"No
sólo criticamos que limpien pollos con cloro sino que decidan sobre nuestras
vidas"
- Tom
Kucharz de Ecologistas en Acción y #NoalTTIP
Decenas de miles de manifestantes se tomaron
las calles de Europa el pasado sábado (18 de abril) para oponerse a lo que
podría ser el más monstruoso acuerdo de libre comercio del mundo, el acuerdo de
Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión[1] (TTIP en inglés) entre
los Estados Unidos y la Unión Europea
La convocatoria de este sábado, “DIA DE ACCIÓN GLOBAL” –lanzada por un colectivo internacional de
asociaciones socio-políticas, ONGs, sindicatos y partidos políticos de 45
países–, preveía cerca de 750 manifestaciones en todo el mundo. Temen, y con
mucha razón, que aquel tratado inter-imperial provoque una desregulación
generalizada, una pérdida del poder de los gobiernos y un todavía mayor sometimiento
de los pueblos y los trabajadores a los dictados del capital financiero
transnacional.
Las protestas
llegan cuando funcionarios de Estados Unidos y de la UE se preparan para reanudar
una ronda de negociaciones en Nueva York, el día de hoy (20 de abril). Dichas tratativas sobre el fatídico TTIP
continuarán hasta el viernes 24.
El mentado
acuerdo comercial entre la UE y los EEUU no sólo reduciría los ya de por sí bajos
aranceles comerciales entre las dos partes, sino que también armonizaría los
reglamentos a un grado sin precedentes, afectándose bienes y servicios en un
rango tan amplio que implicarían al queso Roquefort y la contabilidad. Sin
embargo, los activistas en Europa están convencidos de que en las negociaciones
secretas un puñado de corporaciones transnacionales y las entidades financieras
prestamistas están diseñando como esquilmar más y mejor a los consumidores
internos y a los pequeños productores.
La parte más
polémica del acuerdo incluye una cláusula, la de Solución de Controversias
Inversionista - Estado, que permite a las corporaciones demandar a los
gobiernos en tribunales que se encuentran por sobre la legislación nacional. “Algunos
estudios muestran que el norte de Europa perdería 220.000 empleos en unos años
por culpa de esos acuerdos”, se preocupaba Ville Hautakangas, del Partido Pirata
finlandés.
Además del TTIP,
la convocatoria llamaba a protestar contra otros tratados de libre comercio,
como el TISA, un acuerdo para liberalizar el comercio de servicios que afecta a
23 países, incluidos EEUU y la UE.
Se esperaban
protestas en muchos puntos de Europa, en EEUU, en Latinoamérica (Brasil,
Colombia…), en África (Burkina Faso, Zimbabue…), en Pakistán o en Bangladesh.
En Madrid, unos
tres mil manifestantes se reunieron poco después de las 18:00 locales, a pocos
metros del céntrico Museo del Prado, para protestar contra el acuerdo supranacional.
Entre los asistentes había militantes del partido reformista de izquierda Podemos,
del movimiento ecologista Equo, del partido comunista español y de sindicatos
de diversas vertientes de la izquierda.
“Europa tiene
mucho que perder. Se van a perder garantías. Garantías en la salud y el
consumo”, declaró una manifestante, funcionaria pública de 57 años. Otro se
quejaba: “Queremos que nos informen. Si esto es secreto, es que algo esconden”
y agregaba, “El Estado perderá todos sus derechos y las multinacionales van a
hacer las leyes”.
Las movilizaciones
en diversas ciudades europeas fueron masivas, señalaron los organizadores, y
aparte de las protestas en España incluyeron a unos dos mil manifestantes en
Bruselas, mil en Helsinki y unos 300 en Varsovia y Praga.
La resistencia al
TTIP es feroz en Alemania, en donde decenas de miles de personas se unieron a
las 230 manifestaciones en 170 ciudades y pueblos de todo el país, informó un
portavoz de la sección alemana del grupo
de presión ATTAC, una de las organizaciones convocantes al ‘Día de
Acción Global’ de éste sábado[2].
La oposición al
TTIP es especialmente elevada en la nación alemana, en parte debido al creciente
sentimiento anti-estadounidense vinculado a las revelaciones de espionaje
digital del imperio, así como por los temores de dominación por parte de empresas
como Google. Un reciente sondeo de YouGov[3],
mostró que el 43% de los alemanes creen que el TTIP sería malo para el país, en
comparación con el 26% de las personas que les parece positivo.
