Como
se esperaba, CITIZENFOUR, un film en que el exiliado Edward Snowden desvela la
vigilancia que EEUU ejerce sobre sus ciudadanos y los de todo el mundo, ganó el Oscar 2015 como mejor documental. "’Citizenfour’
es digna de verse, así como de celebrarse.”
De acuerdo a sus realizadores[1],
“CITIZENFOUR es un thriller de la vida real, que se va desplegando poco a poco
y que ofrece al público un acceso sin precedentes a los encuentros de la cineasta
Laura Poitras y del periodista Glenn Greenwald con Edward Snowden, en Hong
Kong, cuando les entrega documentos clasificados que acreditan la indiscriminada
e ilegal invasión de la privacidad por parte de la Agencia de Seguridad
Nacional (NSA –en inglés).
Poitras llevaba
dos años trabajando en una película sobre vigilancia cuando Snowden se contactó
con ella, en enero de 2013, utilizando el nombre de "CITIZENFOUR".
Llegó a ella, porque sabía que había sido durante mucho tiempo objeto de
seguimiento gubernamental, detenida en los aeropuertos muchas veces, y aun así
se había negado a ser intimidada. Cuando Snowden reveló que se trataba de un
analista de alto nivel dispuesto a exponer la vigilancia masiva de los
estadounidenses por la NSA, Poitras le convenció para que le permitiera hacer
una película.
CITIZENFOUR te
ubica en la habitación con Poitras, Greenwald y Snowden, en su intento por
manejar la tormenta de los medios de comunicación que se desata afuera y
obligados a tomar decisiones rápidas que impactarán sus vidas y las de todos
los que les rodean.
CITIZENFOUR no
sólo te muestra los peligros de la vigilancia gubernamental –te los hace sentir.
Después de ver la película, nunca pensarás de la misma forma sobre tu teléfono,
correo electrónico, tarjeta de crédito, un explorador web o un perfil; nunca
más.”
Respecto al
reconocimiento al film sobre Snowden, The
New Yorker expresó ayer[2],
en “Porque ‘Citizenfour’ mereció su Oscar”:
“’Gracias a
Edward Snowden por su coraje’, dijo Laura Poitras, la directora de
‘Citizenfour’, cuando aceptó el Oscar para mejor documental. Neil Patrick
Harris, el anfitrión del show que entregó el premio, hizo notar que Snowden no
podía estar allí ‘por alguna traición’. La traición no es uno de los crímenes de
los que ha sido acusado Snowden –el gobierno quiere procesarlo bajo la Ley de
Espionaje-, pero tanto la alabanza como el chiste apuntan al porqué importaba
el Oscar de Snowden. Lo que éste hizo fue útil y peligroso.
“Ello no habría
sido suficiente si la película fuese mala. Pero ‘Citizenfour’ es digna de
verse, así como de celebrarse. Uno aún tiene que preguntarse dónde está el
romance cinematográfico. En la ceremonia de los premios Oscar, una respuesta fue
proporcionada por la joven que acompañó en escena a Poitras: Lindsay Mills, la
mujer a quien Snowden al principio dejó atrás cuando abandonó su trabajo y todo
lo demás por una habitación de hotel en Hong Kong. Una de las revelaciones
menores de "Citizenfour" era que Mills se le unió en Moscú.
"’Sólo encamíname
a través de ella’, le dice Glenn Greenwald a Edward Snowden, en esa habitación
de hotel de Hong Kong. La orientación que Greenwald y sus colegas buscaban era de
tres clases distintas: ¿Cómo puedes guardar secretos? ¿Por qué Snowden contaría
secretos? Y ¿qué es lo que ha estado ocultando el gobierno?
“La primera es la
más parcializada. Greenwald, como la narración deja delicadamente en claro, en
un principio no puede entender o no se molesta en configurar la línea de
comunicación cifrada que necesitaba para satisfacer la misteriosa fuente que le
enviaba e-mails -esta es la razón por la que Snowden se vuelve hacia Laura
Poitras, quién sabe exactamente de lo que él le habla cuando le consulta, en
sus primeros intercambios, acerca de sus claves públicas. (George Packer
escribió un perfil de Poitras[3]
para The New Yorker). Snowden muestra
a Greenwald cómo hacerlo (‘parece difícil, pero no -es súper-fácil’), y por qué
debe hacerlo. He aquí uno de los prácticos, paradójicos obsequios del asunto Snowden:
no darse por vencidos en la idea de que tus palabras puedan ser secretas, al
menos un poco más secretas de lo que es conveniente para las empresas o los espías.
Si tú eres un poco disciplinado, puedes ser más libre. Hay una hermosa foto del
rostro de Greenwald cuando Snowden, que está a punto de introducir una
contraseña, le pide a su "manto mágico de poder", una sudadera roja,
y tira de ella por encima de su cabeza, como si se tratara de un hombre que
corre en medio de la lluvia, o de un adolescente con una linterna bajo las
mantas. Mirándole, Greenwald, a quien ya hemos encontrado un gran lenguaraz, es,
por un momento, sólo un sigiloso y curioso, con apenas un parpadeo en su
expresión antes de que pregunte, " ¿Es que da la posibilidad de una sobrecarga?"
Greenwald añade que nada le sorprenderá nunca más. Su tono en ese instante es el
que la película, para todas las escenas con activistas enfurecidos, en última
instancia comparte, y por lo que la película funciona –ni portentosa ni deslumbrante,
y sólo avergüenza lo suficiente como para mantener su importancia libre de convertirse
en auto-referente.”
Agreguemos que Snowden,
que permanece en Rusia ante la imposibilidad de regresar a su país, felicitó en
seguida a la directora de CITIZENFOUR. “Mi
deseo es que este galardón dé fuerzas a otras personas para ver esta película y
se inspiren con el mensaje de que ciudadanos normales, que trabajan juntos,
pueden cambiar el mundo”, aseguró en un comunicado.
Como se sugiere[4],
junto con encontrar maneras de apoyar el trabajo de Poitras (yendo al cine,
recomendando su película, por medio de la compra de un DVD, enviando amables
palabras por correo electrónico, etc.), también puedes hacer una donación para
apoyar a Edward Snowden.
Equipo Internacional –CAD CHILE
Febrero 23 de 2015
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