“la
UE ha revelado ser tan beligerante e incondicionalmente irracional como EEUU.
Rusia probablemente ya estaba consciente de la absoluta falta de voluntad real
y de buena fe de Occidente, en cuanto a que éste haga algún intento por poner
fin a una guerra en que aún no puede enmarcar un diploma de honestidad.”
El presidente de
Estados Unidos Barack Obama ya había comentado sobre el conflicto ucraniano,
alegando que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, estaba acelerando y saltándose
todas las "vías de salida" ofrecidas por el mismo Estados Unidos y sus
aliados militares de la OTAN para poner fin a la violencia. Y así fue como EEUU
y el resto de la OTAN aparecieron como que estaban a punto de tomar su propio
consejo y utilizar el acuerdo de Minsk para salvar las apariencias de sus
propias "vías de salida", pero en vez de eso ellos han decidido meter
el acelerador a fondo.
Por supuesto,
tomando en cuenta la larga historia de la OTAN de expansionismo hacia el este, de
militarismo global y de agresión extraterritorial, hay pocas esperanzas de que
algo positivo resulte de Minsk. En su lugar, la OTAN lo ha utilizado como un
medio para dibujar una línea arbitraria que el monopolio de sus medios de
comunicación reclamarán en el futuro cercano que Rusia ha "cruzado",
justificando así medidas aún mayores para intensificar el conflicto, incrementar
el derramamiento de sangre y contribuir a que su régimen cliente en Kiev se
aferre al poder un poco más.
Una táctica
similar está siendo empleada simultáneamente en Siria, donde el presidente
Obama ha intentado recibir mayor autorización para librar la guerra "contra
ISIS[2]."
Por cierto, salvo algún intento real por apuntar a los estados patrocinadores
de ISIS, tal guerra está condenada al fracaso. Y mientras las medidas del presidente
Obama están encaminadas a "detener a ISIS", librando una guerra más
amplia en Irak y Siria, el Pentágono ya ha admitido que ISIS se ha extendido hasta
Afganistán. Una vez más, incluso a su valor nominal, el relato elaborado por
los EEUU no suma nada.
Es importante
recordar esto, y los paralelos entre Ucrania y Siria no deben ser tan
ligeramente desestimados. El constante caos en Siria presagia el destino de
Ucrania. Básicamente, se trata de una nación destinada a ser quemada
completamente hasta el suelo antes de permitir que la agenda de la OTAN se
pueda revertir. Y tomado en cuenta este paralelo, uno fácilmente podría haber adelantado
que cualquier buena voluntad expresada por la UE (Unión Europea -N del CAD) antes
de la reunión en Minsk era falsa, y que los puñales de las sanciones
adicionales, la extendida ayuda militar para la junta de Kiev y la postura adicional
de la OTAN sobre las fronteras de Rusia vendrían todas a darse como inevitables.
"Poli Bueno, Poli Malo"
Si EEUU está
abofeteando a Rusia alrededor de la sala de interrogatorios, la UE es la parte
más razonable de un dúo trabajando concertadamente para romper la voluntad de Rusia.
La UE habla con suavidad, ofreciendo a Rusia concesiones y compromisos, pero en
última instancia tiene exactamente el mismo juego final en mente que EEUU. Para
ilustrar esto, con el acuerdo convenido en Minsk, la Canciller alemana Angela
Merkel ha cambiado los engranajes y está tomando una línea dura en la imposición
de sanciones contra Rusia, aparentemente para asegurarse que Rusia implemente
su parte del acuerdo.
Las payasadas
post-acuerdo incluyeron las del primer ministro del nuevo Estado cliente de la
OTAN, Arseniy P. Yatsenyuk, del cuestionable Partido “Patria", quien
amenaza a Rusia desde los confines del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores.
El New York Times[3]
publica varias de sus acusaciones dirigidas a Rusia, junto con las demandas de
la canciller Angela Merkel de que Rusia debe cumplir primero con todos los
requisitos antes que cualquier gesto sea exhibido por parte de la Unión Europea
respecto del levantamiento de las sanciones.
De hecho, no sólo
las sanciones existentes no se van a levantar, sino que las sanciones ya
previstas se llevarán a la práctica tal como estaba previsto a pesar de la
firma del acuerdo.
Aquellos que
están familiarizados con el concepto de negociación podrán darse cuenta de cuán
insostenible es ésta postura, y que tal actitud es la intencional e inmediata
saboteadora del acuerdo aceptado por ambas partes. En realidad, la Unión
Europea ya lo ha violado y permitido voluntariamente que su régimen cliente en
Kiev siga haciendo inflamatorios y contradictorios comentarios dirigidos a no aliviar
las tensiones, pero haciéndose la tonta.
Por lo tanto, la
UE ha revelado ser tan beligerante e incondicionalmente irracional como EEUU.
