“Nos faltan 43. Justicia” claman familiares
de los estudiantes desaparecidos, que boicotearon la elección en Tixtla,
Guerrero
8 de
junio 2015
Guerrero,
el Estado mexicano pobre y violento en el que desaparecieron los 43
estudiantes en septiembre pasado, ha ido este domingo a las urnas en medio
del caos y las protestas. Los padres de los desaparecidos han boicoteado la
elección en Tixtla, el municipio más próximo a la escuela en la que estudiaban
los jóvenes mexicanos, y los sindicatos de profesores y distintos grupos
organizados trataban de hacer lo mismo en algunas partes del Estado.
"Ni
PAN, ni PRI, ni PRD", se lee en los muros de Tixtla, de poco más de 20.000
habitantes. Desde primera hora de la mañana, los padres acudieron a las mesas
electorales para pedirles a los interventores que les dieran las urnas y las
papeletas. Cuando recogieron un buen número (28 de 54 casillas), las quemaron
en una fogata en la plaza del pueblo, frente a una iglesia. Carmen, hermana de
uno de los estudiantes, veía extinguirse la hoguera: "No queremos
elecciones, aquí solo hay dolor".
Aniceto,
un señor de 60 años, se levantó a primera hora -como siempre en día de
elecciones- y se dirigió a la mesa donde le tocaba votar. El lugar donde debía
insertar el voto estaba en llamas: "Me fui de vacío". Le molesta pero
a la vez entiende el desamparo de las familias. "Buscan
a sus hijos pues", añade.
El INE, ante este
escenario, anunció a mediodía que anulaba las elecciones en este rincón de
Guerrero, aunque horas más tarde se matizó que la votación seguía en algunas
casillas que sí se habían instalado y que sería el Tribunal Electoral el que
pasada la jornada decidiría sobre la nulidad o no del proceso en el municipio.
Según datos oficiales se habían instalado a media mañana más del 50% de las
casillas. Las autoridades estaban avisadas.
Desde
que los muchachos desaparecieron, en septiembre de 2014, a manos de la policía
y los sicarios de un cartel en Iguala, una ciudad a hora y media de aquí, los
estudiantes de la escuela y las facciones que reclaman una investigación más
exhaustiva de la masacre de Iguala habían insistido en que no permitirían que
se celebraran las elecciones de este 7 de junio, donde se eligen
gobernadores, alcaldes, diputados locales y federales.
El
ambiente estaba enrarecido desde el amanecer. "Nos
faltan 43. Justicia", dice una pintada a la entrada. Los padres y
estudiantes se dividieron en células que fueron visitando los distintos
colegios electorales. Encontraron resistencia. Grupos de choque de gente que
portaba palos y piedras les atacaron. Los vándalos levantaron barricadas
alrededor de los colegios e invitaban a los ciudadanos a votar. En algunos
lugares, consiguieron frenar el avance de los padres.
El enfrentamiento fue inevitable. Los defensores de la votación dijeron que eran gente del pueblo que quería libertad de voto, pero los familiares los identificaron como seguidores a sueldo del PRI, el partido en el Gobierno. La Policía Rural -campesinos armados ante el vacío de poder del Estado- patrullaban las calles. "Vemos que no haya madrazos", dijo el comandante, encapuchado como toda su tropa. En Guerrero no hay justicia para los muertos ni paz para los vivos.
Equipo Internacional –CAD CHILE
Junio 8 de 2015
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