“El historial de desencuentros entre Branislav Marelic y las cuatro consejeras del INDH que gatillaron su destitución”
Críticas
a su número de asesores, acusaciones de un discurso personalista, alegatos por
viajes no informados, una tensión permanente en torno al debate sobre el Sename
y un 11 de septiembre subido de tono. En su año y medio a la cabeza del
Instituto Nacional de Derechos Humanos, Marelic tuvo un conflicto abierto con
las cuatro consejeras de la institución, especialmente con su sucesora,
Consuelo Contreras
En El Desconcierto –public. 18/1/18
Cuando el
día de ayer el ex director del Instituto Nacional de Derechos Humanos,
Branislav Marelic, fue consultado por El Desconcierto sobre quiénes habían sido las personas que se opusieron
a su gestión, fue enfático: “Son las cuatro mujeres que hay en la institución.
Esto no es ningún secreto, ha salido en la prensa y consta en las actas”.
Fue una relación que partió mal de origen.
Cuando el 1 de agosto de 2016, Marelic fue electo por el Consejo del Instituto Nacional de Derechos Humanos como su nuevo director, precisamente esas cuatro
consejeras fueron los únicos cuatro votos con los que Marelic no contó. Tampoco
contaría con ellos en una serie de votaciones que posteriormente marcaron el
año y medio que lideró en la institución.
¿Quiénes son las consejeras? Una es Margarita
Romero, médica y presidenta de la Asociación por la Memoria y los
Derechos Humanos Colonia Dignidad; otra es Carolina Carrera, psicóloga y
presidenta de la Corporación Humanas; Debbie Guerra, antropóloga con
estudios en el Centro de Estudios Feministas Avanzados de la Universidad de
Minnesota; y Consuelo Contreras, quien asumió la dirección del INDH
luego de desempeñarse como directora ejecutiva de la Corporación Opción, el
organismo colaborador del Sename que más recursos recibe en subvención del
Estado (ver infografía sobre las OCAs del Sename).
Fue una semana después del nombramiento de Marelic que Consuelo Contreras
realizaría una exposición sobre el Sename. Entre sus recomendaciones estuvo el
realizar una “misión de observación”, algo que traería una serie de
repercusiones.
Antes de eso, vino una de las primeras
decisiones polémicas. El 22 de agosto el nuevo director anunciaba que se bajaría a sí mismo el
sueldo en un 24%, dejándolo en un monto bruto de $5.500.000. De inmediato,
las consejeras Carrera y Contreras plantearon la necesidad de que se fijaran
criterios permanentes en torno a cómo se determina esa remuneración, de modo
que no quedara al antojo de cada director nuevo. Se terminó aprobando la
determinación, con el voto en contra de Contreras.
La directora ejecutiva de Opción en ese
entonces declaró que convendría revisar las contrataciones de asesores por
parte de la dirección. Días después, Margarita Romero calificaría de excesivos el número de asesores
de Marelic, y que le llamaba la atención que los mantuviera a la vez que se
bajó a sí mismo el sueldo por estar sobre los estándares. Otros consejeros
dirían que su número de asesores no dista mucho de los que tenía la ex
directora, Lorena Fries.
En medio de esa discusión, consta en el
acta: “La consejera Guerra señala que ella siente un discurso personalista
de parte del Director y que eso genera una brecha en la relación con el
Consejo. Sostiene que lo que hay que visibilizar es el trabajo del Instituto”.
Cerca de ese mes, Marelic tuvo también un
viaje al III Encuentro de Observadores de Unasur. Para cuando volvió, la consejera Contreras señaló que para esos casos esperaba que “por
deferencia y respeto se informe con antelación a quien se encuentre subrogando“,
ya que se había enterado del viaje una vez que le pasaron para que firmara un
informe de contraloría sobre el cual no tenía mayores antecedentes.
El tema de mayor roce entre Contreras y
Marelic vendría justo después.
Votos en bloque contra la
metodología del informe Sename
El 17 de octubre de 2016, el entonces
director del INDH presentó una ambiciosa propuesta metodológica para la “misión
de observación” por parte del organismo a todos los centros del Sename.
