“El PT se enorgullece de liderar
gobiernos que combaten implacablemente la corrupción.”
- Dilma
Rousseff, presidenta de Brasil
"Yo no creo que haya una ideología
de la corrupción, cuando uno habla de ideología se está imaginando una política.
(...) no, no, no."
- Michelle Bachelet,
presidenta de Chile
El pluripartidista Partido de los
Trabajadores (PT) de Brasil es muy similar a nuestra Nueva Mayoría (NM). No
sólo porque ellos gobiernan hace rato, ni por tener sendas mujeres a la testa
del gobierno; las cuales, coincidentemente, fueron apresadas por las respectivas
dictaduras militares. En lo principal, los dos conglomerados comparten el rol
de grupos mantenedores del sistema de dominación que heredaron de regímenes dictatoriales.
Dicho sistema, allá y acá, está viciado y exhibe un sinnúmero de escándalos
político-económicos, sin llegar a convertirse ello en un desastre. Eso sí y desde
hace mucho, existe en ambas formaciones una franca crisis de los de abajo, los
cuales, poco a poco, comienzan a cuestionar tanto abuso y aprovechamiento.
Tenemos otras similitudes. Brasil
y Chile[1],
en ese orden, son de los países con la peor distribución del ingreso dentro
de América Latina[2]
(AL) y con la mayor polarización. En ambos, es donde más crece el sentimiento
de la gente de que no pueden conseguir suficientes alimentos[3].
En Brasil, el ingreso de los 4 deciles más pobres equivale a ¼ del ingreso del
decil más rico[4];
en Chile, a 1/3. Ambos, comparten el hecho de ser los que tienen mayores
diferencias del ingreso promedio, expresado en dólares y por poder adquisitivo,
entre el 20% más pobre y el 1% más rico, siendo esa brecha de 25 veces en
Brasil y de 29 en Chile[5].
Brasil y Chile se encuentran entre los peores lugares del mundo para l@s trabajador@s[6].
Ellas son las naciones con más consumo de alcohol[7]
de AL. Etc., etc.
Asimismo,
en un hecho muy significativo de los últimos lustros y en el contexto de las pseudodemocracias
impuestas en ambas formaciones, se vienen haciendo crónicos los casos de estafas
y coimas de funcionarios venales; de compra de votos y consciencia de parlamentarios
y autoridades; de empresas, privadas y públicas, que ejercen una desenfrenada
corrupción en las esferas política y económica. Así, el Chile de la NM y el paréntesis
de la Alianza, puede exhibir los casos Pinocheques, Refinería de Con-Con,
Tanques Leopard, MOPGate, coimas, sobresueldos, Cascadas, SQM, Penta,
Dávalos-Compagnon (Caval), etc. En tanto, el Brasil del PT, también tiene lo suyo
y que podemos resumir en dos asuntos recientes.
Caso ‘Mensalão’
Para
Brasil, podemos decir que su primer gran escándalo de la era PT fue el de las ‘mensualidades’.
Con tal nombre se conoce a la crisis política sufrida por el gobierno brasileño
en 2005[8].
El término «mensalão», popularizado por el diputado brasileño Roberto Jefferson
en la entrevista que dio resonancia al escándalo, es el aumentativo de la
palabra en ese idioma para "mensualidad", usada para referirse a un soborno
pagado a varios diputados para que votaran a favor de los proyectos de interés
del poder ejecutivo. Pero la cosa venía de más atrás. El sábado 18/09/04, llega
a los quioscos brasileños la edición 1872 de la revista semanal Veja, en cuya
portada se podía leer el titular: "El escándalo de la compraventa del PTB
por el PT. Salió por 10 millones de reales". En la página 44, el artículo
"10 millones de divergencias" cuenta las bases sobre las que se pudo
haber asentado la alianza entre el Partido Laboral Brasileño (PTB) y el PT.
Según la publicación, el PT se comprometía a pagar la suma de R$ 150.000 a cada
diputado federal del PTB, en pago del apoyo de los parlamentarios del este
último partido al ejecutivo. El incumplimiento de la promesa habría provocado
la ruptura entre los dos partidos, lo que vino a culminar con la serie de
denuncias de corrupción difundidas a partir de mayo de 2005.
