“Entrevista a Susan Robertson: ‘La idea de que la educación está al
servicio de la economía ha dominado el debate’”
Susan Robertson es profesora de sociología de la
educación en la U de Bristol, donde dirige el centro de investigación sobre
Globalización, Educación y Sociedades. Robertson se encargó de cerrar las II
Jornades Educació Avui, organizadas por la Fundación Jaume Bofill, y habló
especialmente del papel de organizaciones internacionales en las políticas
educativas
En Otras Voces en
Educación –public. 3/7/16
¿Quién
toma las decisiones sobre el futuro de la educación?
Cada
vez más son las grandes organizaciones internacionales las que deciden sobre el
futuro de la educación. Algunas son mucho más poderosas que otras, y en los
países europeos apuntaría especialmente a la OCDE, la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico, porque crea los marcos. Desarrolla estas
grandes pruebas que preocupan a los países. Los estados se limitan a
recoger los datos, pero las pruebas se diseñan allá arriba. Estas
organizaciones internacionales están tomando decisiones por nosotros sobre qué
es un buen profesor, qué es un estudiante competente,… Son ideas muy
específicas las que encajan con esto y no siempre podemos tener voz sobre
cuáles son.
¿Hay
una homogeneización de la educación en el mundo?
Por
supuesto, y eso es paradójico. Hay una fuerte tendencia de generar una
aproximación más uniforme. Si todos los países deben tener una forma
determinada de organizar su sistema educativo, especialmente alrededor de las
competencias, cada vez más entienden lo que es un buen profesor como uno que
implica en un aprendizaje constructivista, no tiene un trasfondo disciplinario,
no hace una enseñanza didáctico. Esto empuja hacia una convergencia, al
menos a nivel de la elaboración de políticas. Por otra parte, y esta es la
paradoja, para desarrollar sociedades, e incluso economías, que sean vibrantes
nos dicen que necesitamos individuos reflexivos, que sean muy creativos, que
puedan ser flexibles, pero todo lo que nos viene desde arriba lleva a un modelo
de talla única. La contradicción es que por un lado queremos el tipo de
individuo que sea creativo y reflexivo, pero por otro nos ponen esta agenda
competitiva.
¿Es
posible romper con esta agenda?
La
verdad es que pensamos que las decisiones sobre la educación tienen que ver con
nuestros gobiernos y los ministerios de educación, pero aunque los ministerios
de educación toman algunas decisiones sobre algunas cosas, a menudo pueden ser
los departamentos de comercio los que decidan. A nivel nacional, algunas
decisiones están yendo en esa dirección y otras están yendo hacia arriba, a los
organismos internacionales. Por eso necesitamos establecer una conversación que
implique ser más conscientes de estas dinámicas, pensar que son algo importante
que debiéramos estar discutiendo, y utilizar todas las formas de medios
sociales que tenemos a nuestro alcance para estimular una conversación viral.
Habla
del papel de los departamentos de comercio. ¿Qué piensa del papel que
se da a la emprendeduría en la educación?
Cuanta
más educación han recibido los individuos, a través de la universidad, más
cínicos son respecto al emprendimiento. Hay una gran presión sobre los
individuos para que sean más emprendedores. Creo que esto se debe a que la
visión es que si los individuos son más emprendedores esto solucionará los
problemas de desempleo estructural, porque se ponen en marcha más
negocios. Pero, en caso de que se dé, esto es sólo una pequeña parte de la
economía. Poner el peso en que los individuos sean emprendedores lo aleja
de los gobiernos, que deberían estar preparados para tomar decisiones, sobre
invertir en industrias, en habilidades,… Invertir en un sistema educativo que
no sea sólo un modelo de talla única, sino un sistema educativo que tenga
cierto sentido, un grado de pluralidad y diversidad, que es muy importante para
el sistema. Creo que los gobiernos pueden y deberían estar haciendo esto,
pero en realidad cada vez más estas agendas se llevan alrededor del
emprendimiento, que las agencias internacionales han estado promoviendo.
¿Quién
se beneficia de la imposición de estas agendas?