Rusia probablemente ya estaba consciente de la absoluta falta de voluntad real
y de buena fe de Occidente, en cuanto a que éste haga algún intento por poner fin
a una guerra en que aún no puede enmarcar un diploma de honestidad.
¿Exigiendo a Rusia que detenga un conflicto
que la OTAN comenzó?
Comenzando con el
violento derrocamiento, respaldado por la OTAN, del gobierno electo en Ucrania
durante las manifestaciones de los euromaidan[4],
de 2013-2014, el conflicto creció hasta convertirse en una verdadera guerra
civil cuando auténticas brigadas neonazis se desplegaron hacia el este para obligar
al resto de Ucrania a aceptar la junta recién instalada. Se ha documentado, aun
por parte de los propios grupos promotores de los derechos humanos de
Occidente, que estos militantes neonazis están cometiendo atrocidades a la par de
ISIS.
La revista Newsweek,
difícilmente una "propagandista del Kremlin", incluso publica un
informe titulado literalmente, "Voluntarios nacionalistas ucranianos
cometen crímenes de guerra al estilo ISIS"[5],
admitiendo que "Grupos de nacionalistas
ucranianos de derecha [leales a Kiev –N del A] están cometiendo crímenes de
guerra en los territorios ocupados por los rebeldes del este de Ucrania, según
un informe de Amnistía Internacional, como lo evidencia la aparición en medios
de comunicación locales de milicianos voluntarios decapitando a sus
víctimas."
Mientras los EEUU
y la UE pretenden que sus propios grupos de defensa de los derechos humanos no están
registrando los horrores que están siendo llevados a cabo por su régimen cliente
de Kiev, han afirmado hasta la saciedad que todo el conflicto es, en cambio, el
resultado de la "agresión rusa." Exigen que ésta "agresión"
termine, pero tal demanda no toma en cuenta la violencia espeluznante que sus
propias fuerzas están cometiendo junto a las fronteras de Rusia.
Y esto es
precisamente la raíz del problema.
El conflicto está
directamente sobre las fronteras de
Rusia, con algún tipo de "zona de amortiguación" entre la OTAN y
Rusia, que fue disuelta por la constante y agresiva expansión hacia el este,
tanto por parte de la OTAN como de su componente político, la Unión Europea. El
conflicto no es inminente en Bruselas o a las puertas de Washington, sino que en
Moscú.
El desprecio
intencional de EEUU y de la UE de este simple hecho, o de cualquier reconocimiento
razonable sobre la desventaja que tiene la OTAN frente a Rusia, o del
imperativo que asiste a ésta de asegurar directamente la estabilidad a lo largo
de sus fronteras, es indicativo de la falta de honradez de la UE cuando asistió
al encuentro de Minsk. La incapacidad de la Canciller Angela Merkel por mostrar
buena voluntad hacia Rusia, aliviando en forma parcial las sanciones, es acaso simplemente
otro intento por propagar una narración deshonesta y destructiva, impulsada por
la misma deshonesta y mala voluntad que desencadenó esta confrontación en un
comienzo.
Rusia ha tratado
de ser razonable al aceptar el acuerdo de Minsk. El cual, por su parte, puede
comenzar gradualmente a ser puesto en práctica. Si la UE quiere seriamente que el
conflicto bosqueje un final, también debería gradualmente hacer un buen intento
por cumplir con su parte del trato. Una entidad supranacional que desempeñó un
papel central en el derrocamiento del gobierno de Ucrania, en 2013-2014, no
puede simplemente ser "de confianza." La buena voluntad y la
confianza en las que cree la UE son simplemente títulos que deben ser ganados. Los
comentarios de la Canciller Angela Merkel y las artimañas que tuvieron lugar
justo después del acuerdo, nos muestran a una UE no más sofisticada que los
merodeadores mundiales al otro lado del Atlántico.
Si bien la UE apareció
como suavizando las sanciones en contra de Rusia en vista del acuerdo, vemos ahora
que simplemente estaba jugando al rol del "poli bueno." Lucía como alejándose
desde la irracional y autodestructiva agenda impuesta por Washington, pero hoy parece
que en su lugar tiene un doble juego.
*Ulson Gunnar, un analista geopolítico
y escritor establecido en Nueva York, escribe especialmente para la revista en
línea "Nueva Perspectiva del Oriente"[6].
Equipo Internacional –CAD CHILE
Febrero 19 de 2015
[2] Se refiere al Emirato Islámico,
EI, conocido antes como Emirato Islámico en Irak y el Levante -EIIL o ISIS en
inglés. Utilizaremos el acrónimo dado por el autor (N del CAD).
[4] Término
que deriva de las turbas que se reunían en la Plaza (Maidan) Independencia (Nezalezhnosti)
de Kiev, noviembre-diciembre 2013, exigiendo la salida del presidente electo Yanukovych
y su recambio por un gobierno pro-Europa –N del CAD.
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