El partido radical de izquierda griego
Syriza, el principal de la oposición,[1]
cuenta con una ventaja electoral de cinco puntos sobre los conservadores que
ocupan actualmente el poder,[2]
según recientes sondeos publicados desde que el gobierno griego adelantara para
el 25 de enero una votación presidencial clave.
Los
dueños del gran capital europeo han estado reaccionando con escepticismo a la
posibilidad de unas elecciones anticipadas, pues temen las advertencias del
probable ganador, Syriza, sobre su no aceptación de ningún acuerdo que firme, a
espaldas del pueblo, el gobierno actual con la troika (Comisión Europea, Banco
Central Europeo, Fondo Monetario Internacional) y su aspiración a alcanzar un
acuerdo para la condonación de parte de la deuda con los acreedores públicos.
Al
respecto, el FMI amenazó con que el pago de la próxima parte de la ayuda a
Grecia está suspendido hasta que se forme un nuevo gobierno.[3]
Las tratativas sobre este pago, que efectúa el organismo conjuntamente con las potencias
y la banca europeas, "retomarán una
vez que el nuevo gobierno esté en funciones", indicó el portavoz del
guardián del gran capital, Gerry Rice, asegurando que Grecia no hace frente a
necesidades "inmediatas" de financiamiento.
El
presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el ministro de
Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, también manifestaron serios resquemores a
fines de diciembre ante la idea de que el partido radical de izquierda pudiera
tomar el poder.
Recordemos
que Syriza es la coalición de izquierda griega liderada por Alexis Tsipras, que
mantiene una lucha contra la política de austeridad de la Unión Europea y que despertó
advertencias de las IFI (del FMI, específicamente) y de la propia canciller
alemana, Angela Merkel, mientras se perfila como el favorito de las urnas. Los
planes de Syriza,[4]
heredero de una decena de movimientos originados en la izquierda radical, van
en un sentido contrario a los planes de austeridad que impulsa la UE como
receta para salir de la crisis económica mundial de 2008 y que se cobró a
Grecia como una de las principales víctimas. Entre esas propuestas, las que más
preocupan a Merkel y los más ortodoxos del bloque son: Renegociación de la
deuda pública, con una reestructuración de la misma y renegociación de los
términos del rescate económico de la troika; Más gasto público: subir el sueldo
a los públicos, elevar las jubilaciones, ayuda a los sectores sociales más
postergados; Aumento de sueldos, con alza del salario mínimo a 751 euros;
Renacionalización de empresas, por ejemplo la compañía aérea Olympic Airlines,
reabrir la estatal de radiotelevisión ERT y crear un nuevo banco de desarrollo,
para luego acometer la renacionalización de las compañías y servicios que
fueran privatizados en lustros pasados.
"Hay que terminar con la austeridad",
resumió éste sábado 3 Tsipras, un eurodiputado de 40 años, en el comienzo de la
breve y feroz campaña hacia las elecciones parlamentarias anticipadas del 25 (de
donde surgirá la mayoría necesaria para elegir un presidente). "Gracias a negociaciones enérgicas,
garantizaremos una participación realmente equitativa de nuestro país en la
zona euro, sin la austeridad que imponen [actualmente] las reglas europeas", insistió.
El
líder opositor agregó que, en caso de gobernar Grecia, negociará con sus socios
europeos "sobre una base realista"
y exigirá "una rebaja de la mayor
parte de la deuda, porque la deuda objetivamente no puede ser pagada".
"Sólo [el primer ministro
Andonis] Samarás pretende que la deuda es
sostenible, todo para no reconocer que su programa fracasó y que es necesario
acabar con la austeridad", dijo y añadió que el objetivo de su partido es
que "la deuda sea pagada con crecimiento".
Tsipras,
asimismo, se mostró seguro que la izquierda no solo ganará en Grecia, sino
también en España (con Podemos) y en
Irlanda (con Sinn Fein), este año y
el próximo, respectivamente. El líder de izquierda aseguró que "todo el mundo es consciente que Europa no
está en peligro por la izquierda, sino por el ultraliberalismo [ultramonopolismo,
sí se nos permite acotar], por las
políticas de Merkel".
Esta
última, se puso el sayo y disparó en contra de Syrisa, aunque también lo hace
para salir al paso de los opositores de derecha a su gobierno, llegando a ser
incluso más papista que ellos que la azuzan a liberar a la UE del lastre de las
formaciones capitalistas menos desarrolladas. Así, la canciller dijo al
semanario Spiegel que estaba dispuesta a permitir que Grecia abandone la zona
euro, en caso de una victoria de la coalición de izquierda. "El gobierno alemán juzga casi inevitable una
salida [de Grecia] de la zona euro si
el jefe de la oposición, Alexis Tsipras, dirige el gobierno tras las
elecciones, y abandona la línea de rigor presupuestario y deja de reembolsar
las deuda del país".[5]
Merkel
y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, han ido cambiando su lenguaje y
ahora "juzgan soportable una salida
del país de la moneda única a causa de los progresos logrados por la zona euro
desde el peor momento de la crisis en 2012". Sin embargo, otros
sectores del gobierno alemán han negado que hubiera un cambio de postura y se
hacen los buenos diciendo que es su voluntad que Grecia siga en la eurozona.
Equipo Internacional – CAD CHILE
Enero 5 de 2014
[1]
Con 71 escaños, SYRIZA es el principal partido de la oposición en Grecia,
aunque en las elecciones europeas de 2014 fue el partido más votado del país.
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