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miércoles, 29 de abril de 2015

ELECCIONES EN EL PS: ISABEL ALLENDE-CAMILO ESCALONA, LAS DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA


Nada dice sobre los resultados de las elecciones generales del PS, celebradas éste domingo 26, la página oficial de ese partido[1]. Y quizá ello sea porque aún les depara alguna sorpresa la votación de los regionales. Después, vendrá la resolución final, cuando los 112 apóstoles del comité central definan a mediados de mayo, entre tiras y aflojas, al futuro o futura presidente; será la hora del tironeo y el cuoteo de las famosas tendencias. ¿Y las bases, qué pintan en todo esto?


Este lunes, luego del recuento de una elección realizada a dos bandas, se supo que Isabel Allende se impuso a Escalona con una mayoría individual importante. De esto, algunos sectores interesados del PS indujeron una consecuencia de mediano plazo: la hija apática de Allende resurge como una eventual carta presidencial[2] frente a la ya gastada y quemada Bachelet.

Escalona iba a la pelea a la cabeza de la corriente denominada Nueva Izquierda (que alguna vez fue un sector de ‘centro-izquierda’ dentro del partido) y se le sumó, aunque tímidamente, la Renovación Socialista. Isabel Allende, que todo indica que se convertirá en la primera presidenta mujer en la historia de ese partido, logró unificar tras de sí a todas las demás tendencias; mega, .

Cuando todavía se estaban contando los votos, la noche del domingo, Allende se proclamaba vencedora. A Escalona y su equipo les costó reconocer el triunfo de su contendora y recién lo vinieron a hacer la tarde del lunes. Estos últimos, aun se defienden frente a la acusación de haber comportado con sus planteamientos una disensión estratégica del ‘socialismo’ con la figura de Bachelet. Un “dilema artificial”, así definen Escalona y sus boys la postura que ellos dicen que falsamente se les atribuyó. Para esa supuesta maquinación se habrían prestado El Mercurio[3], La Tercera, el ‘Guatón’ Solari (hoy a cargo de TVN)[4], y un largo etc.

Llamó la atención la cantidad de votantes. Los cerca de 25 mil militantes que llegaron a expresar su preferencia, pareciera indicar una especie de confrontación profunda en el PS, de esas de antaño, como entre revolucionarios y reformistas; entre anticapitalistas y favorecedores del capital; entre los socialistas a la ‘chilena’ y los eurorenovados; etc.

Pero, no, no había tal contradicción vital y político-estratégica en las filas del que fuera el partido de los socialistas de Chile. Antes bien, nos parece que es cierta la artificial diferenciación entre un bacheletismo acérrimo de Allende y la virtual disensión de Escalona. Era como una mise-en-scène preparada ex profeso entre ambas listas para dar ánimo a un ‘Todos con Isabel, Todos Contra Camilo’. Luego, vendría una catarsis de antigüedades y de figuras asociadas a un pasado que se cree superado, de un renovarse dentro de la ya extrema renovación reinante, para poder llegar a decir: ¡Adiós Concertación, Bienvenida Nueva-Nueva Mayoría!

Pero, ¿es que acaso Escalona-Allende, ambos o cada uno por separado, significarán un impulso por cambiar las bases económicas del inicuo, concentrador y discriminador modelo económico actual? ¿Vendrán ellos a ponerse al lado de los que hoy luchan en Chile por la renacionalización de los recursos naturales, por No + AFP, por Salud y Educación gratis y de excelencia, por viviendas dignas, por un mejor futuro para los jóvenes y los viejos de este país, por respuesta a las demandas del pueblo Mapuche y por verdad y justicia en todos los casos de DDHH? ¿Liderarán un proceso político-social que nos libere de esta democracia de pacotilla, de baja intensidad y se pondrán a la cabeza de la construcción del único poder que asegurará el Socialismo en Chile: el Poder Popular?

En una palabra, Isabel Allende y Camilo Escalona no son socialistas ni revolucionarios. Otro sí, la que seguramente se convertirá en presidenta del PS, digámoslo, no le llega ni a los talones a su digno padre o a su hermana Tati.

Pero todo esto que decimos no es nuevo ni producto de alguna epifanía. Son cuestionamientos que todo buen/a militante del que fuera el partido socialista de Chile debiera hacerse. Ya es hora que se saquen la venda de los ojos y los tapones de los oídos para que caigan en cuenta que Bachelet no es socialista, que Escalona y la Allende no son socialistas, que el partido que lleva el nombre de socialista no es socialista. Ya es tiempo que dejen de comprarse ese cuento de la ‘compañera’ Bachelet; de encopetados funcionarios que mascullan la Marsella Socialista y colocan el bracito medio de lado, con vergüenza; de avivados como Rossi, Ominami[5] (y a su aprovechado hijo), Esteban Maturana, el apitutado Jorrat, Hernán Rivera[6], y un lamentable etc.  

Lo que todo buen/a militante del que fuera el partido socialista de Chile debe preguntarse, con un ánimo revolucionario, es como un lote de sanguijuelas y aprovechados funcionarios a pago de las tristemente célebres SQM, Penta y Caval se hicieron del partido en que militaran hombres y mujeres dignos, como Salvador Allende, Arnoldo Camú, Carlos Lorca, los Palestro, Elmo Catalán, Exequiel Ponce, Ricardo Lagos (el bueno), la Negra Lazo, y tant@s otr@s identificables inequívocamente como socialistas. Y ¡por favor!, háganlo rápido antes que la historia les pase la cuenta. 


¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!


Colectivo Acción Directa –Chile
Abril 29 de 2015

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