Argumentó que los datos podrían generar un sistema de alerta temprana en torno
a vulneraciones.
Más allá de algunos reparos iniciales sobre
posible revictimización, las consejeras -y algunos consejeros- pusieron una
alerta inmediata sobre el hecho de que no se considerara a Consuelo
Contreras, con su experticia en el tema desde la Corporación Opción, para
elaborar la propuesta.
La primera que encendió la alarma fue
Carolina Carrera, pero no fue la única. “La Consejera Romero señala que el
planteamiento la toma por sorpresa y que el hecho de que la consejera
Consuelo Contreras no haya sido convocada para discutir la propuesta le llama
la atención, pues ella fue definida como representante del INDH en estos
temas. La Consejera Romero se pregunta cuál es el rol de los y las Consejeras
al momento de decidir proyectos de gran envergadura”, consta en el acta del encuentro.
Por su parte, Contreras partió criticando duramente la propuesta, argumentando: “Lo que se
aprobó fue una misión de observación y no un estudio (…) los niños son
sujetos de derechos y no objeto de estudio”. La directora ejecutiva de
Opción descartó inhabilitarse desde un inicio del debate, ya que su
organismo colaborador no cuenta con residencias y se enfoca en los programas
ambulatorios. Quien sí lo hizo fue el consejero Miguel Amunátegui, ya
que su hermana Alicia es directora de la Protectora de la Infancia.
Contreras planteó dudas sobre la
pertinencia de que el INDH realizara un estudio así, señalando que más bien lo
debería realizar una universidad. Añadió que parte de la información que se
busca ya existe en Tribunales de Familia y en el Informe Nacional de Visitas a
Hogares de Sename. La consejera es más severa al señalar que la propuesta de
Marelic “está al filo de los límites éticos”. Las consejeras Carrera,
Romero y Guerra hicieron eco de los planteamientos de su compañera e
insistieron en que se escuchara su voz experta.
El debate giraría en torno a si se
encuestaría o no a niños, niñas y adolescentes (NNA) en el proceso, algo a lo
que las consejeras se oponían tajantemente. De hecho, en la sesión del 7 de noviembre de 2016 -donde además Marelic habló de un costo total de
$90 millones en la propuesta-, aprobarían la hoja de ruta pero se
abstendrían del punto de las entrevistas a NNA las consejeras Contreras, Guerra
y Romero. Carrera tuvo que marcharse antes de la votación.
Dos semanas después, en un voto de
descontento, las cuatro se abstendrían también de votar sobre el equipo de expertos para la misión de observación.
El 19 de diciembre pasado, a pesar de que las expertas Josefina Martínez y Andrea
Vacarezza advirtieron cierto riesgo de victimizar a niños, señalaron que “el no
preguntarles o no visitarlos es notablemente más grave”. Sin embargo, la
consejera Guerra volvió a recalcar que “le molesta y le preocupa que en este
caso no se cosiderara la expertice en el tema de la consejera Consuelo
Contreras”.
Nuevamente llegó la hora de votar el
componente de entrevistas a niños y Contreras dejó un extenso texto que resumía
las razones de su abstención. Hubo otras dos abstenciones (Carrera y Romero)
y un rechazo (Guerra).
El penúltimo rechazo en bloque respecto al
Informe Sename se dio el 16 de enero de 2017, cuando las cuatro se abstuvieron de votar la aplicación
del instrumento institucional respecto a la misión de observación. Y el último
rechazo fue el 23 de enero, respecto al instrumento para NNA del mismo estudio, donde además
dejaron constancia de su voto de minoría.
Esta semana, una vez que ya Marelic había
salido de la dirección, el dilatado Informe de las visitas del INDH a los
centros del Sename fue aprobado por unanimidad.
Cuestionamientos al rol
del ex director
Entre los aspectos que se más han criticado
estos últimos días sobre la dirección de Marelic, está el hecho de que pasara
por alto la autoridad del Consejo a la hora de tomar ciertas decisiones. En una
nota de prensa del Instituto, la nueva directora Consuelo Contreras mencionó
como ejemplo la exposición de Marelic ante el Consejo de Derechos Humanos de
Naciones Unidas.