El
24/09/04, el periódico carioca Jornal do Brasil publica[9]
en su sección 'Brasil' el artículo "Miro denuncia sobornos en el
Congreso", el cual es destacado en la primera página con el titular
"Planalto paga mensualidades a diputados". El artículo, que hace
mención al que había sido publicado anteriormente en la revista Veja, dice que
Asesto Teixeira, ex Ministro de las Comunicaciones, había comunicado la
existencia del "mensalão" (mensualidad) al Ministerio Público
Federal. Al día siguiente, el mismo Jornal do Brasil publica otra noticia que
dice que el entonces Presidente de la Cámara de los Diputados, João Paulo Cunha
(PT), se comprometía a investigar profundamente la denuncia.
El
sábado 14/05/05, sale a la venta el número 1905 de Veja. En la página 54, el
artículo "El hombre clave del PTB" denuncia un esquema de corrupción
en Correos, lo que fue destacado en la portada de la revista con el titular
"El vídeo de la corrupción en Brasilia". El artículo relata, con base
en grabaciones hechas con una cámara escondida, que el director del
Departamento de Contratación y Administración de Material de los Correos,
Maurício Marinho, les explica a sus interlocutores (dos empresarios) el
funcionamiento del esquema de pago de propina para defraudar licitaciones,
esquema que sería gestionado por el director de Administración de los Correos,
Antônio Osório Batista, y por Roberto Jefferson, diputado federal por Estado de
Río de Janeiro y presidente del PTB. En función de la participación de agentes
de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) en la investigación del fraude
en Correos, se sospecha que fue el propio gobierno quien comandó las
investigaciones, con el objetivo de engañar y deshacerse de aliados indeseados
sin acarrear con el respectivo costo político.
A
partir de ahí, se traba una batalla política en la que el gobierno intenta
sistemáticamente obstruir la instalación de una Comisión Parlamentaria Mixta de
Interrogatorio (CPI) para investigar los hechos. Lo logra parcialmente, pues recién
a inicios de agosto de 2012[10],
siendo ya presidente Dilma Rousseff, el Supremo Tribunal Federal (STF) de
Brasil viene en juzgar a casi cuatro decenas de políticos y empresarios acusados
en el “juicio del siglo”, entre ellos varios que fueron destacados
colaboradores de la gestión presidencial de Luiz Inácio Lula da Silva[11].
Entonces, el proceso implicaba a 3 ex ministros y otros 35 políticos y
empresarios, acusados en el escándalo de corrupción que sacudió al gobierno de
Lula en 2005 y los magistrados del STF se pronunciaron sobre los cargos contra
23 de los implicados, entre ellos 14 dirigentes de cinco partidos políticos,
además del poderoso ex ministro de la presidencia José Dirceu.
Finalmente,
en diciembre de 2012, termina el ‘juicio del siglo’. El STF[12]
concluye que el PT se valió, entre 2002 y 2005, de una red de corrupción con la
que financió sus campañas y sobornó a dirigentes de cuatro partidos para
“comprar” la mayoría parlamentaria que Lula no había alcanzado en las urnas. Según
la sentencia, la red de corrupción comandada por Dirceu y los dirigentes del PT
distribuyó al menos 10 millones de reales (unos cinco millones de dólares al
cambio de 2012) entre políticos del Partido Progresista (PP), del Partido
Liberal (PL) y del Partido Laborista Brasileño (PTB). Estas formaciones, de
centroderecha, aceptaron apoyar al gobierno del “socialista” PT en el congreso.
De
los 38 acusados, 25 fueron hallados culpables y condenados a penas que, en
total, llegan a unos 280 años de cárcel por escándalos que tanto Lula como el
PT, partido que el ex mandatario fundó en 1980 bajo la bandera de la
honestidad, aún no aceptan y niegan. Entre los condenados, los más prominentes
son el exministro de la Presidencia José Dirceu, el expresidente del PT José
Genoino y el antiguo tesorero de esa formación Delubio Soares, todos del
entorno más íntimo del ex presidente Lula.