Cabría
preguntarse cómo se beneficia la OCDE de ello. Hicimos algunas entrevistas
con la OCDE y sorprende que tenga tanto poder. Pero grupos más pequeños se
benefician más fácilmente. La OCDE organizó un encuentro en Nueva York con
el departamento de educación norteamericano y en este espacio esencialmente
había un gran abanico de organizaciones con ánimo de lucro. Pueden
establecer conversaciones con, pongamos por caso, la OCDE o el Banco Mundial
lejos del escrutinio de un público que tiene derecho a que los políticos rindan
cuentas sobre las conversaciones que establecen. Quizás no se trata de lo
que consiguen, sino que se benefician porque se vuelven influyentes en la toma
de decisiones. Los beneficiarios a menudo son sectores de la industria que
lo tendrían difícil para tener conversaciones con autoridades
nacionales. En cualquier caso quien se beneficia no son los niños en la
escuela, ni los profesores. No los puedo ver beneficiados de ninguna
manera.
¿Cómo
influye la idea de “capital humano” en como pensamos la educación?
Hay
una fuerte influencia. Sólo vemos la formación de los niños y niñas como
un desembolso en ellos mismos para ponerlos a disposición de la economía, o la
economía del conocimiento global. Estamos demasiado ocupados contando
cuánto aprendiendo los niños sobre mates o ciencia, pero sin decir que las
matemáticas o la ciencia no sean importantes, hay muchas otras materias que son
igualmente importantes para una sociedad más saludable. Estas no cuentan,
sólo aquellos pedazos que creemos que son importantes para la
economía. Que el conocimiento sea una inversión en ellos como individuos,
sólo por la relación que vemos en términos económicos, es una visión muy
limitada. Todos los grandes temas que enfrentamos en el mundo: problemas
de sostenibilidad, cómo vivimos juntos, paro creciente entre clases bien
formadas,… Estas son grandes agendas. Deberíamos estar desarrollando
maneras de construir conexiones con sentido de responsabilidad para evitar
estas grandes explosiones, como la primavera árabe, que eran jóvenes árabes
bien educados que se sentían muy desencantados.
¿Este
modelo de educación hace avanzar la equidad en los países desarrollados?
No,
y hay un ejemplo curioso. El informe PISA aseguraba que podía detallar
algunas relaciones entre los resultados y rendimiento y la equidad, pero en el
caso de Alemania, empujan a los niños de 11 o 12 años a itinerarios más
técnicos, lo que ha tenido efectos sobre la movilidad social. Pero esto es
una forma concreta de entender la equidad. Yo creo que la capacidad para
influir en las decisiones es una cuestión de equidad, desde mi punto de
vista. No es sólo quién puede trabajar, sino quién puede
influir. Esto es cuestión de equidad y encuentro que es importante para
las democracias.
¿Pero
no cree que la escuela reproduce las estructuras de poder?
Sí,
por supuesto. Y lo que vemos son crecientes desigualdades en este
sentido. En países que no esperaríamos, en los países escandinavos, donde
no las veíamos antes. Ideas más proclives al gran capital, ideas de capital humano,
esta idea de que la educación está al servicio de la economía ha dominado el
debate educativo. En paralelo hay desigualdades crecientes en el
sistema. La movilidad social ha sido frenada, si no reducida a cero, en
muchos países. Es un gran debate en los Estados Unidos, por ejemplo, donde
tienes que pagar mucho por la educación y es extremadamente difícil subir en la
escala social a pesar de tener una buena educación.
Una
cuestión que preocupa en España es la austeridad. ¿Qué
efectos tiene en la escuela?
Como
hemos podido ver en las jornadas [Educació Avui], hay menos dinero dedicado a
la educación y un ratio de estudiantes más grande. Uno de los problemas de
la austeridad es que a menudo se nos dice que estas medidas tienen que ver con
la austeridad pero me parece que tienen más que ver con una clase social que no
quiere compartir –y debería– su peso igual de la carga. La austeridad
tendría un sentido si todos fuéramos iguales y compartiéramos la carga, pero
este no es el horizonte que veo.
Fuente: Red
Iberoamericana de Docentes
Colectivo Acción Directa –Equipo Estudiantil
Julio 4 de 2016
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