LAS PRÓXIMAS ELECCIONES EN ESPAÑA, A CELEBRARSE ÉSTE 20 DE DICIEMBRE DE 2015,
TIENEN SOBRE EL CIELO HISPANO MALAS NOTICIAS PARA UNA DE LAS ECONOMÍAS EUROPEAS
MÁS AFECTADAS POR LA CRISIS DESATADA EL AÑO 2008
En HispanTV
Diciembre 16, 2015
Así lo consigna el
Fondo Monetario internacional – FMI - en sus habituales reportes financieros. Crisis
que dio lugar a medidas de austeridad, impuestas por el Gobierno, para superar
los problemas financieros, que trajo consigo desigualdad, pobreza, desalojos
forzados, desempleo y la lógica indignación de una población que comenzó a
exigir cambios en todos los niveles de la sociedad. El FMI ha
señalado que “España no recuperará hasta el 2017 todo el Producto Interno
bruto - PIB - perdido en la crisis”. Un país en constante zozobra
económica, devenido en la antítesis del ensoñado territorio quijotesco
entregado al personaje literario Sancho Panza en premio a sus esfuerzos,
acompañando al Caballero Andante de la Triste Figura. España se debate así, en
su más grave crisis desde el fin del franquismo, que hace muy complejo el
volver a verla como en la inmortal obra de Cervantes donde la ínsula
prometida “no es movible ni fugitiva: raíces tiene tan
hondas, echadas en los abismos de la tierra, que no la arrancarán ni
mudarán de donde está a tres tirones”.
Más
aún, el FMI ha señalado, que es muy probable que España sufra un freno de
considerable magnitud a partir del año 2016, retrasando aún más la recuperación
económica de un país que ha vivido una doble recesión con una caída de su PIB
del 7%. Tales cifras y el largo proceso de ajustes, desempleo con cinco
millones de parados que supera el 20% en un nivel que sólo puede compararse a
la derruida Grecia. La recapitalización del sistema bancario, la carga de su
deuda soberana, la inmigración de parte importante de su juventud más
calificada, las rebajas permanentes de las notas crediticias, la especulación
de bienes raíces que generó no sólo una burbuja inmobiliaria sino que un drama
social asociado a los desalojos de familias que no pudieron seguir pagando sus
viviendas, siguen situando a España en una precaria situación política, social
y económica.
Ha
quedado de manifiesto que la fórmula exigida por la Troika europea, para ir en
ayuda de España no ha surtido efecto, que el gobierno derechista del Partido
Popular de Mariano Rajoy ha fracasado estrepitosamente y que el gobierno que
surja de las elecciones generales del 20 de diciembre próximo tendrá la
extremadamente difícil misión de tratar de levantar a una España, que ha
sufrido la más severa crisis económica desde el fin del franquismo. Una crisis
que con la fuerza de un Huracán ha puesto en peligro la estabilidad social
de un país , que hasta hace pocos años se consideraba más cerca de las grandes
ligas europeas, que de los avatares que sufrían permanentemente otros miembros
de la Eurozona como Grecia, Irlanda o Portugal.
La
cruda realidad indicó que España estaba más cerca de la segunda división
europea que aquella encabezada por el eje Berlín-París. La situación del cuarto
banco más grande de España: Bankia y su multimillonario rescate mostró que le
esencia del sistema financiero español estaba carcomido por hambrientas
termitas, que aumentan con relación a su situación fiscal y flexibilidad, así
como la carga de su deuda soberana. El 26 de mayo de 2012, justo hace
ahora tres años, Bankia protagonizaba el rescate más caro de la historia de
España: 22.424 millones de euros en ayudas públicas – de lo cual sólo ha
devuelto el 3% - para la que fue la octava nacionalización de una entidad
financiera española durante la crisis. La deuda pública de España, en el mes de septiembre del 2015,
llegó a un billón de euros, según el último reporte del Banco de España. Esto
implica un aumento de casi 7 mil millones de dólares respecto al mismo
periodo del año anterior. Debido al aumento del PIB de España, la
deuda pública es equivalente al casi 98 % de su PIB.