El nivel de
resistencia ha tomado por sorpresa, tanto a la canciller Angela Merkel como a la
industria alemana, quienes ahora están bregando por invertir la tendencia y salvar
un proyecto que, según sus interesados propulsores, podría agregar unos US$ 100
mil millones a la producción económica anual a ambos lados del Atlántico.
En Berlín, una
multitud estimada por la policía en 1500 personas, formaron una cadena humana que
serpenteaba desde la plaza Potsdamer, pasaba frente a la embajada de los EEUU y
cruzaba la Puerta de Brandenburgo en dirección a las oficinas de la Comisión
Europea.
En Munich, la
policía calculó una multitud de 3.000 personas, mientras que los organizadores de
ATTAC estimaban que eran uno 23.000. 2 mil marcharon en Leipzig; mil en Stuttgart,
700 en Frankfurt y así en otras ciudades de Alemania y Europa, en lo que la ONG
saludó como un "día de acción global" contra el libre comercio,
aunque las protestas parecieron ser mayores en Alemania.
"Creo que
este proyecto se abrirá la puerta a los alimentos modificados
genéticamente", dijo Jennifer Ruffatto, 28, que trabaja con personas
discapacitadas. "Las empresas se beneficiarán de esto a expensas de la
gente."
Helmut
Edelhauesser (52), de Brandeburgo, dice que prefiere un acuerdo de libre
comercio con Rusia. Agregó, "Que los EEUU presione para la dominación del
mundo es inaceptable". Y afirmó que, "Obama envía aviones no
tripulados para matar a la gente y gana el Premio Nobel de la paz. Esto tiene
que parar."
Los manifestantes
portaban carteles en que se podía leer: "La gente tiene el derecho a la
alimentación sin que se lucre" y "Ten cuidado con la trampa TTIP - ¡Las
empresas ganan y las personas pierden!"
La verdad es que los
alemanes, por razones históricas, son particularmente sensibles a la vigilancia
de los aparatos oficiales. Revelaciones de 2013, en que se supo que EEUU había interceptado
el teléfono móvil de Merkel, provocaron indignación a través de todo el país.
Merkel ha hablado
en repetidas ocasiones en favor del TTIP, pero su socio de coalición, la
centro-izquierdista Social Democracia (SPD), está profundamente dividida. Con
todo, el líder de ésta, Sigmar Gabriel, ministro de economía y un TTIP converso,
ha prometido un voto oficial del partido a todo evento.
Sin lugar a dudas
que aún resta mucho para lograr que un fuerte y gran movimiento popular y de trabajadores
se levante en Europa, y no sólo para evitar esos espurios, dañinos e
inconsultos tratados inter-imperiales, sino que para transformarse en una alternativa
democrática y humanista, comprometida con las luchas de los pueblos de todo el
mundo, capaz de constituirse en un poder político concreto. Junto con movilizar
a grandes contingentes de manifestantes, se requiere que la izquierda europea
(y también la que pervive en las entrañas del monstruo –EEUU, al decir de Martí),
la izquierda consecuentemente anticapitalista, se esfuerce aún más por
coadyuvar a conformar esa alternativa que salga al paso al capital financiero
transnacional y a los que les facilitan sus planes contrarios a los intereses
de las grandes mayorías. Con todo, poco a poco van soplando nuevos vientos en
el viejo continente, vientos de democracia y libertad para los millones de
trabajadores y sus familias.
Equipo Internacional –CAD CHILE
Abril 20 de 2015
[1]
“El TTIP defiende los intereses del
capital pero olvida a los millones de desempleados", Noalttip,
16/04/15; en: http://noalttip.blogspot.com/2015/04/el-ttip-defiende-los-intereses-del.html#more
[2] “Thousands across Europe protest against TTIP”, EurActiv, 20/04/15;
en: http://www.euractiv.com/sections/trade-society/thousands-across-europe-protest-against-ttip-313921
[3] “Thousands in Germany protest against Europe-U.S. trade deal”,
Reuters, 18/04/15; en: http://www.reuters.com/article/2015/04/18/us-trade-protests-germany-idUSKBN0N90LO20150418
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