“TIENE RAZÓN EL PRESIDENTE MADURO: SON
BANDIDOS”
Por Carlos Aznárez,
para El Hurón[1]
22/04/15
El presidente Nicolás Maduro, con toda
lógica y valentía ha salido al cruce del
gobierno fascistoide de Mariano Rajoy. Así como Hugo Chávez en su momento
denunció a España como uno de los aliados principales de los Estados Unidos del
golpe del 2002, esta vez no faltan razones para poner a la administración del
Partido Popular (PP) y sus aliados incondicionales en temas de injerencia, en
el punto de mira de los anticuerpos revolucionarios
Esa
entelequia llamada España (nacida de conquistar y arrasar pueblos), ha
mantenido desde lo más profundo de su historia una actitud hostil y represiva
contra todo aquel que desafiara su ambición imperialista. Culpables sin ningún
tipo de dudas del gran Holocausto del siglo XIII, cuando, desde Cristóbal Colón
en adelante, fueron generando un sangriento raid invasor contra los pueblos
indígenas del continente latinoamericano. Estas bélicas aventuras de los
castellanos derivaron en una masacre gigantesca donde fueron asesinados o
murieron por el contagio de enfermedades importadas por los invasores alrededor de 90 millones de pobladores y
pobladoras. Mujeres violadas, niños y niñas esclavizados, horror y más horror
en nombre de la espada y la cruz. Esta maquinaria ambiciosa y asesina repitió
el mismo derrotero poco tiempo después, cayendo a sangre y fuego sobre
diferentes pueblos de Europa.
Con
este desparpajo devastador, de “guerreros lúmpenes” a los que se les prometía
grandes riquezas y el derecho de pernada, fue construyéndose año a año, siglo a
siglo, el llamado Reino Español, en el que monarcas iletrados pero voraces en
su ambición, se combinaban con jerarcas eclesiásticos corruptos que crearon,
para más inris, los tribunales de la Inquisición para contrarrestar actitudes
libertarias y dar ejemplo sobre las consecuencias de cualquier tipo de
levantamiento popular.
De
esa historia siniestra fueron derivando los nuevos “arquetipos” del Imperio.
Desde el genocida Francisco Franco en adelante (un millón de muertos, decenas
de miles de torturados, encarcelados y desterrados, como muestra de tanto
crimen impune), pasando por Adolfo Suárez (activo colaborador con la dictadura
argentina), Felipe González, José María Aznar y este “bandido” de poca monta
llamado Rajoy (acertó con el término el presidente Maduro) que gobernaron con
mano dura y bolsillo lleno de sobresueldos y robo descarado. En una monarquía
bananera todo vale. Desde tirar de los “fondos reservados” y otras fuentes de
corrupción hasta recibir a la luz pública o bajo cuerda las ganancias derivadas
de la inversión de trasnacionales españolas, que con su accionar deforestan,
contaminan o destruyen lo que queda sin lotear de Nuestramérica.
Siempre,
absolutamente siempre, la receta española de dominio incluyó la represión y el
pillaje. Si lo sabrán andaluces, catalanes, gallegos y vascos, sólo por citar
algunas de las nacionalidades que cayeron bajo la bota castellana. Antes y
ahora mismo.
Ni
qué decir del período colonial sufrido por Cuba y Filipinas. De la lucha de
resistencia en la isla caribeña, y de la saña represora, pudo dar testimonio el
poeta, periodista, escritor y combatiente José Martí, cuando al igual que ahora
hacen con las más de 450 presas y presos vascos, sufrió sevicias en su cuerpo y
la dispersión como doble castigo.
Con
todos estos antecedentes y muchos más, no sorprende que Rajoy y Felipe González
se unan en una nueva cruzada. Con gestos e iniciativas coordinadas con Washington (que sostienen bases militares en
territorio español), uno y otro cumplen con el libreto que les dictan.
Felipe,
el fundador de los Escuadrones de la Muerte denominados GAL (Grupos
antiterroristas de liberación), con lo que impulsó el asesinato de
númerosos luchadores vascos. Felipe, el
gran amigo de Carlos Andrés Pérez, con quien intercambiaron nuevas fórmulas
represivas e hicieron suculentos negocios. Ese Felipe de la OTAN y la
destrucción planificada de la industria española, no puede hablar de Venezuela
bolivariana sin sonrojarse. Su partido se ha convertido en una filial
competitiva con el PP para ver quien representa más y mejor a la derecha
europea, y desde allí fomentar la desestabilización en Venezuela junto con los
escuálidos locales.
De
Rajoy y Aznar, todo lo que se diga es poco. Admiradores de la “España de
botijo, peinetón y pandereta” (como solía calificar a este tipo de individuos,
el patriota vasco Jon Idígoras). Franquistas desembozados, racistas con todo
aquél que no haya nacido en los aposentos del Palacio Real, admiradores de los
Bush y de Henry Kissinger, aborrecedores de los pueblos y gobiernos
revolucionarios de Latinoamérica, empezando por Cuba y terminando por
Nicaragua, destructores contumaces de la economía de su propio país, arrojando
a la población española a niveles de miseria sólo vistos en la etapa de la post
guerra. Además, ambos más Felipe, verdaderos soldados de los poderes fácticos
(Ejército, la Banca y la Iglesia más reaccionaria), plataforma desde donde
aseguran que “su” España no se quebrará jamás, y amenazan para ello, con sacar
los tanques a la calles, si vascos y catalanes continúan intentando elevar
anclas y navegar hacia un futuro independiente.
Esta
perspectiva imperial para la que hoy Venezuela chavista es un enemigo a
derrotar, cuenta con el concurso del terrorismo mediático del ABC, El País, El
Mundo, La Razón y otros engendros parecidos. También logra adeptos entre
algunos partidos de “indignados demócratas”, más jóvenes y “desenfadados” que
los tradicionales, pero a su vez amantes de “la unidad territorial española”. O
el caso de ex jueces como Baltasar Garzón, que critica la prisión del Alcalde
venezolano golpista, Antonio Ledezma y cultiva la amistad de miembros
destacados de la oposición. Todos ellos conspiran contra la legitimidad popular
del gobierno venezolano, que es igual a enfrentar a la gran mayoría del pueblo
de esa Nación. Buscan junto a Obama y sus amenazas, crear el clima para otro
once de abril. Pero así como Nuestramérica acorraló en Panamá al presidente
estadounidense, está dispuesta ahora a respaldar a Nicolás Maduro y al pueblo
de Venezuela, repudiando en todos los ámbitos y por todas las formas posibles
las actitudes colonialistas españolas. En cada rincón del continente hay deudas
pendientes a cobrarles a estos bandidos de la Europa rica y despótica.
Equipo Internacional –CAD CHILE
Abril 26 de 2015
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