España
trató desesperadamente de tratar de salir de la crisis apelando primero a
medidas emanadas del propio gobierno de Rajoy, para después sucumbir ante las
exigencias de la Troika e implementar aquellas medidas que en su momento han
tenido que ejecutar Grecia, Irlanda y Portugal: reforma laboral, ajuste fiscal,
reforma financiera, reducción del aparato del estado y a pesar de ello la prima
de riesgo país, en plena crisis llegó a su nivel máximo histórico de 477
puntos. Pero, como suele ser la conducta humana de mirar la paja en el ojo
ajeno, el ministro de Economía Luis de Guindos solicitó a los líderes
europeos que den una respuesta ante la situación de Grecia ya que “la
inestabilidad política de ese país ha sido el factor que ha desencadenado la
subida de la prima de riesgo y la caída de la bolsa”.
LA
DESHUMANIZACIÓN DE LA ECONOMÍA
En
estos años de recesión y estancamiento secular, señala el economista Joaquín Estefania, muchas de las
instituciones han dejado de funcionar bien por la corrupción - confusión entre
lo privado y lo público -, la lottizzazione - su reparto por parte de los
principales partidos políticos - o porque se han quedado viejas en la era
de la globalización. “En cuanto a las distintas modalidades de capital, el modelo
de producción se ha jibarizado - es más pequeño - y está marcado
por el enorme endeudamiento público y privado, que en conjunto asciende a
alrededor del 300% del PIB. Cuando se habla de cambio del modelo
generalmente se introducen las reformas estructurales necesarias para esa
mutación: la fiscal, la financiera, la energética, la del mercado de trabajo,
la reforma empresarial, etcétera. En el caso de España se suele destacar, entre
sus fortalezas, la del sector exportador en sectores como la banca, la
distribución, la agroalimentación, las infraestructuras, el turismo, las
energías renovables o la telefonía... Pero en el resto del cóctel pocas veces
se incluye la debilidad estructural del capital humano”.
El
gobierno de Rajoy ad portas de las elecciones generales ha sido un gobierno
mediocre, incapaz de llevar adelante el proceso de recuperación de España, que
ha entregado la soberanía de la nación hispana a organismos como el Banco
Mundial y el Fondo Monetario internacional. Como prueba del pésimo manejo
gubernamental los inversores extranjeros abandonaron la deuda pública española,
como alma que lleva el diablo. Cerca de 150 mil millones de euros abandonaron
la cartera internacional de bonos y letras del estado ibérico entre enero del
2012 y mayo del año 2015, según datos entregados por el Banco de España. La
inversión extranjera bajo este panorama de “sálvese quien pueda” ha pasado de
suponer el 50,8% del total de la deuda española en diciembre del 2011 hasta
quedar en un 35% a fines del mes de mayo del 2015.
La
oposición al gobierno del PP en España coincide que las medidas tomadas por el
gobierno de Rajoy han sido un fracaso, repitiendo lo que se hizo en
Grecia, aunque allí el origen de la crisis fue la deuda pública y en España es
la privada, que pide a gritos la intervención del mismo Estado que se suele
despreciar cuando las cosas andan bien en la máxima que las ganancias son
privadas pero las pérdidas deben ser sociales. Tanto Ciudadanos como Podemos,
colectividades que competirán en las generales del próximo 20 de diciembre –
presentando así el nuevo panorama político español de rompimiento del
bipartidismo – sostienen que no se puede seguir sometiendo a la población
española a medidas de ajuste como las vividas en Grecia sin que ello signifique
la posibilidad de una explosión social.
Voces
como las del Premio Nobel de Economía 2010 Christopher Pissarides señalan, que
las medidas que se tomen, sean estas en Grecia, España, Latinoamérica o
cualquier otra región del mundo deben evitar ajustes que empobrecen a vastas
capas sociales. Es necesario un "relajamiento de las medidas
económicas tan estrictas que adoptan algunos países, especialmente
España, que condicionan su crecimiento económico con una tasa de desempleo
muy elevada. España necesita algo más: crecimiento para garantizar que la
calidad de la deuda bancaria no se empeore, que no aumente la morosidad y que
no aumenten las dificultades de los bancos.
Los
analistas económicos, que suelen tratar de explicar las dificultades que trae
consigo el no aplicar las recetas de los organismo financieros, pero no se
explican y menos avizoran soluciones para los seres humanos perjudicados
por una economía profundamente deshumanizada, la inestabilidad financiera
española –unida a las crisis en Grecia, Portugal, Italia e Irlanda amenazan con
convertir el rescate de las entidades bancarias en un círculo vicioso que
cuestiona, sobre todo, la zona euro. Para proporcionar más ayudas, el gobierno
español – este o el que salga de las elecciones del 20 de diciembre -
deberá emitir más bonos, empeorando sus propias finanzas.
