseoso por trabajar con cualquiera que quiera
explorar y producir mineral, cumpliendo para ello con los requerimientos y estándares
de Chile”, según indicaba, en 2016, la Ministra de Minería Aurora Williams.
Nuestro país, junto a Bolivia y Argentina, comparte la llamada
zona del ‘Triángulo del Litio’, que es donde se encuentra más del 50% de este
mineral en el mundo, estimándose que esta proporción podría llegar incluso al
96%. Por lo que es claro que Chile tiene suficientes reservas como para extraer
el metal durante décadas. Sin embargo, así como va el asunto, aquí va a ocurrir
lo mismo que con el salitre o el cobre, de los cuales hemos sido los mayores
exportadores a nivel mundial, pero jamás hemos logrado remontar en la industrialización
de tales materias primas y sus frutos se nos han ido cómo agua entre los dedos para
la gran mayoría nacional, aunque para los ricos internos y del extranjero han
dejado pingues ganancias.
Hasta ahora, SQM igualmente se está haciendo la América con lo que rapiña en el Norte Grande,
pues se está llevando el Salar de Atacama a precio de salmuera. Ya en el
extranjero, la materia prima (en bruto) es sometida a un proceso de evaporación
que permite la separación del litio de otros productos de gran valor, como
boro, oro y potasio. El negocio es redondo: el precio de la tonelada de
salmuera es de 800 dólares, mientras que la tonelada de carbonato de litio
bordea los siete mil dólares.
Relacionada:
_____________________________
¡Que la Historia Nos Aclare el
Pensamiento!
¡Solo la Lucha y la Unidad Nos Harán
Libres!
Colectivo
Acción Directa CAD –Chile
Enero 19 de 2017
No hay comentarios :
Publicar un comentario