Efectivamente, como se lee en el acta de la sesión del 19 de junio de 2017, Contreras manifestó su “disconformidad
de que el director haga una presentación ante un órgano político sin consultar
al órgano directivo superior del Consejo”. Opinión que fue respaldada por la
consejera Carrera.
Un mes después, el 24 de julio, las consejeras reprocharían a Marelic el no haber incurrido en ciertos temas durante una reunión con la Presidenta de la República,
Michelle Bachelet, tales como la toma del INDH o haber incurrido en una
interpretación errónea de que la consejera Contreras hubiese votado en contra
de que se hicieran las visitas al Sename, cuando “sus reparos son con la
metodología de trabajo con niños y niñas”.
Pero el día en que realmente hubo tensión fue el 11 de septiembre. Previamente, el
director del INDH había tenido una reunión con Michelle Bachelet, por lo que destacó
que parte de esa reunión se hubiese tomado en cuenta en la tradicional
ceremonia conmemorativa.
Sobre la reunión, Margarita Romero señaló
que fue muy cordial y llana, pero que creía que “habría sido importante
informar a la Presidenta de manera más explícita sobre las demandas de los ex
prisioneros”.
La consejera Carolina Carrera fue más
severa, y habló derechamente de que en la reunión hubo “poca consistencia
institucional por parte del INDH, hubo mucha debilidad respecto del manejo
de información y cifras”. Por si fuera poco, agregó que en la ceremonia en
La Moneda el instituto no fue nombrado, notando un debilitamiento en la
institución.
Marelic solicitó expresamente dejar en acta
su discrepancia con la consejera, destacando que el objetivo de la ceremonia es
destacar conmemorar a Salvador Allende y a quienes estuvieron con él en La
Moneda el 11 de septiembre de 1973.
Molesta, Carrera le respondió que no
necesitaba que el director le fuera a explicar el sentido del acto del 11 de
septiembre, ya que conoce perfectamente la historia.
Por si fuera poco, después vendría otro
momento tenso al discutir dos temas: el ser parte o no de la comisión de
recalificación de víctimas de prisión política y tortura; y la entrega de las
carpetas de las personas que serían calificadas a la Subsecretaría de Derechos
Humanos. Para el director, el primer punto no le correspondía al INDH -algo que
asegura que se sometió a discusión en el Consejo- y el segundo era técnicamente
engorroso, por lo que prefería hacer una entrega digital de los antecedentes
por un tema de costos de impresión.
Ahí fue cuando Margarita Romero se le fue
en contra, al señalar que lo expuesto por el director no se había discutido, lo
que le parecía una falta de respeto. Además, dijo que le parecía inaceptable
que el director dijera que no era posible entregar los antecedentes a la
Subsecretaría.
Marelic manifestó que no le gustaba el tono
que estaba tomando la conversación y llamó a mantener el respeto en el Consejo.
Estas son algunas de las muestras de la
relación del ex director del INDH con el Consejo y la permantente oposición de
Romero, Contreras, Guerra y Carrera. La decisión de destituirlo, tomada el
lunes pasado, contó con el voto de otros cuatro consejeros. Solo Eduardo
Saffirio y Miguel Amunátegui apoyaron a Branislav Marelic.
José Aylwin, uno de los
directores, aclaró su posición en el sitio web del Observatorio Ciudadano: “En lo personal lamento la remoción de
Branislav Marelic de la dirección del INDH, en los términos en que se dio. El
que haya ocurrido en los términos señalados, sin embargo, es fundamentalmente
su responsabilidad. Al respecto me parece importante señalar que no solo
concurrí con mi voto a su elección como director el 2015, sino que colaboré
como consejero con su gestión”.
Luego agregó: “No obstante lo anterior, y
como se lo señalé en más de una ocasión, Branislav Marelic impuso un estilo de
gestión institucional personalizada, poco colegiada e integradora del consejo
del INDH, adoptando decisiones o realizando actuaciones no aprobadas o no
informadas al Consejo, en contraste con la propuesta de gestión colectiva
y participativa que hizo al Consejo al ser electo como director. Ello por
cierto me desmotivó, al igual que a otros/as consejeros y consejeras”.
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