MISIÓN
IMPOSIBLE PARA LA UNIÓN EUROPEA, PERO NO PARA LA OTAN
Por
Manlio Dinucci*
La campaña mediática orquestada por la
OTAN para socorrer a los refugiados que se ahogan en el Mediterráneo sólo es el
preludio de una intervención militar en Libia. En realidad, a la alianza
atlántica no le interesa la suerte de los refugiados y la prueba es que nadie
habla de los migrantes que se embarcan en Turquía. Manlio Dinucci observa la
planificación de la OTAN
«Identificación,
captura y destrucción sistemática de las embarcaciones utilizadas por los
traficantes de personas, desmantelamiento de sus redes, confiscación de sus
bienes.» Esa es la tarea de la misión PESD (Política Europea de Seguridad y
Defensa) que debe preparar la Alta Representante de la Unión Europea, Federica
Mogherini.
La
tarea está clara. Lo que está por saber es cómo realizarla. Y es inútil
compararla con otras misiones, como la misión Atalanta, oficialmente dirigida
contra la piratería en el área del Cuerno africano con la participación de la
marina de guerra italiana. En esta última, desarrollada en el Océano Índico, el
objetivo era impedir que frágiles embarcaciones, con unos pocos individuos
armados a bordo, fuesen utilizadas para asaltar barcos mercantes. En el
Mediterráneo, el objetivo sería detectar y destruir embarcaciones en los
puertos libios antes de que los traficantes de personas lleguen a utilizarlas…
o capturarlas si ya están en alta mar.
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Primer problema: ¿Cómo diferenciar, mientras están en puerto, las embarcaciones
de los traficantes de personas y las embarcaciones que realmente se usan en el
comercio y la pesca?
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Segundo problema: admitiendo que algún drone o satélite permita identificar una
embarcación de traficantes de personas cuando aún está en puerto, ¿cómo
destruirla? ¿Con un drone portador de misiles, como el drone estadounidense que
mató a un cooperante italiano en Pakistán, o con un cazabombardero Eurofighter
Typhoon, que provocará una masacre de civiles? ¿Con fuerzas especiales que
desembarcarían de noche desde un submarino y que tendrán que enfrentar la
resistencia de milicias armadas? Y si la embarcación se hace a la mar cargada
de refugiados, ¿cómo bloquearla con un navío de guerra sin provocar una
masacre?
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Tercer problema: ¿Cómo desmantelar la red de traficantes de personas sin enviar
fuerzas militares al territorio libio?
A
falta de respuesta a esos problemas, la misión PESD, anunciada con bombo y
platillo, ha de convertirse en una «Armada Brancaleone» condenada al fracaso.
Pero
quizás sea precisamente ese el objetivo.
Si
la misión PESD acaba metiéndose en dificultades, la OTAN está lista a
«socorrer» a la Unión Europea. En febrero pasado, el secretario general de la
OTAN Jens Stoltenberg advirtió en Roma que «la deterioración de la situación en
Libia podría traducirse en nuevas amenazas contra la seguridad europea» y que
«la OTAN debe estar lista a defender a cualquiera de sus aliados ante esas
amenazas». Así que anunció que a partir de 2016 comenzará a funcionar en
Sigonella [Italia) el nuevo sistema AGS (Alliance Ground Surveillance) que
permitirá vigilar, con drones Global Hawk y por otros medios, todo el
territorio que va desde el norte de África hasta el Medio Oriente para prestar
apoyo a las operaciones de la OTAN, fundamentalmente a las de la «Fuerza de
Respuesta».
El
primer ensayo será en Libia, donde «la situación está fuera de control», según
dijo Stoltenberg, sin mencionar que fue precisamente la OTAN quien destruyó el
Estado libio pero afirmando que «la OTAN está dispuesta a apoyar a las
autoridades libias».
La
misión PESD es por lo tanto el preludio de una nueva operación de la OTAN,
operación que se justificará invocando la hecatombe de refugiados en el
Mediterráneo para crear un estado de opinión favorable a una intervención
militar directa en Libia. ¿Y por qué no organizando un desembarco de
cooperantes y humanitarios, transmitido por televisión al mundo entero, en el
marco de una «iniciativa humanitaria extraordinaria» que, en vista del caos
reinante en el país, tendría que desarrollarse bajo la «protección» de los
militares.
El
verdadero objetivo de tal operación sería crear en Libia una cabeza de playa
ocupando las zonas costeras más importantes, no sólo por sus recursos
energéticos sino por su posición geográfica entre el Mediterráneo, África y el
Medio Oriente.
*
Geógrafo y politólogo italiano. Últimas obras publicadas: Laboratorio
di geografia, Zanichelli 2014 ; Geocommunity
Ed. Zanichelli 2013 ; Escalation.
Anatomia della guerra infinita, Ed. DeriveApprodi 2005
Fuente:
«Misión imposible para la Unión Europea,
pero no para la OTAN », por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire,
27 de abril de 2015, www.voltairenet.org/article187429.html
Traducido
al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de
Marie-Ange Patrizio
Equipo Internacional –CAD CHILE
Abril 27 de 2015
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