Para
el analista Tim Lister, el interés de los bonos a 10 años de deuda soberana
emitidos por España ha aumentado hasta un 7%, lo que es considerado como
insostenible por los mercados internacionales. La situación de España es
aún más desalentadora que la de Grecia pues, aunque parezca que es “demasiado
grande para fallar”, también podría ser “demasiado grande para ser rescatada”
con los recursos disponibles. España representa cuatro veces y media el PIB de
Grecia y ello es un freno a dejarla caer” y con elecciones a la vuelta de
la esquina y ante la posibilidad que listas que se alejan del establishment
político como Ciudadanos y Podemos, tal vez los organismos financieros
prefieren dejar caer va España.
La
Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) en sus últimas visitas
inspectivas y de control de la economía hispana, han emitido sendos informes
sobre la “vulnerabilidad" de la economía española frente a posibles
crisis, sobre todo debido al alto nivel de paro y deuda. Se ha concluido,
igualmente, que los riesgos de que España no devuelva al Mecanismo Europeo de
Estabilidad los 38.200 millones de euros que aún debe del rescate son "muy
bajos". "Todavía quedan retos para el sector financiero español
(…) Un stock de crédito que todavía está bajando y el actual entorno de bajos
tipos de interés plantean un riesgo a la sostenibilidad a largo plazo de la
rentabilidad de los bancos". Tras estos informes la Troika ha
solicitado al Gobierno de Mariano Rajoy que mantenga el impulso
reformista, en particular aplicando plenamente la ley de unidad de mercado. Ello
implica tomar medidas para reducir la dualidad en el mercado laboral entre
aquellos trabajadores fijos y los temporales (o precarios) aprobando la ley –
que lleva ya tres años sin salir a la luz – para liberalizar los servicios
profesionales.
España
sí o sí deberá tomar medidas de corrección que vayan más allá de los consabidos
ajustes fiscales, y pago social de las deudas privadas. Esto porque el G7
conformado por el grupo de países más ricos del mundo, exigió la adopción de
medidas so pena de ahondar una crisis de incalculables consecuencias. Y cuando
el G7 habla entonces hay que correr. Las voces que más se han alzado son las de
Estados Unidos y Canadá que han exigido tomar medidas decisivas para resolver
la crisis de la deuda y la fragilidad del sector bancario, principalmente
español. Esto, bajo la perspectiva crítica que la zona euro no ha actuado
lo suficiente, para responder a la escasa capitalización bancaria y construir
así unos cortafuegos adecuados.
Ni
en Washington, ni Berlín, Bruselas o París se espera que un gobierno ya en su
postrer adiós, tome medidas profundas en lo que queda de legislatura – ya no
las tomó con relación a la protección de su población, en contraste con el
salvataje hecho al sistema bancario y financiero – “La crisis está terminando”
fue la frase más repetida por el gobierno de Rajoy en los últimos años. La
crisis no terminó y no tiene visos de desaparecer de esta insula barataria que
enfrentará, el próximo 20 de diciembre, un reto político de envergadura –
las duodécimas elecciones generales desde la transición democrática –.
Elecciones
muy particulares, como nunca antes en España ya que por primera vez el
bipartidismo se rompe y entran en juego partidos que en las últimas elecciones
generales o no existían, como Podemos, o se circunscribían a una comunidad como
es el caso de Ciudadanos en Cataluña. Lo más probable es que quien triunfe en
las lecciones tenga que pactar sí o sí para formar gobierno, donde el peligro
mayor para aquellos que reclaman cambios estructurales en España es que el Partido
Popular - PP - y el Partido Socialista Obrero Español - PSOE -– que se han
repartido el poder desde el año 1978 en adelante – formen un contubernio que
genere el temido gatopardismo.
La población
deberá decidir si acompaña a una clase política, que no ha dado el ancho en
materia de protección a la población, cuando más se necesitaba el paraguas del
Estado o se le da un voto de confianza a agrupaciones, que si bien carecen de
la experiencia en el manejo del Estado, al menos promueven la implementación de
medidas donde el ser humano está en el centro de las preocupaciones.
Por Pablo Jofré
Leal
Equipo Internacional –CAD CHILE
Diciembre 19 de 2015
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