Caso
Petrobras
Hace
un año, exactamente el 17/03/14[13],
se devela la red de corrupción a partir de la estatal brasileña Petrobras que
implicó un sinfín de problemas legales, financieros y políticos sobre la
empresa, en un proceso que puso bajo sospecha a figuras cercanas al gobernante PT.
Un año después del inicio la Operación Lava Jato (lavadero de autos) de la policía federal, hay decenas de detenidos, la
mayoría altos ejecutivos de empresas
constructoras involucradas en un esquema de pago de sobornos por contratos, así como jerarcas de Petrobras e
intermediarios.
El
sábado pasado[14],
se empezó a escribir un nuevo episodio con el pedido que hizo el Procurador
General, Rodrigo Janot, a la Corte Suprema, para que se abran investigaciones a
54 políticos con fuero para determinar su posible participación en el caso. Los
nombres de quienes serían investigados no fueron divulgados porque las causas
están bajo secreto, pero la prensa brasileña ha filtrado algunos de los
implicados. Tanto el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, como
el del Senado, Renan Calheiros, ambos del Partido del Movimiento Democrático
Brasileño (PMDB), partido aliado del Gobierno, se encuentran entre los citados.
La
profunda crisis de corrupción político-empresarial afecta a la legitimidad de
todo el sistema. Toca con mayor fuerza a la empresa estatal, a la economía y
con ello al régimen político. Podría tener, entre otras consecuencias, un PIB que
en 2015 podría contraerse en 0,58% y una inflación que rondaría el 7%. El más
duro golpe ha sido, por cierto, al PT, el cual ha tenido bajo su
responsabilidad a Petrobras en los últimos doce años.
En
lo medular, las indagaciones que hasta ahora ha realizado la fiscalía muestran
una maquinaria de corrupción instalada en el interior de la empresa, a través
de una compleja red de lavado de dinero y evasión de divisas, que desvió unos US$
8 mil millones entre 2004 y 2012, de acuerdo a datos de la investigación. Es
decir, este negociado a costillas de los millones de brasileños ha beneficiado
a las tres últimas administraciones del PT, salpicando, por tanto, a Lula y a
Rousseff.
Respecto
de las dimensiones del daño económico, Raúl Sohr[15]
dijo que se calcula en miles de millones de dólares: “no hay una cifra
definitiva de a cuánto corresponde la apropiación ilegítima de recursos de
Petrobras, hay gente que habla de 30 mil o 50 mil millones de dólares. Estamos
hablando de fortunas que fueron vaciadas de los fondos de Petrobras, con la
construcción de proyectos por los cuales muchas empresas se beneficiaron. Se
trata de un escándalo que alcanza al conjunto de la sociedad brasileña, no es solamente
la clase política”.
Como
ya es demasiado el abuso a ojos vistas de los brasileños, estos comenzaron a
realizar una serie de movilizaciones por todo el país. Con un
"cacerolazo" se manifestaron[16]
en al menos 12 ciudades, reclamando por la insoportable corrupción propiciada
por politicastros y empresarios. Frente al robo desenfrenado de los de ‘arriba’,
sonaron los cacerolazos, silbidos y bocinazos luego de que la presidenta
brasileña, Dilma Rousseff, pronunciara su discurso del Día Internacional de la
Mujer el domingo 8. En él, Rousseff se refirió al tema diciendo que se aplicara
"la mano de la justicia contra los corruptos". Las manifestaciones y
protestas han proseguido hasta hoy viernes en diversas regiones del gigante
sudamericano, exigiendo la renuncia de la presidenta.
Comienza
a resquebrajarse el aura de Rousseff y el PT en Brasil, así como lo está siendo
la de Bachelet y la NM en Chile.
Equipo Internacional –CAD CHILE
Marzo 13 de 2015
[1]
Chile, por su parte, tiene el peor coeficiente de Gini de la OCDE, con un 0,50.
Véase: http://radio.uchile.cl/2014/09/02/lo-peor-de-lo-peor-los-diez-rankings-donde-chile-no-quiere-figurar
[2]
Brasil presenta el peor de Sudamérica, con un coeficiente de Gini de 0,56.
Véase: http://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/35888/S2014007_es.pdf?sequence=1
Cuadro II.3
[5]
Ídem.
[11] Elegido
presidente en 2002 y reelecto en 2006.
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